Partida Rol por web

Los Dhaeva de Transilvania.

TERRITORIO 27: Bistritz.

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05/09/2010, 18:01
Soldado Feudal.

- "¡Esperad ahí un momento!" -

El hombre desaparece largo rato tras la muralla. Finalmente las puertas se entreabren con gran ruido y rechinar, lo justo para que pueda pasar Durius de lado.

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05/09/2010, 18:02
Durius de Slobozia.

Son minutos angustiosos, sin nada a lo que aferrarte, con la incertidumbre pendiendo sobre tu cabeza. Minutos en los que tu mente tiende a ser pesimista, donde lo que realmente te apetece es dar media vuelta y huir, donde te arrepientes de encontrarte allí siguiendo las órdenes de alguien que está demasiado lejos como para siquiera suponer una amenaza, constituir poco más que un vago recuerdo o en el mejor de los casos una sombra cada vez más diluida. Por ello, cuando sin previo aviso, la gran puerta de acceso a la ciudad se entreabre rechinante, casi renuente y gritando su rechazo en forma de goznes no engrasados y devorados por el polvo, me sobresalto y vuelvo a la realidad. Suspiro. Si tengo suerte, seré quien provoque la caída de Bistritz. Si no la tengo, caerá Transilvania. No hay tiempo que perder y a través de la estrecha rendija que me permite el acceso a la ciudad, cuelo mi cuerpo hacia el interior, hacia el futuro, sea este el que sea.

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05/09/2010, 18:27
T27: BISTRITZ.

- Los Soldados conducen velozmente a Durius por las estrechas y empinadas calles de Bistritz.

- Pese a la negrura de la noche, casi se percibe la tensión subyacente y el miedo en toda la ciudad debido al asedio magyar y a la incertidumbre.

- Durius es conducido al Castillo del Conde y finalmente al Salón del Trono en la Torre del Homenaje.

- Sin embargo, no es ningún Conde quien le recibe, sino una especie de chambelán que se sienta en una sencilla silla de madera, delante del trono de su señor.

- A Durius le da la sensación de que el trono del Knezi de Bistritz no se ocupa desde hace muchos, muchos meses.

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05/09/2010, 18:31
T27: Mayordomo Valru.

- "Bienvenido a esta desdichada ciudad, señor Durius de Slobozia.

Mi nombre es Valru, Mayordomo al servicio de la Casa Danislav, y actualmente gobernante de esta ciudad por un desgraciado accidente del destino." -

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05/09/2010, 19:13
Durius de Slobozia.

Una simple ojeada en mi apresurado paseo por la ciudad y a la sala de audiencias a la que se me ha conducido me permite comprobar el pulso de una ciudad atemorizada y la presencia de un hombre menor, al que las circunstancias han conducido a un destino no deseado. Los paralelismos entre ambos, entre él y yo, me resultan terribles.

- Gracias por vuestra bienvenida, Mayordomo Valru de la Casa Danislav, gobernador de la ciudad de Bistritz - digo acompañando mis palabras con una sincera inclinación de cabeza -. Me temo que mi presencia en vuestra casa no obedece a buenas nuevas, pues no soy portador de ellas. Como ya os habrán notificado, soy Durius de Tremere, señor de Slobozia y emisario plenipotenciario de Uber Caprescu, Regente del país durante el exilio del Voivoda, enviado aquí con una misión de paz, objetivo para cuyo fin he atravesado el país hasta introducirme en las filas magyares y obtener una audiencia con el Duque Gyula Kadar. Las últimas horas de mi vida se han desgranado con un único propósito. Lograr la paz, el fin de este enfrentamiento bélico, detener esta imparable conquista magyar que ha asolado nuestra tierra drenando las vidas de nuestro pueblo. Las duras condiciones establecidas han sido aceptadas pero existe un último escollo frente al cual, la paz se antoja un sueño lejano. Ese escollo no es otro que Bistritz, vuestra ciudad.

Guardo unos segundos de silencio. Necesito reordenar mis pensamientos para proceder a una exposición clara de mis necesidades. Y el Mayordomo necesitará de ese tiempo para asumir la complejidad y extensión de mi misión. No es hombre al que aparentemente haya de repetírsele dos veces el mismo mensaje para alcanzar a comprender las complejidades del mismo y el alcance de mis palabras. Pero no por ello es necesario apresurarse.

- Mayordomo Valru, he cruzado tierras yermas, poblaciones desaparecidas, burgos quemados hasta sus cimientos. Un viaje salpicado por el caos, la miseria, el hambre y la muerte, un periplo en el que he perdido a la mitad de mis hombres y donde se han producido muertes irremplazables, como las del Abad Ciferinos, sucesor del Abad Sempronius y voz del Patriarca durante su exilio o las de las nobles Sveta Basarab o Vlava Szantovich. La primera había de contraer matrimonio con Gyula Kadar, estableciendo un enlace casi morganático. El Abad, por su parte, había de oficiar tal enlace y convertir al Duque a la fe ortodoxa. Con sus muertes tales posibilidades desaparecieron, mermando en gran medida nuestras posibilidades de conquistar la paz al no contar con mucho que ofrecer a un conquistador que se ha demostrado imparable - señalo firmemente, sin dejar que mi cansancio mental haga mella en mi tono -. A pesar de las adversidades, y en mi condición de plenipotenciario he negociado un alto el fuego, un cese de hostilidades, un prometedor fin de la conquista a sangre y fuego. No negaré que el precio a pagar es alto. Muy caro, pero el beneficio es igualmente alto. La vida de nuestro pueblo. Pero en el afán de Gyula Kadar de demostrar su superioridad en nuestra conversación, ha puesto un primer precio a la paz. Bistritz.

Mi mirada se clava momentáneamente en el suelo. Cuanto voy a decir no es de mi especial agrado, pero debo mostrarme implacable, duro. Debo decir la verdad. Elevo mi mirada y mis ojos buscan los del Mayordomo.

- Bistritz debe rendirse - afirmo levantando enérgicamente una mano para detener cualquier réplica del Mayordomo ante mi exigencia -. No, esperad. Dejadme acabar. Vuestra ciudad ha resistido pero ambos sabemos que es solo cuestión de tiempo que caiga. Semanas, meses, tal vez un año, pero llegará el día en que las puertas se abran y un triunfante Gyula Kadar, a caballo, la cruce para recorrer un sendero salpicado de cadáveres, de mujeres hambrientas sin leche en sus pechos para amamantar a sus hijos, de enfermos de disentería, cólera y tifus, sin varones pues todos habrán caído bajo el peso de las flechas, las piedras y el fuego enemigos. Bistritz está condenada, lo sabéis, lo saben todos. Lo he visto en los ojos de vuestros soldados, en las miradas de la gente en la calle, en los vuestros, pero os ofrezco esperanza, una posibilidad de salvación. Estáis solos y Bucarest está lejos. La capital acoge día tras día hordas de refugiados huídos de las diferentes provincias asoladas por el enemigo y escondida tras sus murallas, se prepara para la lucha venidera. No habrá ayuda de Bucarest, cuyas fuerzas se retienen para lo que está por venir. Y mientras, la comida escasea y la población se revuelve, mientras intenta huir a través de los puertos atestados. Bucarest no os enviará ayuda, ni alimentos, ni ejércitos. Bucarest solo me ha podido enviar a mí, con la esperanza de lograr un milagro - no hay vergüenza en mi voz, pero sí una tremenda humildad -. Mayordomo Valru, si rendís vuestro burgo, no habrán matanzas, ni saqueos, ni violaciones. La población será respetada, no se la esclavizará y la ciudad no será destruida por el fuego. Rendíos, abrid las puertas al Duque magyar y rendidle pleitesía. Y abrid vuestra catedral, pues en ella Gyula Kadar se acogerá a la ortodoxia y uno de vuestros sacerdotes oficiará el sagrado sacramento de su bautismo. Y con la salvación de Bistritz, comenzará la salvación de Transilvania. Vuestra ciudad será la segunda ciudad de la nación, allí donde todo comenzó. Y vos seréis el artífice de todo ello.

La verdad siempre es cruel. Y dura. No admite veleidades, ni tonterías. Contemplo al Mayordomo, este hombre menor, posiblemente mucho más capaz que su Señor Conde, y lamento haber colgado sobre sus hombros tamaña responsabilidad, un peso bajo el cual, muchos hombres fuertes caerían.

- Mayordomo Valru, gobernador de Bistritz, a vos corresponde decidir, en vuestras manos está que este sea el comienzo del fin de la guerra o el fin del comienzo de la paz. Toda Transilvania y sus gentes dependen de vuestra respuesta.

 

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05/09/2010, 19:58
T27: Mayordomo Valru.

- "No debía de ser yo quien tomase tal decisión, ¿sabéis? Mi señor, el Knezi Boris Danislav falleció hace un año por causas naturales, sin herederos directos. Envié mensajeros a Suceava, sede principal de la Casa Danislav, y a Bucarest, solicitando del Voivoda que nombrase un nuevo Knezi. Ninguno de los mensajeros regresó con nuevas, no tuve noticias ni del Voivoda ni del Patriarca. Nada. Y luego llegaron los magiares, conquistando el país a sangre y fuego...

Llegaron refugiados y noticias sobre la caída de Suceava y la terrible masacre allí acontecida. Así como otras noticias sobre la retirada del Voivoda y la ausencia de cualquier esperanza para Transilvania..." -

Se queda un largo rato callado, meditando.

Después coge una copa de una mesita a su lado, la llena de vino tinto y vierte en el vino unos polvos ocultos en su anillo de Mayordomo, un sello Danislav. Durius alcanza a oler el olor de la ponzoña en el vino.

- "Vos, Durius de Slobozia, me llevaréis ante el Duque. Si él me mira a los ojos y me da su palabra de que el pueblo será tratado con piedad cristiana, entonces daré la orden a las tropas de que abran las puertas y se rindan." -

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05/09/2010, 20:12
Durius de Slobozia.

- Ni yo debería ser quien os hubiera puesto en esta tesitura. Soy un señor menor, sin título alguno y dueño de una tierras que ya no me pertenecen - digo observando sus maniobras y oliendo desde la distancia el veneno que acab de verter en su vino -. No somos tan distintos, Mayordomo Valru. Nos han tocado tiempos difíciles y responsabilidades que no nos estaban inicialmente reservadas, pero estamos donde estamos y debemos afrontarlas. La muerte no es una escapatoria - digo tras una pequeña pausa -. Ni siquiera una salida digna para quien ha demostrado su fortaleza y valía. Mayordomo Valru, vuestro pueblo os seguirá necesitando durante un largo tiempo. Es hora de reconstruir el país, y para eso serán necesarios todos los hombres de pro y valía que nos quedan, lo cual os incluye indefectiblemente. No renunciéis antes de tiempo. Otros ya lo han hecho y ahora se refugian en el extranjero, observando el que fuera su antiguo feudo, político o espiritual. Y no dudo que tratarán de rapiñar en un futuro lo que podamos lograr ahora con nuestro esfuerzo y que ellos abandonaron tan prontamente. Pero esa será otra época. Ahora, somos nosotros, los hombres como vos y yo los que debemos hacer cuanto esté en nuestras manos. Es la hora de sacrificarnos por el bien común. Pero para ello, debemos seguir vivos.

Lanzo un pequeño suspiro. Sea cual sea la decisión de este hombre, es ya la hora.

- Acompañadme pues donde Gyula Kadar.

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05/09/2010, 20:28
T27: Mayordomo Valru.

- "Vos no lo entendéis, pero es lo que debe hacerse." -

Valru alza la copa y la apura por completo. Hace una seña a los guardias para que os acompañen.

- "Vayamos pues." -

 

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05/09/2010, 20:30
Soldado Feudal.

Un pequeño grupo de soldados acompañan a Durius de Slobozia y al Mayordomo Valru hasta las puertas de la ciudad.

Una vez el grupo llega hasta ellas, las puertas se abren un poco más que antes para dejar salir al grupo, mientras los soldados alzan pendones de parlamento.

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05/09/2010, 20:31
ATAQUE BARBARO.

- Una vez el grupo se aleja lo suficiente de la ciudad, son detenidos por arqueros magyares.

- Los soldados son obligados a esperar, mientras los guerreros magyares escoltan a Durius de Slobozia y al Mayordomo Valru hasta la tienda del Duque Gyula Kadar.

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05/09/2010, 20:33
Duque Gyula Kadar.

TIENDA DEL DUQUE:

- "¡Menuda sorpresa! Este sí es un giro inesperado de los acontecimientos. Este debe ser el hombre que me ha causado tantísimos problemas en los últimos meses. Y por lo que veo ni siquiera es de la sangre de los Danislav. Será un placer haceros ejecutar una vez rindáis vuestra ciudad, señor." -

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05/09/2010, 20:36
T27: Mayordomo Valru.

- "Habláis con un hombre que ya está muerto, así que podéis ahorraros una ejecución.

Antes de dar la orden a mis tropas de rendir la ciudad de Bistritz y el Condado de Bistrita, tengo que ver en vuestros ojos la verdad. Juradme que el pueblo recibirá un trato cristiano.

Sabed que juráis a un hombre que está a punto de morir, y que si mentís os perseguiré desde más allá de la tumba." -

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05/09/2010, 20:39
Duque Gyula Kadar.

- "¡Ah, este es un hombre de lo más interesante el que me habéis traído, mi querido Durius! Está bien.

Yo, el Duque Gyula Kadar, tío del rey Trystan I de Hungría, doy mi palabra de honor y juramento ante los presentes de que aceptaré bautismo cristiano, así como las costumbres que ello conlleva. Que daré trato cristiano y clemente a los enemigos que se rindan de buena fe, sin tomarlos como esclavos ni masacrarlos.

Ahora bien, como su nuevo señor feudal seré el gobernante absoluto de estas tierras, con todos los derechos y privilegios que ello conlleva." -

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05/09/2010, 20:43
T27: Mayordomo Valru.

- "Y yo, Valru de Bistritz, Mayordomo de la Casa Danislav, escucho y soy testigo de tal juramento y entrego de buen grado mi vida por su cumplimiento.

Ahora si me lo permitís, Duque, iré a dar aviso a mis hombres de que rindan la ciudad." -

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05/09/2010, 20:45
Duque Gyula Kadar.

- "Naturalmente, id con... Jesucristo, Mayordomo Valru." -

El Duque sonríe falsamente mientras el Mayordomo abandona la tienda, de regreso a la ciudad.

Después mira intensamente a Durius a los ojos.

- "Has hecho un gran trabajo, pupilo mío. Ahora sé con seguridad que serás capaz de repetirlo en toda Transilvania. En menos de un año espero estar cómodamente sentado en mi trono en mi nueva capital, Alba Iulia. Y tú estarás a mi lado como mi secretario." -

Entonces parece ocurrírsele algo:

- "Ese Mayordomo es interesante. He podido oler el veneno en su aliento. Creo que le privaremos de la liberación de la muerte. Síguele y, cuando expire su último aliento, concédele el Don del Abrazo. Que se una a nosotros en la noche, pues vamos a necesitar agentes como él." -

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06/09/2010, 14:01
Durius de Slobozia.

Aún debo aprender muchas cosas. Es casi cuanto puedo decir, al ver cómo se desarrollan los hechos. Hay aún demasiado del viejo Lisander en mí y pese a todo lo vivido en mi etapa como Durius, sigo teniendo cierta ingenuidad infantil que me hace confiar en la palabra de los demás. No entendía a Valru, el Mayordomo de la Casa Denislav. Ahora, solo puedo pensar en mi propia estupidez.

Valru le ha arrebatado a Gyula la ocasión de una ejecución ejemplar y vengativa. Una ejecución que no debería haberse dado, pues Gyula me dio su palabra de respetar la vida de todos los ciudadanos de Bistritz. Y ahora, ese viejo perro me pide que le niegue el derecho a la muerte y lo convierta. Aunque antes me ha arrojado el hueso de mi nueva posición como secretario suyo, tras repetir con mi indigno papel en todas las villas y burgos de Transilvania que aún no han caído.

Honestidad frente a supervivencia. Justicia frente a venganza. Orgullo frente a sacrificio.

No puedo negarme a mi nueva misión. El orgullo a renunciar al nombramiento y a despreciar la misión que se me ha conferido deben relegarse a favor de las gentes de Transilvania. Curioso, un vampyr trabajando y sacrificándose por una humanidad que si tuviera la ocasión lo destrozaría. Ironías del destino. Y además, deseo vivir. Sí, vivir, aunque mi vida sea tan diferente a la de cuando era un simple cantor de posada y un persecutor de faldas. Y si fuera honesto y dijera lo que pienso, dudo que llegara a ver una nueva noche, una nueva luna. Aunque quizá se me otorgara el privilegio de ver un último amanecer. Y si fuera justo, concedería a Valru su derecho a morir definitivamente, escapando a todo el dolor y miseria acumulados, a la vergüenza de creer que no ha cumplido con su labor de forma digna. Pero no, incluso en contra de mis deseos, le concederé el derecho a la venganza. Dispondrá de una pequeña eternidad para ello.

- Así se hará, mi señor Duque - respondo, al tiempo que hago una pequeña reverencia.

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06/09/2010, 18:55
Duque Gyula Kadar.

- "Ay, Durius, con tus acciones has salvado a toda Transilvania, más no será tu nombre el que figure en los libros de historia." -

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06/09/2010, 18:56
21 - El Mundo.

- Durius sale de la tienda del Duque y sigue al Mayordomo Valru de vuelta a la ciudad, donde observa como éste cumple su palabra y ordena la rendición y entrega de armas a todas las tropas.

- Todas las puertas de la ciudad son abiertas por completo mientras los defensores abandonan sus posiciones para rendirse.

- Los magyares entran en la ciudad a caballo, pero de forma silenciosa, tranquila y ordenada. Por primera vez los bárbaros entran en una ciudad sin que ésta sea saqueada, incendiada y arrasada.

- Durius sigue a Valru de nuevo al castillo, donde ve como se sienta en su sencilla silla para morir. Le asiste en sus estertores finales causados por el veneno ingerido, para después traicionarle con unas gotas de su propia sangre oscura en los labios del Mayordomo moribundo, al que se le niega así la muerte.

- Mientras amanece, Durius lleva en brazos a su nuevo compañero en la eternidad hacia las profundidades oscuras del Castillo de Bistritz, a donde ni el Sol ni los hombres puedan encontrarles durante el día.

- Supervivencia: Transilvania vive. Venganza: Transilvania siempre la obtiene antes o después. Sacrificio: Por Transilvania, por la tierra y por la sangre de su pueblo. Ningún sacrificio es demasiado grande, y ninguno es en vano.

- Aquí termina la primera parte de las Crónicas de los Dhaeva de Transilvania. Una época, la del gobierno búlgaro y el poderoso Voivoda llega a su fin. Otra, la del gobierno magyar y el veleidoso Duque húngaro ha dado comienzo.

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06/09/2010, 19:57
04 - El Emperador.

ES EL INICIO DE UNA NUEVA ERA PARA TRANSILVANIA:

- Fuera de las fronteras del Principado de Transilvania se han producido temibles batallas y choques de grandes ejércitos. El Imperio Búlgaro se ha resquebrajado en su debilidad y los magyares han llegado a saquear zonas cercanas a su capital, Sofía. Los bárbaros magyares se alzan como nuevo poder, y, al hacerlo, comienzan a adoptar parte de las costumbres de los vencidos: el cristianismo y el feudalismo.

- El rey Trystan de Hungría se bautizó hará casi un año, y adoptó el sistema nobiliario de títulos feudales, así como el sistema de pactos de vasallaje.

- Algunos de sus subordinados, como el Duque Gyula Kadar, habían aceptado el feudalismo, pero todavía seguían manteniendo la fe pagana y gran parte de las antiguas costumbres de saqueo, matanzas y violaciones.

- Todo esto ha cambiado gracias a un anónimo e insignificante servidor del Regente de Transilvania, quien a su vez es un agente del Voivoda al que pronto tendrá que seguir en el exilio.

- Ese anónimo e insignificante sirviente, que ahora sirve al Duque Kadar como secretario, es el encargado de ir ciudad por ciudad, consiguiendo la rendición y el sometimiento de las gentes a cambio de clemencia cristiana y paz.

- El pueblo de Transilvania sobrevivirá, sólo que con un nuevo gobernante y una nueva nobleza extranjera. Gran parte de la antigua nobleza seguirá existiendo, aunque degradada al papel de terratenientes sin verdadero poder político.

- Tal vez dentro de un siglo, el Voivoda Vladimir Rustovich retorne para intentar derrocar al Duque Gyula Kadar y recuperar su antigua posición de poder. Puede que tenga éxito, puede que no.

- Un nuevo invasor, nuevas piezas en el tablero de ajedrez de Transilvania. Muchas piezas han sido sacrificadas o derrotadas, pero entre la oscuridad y las tenebrosas sombras, los Dhaeva continuarán con su juego milenario.