Tirada: 5d10
Motivo: Ast+Sig
Dificultad: 6+
Resultados: 2, 8, 4, 2, 9
Exitos: 2
Tirada: 8d10
Motivo: Des+Sup
Dificultad: 6+
Resultados: 5, 8, 5, 6, 6, 7, 10, 3
Exitos: 5
Tirada: 3d10
Motivo: Per+Sag
Dificultad: 7+
Resultados: 9, 2, 1
Exitos: 1
Shigraat, es que eres mu grande!!
- En las colinas, Shigraat adopta su verdadera forma de Troll de Roble tras el primer ataque de una jauría de lobos, a quienes ahuyenta con su ferocidad y arrojándoles grandes rocas o agitando un tronco muerto como una porra. Al traste, desde luego, con el sigilo...
- Durante el viaje, Mihail caza algunas piezas a flechazos, Shigraat a pedradas o con encantamientos, y Malgorzata hechiza a cuantas liebres y conejos son necesarios para alimentar al grupo. Valdis es el único que no obtiene nada y depende de lo que los demás cazan o recolectan.
- Los Fae presienten que hay magia en estas tierras, algún tipo de nexo mágico o manantial de energía natural de la tierra... Eso podría parecer atractivo, a priori, pero estas no son tierras seguras. No a la sombra de los Montes del Agua Negra y su dios oscuro.
- Mihail traza una ruta segura hacia el Bosque Otoñal, esquivando los senderos que muestran huellas de los bárbaros salvajes caníbales que habitan en los Montes.
El cansancio iba haciendose notar tras tantos días de viaje, pero Mihail no podía imagina mejores compañeros de viaje que aquellos con los que compartía aquellas senda.
Siguiendo su instinto, sus enseñanzas y las indicaciones del bosque seguía guiando al grupo hacia el bosque otoñal.
- El grupo prosigue viaje hacia el Oeste.
A MODO DE FLASHBACK:
Es el momento de partir hacia las Colinas de Oradea y dejar atras toda la politica humana y sus intentos inutiles de defenderse de la invasion Magiar. Dejar atras Cluj-Napoca y encaminarnos hacia nuestro hogar ancestral, el cual recuperaremos para nosotros por derecho de sangre. Pero esta vez no solo vamos Malgorzata Sheil Aerell y yo, sino que llevamos al humano mas valiente que hemos conocido y que adora los bosques tanto como nosotros, Mihail el Explorador nos acompaña para encontrar la paz junto a los nuestros.
Decir los nuestros podria sonar a muchos, cuando solo somos dos, pero hay alguien mas que hemos encontrado y que vuelve con nosotros. Alguien que es un Fae como nosotros, pero que por mucho tiempo olvido donde pertenencia, al igual que yo olvide que tenia vida. Alguien que cayo en la ley del tejido igual que yo, pero que su destino fue vagar junto a mortales por años. Valdis, el Portador del Miedo vuelve a ser un Hada.
El Señor de los Tempanos mucho busco a su hijo extraviado sin exito, incluso otros murieron por esa extensa busqueda, mas termino siendo con los autoexiliados de un Bosque Invernal asesino con quienes el Cambiado perdido termino encontrandose. Las hadas se reconocen y hablan fuera de los oidos humanos, el perdon y un nuevo comienzo juntos es una promesa a cumplir y un viaje para encontrar la paz es el premio de todos los actos de amor y compasion entre hermanos.
Aun en Cluj-Napoca y luego de haber terminado nuestra platica afuera de donde se reunian los hombres con el Vampyr que dominaba, me vuelvo a reunir con mis compañeros de viaje, pero esta vez estoy acompañado de Valdis:
- "Malgorzata Sheil Aerell, Mihail, os presento a Valdis, El Portador del Miedo. El es como nosotros, un hijo perdido de Noderoth y que volverá con nosotros por el camino que le corresponde. Recibidlo con regocijo y alegria, pues él puede ser todo lo que quede de la Corte del Otoño en toda Transilvania. Es nuestro hermano y ahora nuestro compañero. Viajaremos juntos y juntos encontraremos la paz y la felicidad eterna."
Miro con alegria al nuevo grupo que partira hacia las Colinas y con un nuevo sentimiento, sabiendo que Valdis y su presencia nos da a todos posibilidades mucho mayores de conseguir nuestros objetivos.
Mihail asintió y saludó con un ligero gesto y una sonrisa al nuevo compañero. Fue un breve momento de conversación que el guardabosques agradeció, algo para relajar su mente y sus pensamientos.
Momentos despues en su mente solo habían rastros, sombras, pequeños detalles, huellas de animales, olores, ruidos... El bosque era un gran amigo que siempre te avisaba de los peligros si sabías escuchar pero que no perdonaba los errores.
Debía estar atento, siempre atento.