ATAQUE LOBISOME A LA COMITIVA DE DURIUS:
PRIMER ASALTO:
- El Sargento Dominik organiza rápidamente a la caballería, frenando efectivamente a los lobisomes mientras los carruajes emprenden la retirada.
SEGUNDO ASALTO:
- Los dos Szlachta y los dos Cancerberos se lanzan al ataque, logrando causar un par de bajas Lobisomes.
TERCER ASALTO:
- Durius interviene clavando su espada contra el pecho de otro Lobisome, pero a su alrededor varios jinetes son derribados y destripados, sus caballos se encabritan y huyen. Quedan 20 jinetes feudales y unos 15 lobisomes.
CUARTO ASALTO:
- Los Cancerberos hieren a un lobisome, que se da a la fuga.
QUINTO ASALTO:
- Durius es derribado de su caballo por un lobisome, pero en un arranque de furia le destroza el cuello con sus colmillos. (Quedan 13 lobisomes)
SEXTO ASALTO:
- Ambos bandos utilizan una serie de ataques, esquivas y recorridos amplios de terreno, sin lograr causarse daños serios.
SEPTIMO ASALTO:
- Los jinetes feudales sufren dos bajas (quedan 18), pero acaban con tres lobisomes (quedan 10).
OCTAVO ASALTO:
- El más enorme de los lobisomes, seguramente el caudillo a juzgar por su colosal hacha, logra abrir brecha entre los jinetes feudales, e incluso hiere levemente a los dos Szlachta, consiguiendo atravesar la barrera y lanzarse en pos de los carruajes a la fuga. La mitad de los lobisomes le siguen.
NOVENO ASALTO:
- Los jinetes feudales, apoyados por los Cancerberos y Szlachta, logran poner en fuga a cinco lobisomes.
DECIMO ASALTO:
- Los lobisomes restantes alcanzan los lentos carruajes, ocasionando una matanza. Sveta y sus criados son asesinados, al igual que el Abad Ciferinos y sus monjes. Para cuando las tropas restantes de Durius, encabezadas por el Sargento Dominik, llegan al lugar, ya es demasiado tarde.
Con un rugido victorioso, los lobisomes carniceros huyen llevándose los corazones de sus presas.
Dominik quiere perseguirlos hacia los espesos y oscuros bosques, pero Durius se lo prohibe y logra organizar los restos de la Comitiva para seguir camino hacia el norte, hacia Bistrita.
La batalla toca a su fin y las pérdidas son numerosas. Dicen que todas las vidas son iguales, pero al observar los cuerpos desgarrados y los pechos abiertos del Abad Ciferinos y de Sveta Basarab, siento que mi espíritu, si es que algo similar reside en mi cuerpo, decae. Por primera vez desde que iniciamos este peligroso periplo siento que mis fuerzas flaquean. Ni siquiera la muerte de mi prometida me causó un pesar tan hondo. No, no se trata de sentimientos, ni de dolor. No en un sentido estricto. Es la sensación de que estando el final tan próximo, tan cercano el cumplimiento de las órdenes de mi mentor, de tal modo que casi podía acariciarlos con las yemas de mis dedos, ahora, por un cruel giro del destino, todo se esfuma, todo cae como un frágil e inestable castilllo de naipes.
Las ventajas de que disponía para mi negociación han desaparecido. No habrá matrimonio ni enlace con una de las más poderosas y viejas sangres de Transilvania. Nada tengo para ofrecer a cambio de la paz.
El olor a sangre lo inunda todo, así como el de vísceras, tripas sueltas en el último estertor, sudor y miedo. La visión de los cadáveres parece haber paralizado a todos, y pese a la victoria o quizá debería decir que pese a haber sobrevivido, no hay alegría en lo rostros de mi guardia.
Debemos partir cuanto antes. Aún quedan lobisomes que podrían regresar e intentar acabar con lo que empezaron. Cuentan ya con su botín, pero quién sabe si ambicionan más. Pero aquellos que han de quedar para siempre sobre este suelo necesitan algo más que abandono. Imparto rápidas órdenes para montar una pira. La leña se acumula rápidamente y los cuerpos de los caídos se depositan sobre la montaña de madera. Una antorcha, una última mirada hacia las virulentas llamas que consumen a los que hace nada estaban vivos y seguimos con nuestro camino, una ruta que a nuestro paso queda marcada por la muerte. Los heridos deberán conformarse con ser atendidos durante nuestra marcha, lejos ya de estas malditas tierras.
- Los cadáveres son incinerados. Los de los lobisomes en una pira aparte, para que no vuelvan a alzarse, pues las leyendas sugieren que eso es posible.
- Después del breve ceremonial funerario, la Comitiva de Durius sigue camino, ahora disminuida.
COMITIVA DE DURIUS:
- Caballero Durius, con un carruaje noble tirado por seis caballos, y un caballo de guerra.
- 6 lacayos feudales.
- Carro de bestias: Dos Cancerberos dentro, dos Szlachta encapuchados hacen de conductores.
- Carro de provisiones.
- Jinetes feudales: 18.
- "Mi señor Durius. Durante muchos años he servido fielmente a esta rama de la familia Basarab. Ahora que ha muerto el último de ellos... ¿Me aceptaríais a vuestro servicio?" -
- Sargento Dominik, no entendería que fuera de otro modo. La necesidad y la desgracia estrechan los lazos entre los hombres, especialmente los de armas - digo poniendo una mano sobre el hombro del militar -. Durante todo este viaje habéis demostrado vuestra fuerza, lealtad y competencia. Sois un hombre extraordinario y nada me complacería más que teneros a mi lado. De hecho, es el gesto mínimo con el que podría corresponder a todo cuanto habéis hecho. A partir de este momento sois, oficialmente, mi hombre de armas y mi hombre de confianza.
- "Yo, Dominik de Valcea, os juro a vos, Durius, Señor de Slobozia, lealtad hasta la muerte como mi único y verdadero señor feudal." - Dice con una gran inclinación mientras ofrece con ambas manos su mangual de guerra a su nuevo señor.
- Yo, Durius de Tremere, Señor de Slobozia, acepto vuestro juramento, Dominik de Valcea, y os acojo bajo mi servicio y protección - digo tomando protocolariamente el mangual de guerra que se me ofrece -. Ahora erguíos, Dominik de Valcea y tomad posesión nuevamente del mangual que habrá de acabar con las vidas de nuestros enemigos. Que tan solo la muerte rompa este lazo.
- "Así será, mi señor." -
Dominik monta en su caballo de guerra y toma su lugar en la vanguardia de la Comitiva, azuzando a todos con sus palabras para que se den prisa por abandonar esta región.
- La Comitiva del Caballero Durius abandona la región de Targu Mures.