Partida Rol por web

- "Os saludo, viajeros de Satu Mare. Mas no os doy la bienvenida ni os ofrezco hospitalidad. Demasiadas desgracias habéis traído ya desde vuestro feudo a las tierras de Zalau." -

Miro al viejo sin expresión alguna en mi rostro y le digo.- Gracias por el saludo y la "no-bienvenida". Hos podéis ahorrar las dos, pues las circunstancias nos harán partir en breve tiempo... TODOS, pues veo que estáis recogiendo las pertenencias para escapar.

Me acerco a él mucho más y le digo a un palmo de su cara.- Tiene usted razón, demasiadas desgracias hemos traido...miré.-le digo señalando al grupo de personas exiliadas de Satu Mare.- ¿No le parecen las personas más desgraciadas que ha visto?.- Mi actitud no cambia un ápice, pero mi resolución de proteger a la gente de Satu Mare,hace que no tolere ningún menosprecioante ellos.

Por la forma como nos trata y por ser el único que se ha dignado a hablarnos, resulvo que es elcabecillade Zalau. Suponiéndolo le exijo:- Necesitamos unlugar dónde pasar esta noche... solo esta noche, mañana nos marcheremos todos.-Tras esto,medoy la vuelta y vusco a Vladimir para que hablecon este hombre.

- Otra cosa.-digo girándome y hablándole nuevamente.- si tiene a bien ayudarme, necesito ciertos materiales. De ellos dependeque retrasemos la marcha magiar o que su avanzadilla nos machaque mañana mismo.

- "El Conde de Satu Mare era un monstruo que devoraba los cerebros y corazones de sus víctimas. Cuando no quisimos doblegarnos a su mandato, incendió la mitad del pueblo y maldijo estas tierras.

No pienso ofrecer nada voluntariamente a nadie que proceda de Satu Mare.

Cualquier cosa que queráis, tendréis que tomarla por la fuerza." -

- ¿Has visto por algún lado al conde de Satu Mare?. Por si no te has fijado bien, las personas que vienen son aquellas que convivían y sufrían al antiguo conde, doblegadas doblemente ante vuestro monstruo.- Señalo a Vladimir y continúo.- Ahora, bajo el mando de Vladimir, señor de BAJA MARE, los ciudadanos estaban más agusto y veían nuevas esperanzas a sus vidas... hasta que los magiarespasaronpor encima nuestro.-digo mirando nuevamante a los exiliados.- No vamos a tomar nada a la fuerza, para eso está el barbaro y despiadado ejército magiar.- Suspirando y mirando hacia abajo,dejando un momento para la reflexión, termino mi discurso.- Se lo pido por favor, no venimos como enemigos,sino como miembros de unmismopaís y como iguales anteun único enemigo, los magiares. Ayudadnos, seamos uno ante nuestro enemigocomún.

HAEKOR:

- Tirada de Manipulación + Subterfugio o Expresión (la que quieras de las dos), dificultad 8.

Vladimir guardó silencio mientras los acontecimientos se desarrollaban ante sus ojos. Sabía que las relaciones con Zalau habían sufrido grandes daños en los últimos años, de modo similar a lo que había sucedido con Baja Mare. Este problema había sido solucionado por su prima y él mismo en Baja Mare, y a pesar de que se había intentado en Zalau su prima en solitario no había obtenido tan buenos resultados en su gira diplomática. Cosa que se hacía más patente con el gélido recibimiento ante al que estaban.

Vladimir llevaba demasiado tiempo envuelto en política como para acabar simplemente con la vida de aquel insubordinado y grosero viejo, como debería hacer, pero en estos momentos en los que las hordas se cernían sobre toda transilvania aquellos comportamientos deberían ser tolerados hasta que la situación fuese mejor y consiguiesen ponerse a resguardo. El agotamiento y el peso de las pérdidas se hacía patente en su seria expresión.

Los consejos de sus amigos eran del todo pertinentes, y se confirmaron en cuanto se encontraron a aquel viejo loco. Aún bullía en su mente la idea de condenar el alma de su amigo con la maldición que sufría él, pero seguía siendo lo más razonable para asegurar su defensa... Y por otra parte su prima... su prima había estado allí y debería estar allí... y ahora era tan sólo cenizas.

-No se de qué conde ni de que era estaréis hablando, pero el knezi de Satu Mare ha muerto, y su hermana también. Creo que aunque les odiaseis en vida merecen un respeto... y os exijo ese respeto. - Las palabras salen de los labios del caballero de una forma helada, tan frías que no traslucen absolutamente ningún sentimiento. - Nunca vi al knezi devorar ningún corazón, ni ningún cerebro, pero si quieres que tu cabeza se mantenga sobre tus hombros muéstranos respeto, viejo loco. Respétanos y serás respetado, si no seré tan amable que te permitiré elegir entre dos destinos, la muerte administrada por mí, o por los magiares que nos siguen a jornadas de distancia...

-Ahora no existen las rencillas entre nosotros o entre territorios, todo eso quedó atrás. Zalau existirá una semana a lo sumo, Satu Mare ya no existe, y con el resto de Transilvania irá sucediendo lo mismo según avancen los magiares hasta donde lleguen. Nosotros ofrecemos incrementar las posibilidades de supervivencia. Ahora mismo no hay opciones de negociar ni de charlas estúpidas. Puedes unirte a nosotros o... creo que no tienes otra opción. Nuestro objetivo es salvar a todos los que podamos para algún día retornar a nuestros hogares, y eso es lo que haremos, con tu ayuda o sin ella.

Vladimir acaba su discurso y trata de reencauzar las relaciones.

-Seamos un poco más corteses. Yo soy el caballero Vladimir Dravescu, y he venido dirigiendo Satu Mare desde que las noticias de la muerte de mi primo llegaron a mí en Baja Mare. Lo que ves ante las puertas de tu casa es lo que queda de Satu Mare, un puñado de familias que lo único que quiere y merece es sobrevivir. En esta sala me acompañan Haekor, explorador que ha acabado con la vida de incontables magiares en Satu Mare con trampas y artilugios increibles, y cuyo objetivo es retrasar el avance de los magiares del mismo modo aquí, y Valdis, un temible guerrero. Nosotros somos los únicos que podríamos luchar en caso de encontrarnos con alguna amenaza... ¿qué teneis vos? Nuestra intención es que salgamos de aquí todos juntos y seguir avanzando hasta que encontremos refugio para nuestras gentes.

- "Los que querían huir de la horda magiar ya lo han hecho. El resto hemos elegido quedarnos en nuestras casas a esperar la muerte. Marcháos, no tengo nada para vosotros." -

El anciano se mete en su casa y cierra la puerta por dentro.

- La poca gente que queda en el pueblo no ofrece ayuda alguna a los recién llegados.

- Sin embargo, hay unas cuantas casas abandonadas y agua en los pozos, por lo que podéis resguardaros sin el menor problema.

- Los habitantes locales no se preocupan porque uséis los pozos y las casas que han quedado vacías por las familias que han huido hacia el interior del país.

En vista del poco caso que nos hacen y la peor de las hospitalidades recibidas, dejo de hablar y me preocupa de las familias de Satu Mare. Les ayudo a intalarse en las casas deshabitadas que mejor estén y les ayudo en sus quehaceres diarios. Pero les digo que solo saquen y desempaquen lo esenciamente necesario pues mañana partiremos hacia otros lares.

HAEKOR:

- Encuentras mucha leña apilada junto a las casas vacías, en el interior de las mismas cosas que puedes usar: cuerdas, trapos, paja...

Vladimir se retira de la casa. Sabe que debería haberle matado por su absoluta falta de respeto, pero en estos tiempos eso no tenía sentido... ya moriría la semana siguiente a más tardar.

Decidió que colaborar con Haekor era la mejor opción para acabar cuanto antes y poder preparar una posible defensa... o poder llevar adelante la conversión de su amigo, que cada vez le remordía más la conciencia. Era un gran sacrificio para poder tener más posibilidades de sobrevivir.

La tarea era sencilla puesto que los vecinos no tenían intención de interponerse en su camino. Ni de huir. Debía tratar de convencerlos antes de partir, pero antes había que acabar con la seguridad de sus conciudadanos.

Al amanecer del siguiente día la huída continuaría, rezando por encontrar en su camino algien al que unirse y devolver el revés a los magiares.

Aquel viejo estaba más loco y desesperado de lo que parecía al principio. Y todos aquellos que seguían su consejo también lo estaban. No sólo se dedicaba a ser completamente irrespetuoso con Vladimir hablándole de manera altiva y ofensiva, sino que además negaba cualquier tipo de ayuda por su parte. Y encima toda su aspiración era quedarse en sus casas esperando la inevitable llegada de los magiares para poder morir en paz. Valdis, un guerrero capaz de mantenerse frío en las situaciones más duras apenas podía ocultar su enfado.

-¡¿Esa es toda vuestra aspiración?!- gritó con fuerza cuando el viejo volvió a entrar en su casa.-¡¿A esperar la muerte que llegará con los magiares?!. No sois más que un grupo de locos.- no estaba seguro de que pudieran oírle pero no por ello iba a quedarse callado ante semejante insensatez.- Si hacéis eso lo único que conseguiréis es una muerte lenta y dolorosa. No creáis que los magiares serán más benevolentes que nosotros. Sólo quieren sangre, dolor y destrucción. No hallaréis una muerte en paz y tranquilidad con su llegada. Hasta yo mismo os daría una muerte más placentera.- al terminar negó con la cabeza observando las puertas de las casa por si alguno de aquellos cobardes había reflexionado sobre su actitudo, pero nadie apareció.

Locos...locos e imbéciles.

Tras su "discurso" se dirige a Vladimir en voz más baja.

-Son una pandilla de viejos locos y desesperados. Pretenden quedarse a morir a manos de los magiares sin presentar oposición ni intento de huída. Y lo que es peor, ni siquiera están dispuestos a ayudar a los que todavía queremos seguir con vida para combatir al enemigo. Es una actitud despreciable desde cualquier punto de vista. Una palabra tuya y les daría ese deseo de muerte que tanto anhelan y de una manera mucho más rápida de la que les ofrecerán los magiares, pero no creo que con eso consiguiéramos nada.-

Arrasando ese maldito pueblo no conseguirían nada, así que tendrían que resignarse a utilizar lo que pudieran, sin ayuda de nadie, para poder continuar su camino al  día siguiente. Valdis decide ayudar a Haekor con su empresa. Al menos eso le mantendría ocupado.

Con la leña hacemos hogueras para que la gente se caliente. Los trapos y la paja serán par improvisar los jergones y así no duerman en el frío suelo.

Busco a Vladimir y Valdis y les digo.- Es hora de vigilar.- le digo señalando los montes de los que venimos.- Iré a un puesto de vigilancia y al menor signo de un acercamiento magiar mandaré una señal a modo de flecha prendida en fuego.

monto en mi caballo y les digo.- Mañana por la mañana tened todo preparado para partir, yo regresaré a primera hora... eso espero.

- La noche transcurre sin incidentes y la comitiva de Satu Mare prosigue su viaje.

- Vladimir viaja de día en un carruaje noble cerrado a cal y canto y protegido por algunos criados.

- Valdis cabalga cerca y Haekor explora el camino adelantado al resto.

- El grupo se encamina por la carretera del sudeste, hacia la ciudad de Cluj-Napoca.

- La comitiva dirigida por el Caballero Vladimir Dravescu abandona definitivamente la Tirsa de Salaj y se adentra en el territorio de Cluj Napoca.