- "Soy el Conde Bratovich, bienvenido a mi morada. Me han dicho que sois el Señor de Slobozia. En estos tiempos de guerra e incertidumbre, el derecho de paso queda en entredicho.
Mi lealtad es tan sólo para el Voivoda de Transilvania." -
Alarmado por los gritos de uno de los hombres, el Abad mando a los monjes al carruaje y se acerco intrigado.
Sargento ¿que ha ocurrido?
- "Todo indica que ha muerto por agotamiento y anemia, monseñor Abad. Tal vez era de corazón débil." -
- "En cualquier caso, no se puede afirmar que sea una gran pérdida. La Casa Szantovich ha caído en desgracia, y era cuestión de tiempo que esta muchacha falleciera. Demasiados enemigos se han buscado a lo largo de las décadas de poder." -
Sin duda,es una lástima...Pero todos hemos de atender la llamada del señor algún día. Haciendo ver su conformidad con la opinión del sargento ,volvió a repetir sus palabras al lacayo.
Será mejor que tape el cuerpo y así evitaremos posibles sobresaltos, hasta que vuelva Durius.Yo me encargare de que tenga unos oficios a la altura de la Casa Szantovich
Requiem in pace
- Me alegra comprobar que vuestra lealtad es para con el Voivoda, Conde Bratovich - digo tras una leve inclinación de cabeza -, pues la misión que me trae hasta vuestras tierras no es sino en cumplimiento de su voluntad, a través de la voz de mi señor Uber Caprescu, regente del país durante su ausencia. Es agradable comprobar que en estos tiempos difíciles hay hombres que saben mantenerse íntegros, sin caer bajo las veleidades de la guerra y el poder, siempre tentadores. Pero las palabras son solo eso, simple aliento que se lleva el viento y que nada demuestran. Y no, no es que ponga en duda vuestra palabra - digo alzando la mano en un gesto que deniega tal intención -. Me refiero a que conseguir convenceros de la certeza de las mías será más difícil que simplemente proferirlas. Así, pues, preguntad cuanto deseéis hasta que veáis satisfecha vuestra curiosidad y consiga vuestra aquiescencia para cruzar vuestras tierras. Pero no os demoréis en exceso, pues mientras dilapidamos nuestro tiempo, las gentes de Transilvania mueren y mi destino no es otro que el de frenar tal hecho.
- "No os conozco, Señor de Slobozia, y vuestro acento os delata como extranjero. Presiento en vos una Sangre poderosa, aunque no pertenecéis a ninguna de las Grandes Casas.
¿Quién es vuestro señor y cuál es vuestra misión?" -
- Mi señor es el Regente Uber Caprescu, voz del Voivoda en estas tierras durante su exilio - digo al hombre que se sienta ante mí -. Y mi misión es negociar con el líder magyar y tratar de conquistar la paz y acabar con la guerra que asola a nuestro pueblo.
Quería darle una sorpresa a mi amado y la sorpresa me la llevé yo.
Abrazada a su cuerpo, sintiendo el éxtasis de su beso mi vida es bebida con ansia y mi alma se entrega al vampiro que me exprime hasta terminar conmigo.
Dulce final para tamaña historia. Al menos mi cadáver descansa con una sonrisa en los labios. Espero que en mi siguiente vida, en el infierno, pueda aprender grandes cosas para volver algún día a la tierra que me vio morir.
Una pena no haber podido besar sus labios. Adiós mi amor, me reúno con mi familia.
- "No sabía que el Voivoda se hubiese exiliado. Eso no dice mucho a su favor.
No tengo claro que ese Regente vuestro sea mi señor, por mucho que sirviera al Voivoda no es más que un Caprescu, un noble muy menor.
El Voivoda me nombró a mí Recaudador General de los Tributos de toda Transilvania, mi sangre es la más poderosa, la de los Bratovich, y mi rango es el de Knezi, de varios territorios además. Yo debiera ser el Regente y no un mercenario noble advenedizo.
En cuanto a vos, por lo que yo sé Slobozia no es más que un miserable villorrio perdido en algún lugar del borde sudeste de Moldavia. Ni siquiera sabía que tenía señor feudal, al menos no otro que el Conde Florescu de Moldavia.
Tal vez no debería de creeros. En cuanto a vuestra misión, me parece cobarde y mezquina. Todo el país debiera alzarse en armas contra el invasor y derrotarlo. Negociar es lo que hacen los débiles.
Una parte de mí me dice que debería de haceros empalar de inmediato, a vos y a vuestros seguidores que aguardan fuera del castillo.
Otra parte más pequeña me advierte de que tal vez no pierda nada dejandoos pasar a vos y a vuestra comitiva hacia el norte.
Me decanto por esta última. Partid de inmediato y atravesar mis dominios tan rápido como podáis, antes de que cambie de opinión y envíe a mis tropas para aniquilaros." -
- Es privilegio vuestro creerme o no, aunque os agradezco vuestra disposición. Y no negaré que haya verdad en vuestras palabras, en cuanto habéis dicho, noble señor. No quiero abusar de vuestra confianza y me retiraré de inmediato, pero antes quisiera que me concedierais el favor de unas últimas palabras. El Conde Florescu fue en efecto señor de Slobozia, que como bien decís no es región rica ni próspera. Pero sus derechos sobre dichas tierras fueron cancelados po rel propio Voivoda, quien se los adjudicó a mi tío, el Caballero Sidor. Su muerte temprana es loque me condujo a mi actual posición. Respecto a la marcha del Voivoda, no soy quién para criticarle. Es hombre que piensa a largo plazo, un consumado estratega. La suya será una victoria de futuro. Y aunque coincida con vos en que la pelea, la lucha debiera haber sido nuestro primer paso, las tropas magyares se han revelado especialmente capaces y sangrientas, bañando nuestro país en sangre, quemando nuestras cosechas y matando a nuestras gentes. Por ello, la paz es deseable. Una medida a corto plazo. A largo plazo, el tiempo se encargará de poner a cada uno en su sitio. Pensad en ello y en las posibilidades que tal cosa os proporcionará. Y ahora, con vuestro permiso me retiraré y obedeceré vuestras disposiciones, atravesando vuestro territorio con la mayor presteza posible. Pero una última cosa. Tal vez algún día necesitéis ayuda. Recordad mi nombre, pues si está en mi mano, haré cuanto pueda por vos. No olvidaré lo que habéis hoy vos por mí.
- El noble Durius regresa junto a su comitiva al tiempo que las puertas del sur del Castillo de Bran se abren de par en par.
- La comitiva pasa rauda por esas puertas y cruza un amplio espacio entre dos murallas protegidas por arqueros.
- Finalmente llegan a las puertas del norte y al Paso de Bran, una de las rutas más conocidas para cruzar los Montes Cárpatos hacia el corazón de Transilvania.
- "Es una suerte que hayamos logrado pasar con tan poca dificultad. El Señor de la Casa Bratovich es conocido como el Señor de los Perros, y se le considera un perro rabioso, sanguinario e impredecible. Se sabe que mató al Conde de Sighisoara para obtener su título, y que pudo conservarlo gracias a que el difunto Conde había iniciado una sublevación campesina en contra de su propio vasallo." -
- Habrá que confiar en esa suerte sargento Dominik y esperar que nos siga acompañando durante el resto del viaje. No va a resultar fácil que nuestra comitiva llegue sin problemas. Hemos perdido dos hombres de forma casi imprudente, pero dentro de lo malo ha sido bastante liviano lo que hemos tenido que soportar. Confiemos que las cosas se mantengan como hasta ahora. Esta haciendo un buen trabajo, Sargento Dominik - le digo al hombre de armas. Tras esas pocas palabras, hago recular al caballo y me pongo ala altura del carruaje de los monjes. Hace horas que no veo a Vlava, pero imagino que estará descansando y no quiero molestarla -. Abad Ciferinos - digo dirigiéndome al religioso -, hace una noche espléndida. Y estamos vivos. Lo cual es casi más de loq ue esperaba tras mi entrevista con el Conde Bratovich. Un hombre temible. Alguien a quien la iglesia deberá tener en cuenta de cara al futuro. No dudo que ese hombre hará fortuna en estos tiempos. Y llegada la paz, con las tierras abandonadas y los nobles y señores feudales, muertos o en el exilio, el Conde querrá extender sus garras sobre todo cuanto pueda acaparar.
Como había ocurrido durante todo el viaje, el Abad se encontraba en silencio junto alguno de sus monjes,cuando escucho las palabras de su Sire.
Oh, ya lo creo. Dijo asomándose ligeramente.Agradezco la visita, aunque en el viejo monasterio de Braila estábamos más que acostumbrados al silencio,no acabo de acostumbrarme al movimiento del carruaje. En cuanto al conde Bratovich, ya me han llegado rumores sobre ciertas hazañas suyas...Y sin duda no sigue el camino del señor.
Honeste vivere, neminem laedere et jus sum cuique tribuere
Tras recitar parte de uno de los muchos textos antiguos que su difunto mentor le había enseñado se quedo unos segundos reflexiones.
Mi señor... Las propiedades de aquellos que abandonaron estas tierras, no solo son una tentación para aquellos que no siguen las enseñanzas de la iglesia. Podrían atraer fieles dispuestos a defenderlas.
- La comitiva del Caballero Durius atraviesa velozmente el castillo de Bran y se interna en el desfiladero hacia el norte.
- Hay que evitar los caminos entre montañas que conducen al Condado de Covasna, pues al parecer ese lugar está maldito con una miasma que mata y contagia a quienes entran en ese territorio.
- La ruta lógica es hacia Sighisoara.
- Una vez cruzan el castillo y se han alejado bastante, Durius regresa al carruaje, y es entonces cuando descubre que Vlava está muerta...