Partida Rol por web

El susurro de aquel noble caballero hace que Zort se impaciente un tanto. Con todas las cosas extrañas que había visto, ya nada lo sorprendía. Pero aquello era raro, miró a Haekor y a Zuyla, para que estén atentos. Algo raro había percibido ya la estancia anterior en aquel lugar. Mejor prevenir...

Oh, no, mi querido Henric. Lamentablemente no venimos por albergue para nosotros. Solo necesitamos una pequeña audiencia con usted y el Príncipe Ivan. Es un tema urgente.

Henric parece tan sólo levemente aliviado:

- "En ese caso, acompañadme al piso de arriba." -

- Los tres Dravescu y Haekor siguen al noble Valeriu hasta el piso superior de la torre.

Otra vez aquella extraña sensación dentro de esa torre. Definitivamente aquel no era un lugar para pasar una noche tranquila. Zort estaba un tanto ansioso por salir de alli pronto.

En el piso superior, sentado ante una mesa, el príncipe está devorando una bandeja de carne casi cruda.

Sus ropajes son magníficos, pero sus modales a la mesa son detestables. Cuando llegáis, el príncipe os mira un momento con ojos que refulgen con un brillo plateado. Son ojos de depredador.

De pie tras el príncipe hay una mujer sucia y ataviada con harapos de mendiga, también ella irradia un aura animal y salvaje de fiera en presencia de potenciales presas que comer.

- "¡Ah, los Dravescu! ¿Qué os trae de nuevo por mis dominios, nobles señores?" -

Aguarda agazapada detrás de su amo, como esperando la orden de saltar sobre los invitados y despedazarlos.

Zort se frena en seco ante aquel espectáculo grotesco. Trata de disimular su incomodidad, probablemente sin mucho éxito. Aquella mujer da un aura terrorífica para terminar de cerrar la escena. Obviamente las cosas se ponen un poco tensas, pero Zort confía en los dos fuertes caballeros que tiene detrás.

Mi Señor Príncipe. Esta vez somos nosotros quienes necesitamos una ayuda de su parte. Como tal vez habréis escuchado, el norte ha caído en manos de los magiares. Nuestra tierra, Satu Mare fue arrasada, y mi hijo Vladimir junto al presente Haekor y otros caballeros lograron sacar parte del pueblo con vida. A pesar de sus esfuerzos, la sed de sangre magiar no ha mermado, siguen conquistando. En un consejo hemos decidido bajar hacia el sur, en busca de un lugar seguro para los habitantes de Satu Mare, por un lado y... Una plaza fuerte para ayudar a la resistencia por otro.

No podía evitar llevar sus ojos cada tanto hacia la mujer que los asechaba. Que tipo de demonio eres?

Decidimos que Sibiu era la mejor opción. Y estamos aqui para rogarles que nos ayuden, intersediendo por nosotros ante los Señores locales.

- "Veamos, y, ¿qué aportan los Dravescu a la defensa de Sibiu? Un solo caballero, un escudero y un guardabosque... Además de todo un montón de nuevas bocas que alimentar.

No aportáis tropas ni ninguna ventaja significativa, y vuestra Casa es tradicionalmente enemiga de los Bratovich. ¿Qué os ha hecho pensar que ahora vayan a acogeros como aliados?

Son tiempos tempestuosos. Dormid esta noche en mi casa y partid mañana con la luz del sol. Ese es mi consejo." -

Quien demonios te crees? Qué es lo que dices?Una cierta sensación de rabia hizo que Zort apretara sus puños.

Un caballero que vale por muchos. De hecho ha matado bestias horrendas que nadie se animaría ni a mirar a los ojos. Y un guardabosques poderoso, que dejaría hasta su ultima gota de sangre en el campo.

La verdad, solo dice la verdad... Su ira era mas por la impotencia, de chocarse con una realidad que ya había pensado como posible. El Señor de los Perros era un declarado enemigo de Tiberiu, y ello conllevaba una mala relación entre las casas.

Como fuere, tal vez hubieras podido interceder, al menos intentarlo. Gracias igual. Nos retiramos ahora mismo.

Zort deseaba dejar aquel sitio lo mas rápidamente posible. El Príncipe no parecía nada amable, y su bestia menos. Salieron de la torre y volvieron con su gente.

Partiremos ahora mismo, a marcha forzada. No quiero que la noche nos agarre cerca de este lugar. Haekor, tu y Andrei cubrireís la retaguardia. Zuyla y yo iremos al frente. Vamos, a Budapest!

- "Querréis decir Bucarest, tío Zort." -

Haekor, atento como Zort les había pedido,no pasaba nada poralto. Cuando se dirigieron a la torre, algo le decía que no le gustaría lo que se iban a encontrar. Al entrar en la sala de la torre, lo que vio no le decepcionó. Allí, detrás de una mesa, mas que humanos vio dos bestias dispuestas a saltar sobre ellos. Haekor aferró su espada con ahinco y sepreparó paralo que pudiera pasar.

Fue un alivio cuando salieron de aquella demoniaca torre. Y otro mayor cuando salieron de ese lugar. Cuando Zort le dijo que vigilara la retaguardia asintió sin más. La verdad es que ya lo había pensado, con lo aceptó de buen grado esa orden.

La rapida visita en Sibiu retornaba la cruda realidad a Zuyla. Aunque en guerra, los señores de los territorios seguian en sus estupidas luchas de poder. Satu Mare habia estado defendiendo toda Transilvania de las hordas magiares generacion tras generacion. Y ahora que estos atacaban con toda su cueldad, nadie recordaba los anteriores años en los que habian sido protegidos.

Nada habia que hacer en esas tierras, Ivan tenia razon, pero Zuyla no cesaria en su empeño de salvar a su gente.
 

Marchamos hacia Bucarest- grito el caballero nada mas salir de la fortaleza- Se que estais cansados, pero tenemos que continuar. Aqui no nos quieren brindar seguridad, y no pararemos hasta que todos estemos a salvo.- acto seguido comenzo a reorganizar a los refugiados-  Subid a las personas mayores, a las que se encuentren maleridas, o que no puedan casi caminar a la carreta, en la medida de lo posible. Necesitamos que toda aquella persona capaz de defenderse se divida en dos grupos, uno al frente junto a mi y otro en la retaguardia con Andrei, las mujeres y los niños que se mantengan en el centro.

Escuchadme, cruzaremos todo el pais si es necesario, sobreviviremos a esto, lo lograremos. Nunca nos dejamos amedrentar por los magiares y nunca lo haremos. Y cuando seamos fuertes de nuevo, regresaremos a reclamar nuestras tierras y entonces seran ellos los que nos teman, ya que no volveran a poner un pie en nuestro hogar.

Zuyla creia firmemente sus propias palabras, no habia nunguna duda en su mente, el sabia que podian conseguirlo.

- La comitiva liderada por los Dravescu abandona la ciudad de Sibiu a toda prisa por la carretera del Sur que va hacia Rimnicu Vilcea, la Tirsa de Valcea.