New York City, 10:00AM.
Piso 10 del Empire State Building. Despacho 5432, de la Compañía Papelera Codex, dedicada a la creación de hojas de papel (varios tipos, formas y tamaños), sobretodo para la industria.
Es tu primer día de trabajo después de la larga baja.
Una secretaria asignada por la empresa te acerca otro fajo de papeles. Un dosier más sobre el estado de la empresa. Ya llevas cinco y sólo has podido leerte la mitad del primero. Al menos sabes que mientras no estabas han hecho los deberes. Cuando acabes con todo esto podrás hacerte una idea más clara de lo que se debe hacer para reflotar la empresa.
Además de todo el trabajo acumulado, estás recibiendo la visita del Dr Wilson cada noche, poco después de llegar a casa. Quiere acabar de pulir tu control sobre "tus nuevas Artes" como él dice...
Levantas un momento la mirada de los papeles. Notas como la falta de trabajo de las últimas semanas te han pasado factura. Nada que no puedas recuperar con la práctica, pero ahora te resulta molesto.
La secretaria te está mirando. Discretamente, secretamente, pero te observa. Sabes lo que esa mirada implica: "trabajo" fuera de horas de oficina...
Miras de nuevo los papeles que se alzan delante tuyo. Para la mayoría, los números, gráficos y previsiones que allí se describen sólo son un caos sin sentido. Pero tu ves bien a través de esos números y de repente descubres que si los resultados de la página siguiente son algo mejores que las previsiones que hay en esta página, podrias dar con una solución al principal problema de la empresa. Si eso es así, ganarías un preciado espacio de tiempo que podrías dedicarte a ti mismo...
La secretaria te mira y sin mediar palabra se levanta, se pone bien la falda, asegurándose que te percates de sus curvas y se dirige hasta la máquina de café, en una sala con funciones de cocina, fuera de tu vista.
Mientras, tu secretaria personal se levanta, te deja unos papeles en la mesa y te dice en un susurro:
Ha estado usted de baja, Sr. Bale, debería hacer reposo...
Si quieres arreglar los números de la siguiente hoja, debes hacer un simple hechizo de entropía 2.
Miro afablemente a mi secretaria: -Me encuentro bien, no te preocupes, además, creo que esto será mas sencillo de lo que creía.
Bien, según lo que me ha enseñado el Dr. Wilson esto podría resolverlo con entropia. Será la primera vez que utilice mi recién adquirido poder para algo importante. Debo concentrarme.
Dave jugueteó con su dólar de plata, pasándolo ágilmente de dedo a dedo con una sola mano.
Solo es un cambio pequeño, ajustar las probabilidades y las posibilidades. Alterar la causalidad para provocar un efecto deseado. Nadie lo sabrá y yo habré logrado otro triunfo.
Sonrió, se concentró y lanzó el hechizo...
Tirada: 2d10
Motivo: entropia
Resultados: 9, 3
no he puesto el modificador por el foco porque no se cuanto es.
Sacas tu moneda de la suerte del bolsillo y la acaricias. Piensas que sería muy bueno que los resultados cuadraran con tus expectativas... te daría tiempo para tí mismo... y parerce que a la secretaria le gustaría ocupártelo...
Dejas de fantasear y te concentras en lo que toca, el trabajo. Realmente este tiempo de convalescencia te ha bajado el ritmo.
Giras la página de balances y, voila, no era lo que esperabas, pero es mucho mejor de lo que tenías hace un momento. Una leve recuperación de los créditos hará posible que tu idea inicial sea posible.
Ahora sólo necesitas hacer el informe y mañana lo presentarás a la junta, que muy posiblemente lo aprovará. Son unos viejos tacaños, pero prefieren mantener la empresa a flote, y sabrás convencerlos...
La secretaria regresa marcando tacón, bajo la atenta mirada de Monny-penny...
Aquí tiene su café, señor Bale...
Serán debidamente informados, sr Bale -te dice eficientemente Geena, mientras se acerca a tu mesa-. Necesita algo más, ¿sr Bale?
Deja un bloc de notas encima de la mesa, bolígrafo en mano, agachada sobre tu mesa, preparada para escribir, mostrandote claramente un generoso escote.
Lo digo por que si va a quedarse hasta acabar el informe, quizá quiera cenar aquí mismo... y tendríamos que pedir la comida...
Señorita Geena -irrumpe abruptamente la voz de Monny Penny-. ¿No cree que se está propasando? No sólo no tiene en cuenta el estado de salud de su superior, sinó que además, hace gala de un comportamiento deshonroso, bochornoso y humillante.
Una mueca de disgusto aparece en las bellas facciones de Geena, mientras se incorpora lentamente, girándose hacia Monny Penny.
¿Señorita Monny Penny, no cree que el Sr. Bale ya es mayorcito para necesitar una niñera? -el tono de voz de Geena, casi ágrio hacia unos momentos, se dulcifica en una fracción de segundo, al igual que sus facciones- Aunque si lo prefiere, también puede quedarse a cenar... Al fin y al cabo, sólo será... trabajo...
El combate acabó en tablas. El árbitro obligó una pausa y las contendientes se fueron a sus rincones, no sin enseñarse los dientes de nuevo.
Claro señor Bale, como usted diga. -Con una sonrisa triunfal en la boca, las curvas de Geena se movieron hacia su mesa provocadoramente. En realidad esta vez no era un gesto de seducción hacia el jefe, sinó una provocación a la guardiana.
Por su parte, Monny Penny apretó la mandíbula, miró a Geena con la mirada usada para aplacar a ejecutivos engreídos e impacientes y cuando esta estuvo algo alejada, habló.
No debería hacer esto, señor Bale. Hace años que nos conocemos y sé de sus costumbres y hábitos, que no juzgo, pero ahora debería descansar y centrarse en el trabajo. Le he visto hacer informes completos en menos tiempo de lo que ha tardado en leerse todo este memorandum... -Y con cierto repunte amargo en su voz, añade- Además, usted puede conseguir mujeres más bellas e interesantes que esa...
-Se preocupa demasiado, Monny penny, aunque se lo agradezco.- sonríe afablemente- Vamos, acabemos con esto cuanto antes. No quiero pasarme todo el día aquí metido.
Tardas un par de horas en redactar el informe preliminar. Una media hora más de lo que hubieras tardado hace unos meses.
Después se lo pasas a Monny Penny para que lo convierta en algo presentable ante la junta.
Es la hora de cenar y puedes ver que Geena aún está en su mesa, aunque dirías que hace rato que se le ha acabado el trabajo.
Mientras Monny Penny coge tu informe, lo mete dentro de su maletín y empieza a recoger para irse. Sabes que mañana a las seis en punto lo habrás recibido corregido y ampliado con toda la literatura necesaria para que una junta de vagabundos analfabetos pudiera entenderlo.
Bale miró el reloj, si se daba prisa aun podría encontrar al Dr. Wilson y perfeccionar un poco mas sus nuevas artes. Pensó en la secretaria y sonrió, se iba a llevar un buen chasco cuando se despidiera de ella, no le importó, mañana seguiría ahí como un corderito, algo enfadada seguramente, pero tras su presa. Lo que no sabia es que su presa era un depredador.
-Esto ya está listo, señorita Geena, digales a sus superiores que mañana por la mañana les presentaré el informe, ahora, si me disculpan, tengo una reunión importante.- desviando la mirada hacia Monny Penny- Monny Penny, ¿quiere que la acerque a algún lado? Aun me sobra algo de tiempo.
Las dos miradas se cruzaron como dos cañones láser disparando a plena potencia. Las palabras de Bale habían dado en algún blanco, eso seguro.
Geena, paso su dulce (y estudiada) mirada de Bale a Monny Penny y otra vez a Bale. Le costó un poco reaccionar pero asintió, se levantó y empezó a recoger su pulcra mesa, posiblemente ya preparada para irse de hacía un rato.
A Monny Penny también la cogió por sorpresa. Estaba acostumbrada a un jefe caprichoso que pocas veces dejaba escapar una oportunidad como esta y las pocas veces que lo hacía, la sorprendían.
Una vez reacciónó, miró con una sonrisa en los labios a Geena, y sin perder la imagen de vencedora del round, añadió:
Oh, bien, claro... tengo una cita en el centro, si me pudiera acercar hasta Times Square, me haría un favor, Sr. Bale.
Posiblemente Geena no pudiera captar ese matiz en el tono de voz de Monny Penny cuando acabó la frase, pero Bale ya lo había oído alguna vez. Era el tono que usaba cuando se salía con la suya, y quería remarcar la victoria. Aceptar la invitación del jefe delante de Geena, era solo la cereza del pastel...