Partida Rol por web

David se encará con los brazos extendidos con intención de hacerle ver a la criatura que no tenía intenciones en contra suya.

Oh gran criatura de los bosques salvajes, no tengo nada malo en tu contra.

Tragó saliva, sabía que la situación era peligrosa, pero confiaba en la naturaleza, y en lo sabia que esta es.

A pesar de su miedo, estaba atento a cualquier movimiento de la criatura, intento invocar los poderes de la naturaleza, y establecer contacto con ella con tal de apaciguarla.

Notó el poder de la hoja de arce de su bolsillo, y encauzó a través de ella.

Bajas las manos y las acercas a la hoja de arce, mientras piensas qué puedes hacer para parar a esas bestias.

Y de repente ordenas a las plantas qeu se arremolinen alrededor de las patas de esas cosas y los atrapen.

Al principio parece funcionar, pero una de ellas levanta la pata con fúria y se libera de las plantas destrozándolas.

Lo siguiente que recuerdas es una mole de carne enorme corriendo hacia ti con una garra extendida y la oscuridad.

¿Será esta la pesadilla que tuvo Chiwenna?- te preguntas.

Cuando despiertas, estás en un riachuelo.

El chamán está a tu lado curándose unas feas heridas, aunque no parecen graves.

Buenos días, Joven Blanco. ¿Como te encuentras? -te dice

David mira sorprendido al chamán... no acaba de creer que es lo que ha pasado.

Maestro, ¿están todos bien?, ¿qué es lo que ha pasado? Lo mira con cara de no entender.

Se lleva las manos a la cabeza. O que dolor... ¿que demonios ha pasado?

Intenta mirar a su alrededor en busca de sus compañeros.

Te incorporas poco a poco. Todo el cuerpo te duele.

Una fea herida, ya tratada por el chamán, marca el pecho. Las mangas de tu casaca están tiradas por el suelo, cerca de donde estás.

Te cuesta focalizar la visión, y cierras los ojos un rato. Quizá has ido demasiado rápido.

No, no estamos bien - dice el chamán-. Fué un acto heróico a la vez que estúpido el que hiciste. Nunna perdió el brazo. La mayoría estan malheridos, aunque sobrevivirán sin demasiadas secuelas. Atraer la atención de esos demonios hasta ti, no tuvo en cuenta que Nunna estaba contigo, y pagó un precio.

Lo que no entiendo es porqué el precio ha sido tan bajo...

Quizá al fin y al cabo, no era esta la pesadilla de Chiwenna... piensas.

La noticia le sintió a David como una pedrada en su ya maltrecha cabeza.

He sido un tonto, no he pensado en Nunna y creo que le debo un gran favor... Que tonto he sido... Aunque nos hayamos salvado, ha sido un acto estúpido...

Miró a Nunna en busqueda de su perdón por su acto.

Lo siento Nunna, no he podido salvarte de la furia de ese ser... Lo mira con cara triste.

Maestro, ¿qué es lo que ha pasado?, he perdido el conocimiento y no he visto nada.

Buscas a Nunna y está inconsciente. Tus palabras te suenan vacías, aunque lo dices desde el corazón.

Esos seres eran hombres-lobo -te interrumpe en tus pensamientos el chaman-. Seres temibles que pueden caminar como hombres y como lobos y, si lo necesitan, en una forma intermedia. Eso me contó mi abuelo, y a él su abuelo. Y está claro que estos eran malignos.

Creo que nos dejaron vivir para recordar a los demás que ese es su territorio y ellos mandan. Como los lobos son territoriales y como los hombres, arrogantes.

Pero no entiendo la medio-hombre. Ella sola mató a 5 hombres lobo. Crías, supongo, pero igualmente los mató y los estaba despellejando cuando llegaron los hombres-lobo que nos atacaron.

Ahora descansa. Mañana empezaremos a descender la montaña. Con los heridos y los inconscientes, tardaremos bastantes días en llegar al pueblo.

La historia sorprendió a David, hombres lobo malignos, y además luchando entre ellos...

¿Que motivo?, ¿que razón les ha llevado a ello?... ¿Y porqué nos ha perdonado la vida?

Se llevo la mano a la cabeza. Tantas cosas de golpe eran duras para un cuerpo herido como el suyo.

Decidió hacer caso a su maestro, y descansar, mientras aprovechaba para meditar un poco.

Todo aquello le había dejado extenuado.

Descansaré, descansaré, y luego intentaré hacer algo con estas feas heridas. E intentaré ayudar un poco a Nunna.

Despiertas al anochecer. El campamento está desmontado y a punto de partida, aunque aún hay gente inconsciente.

El chamán te mira y sonríe con aquella cara de saber lo que has hecho. Es la única sonrisa que ves en todo el campamento.

Al cabo de un rato, los que estais en mejores condiciones ayudais a los demás a caminar o incluso los llevais en literas improvisadas.

Pasais unos días caminando poco a poco, bajando la montaña y cuidando a los heridos.

Cuando al fin regresais al poblado, la mayoría ya puede valerse por su propio pie, aunque estén débiles.

Al ver que Chiwenna está en el pueblo, ni siquiera tienes ánimo de volver a tu casa.

Te duchas en casa de Chiwenna y cuando te tumbas en la cama caes dormido profundamente.