Partida Rol por web

La visión del Bosque Otoñal fue completamente desoladora. Hacía mucho tiempo que los ojos de Valdis no veían la grandeza de ese gran paraje y ante esa visión se planteaba si podría volver a admirarla alguna vez. El bosque era ahora mismo un enrme cementerio calcinado hasta los mismísimos cimientos de la tierra. El causante de tal atrocidad debía albergar un profundo odio hacia esa tierra para cometer semejante acto.

-Esta visión es desoladora. Es horrible. Sea quién se el que haya hecho esto debe pagar por ello, aunque no se si habrá castigo terrenal suficientemente alto como para compensar todo esto.- dijo un Valdis solemne que parecía estar conteniendo toda su ira con un gran esfuerzo, al igual que Shigraat.- Lo encontraremos. Es nuestro deber.- añadió uniéndose a la búsqueda del mañdito Abad cristiano causante de tal desolación. Si el grupo lo encontraba probablemente deseará no haber nacido...

VALDIS:

- Tira Percepción + Sagacidad, dificultad 6.

MIHAIL:

- Tira Percepción + Supervivencia, dificultad 7.

SHIGRAAT:

- Tira Nieblas + Grammarye, dificultad 6.

Mihail se puso a rastrear al causante de aquello con toda la fuerza de su corazón.

En la pagina dijiste que era Nieblas + Grammarye y en el MP dijiste que era con Sagacidad. Asi que lance las dos y tu veras cual sirve.

MIHAIL:

- Determinas que el bosque fue incendiado hace un mes, y no de forma natural.

- Encuentras suficientes pistas como para deducir que una partida magiar estuvo en el bosque y que se usaron braseros para invocar algo...

VALDIS:

- Observas la madera quemada con tu vista feérica. Esto no ha sido obra de un sacerdote cristiano. El fuego era de origen sobrenatural, posiblemente de criaturas invocadas desde el plano elemental de fuego.

SHIGRAAT:

- El sacerdote cristiano que sacralizó el bosque fue asesinado por chamanes magiares hará dos meses.

- Esos mismos chamanes invocaron elementales del fuego para que incendiaran el bosque e impidieran la huida de cientos de refugiados de Oradea, que fueron tomados como esclavos.

- Obtienes una serie de visiones: Los causantes están en Oradea. Son probablemente medio centenar de salvajes jinetes, cuatro chamanes y dos hombres lobo. Demasiadas fuerzas para tu pequeño grupo, seguramente.

Mihail desmontaba cada varios metros, tocaba los arboles quemados y volvía a montar. Alguna que otra vez cogía alguna rama del suelo, desenterrándola de entre las demás.
Dirigió al grupo hasta un pequeño claro, apenas se le podría llamar así ya que la distancia entre los arboles solo era algo mayor, como si en un pasado hubiesen arrancado varios arboles.

Saltó al suelo y las cenizas del lugar le cubrieron los pies. A patadas fué despegando el suelo de ellas hasta dejar a la vista la triste tierra, en la cual se podían observar marcas en el suelo, en grupos circulares.

Se giró a los demás mientras acariciaba la crin de su caballo.

Que el incendio fué probocado no hay duda, se inició en al menos diez focos diferentes, sin seguir ningún patrón concreto. Por la poca coloración que sueltan los arboles debe hacer un mes del incendio. Mostró luego algunas de las ramas que había recogido del suelo. Usaron estas ramas para prender el fuego, la textura y olor de las mismas indica que las untaron de brea, eso sí son de un tipo de sauce que no se ve por nuestras tierras. Son las antorchas que usan los magiares. Luego se acuclilló indicando las marcas del suelo. Intentaron esconder esto con cenizas, pero es imposible que en un lugar con menos población de arboles la capa de ceniza sea mayor que en el resto del bosque. Por el peso y forma diría que aquí postraron braseros, solo hay que oler el aire para notar que aquí se invocó algo. Desconozco que.

Luego subió a su caballo, aún pensativo. Aquel nuevo descubriminto no le gustaba nada.

Sheil avanza por entre las cenizas de lo que había sido un lugar para engrandecer el alma. Se siente sola, y sus dedos deshacen la ceniza de uno de los árboles más cercanos, que se resquebraja a su contacto. Ni siquiera siente fuerzas para llorar.

Detrás suyo, a su alrededor, Mihail, Vladis y su Señor intentan buscar lo que las cenizas pueden decirles. Casi siente dentro suyo la ira del Portador, pero las cenizas también parecen invadir su cuerpo. Está vacía. Se sienta en el suelo, dejando que las cenizas se extiendan por su vestido y lo oscurezcan en su negro contacto.

Poco después, o después de horas, no podría precisarlo, siente que Mihail vuelve a montar a caballo. Ella lo hace a su vez, abúlica, y las palabras de Mihail le llegan sin sentido ni significado. Sólo es un sueño del que quiere despertar.

La vista feérica de Valdis se va posando sobre todos los árboles calcinados. A pesar de la ira y la tristeza que le nuble la mente es capaz de reconocer ciertas marcas que sólo uno de su especie podría reconocer, o al menos eso es lo que debería ser pues al parecer Mihail también se ha percatado de que algo falla en ese bosque arrasado.

-Mihail tiene razón.- dice frunciendo el ceño algo más preocupado.- Esto no ha sido obra de un sacerdote. Lo que quemó este bosque no ha sido el simple fuego de las antorchas de los humanos. Esto ha sido producido mediante un fuego superior: un fuego sobrenatural, probablemente creado por seres invocados desde el plano elemental.- informa al grupo añadiendo datos extra a lo que Mihail ya sospechaba.- No creo que esas criaturas se encuentren todavía por aqui pero lo mejor será no confiarnos y extremar las precauciones...- termina advirtiendo a sus compañeros. Ya se ha enfrentado a demonios y no son combates precisamente fáciles. De hecho si no hubiera tenido suerte en su último combate habría muerto en las garras de uno de esos seres...

Despues de tomarme un momento de silencio durante el cual tuve la informacion que necesitaba, le respondo a mis compañeros:

 - "El sacerdote sacralizó el bosque y luego fue asesinado por los chamanes magiares hace dos meses. Luego ellos convocaron elementales para incendiar todo el bosque, para evitar que los refugiados humanos huyesen. Ahora los magiares que quedan estan al norte, en Oradea son cincuenta jinetes, cuatro chamanes y dos hombres lobo. No creo que podamos vencer todo eso, no a la vez. Si pudiese tener victimas aqui podria replantar el bosque completo, pero asi como estamos, veo que solo nos queda seguir huyendo y salir de Transilvania hacia el oeste, hasta que las cosas se calmen. ¿Alguien tiene una mejor idea?"

Espero una respuesta que pueda darme una luz de esperanza, pues lo ultimo que quiero es dejar atras a esta tierra que me vio nacer.

Mihail pensó largo y tendido. Vencer a aquella media centan de jinetes sería tarea casi imposible, y lo que era peor, totalmente inutil. Aquello solo sería una pequeña parte del ejercito magiar, incluso si les vencían no cambiarían nada.

Negó con la cabeza a Shigraat No veo otra salida que la de salir de transilvania, aún así y por poca que sea la esperanza, sabeis que un un futuro lejano podréis volver aquí y ver este bosque recuperarse y renacer. Mis ojos no lo verán pues soy un simple mortal, pero vosotros sois el futuro de este bosque. Debeis vivir.

Valdis pensó en las posibilidades que tenían ante ellos. Eran pocas, muy pocas...y entre ellas era mejor descartar las que implicaban una total inmolación. Eso reducía el número de posibilidades a sólo una: la que había dicho Shigraat. Con cierta rabía pateó el suelo que pisaba. Había decidido seguir a los suyos esperando poder hacer algo por su hogar y en cambio se encontraba una vez más con que lo único que podía hacer era huir. No tenían más alternativas.

- Me va a doler mucho, y la rabia que siento en mi interior es bastante grande...pero me temo que estoy de acuerdo con vosotros. La única opción que tenemos es salir de Transilvania, y esperar que algún día podamos regresar para reconstruir nuestra casa.- dice con la misma solemnidad que sus compañeros. Era una posibilidad bastante remota viendo su situación actual pero sólo les quedaba tener esperanza. El camino para salir de Transilvania se abría ante ellos no exento de peligros...

- Transcurren los días mientras todos se sienten un tanto apáticos y derrotistas.

- Lo cierto es que si el grupo va a abandonar Transilvania, queda mucho camino por delante. Pronto será Otoño, estación que favorece a las hadas de esa estación, por lo que sería bueno estar en camino para ese entonces.

Me levanto de mi sitio, en el cual estaba sintiendo el peso de la impotencia y de la falta de hogar. Ya no hay un bosque en el cual descansar, las cenizas adornan nuestros pies cual calzado fabricado de muerte. Miro a mis compañeros y luego al desolado paramo que nos tiene hundidos en el mas despreciable de los hastios. Finalmente hablo:

 - "Se acabo. Todo lo que este hostil lugar podia ofrecernos se ha ido para siempre. Nada nos ata a este lugar y aunque sé que esto es una derrota, mi orgullo no los llevará al suicidio. Nos iremos ahora mismo fuera de este maldito pais. Transilvania nos verá largarnos hacia rumbos mejores y solo nos verá nuevamente el dia en que nos dignemos a volver a reclamar lo que es nuestro. Ese dia llegará, pero no aun. No aun. Ahora nos vamos. Siganme, hermanos mios."

Comienzo a caminar hacia el oeste, con el fin de irnos definitivamente de este lugar hacia tierras mas calmas, donde podremos conservar nuestras vidas, prosperar y quizas, algun dia cuando todo haya terminado, volver.

Y ASI SHIGRAAT, MALGORZATA, VALDIS Y MIHAIL SIGUIERON SU CAMINO FUERA DE LAS TIERRAS DE TRANSILVANIA, PARA ENCONTRAR UN NUEVO HOGAR...

Mihail sintió un nudo en la garganta cuando empezaron el viaje que les llevaría fuera de Transilvania, había sido una decisión dificil pero la única posible.
El destino que les esperaba era incierto, pero al menos tenían uno.

Poco habló durante un largo tramo, pensando en si una vez no tuvieran un enemigo común les sería posible la convivencia, si no acabarían viendolo como un humano más. No podría culparles de ello, pues eso es lo que era, un humano, aunque amase más los bosques que las ciudades, aunque desease más la paz que la compañía de los suyos.

Acarició la crin de su caballo, su único recuerdo de su vida pasada.

El viento frio y desolador de Transilvania arremete con incesante furia en el desolado paramo de muerte y ceniza en el que nuestros espiritus se rompieron y nuestras voluntades cayeron en la oscuridad de la derrota.  El aire helado y las cenizas del unico y verdadero hogar que conoci ahora me inundan el alma de melancolia y frustracion. Nada queda para mi, nada mas que muerte.

Los infinitos recuerdos sobre mi vida en este otrora hermoso paraiso feerico recorren mi mente mientras mis manos abrazan la unica rama que he podido encontrar en todo el tiempo que llevo aqui con mis compañeros. Este vastago de un gran arbol que ahora no es mas que ceniza, yacia muerto, arrancado de su arbol cuando le encontre, y al verle bien note como tiene una parte quemada. Las zonas donde las hojas brotaban estan vacias, prueba del tiempo que lleva inerte, desde el dia en que los invasores arrasaron con toda vida en este lugar.

Miro a mis compañeros y luego veo el crepusculo que se cierne sobre nosotros. El otoño ya no se siente en estas tierras como lo hacia todo el año en antaño. La soledad es la dueña de la tierra, quien la domina con puño de hierro y solo la comparte con la tristeza, con quien danza un endecha cantada por las lagrimas derramadas de los caidos. En otro tiempo esta zona era un hermoso paisaje de calida belleza, sus hojas doradas y el tibio aire adornaban la hermosura que sus afluentes y sus habitantes disfrutaban. Las canciones de las hadas de la Corte del Otoño inundaban las colinas y su eco resonaba con el timbre de la vida. Ahora no hay nada.

Ya una vez desolado contemple esta zona, ya que la maldad y la suciedad de los hombres y su cristiana Fé habian mancillado la pureza de un lugar antiguo y sagrado para los inmortales. Pero aun no se habian perdido las esperanzas, pues la asquerosa sangre del autor purificaria este lugar, devolviendo la magia, esa exquisita magia que nutre con amor y belleza a los seres que habitan. Pero ahora no hay nada que cuidar, ya nada queda que sanar, nada queda por lo cual quedarse y luchar, pues solo cadaveres yacen entre los espacios en los cuales los habitantes del bosque jugaban y pasaban sus hermosas vidas entre las hadas inmortales que les cuidaban y protegian del hostil mundo exterior con virtud y dones con que otras razas solo pueden soñar.

El paraiso de placeres y beldad ha desaparecido para siempre. Los desgraciados que quemaron en lugar con sus impias invocaciones estan a pocos kilometros al norte. Me imagino adentrandome en su pueblo de noche, rodeando sus casas con espinas que les retengan encerrados y hacer que mis compañeros le prendan fuego a ellas. Me sueño viendo transformando en alimañas pequeñas a quienes hayan tenido la desgracia de no estar encerrados cuando el fuego comienza, solo para verse como roedores al los que arrojo a las llamas. Me sueño en venganza por el dolor que ni sus muertes sanaran.

Pero luego despierto al saber que me arrastraria a una muerte casi segura y junto a mi, mis amigos caerian, quienes no lo merecen. Una lagrima brota de mi ojo derecho, el que cierro como impulso. Nadie puede verme llorar, y aun la soledad que tengo enfrente al estar de espalda a mis compañeros significa un espectador que me averguenza. Limpio mi mejilla y noto que mi mano es la mano de un mortal. Esta piel suave y calida es la viva imagen de la carne que querria arrancar en este momento de los magiares y de los cristianos. Todos ellos tienen la culpa. Me doy asco, no puedo sentirme como un humano y no quitarme la vida de verguenza. Empuño la rama de mi mano y perforo la piel de mi antebrazo. La sangre verde se derrama y con ella llega la calma de mi identidad, ese propio yo oculto y que me recuerda quien soy.

No es suficiente, giro hacia mis compañeros e invoco a las nieblas para que doten de sagacidad a Mihail. Luego de eso, recupero mi forma real, la grotesca imagen de mas de tres metros que soy yo. Con la oscura piel como una corteza y con las terribles garras asesinas. Mis rojos ojos recorren todo mi alrededor antes de saber que ni aun recuperada mi apariencia feerica puedo hacer algo. Mi ultimo esfuerzo no se deja esperar y recurro a todo mi poder para hacer que los arboles broten nuevamente, mas no sé como hacerlo y mi poder solo se derrama en destellos y remolinos de aire, completamente inutiles.

Sé que no hay nada para mi en este lugar y sé que jamas volverá a ser lo que era antes. Sé de la amenaza que aun hay sobre nosotros y sé que no puedo quedarme, ni yo ni quienes me siguen. Giro hacia ellos una ultima vez y les miro a los ojos, una mirada triste que dice lo que ya todos conocemos. Camino hacia ellos y por entre sus cuerpos avanzo hacia el Oeste a un lento y terrible paso. Mientras avanzo, evito mirar alrededor pues no quiero ver mas de este lugar, ya he tenido suficiente y las imagenes que he capturado me atormentaran en pesadillas por demasiados siglos. Ahora solo miro el suelo cubierto de cenizas por el que avanzo sin mirar atras, sin saber si soy seguido o me retiro solitario. El mundo se extiende mas alla de las colinas y es mundo en el que espero encontrar mas de lo que he encontrado en mi vida aqui. Los faes de la Corte del Otoño hemos tenido un tragico devenir a lo largo de los siglos, hemos luchado y perdido innumerables veces solo para vernos traicionados y saqueados al final. Al final solo quedamos una Primonata, un Inanimae, un Cambiado y humano que vagan por un mundo que no los quiere y no desea ver como encuentran la paz. Pero eso no me desanima y los desafios que el destino nos aguarde solo encienden mas el fuego de mi espiritu, el que no descansará hasta imponerse sobre los augurios y sobre los pesares, que no descansará hasta triunfar y ganarse un lugar en un mundo donde la inmortalidad bella de las hadas esta casi extinta y olvidada.

Caminaré con quien quiera seguirme, mataré a quien se ponga en mi camino y no miraré atras hasta encontrar un lugar al que defender, al que cuidar y respetar. Un lugar donde el Otoño este siempre presente y se ilumine con las preciosas luces del atardecer. Un lugar que hace mucho que no tengo y que esta vez pueda llamar, sin miedo alguno a equivocarme, mi hogar.