Partida Rol por web

- Vuestra proposición me honra, como mucho de lo que me habéis dicho hoy, pero creo que ese puesto debería ser para la novia. Al fin y al cabo esta es su boda y los festejos son en su honor y en el de mi hermano. Y, como habéis dicho antes, no es nuestro momento de destacar.

Y no penséis que soy una ingenua y que me creo todo lo que cuentan de vos. Primero, sé que sois muy amigo de mi hermano, y no sería así si no fueseis una persona honorable, fuerte y digna. Los débiles confunden la firmeza con la crueldad en muchos casos, alteza. Seguro que también dicen algo parecido de cómo trato yo al servicio. Muchos pensamos que vos seríais mucho mejor rey que vuestro hermano, quién sabe, quizás hasta él se de cuenta de eso y abdique en vuestro favor. De todas formas, ya sabéis que podéis contar conmigo en cualquiera de los casos. Siempre estaré a vuestro lado.- Antes de ponerse tontorrona otra vez e incomodar de nuevo al príncipe, cambio de tema.

- Hay una cosa que me preocupa, si me permitís expresarlo, algo que creo tiene que ver con mi hermano y su prometida, o más bien 'alguien' que se interpone entre ellos. Ser Etain Smallwood, su escudo juramentado. Pegó a mi guardián y dijo cosas bastante feas. No me gusta y creo que no nos tiene aprecio alguno.

Me preguntaba si, como favor especial, si os toca en el torneo, le podéis dar una buena paliza para mostrarle que con la sangre del dragón no se juega.- Le estaba pidiendo algo atrevido pero no veía mejor forma de controlar la amenaza que representaba el caballero.- Espero que no le toque a mi hermano, no es tan bueno con las armas como vos.- Su voz sonaba preocupada porque en realidad temía que Ser Etain buscase la muerte del heredero de los Baelralys. Con suerte el principe Maegor se lo quitaría de en medio.

-Tienes razón, dije que no quería opacar la boda de tu hermano. Gracias por hacerme recordar mis palabras.- Contestó el príncipe. Me limitare a estropearle la cara a aquel caballero que ofendió a su casa, en cuanto tenga la oportunidad lo desafiare y le enseñare a respetar a la casa amiga de los reyes.- Agregó
-Me alegra que no creas todo lo que dicen de mí, la difamación es el arma más poderosa que tienen los grandes señores. Lo que llevamos atado a nuestra cintura solo es un pedazo de acero estirado que sirve para terminar lo que las palabras comenzaron. Créeme cuando te digo que un rumor causa más daño que una espada de acero Valyrio.- Contó Maegor
-Seguramente algún día me darán un lugar en el consejo del rey, ese día me gustaría poder llevarme a tu hermano y a ti como mis asesores o incluso como miembros del consejo, por lo menos mientras no tenga que gobernar estas tierras.- Comentó mostrando el grado de amistad que tenia con su tocayo Maegor.

- Sí, mi hermano Maegor es un hombre culto e inteligente. Y por lo que respecta a la corte, no os preocupéis que yo me encargaré de ellos para que a vos no os sea tan pesado. No seré tan buena guerrera como mi madre o la vuestra, pero me manejo bien en ese campo.- La verdad es que los dos juntos podrían hacer grandes cosas, tenían habilidades que se complementaban, pero seguía habiendo algo que la preocupaba.

- ¿Alteza, es así como me veis, como una asesora más dentro de vuestro séquito?- estaba empezando a pensar que Maegor solo la estaba 'contratando' para el puesto, que no sentía nada especial por ella. Si era así prefería renunciar al matrimonio, se conformaría con ser su consejera. Claro que si lo que estaba intentado era ocultar que en realidad le gustaba más su hermano que ella, pues estaría dispuesta a ayudarle. En eso no tendría problema.

-No, eso jamás.- dijo Maegor ante la pregunta de su prometida. -Es que a veces veo a mi cuñada y no parece otra cosa que una maquina de parir niños, no tiene mucha voz ni voto y parece más una niña jugando en los pasillos que una potencial reina.- Contó. -Lo que quería darte con eso es algo de poder real, no quiero que sugieras en las cenas ni susurres en la alcoba. Quiero que se te escuche y se consideren tus palabras.- Explico algo confundido por no recibir la respuesta que esperaba al segundo regalo ofrecido a la chica.

-Me criaron de una forma única y no conozco otra forma de ver las cosas, pero noto que estoy haciendo algo mal. Quiero regalarte cosas pero ante tus ojos parece más como una paga por servicios o una contratación de los mismo.- Dijo aun confundido. -Dime ¿Cómo debo hacer para agasajarte y demostrarte que te respeto y te quiero a mi lado? Temo que con cada gesto que pienso que te estoy dando te alejo cada vez más.-

Aquello no era desde luego lo que ella había soñado. Su sueño, había sido alimentado por historias en las que los caballeros cortejaban a las damas hasta que la pasión se desataba y terminaban alejándose en el horizonte camino a su castillo para vivir una vida felices. En cambio, el príncipe era un hombre complicado, su situación era también complicada.

Como él la estaba tuteando se atrevió a hacer lo mismo, quizás así pareciera menos una asesora y más una amiga:- No te preocupes, es solo que, bueno, esto también es muy nuevo para mí. Supongo que intento decirte que, aunque no fueras de la realeza me gustarías igual y que por amor a ti estoy dispuesta a hacer lo que haga falta; ser miembro del consejo, liderar un ejército montada en un dragón y tener tus hijos. La verdad es que todo eso lo haría muy gustosa.-

El problema es que tenía la impresión de que, aunque él la tuviera cariño y respeto, no había más. No había esa chispa de la que había leído en las novelas caballerescas y le preocupaba que cuando él la sintiera por otra mujer, o hasta, como había empezado a sospechar, por otro hombre, a ella la dejara de lado. Pero aún era muy pronto y no debía dejarse llevar por primeras impresiones. Quedaban unos días por delante para conocerse mejor.

- Venga - le sonrió para que viese que ella estaba contenta tan solo con su compañía - ¿Por qué no nos vamos a esa feria y disfrutamos un rato?. Nos metemos con la gente y bebemos un buen vino. Quizás hasta saque a Ser Corlys a bailar para que no parezca parte del decorado.-

-Sí, creo que es mejor que hoy disfrutemos del evento, ya habrá tiempo para pensar en el futuro, es mejor hoy nos tomemos un descanso de eso. Al final de cuentas esto es una boda.- Comento el Principie dejando de lado sus pensamientos viejos y nuevos. -Me gustaría ver a ser Corlys bailar, tengo el presentimiento de que es un buen bailarín.- Agrego mientras reemprendió de nuevo su marcha de cara a las carpas y a los festejos que allí se desarrollaban