-Sí, la vi.- Dijo Davos algo confuso. -No sé cómo funcionan todas las familias pero si una sirvienta o una calientacamas me hablara asi a mi o a mi hermano mi madre le arrancaría la lengua y la obligaría a usarla como collar.- Conto el muchacho. -Pero también pienso que mi madre es la ultima princesa Tormenta de la casa Durrandon y que tal vez su reacción hacia todo lo que suceda sea algo más explosiva de lo debería. Al final como te mencione ella es una Tormenta. Como mi hermano es más calmo le dicen chaparrón y a mi chubasco por ser un intermedio entre mi hermano y yo. La gente piensa que no lo sabemos pero todo se sabe.- Contó mientras caminaba al lado de Daenyra.
-Me agrada la idea de ir a buscar a la mujer pero sé que el barco de Braavos llego con gente solicitada por el maestre para ayudar en la casa así que no se si tengan una carpa.- Comento el muchacho pensativo, ya le había seguido un poco el rastro a aquella mujer. -Pero tal vez los del barco sepan algo o en el castillo por ahí la vieron y pueden decirnos donde se hospeda o con quien
No pudo evitar reírse al conocer de los apodos con los que se suponía que llamaban a u familia. Se rio con sinceridad y sin maldad alguna. Cuando consiguió calmarse un poco comentó su opinión al respecto.
- Bueno, mi señor, no son unos nombres tan malos. Los he escuchado mucho peores. Además, es mejor saber cómo te llaman a tus espaldas que no saberlo, como me ocurre a mí o a los miembros de mi familia. No me quiero ni imaginar lo que van diciendo por ahí.
Vuestra madre es una gran señora, sin duda, al igual que la mía. Y ya veréis como esa mujer será castigada. Quizás no sea el momento adecuado, pero lo será. Pero dejemos esos temas desagradables para cuando llegue su momento y nuestro dragón tenga hambre. Ahora centrémonos en encontrar a esa mujer.
Decís que hablemos con la gente del barco... Pues no lo demoremos más. A no ser que tengáis algo más importante que hacer, yo soy toda vuestra. Vayamos a preguntarles.-
-No, supongo que no los son. Por eso no me ofende, mi madre por su parte está orgullosa de su sobrenombre por eso permite que lo sigan diciendo. De todos modos estoy mostrando a mi madre como si fuera un harpía y no quiero que pienses eso. Ella es muy buena y justa pero explosiva y terrible cuando se enoja.- Conto tratando de mejorar la imagen de su madre.-En fin, me gustaría ver por donde se encuentran esos Braavosis, tengo ganas de hablar con la dama roja.-
Tras decir esas palabras Dany y Davos fueron de aquí para allá preguntando sobre los Braavosis, todo el que hablo con ellos les dijo hacia donde se habían dirigido pero al parecer habían estado moviéndose mucho por la fortaleza y el predio ya que nunca estaban donde los iba a buscar.
Pasadas unas horas dieron con uno de ellos. Su nombre era Lucio Forel y les conto que habia viajado en el barco con la mujer roja y les conto que su nombre era "Nerea" y que viajaba hasta la isla por algo relacionado con Dragones. Pero también descreyó de la mujer ya que decía que el fuego le hablaba.
Con un nombre y una nacionalidad se les hizo más fácil preguntar a la gente si la habían visto y pronto escucharon que un joven de ascendencia Valyria y cabellos largo había hablado con la mujer, incluso habían paseado tomados del brazo por el patio mientras los escoltaban otros jóvenes también de sangre Valyria. Uno de cabello corto y una joven hermosa que no paraba de reír y hacer chistes con su compañero.
-Yo no pienso que tu madre sea ninguna harpía, todo lo contrario. Creo que hace bien en demostrar su fuerza e imponer respeto, que esté orgullosa de su legado y lo defienda.
Ojala que alguna vez se llegase a hablar de mi igual que lo hacen de vuestra madre- con temor en los labios al pronunciar su nombre.
- Creía que vuestro hermano era el guerrero y vos el intelectual, como en el caso de mis hermanos Maegor y Revan, me pregunto por qué siempre pasa que en las familias cada hermano elige un camino distinto ¿Será para no pisarse el uno al otro? ¿Para que cada uno pueda resaltar en lo suyo sin ensombrecer al otro? ¿Lo haremos de forma inconsciente o son los padres los que nos estimular a hacerlo de esa forma para que no nos matemos entre nosotros?- Daenyra se puso otra vez filosófica mientras seguían la pista de la hechicera roja. La verdad es que resultaba agradable conversar de aquella forma relajada y la mente abierta de Davos facilitaba la tarea.
La última información sobre la de Braavos parecía dirigir a los Mallaerys.- ¡Creo que sé de quién hablan!- dijo efusiva la joven que estaba descubriendo su talentos detectivescos y estaba disfrutando de ello. Sujetó la mano de Davos con fuerza y emprendió una carrera alocada con el Baratheon a rastras en busca de alguno de los hijos de Lady Astraea.
-Es un poco triste saber que ella es la ultima de un legado de reyes pero me alegra de que su orgullo este intacto y que pueda demostrarlo además también me tranquiliza saber que mi padre se lo permite. No todos tratan a sus esposas de igual forma, creo que hay muchas mujeres que no pueden ser ellas ni defenderse porque sus maridos se imponente y no se lo permiten.- Opinó pensando en los pocos casos que conocía.
-Es cierto ¿no? todos buscamos un rol definido en el que destacarnos sin ocupar el lugar de otro. Casi con la idea de evitar otro espacio en el que competir.- Comento coincidiendo en lo que decía Daenyra. -Veamos los hijos suelen ser el guerrero o el intelectual.- Comenzó enumerando con los dedos. -A veces también el religioso.- Dijo levantando un dedo más. -No se me ocurre otro más. Las mujeres tienen el rol de religiosa o el de intelectual, por descontado que guerrera no pueden así que deben elegir su personalidad en base a esos dos roles. Decía mientras sus pupilas apuntaban hacia arriba mostrando que estaba pensando. -Supongo que tu familia y los Targaryen pueden incluir a sus roles jinetes de dragón o Marinero. Que esa última también puede ser para un hombre de la casa pero no para una mujer. Los Stark deben tener algún rol a cumplir como próximo hermano juramentado, pero ahí caerías en los mismos roles, eres un guardia de la noche guerrero o intelectual así que solo es un tinte diferente en una elección conocida, aunque permite a los hijos del norte elegir a dos guerreros en su familia uno que pelee por la casa y otro en el muro. Pero ahí tampoco las mujeres pueden ir así que se les anula a ellas esa elección.- Dijo poniendo rostro de complicidad.
-¿Tu que rol sigues en tu familia? ¿Eres la intelectual o la religiosa? O también puedes ser jinete de Dragón, ¿Se podrá ser jinete religiosa o solo se puede optar por uno?
Mientras coriana de aquí para allá tratando de dar con los Mallaerys pronto supieron que el mejor lugar para buscarlos era su carpa, así que emprendieron su marcha hacia aquel lugar ya con las piernas algo cansadas de tanto pasear.
En el pabellón de la casa fueron recibidos por guardias que les permitieron el acceso, no sin antes ser anunciados, ya que reconocían el rango de las casas a las que pertenecían
Dentro de la carpa pudieron ver que Lady Lucatiel compartía una taza de té con una misteriosa mujer cuya indumentaria era de color rojo.
Sin duda el tema del rol dentro de la familia también era interesante. Daenyra le gustaría sin duda ser una jinete de dragón y, aunque ese puesto había parecido siempre exclusivo para su hermano Maegor, ahora lo veía a su alcance. Claro que no sería en la casa Baelralys. Entonces ya sería un papel nuevo ¿Cuál sería su nuevo papel en la corte del príncipe? ¿Consejera consorte? Él le había propuesto un sitio en el consejo. También le gustaría visitar las casas de Poniente. Sabía que si tenía que conseguir seguidores para Maegor, tendría que ganarse a los señores de los Siete Reinos, y su atractivo príncipe no parecía tener lo necesario para aguantar el tedioso procedimiento de las reuniones diplomáticas. Ella lo haría por él y juntos mantendrían el reino libre de insurrecciones, y quien sabe ¿quizás enfocar nuevas conquistas en occidente?
Claro que todo eso aún estaba en la fantasía de la muchacha...
- Pues si tuviera que decidir qué rol tengo en la familia... Maegor es el listo y el futuro jinete de dragón, Revan el guerrero, Naerys creo que en el fondo quiere ser princesa o incluso reina... A mi no me queda mucho que elegir, la verdad. Seguramente tendría que meterme en un septo, pero sinceramente, no me llama... Prefiero quedarme con todo un poco, si se puede- sonrió in realmente saber la repuesta correcta a tan complicada pregunta.
Algunos dirían que el rol de Daenyra era en realidad bastante más siniestro. Dentro de ella se encontraba la semilla de la locura, aquella que parecía maldecir a los Targaryen y que no había brotado en sus hermanos. Ella sí que la portaba aunque todavía no había florecido del todo.
Pero ya habían llegado ante la carpa de los Mallaerys y su entretenida conversación sobre los roles debía ser pospuesta. La joven Baelralys le dio un codazo a Davos para indicarle que habían encontrado su presa.
- Lady Lucatiel, qué placer encontraros aquí. Os estaba buscando... Quería presentaros a Lord Davos Baratheon. Ay, perdonad que tenéis visita...¿Os importa que os acompañemos o preferís que venga en otro momento?-
La conversación de los roles en la familia tenía potencial para seguir un largo rato más pero el tiempo se vio limitado ya que Davos y Dany llegaron a la carpa de los Mallaerys.
Al ingresar Lady Lucatiel abrió los ojos como platos y se puso de pie para saludar a su señora con una marcada reverencia.
-Es un placer que la distinguida dama Daenyra nos acompañe esta hermosa tarde.- Dijo tratando de no sonar muy pomposa pero fracasando estrepitosamente. Se la notaba extremadamente alegre por la presencia de una Baelralys y no tardo en acercar una silla y ofrecerle una taza de te tanto a ella como a su acompañante.
-Me alegra mucho tenerla aquí ¿Que se le ofrece mi señora? ¿Cómo puedo hacer de su estadía algo maravilloso?
En cuanto Daenyra entró al lugar los ojos de la dama de rojo se posaron en la más joven de los Baelralys. Ni por un instante las pupilas de la Braavosi se desviaron de la imagen de la chica a la que parecía estudiar minuciosamente. Cuando Lucatiel termino de hablar y ofrecer las comodidades pertinente para alguien tan distinguida la mujer de rojo rompió el silencio.
-Al fin te veo, chica de mis sueños.- Dijo en un tono misterioso. -He cruzado todo el mar angosto solo para dar contigo, me alegra haberlo logrado.-
Daenyra se alegró mucho también de ver a Lucatiel, nunca había tenido mucha relación con ella, pero la sentía cercana y de confianza. En realidad toda la familia Mallaerys le caía de maravilla, incluso ese gañán de Bastian al que todavía le debía una jugarreta. Se sentó con rapidez e indicó a Davos que hiciera lo mismo.
- Ay, estaba teniendo una conversación muy entretenida con Lord Davos y pensé que alguien como vos, inteligente y bien informada, seguro que sería la guinda del pastel en nuestras maquinaciones...-
La taza casi se le cae de las manos cuando escuchó las palabras de la voluptuosa mujer de rojo ¿En qué lio se había metido ahora sin saberlo?
- ¿Perdone mi señora? Vos sois la hermosa mujer venida de Braavos de la que todos hablan ¿verdad? Nerea, la hechicera roja. Ante todo bienvenida en nombre de mi casa y espero que vuestra estancia este siendo agradable... ¿A qué os referíais con eso del sueño? Creía que habíais venido a ver dragones...- aquello le había pillado completamente por sorpresa y la joven Baelralys intentaba vadear aquel río como podía.
-En mis visiones te vi a ti y también un dragón pequeño, sé que tengo que hacer algo con ese dragón. Sé que tengo que ayudarlo con algo pero aun las llamas no me han dicho que es lo que tengo que hacer.- Comentó la mujer ante la mirada expectante de todos. Sobre todo la de Davos que prestaba atención tratando de memorizar todo lo que pudiera.
-Se que tú me llevaras o me indicaras el camino hacia esa tarea pero aun no sé qué es lo que tengo que hacer, a veces R´hllor nos pone acertijos para que demostremos si somos capaces de descifrar sus mandatos, mi primer paso era dar contigo. Ahora tienes que ayudarme a descifrar cual es mi tarea vinculada a los dragones.- Dijo la mujer esperando que Daenyra supiera que era lo que tenía que hacer. -Tal vez puedas darme una pista o ayudarme a entender cuál es mi tarea vinculada a ese pequeño Dragón.- Continuó
Al igual que Davos, Lucatiel estaba encantada con lo que oía y también tomaba nota sobre todo lo que escuchaba mientras daba pequeños sorbos de su infusión.
Frunció el ceño y dio un sorbo a su taza de té, pensativa. Ella no era la más ducha en tema de dragones aunque le gustasen mucho. ¿Sería por el huevo que le prometió el príncipe? ¿O porque ella intuía que Arrkax pronto pondría alguno y se conocida los lugares donde la dragona descansaba? Pero ¿Por qué iba a importarle una cría de dragón al dios de la sacerdotisa roja?
- Bueno, la mayoría de dragones crían en Rocadragón no en esta isla. Aquí solo tenemos a Arrkax, aunque últimamente se la ve agitada y a la he visto bailar con Vhagar. Diría que han hecho buenas migas, si vos me entendéis... Pero los huevos tardaran en ponerse y en eclosionar. Si lo que buscáis son dragones jóvenes o huevos que estén preparados para eclosionar estarán en Rocadragón...- se hizo por un momento el silencio al caer en otro huevo que en este momento podría estar por la zona.- También hay uno, el que le pensaban regalar los Celtigar como dote a mi hermano. Pero ese está petrificado y todos dudan de que le quede vida dentro... Se necesitaría un poderoso ritual para...- Según hablaba más le parecía que podía ser aquello a lo que se refería, aunque todavía no entendía qué pintaba ella en todo eso. Ese huevo era de Maegor, si alguna vez se casaba con una Celtigar, cosa que ya dudaba.
- Y digo yo mi señora, ¿su R´hllor no le ha dado más detalles? Aquí nuestro querido Lord Davos, seguro que tiene alguna pregunta que hacerle sobre el Señor de la Luz - ofreció una entrada al Baratheon para que presentase sus dudas y pudiese por fin tener esa conversación que tanto había ansiado.
:O
Esto está interesante... habrá venido por el huevo petrificado?
-Se que aquí solo hay un dragón pero son estas costas las que el fuego me mostró, no las de Rocadragón.- Contesto la mujer convencida de que su destino estaba en esta isla. Luego escucho atentamente y sin interrumpir todo lo que Daenyra le dijo tratando de descubrir que cosa podría servirle para entender que era lo que tenía que hacer allí. Sus ojos brillaron al escuchar la palabras "Huevo petrificado" -(...) Blandirá a "dueña de la luz" y levantará a los dragones de la piedra (...) recito en tono bajo para si misma.
La mujer quedo unos segundos sumida en sus pensamientos, con los ojos abiertos y sin parpadear antes de volver a mirar a Daenyra. -Tal vez ese sea el camino que tenga que seguir. ¿Podría ver ese huevo?- preguntó con entusiasmo antes de recordar que estaba en una conversación.
-Me disculpo por mi entusiasmo, es que cuando una vive durante tantos años con las profecías no sabe cómo reaccionar cuando estas se revelan ante sus ojos.- Dijo a modo de disculpas antes de retomar la conversación respondiendo las preguntas que le hacían.
-R´hllor no habla a través del fuego, nos manda imágenes o sueños en el que nos revela el futuro. A veces son confusos y es nuestra tarea interpretarlos bien. No es una tarea fácil, requiere de mucha concentración y pericia, pero creo que en este caso voy por buen camino.-
Davos estaba tan emocionado por lo que veía que su cerebro se había bloqueado y no podía hacer ninguna pregunta sin embargo no desaprovecho la oportunidad que le dio Daenyra. -Mi señora Nerea, encuentro muy interesante su doctrina y quisiera saber más sobre el asunto.- Comenzó diciendo. -Si esta en sus posibilidades y luego de cumplir la tarea que le asigno su deidad ¿Puede dedicarme algo de tiempo? como dije antes estoy muy interesado en su religión y me gustaría saber más al respecto. Pero en este momento no encuentro las preguntas correctas para hacer.- Dijo pensando en llegar a su habitación para tomar un pergamino y una pluma con el fin de redactar todas las preguntas que se le vinieran a la mente y poder planteárselas a Nerea.
Sonrió satisfecha cuando vio a Davos tan emocionado. Al menos había conseguido que uno de sus invitados se fuera contento de aquella boda, seguro que su madre estaría orgullosa de ella.
- Pues mi señora, no sé en manos de quién se encuentra ese huevo en estos momentos ni si nos permitirían verlo. ¿Pero qué le parece si, mientras yo lo averiguo vos le dedicáis ese tiempo a Lord Davos? Con el permiso de Lady Lucatiel, claro está.-
Se le pasó por la cabeza que quizás debiera esperar a que ese huevo fuera dado a Maegor para que, si la sacerdotisa roja lograra revivirlo, que no se quedase con los Celtigar, pues sería como regalarles un dragón. Pero la curiosidad le pudo ¿Sería la mujer capaz de hacer el huevo eclosionar?
- Cuando lo averigüe iré a buscarla ¿Dónde se hospeda?-
-Me encantara enseñarle sobre mi doctrina a su amigo mientras usted hace esas averiguaciones.- Dijo la mujer con calma y amabilidad. Me hospedaré en mi camarote del barco de Braavos hasta que encuentre a algún mecenas que quiera tenerme en su castillo. Pero eso sera luego de que termine mi tarea.- Agregó y miro a Daenyra y a Davos para ver si alguno estaba interesado en llevarsela a su corte.
No le gustaban los fanáticos religiosos de ningún tipo y no pensaba tener uno a su lado. Además, decantarse por un dios significaba enemistarse con los otros y ella sabía que para un buen gobierno se debía mantener cierta igualdad, un balance de poderes para que ninguno de ellos se subiera demasiado, como le ocurría en estos momentos a los seguidores de los Siete. Sí, al igual que su prometido Maegor, Daenyra pensaba que el rey Aegon había favorecido demasiado a los Septones. Pero seguro que a Davos le gustaba la idea de poder llevarse a la sacerdotisa roja a su fortaleza.
Estaría bien, por ahora les dejaría a cargo de Lucatiel y así ella podría vigilarlos e informarla después. La joven Baelralys se despidió con una reverencia y abandonó la carpa. Por supuesto a la que pensaba acudir e informar la primera era a Lady Elaena. Ella sabría quién tenía el huevo y si les convenía o no que la sacerdotisa roja intentase algo para devolverlo a la vida.
pues se va a decírselo a Elaena. No sé quién tiene el huevo en propiedad en este momento, pero si es cosa de la dote, esto es más complicado de lo que parece...
Salvo que quieras una escena con tu madre te comento que el huevo sigue en poder de Maegor.