Miras las cartas con aire triumfal y realmente hablan de un peligro grande e inminente.
Pero tus ojos se abren de par en par cuando descubres que las cartas hablan de ti... Ella tenía razón.
Asombrado, y casi ignorando lo acontecido. Howard para atención a las cartas, observando cada pequeño matiz que expliquen.
- ...Es peor de lo que pensaba...-
Mme Douglas-Dewitt te mira con cara de cierto asombro por tu reacción, pero te hace caso y mira las cartas. Puedes ver como las repasa y de repente la cortas.
...Es peor de lo que pensaba... -sueltas escuetamente. Tras una pausa qu se te hace eterna ella responde.
¿Lo vé? ¡¡Es lo que intentaba decirle!! ¿Ahora me cree? Por favor, dígame que irá con cuidado!!
ya podía ir yo esperando que me respondieras... ¡¡si me tocaba a mi!! :p
Howard asintió, algo ausente. Mientras miraba la carta de la Torre Fulminada, que tenía delante suyo.
- Pero no soy el único que tiene problemas Leslie... no soy el único...- Estuvo un largo minuto en silencio, pensativo.
- Creo que la única forma de saber que no le ocurre nada, es ir con ella... aunque viendo los acontecimientos, quizás no se comporte como una cria todo el tiempo...-
- Leslie.- Dijo al fin, saliendo de su ausencia. - ¿Le gustaría venir esta tarde a cenar en casa de Hewitt?. Seguro que en este local hay algún teléfono público, para poder avisar a Hewitt...-
Te mira algo perpleja.
Oh... bueno... claro... porqué no... ¡acepto! -parece que la hace ilusión y sigue- allí en la esquina de la barra hay un teléfono a monedas... Por cierto... hay un hombre con aspecto de policía secreto que le observa... no habrá hecho algo últimamente, ¿verdad?
La acumulación de años de rencor, odio, bilis y orgullo herido afloran en pocos segundos en la mente de Howard.
Tiene problemas, una vieja alumna ñoña le acompañará a cenar, ha tenido que salir de casa por temas de trabajo, tiene que ir a una presentación literaria, y lo que es peor un viejo muerto pre-colonial le ha herido el ego.
A Howard le hervía la sangre, y más le vale al universo saber que eso no es bueno. Y si el universo no lo sabe, pronto lo sabrá cierto hombre de negro...
Como un viejo reptil venenoso, Howard se gira sobre su silla, está buscando con la mirada a ese ser infecto al que le gustaría intercambiar un par de opiniones. Pero que en realidad todos sabemos que este intercambio de ideas sería unilateral y poco cortés.
Ignorante de lo que es la Tecnocracia y todo aquello que representa, o incluso su tremendo poder. En estos momentos, seguramente el hombre de negro tendría más miedo que Howard, pues por increíblemente poderoso que seas, no hay peor castigo que recibir una reprimenda de interminables quejas de un sexagenario enfurecido con el mundo.
Te levantas de la silla listo para acometer contra cualquiera sospechoso de ser un hombre de negro, pero no ves a nadie. Al menos, a nadie que cuadre con la primera imagen que tenías en mente.
En el local, sólo hay una persona nueva. Un tipo con cara de afable y bien vestido que destaca por ir, simplemente, como la gente normal de la calle. Pelo bien cortado, pero sin ser identificativo, ropa normal, tirando a elegante, que está sentado junto al tio con movimientos militares y una niña, de unos veintipocos años, que parece sacada directamente de tu época de profesor.
Al ver que no hay nadie que responda a las características clásicas de un agente de negro, Howard vuelve a la mesa y a las cartas.
- Leslie, ¿donde ha visto a ese hombre?... Bien, si me disculpa iré a llamar a Hewitt.-
Era ese chico que está sentado en la mesa, con la niña y el recién llegado... -dice señalando a la otra mesa ocupada.
Se vuelve para mirar a la mesa que ella señala, lo hace sin temor a que lo vean, con mala cara y esperando a que el otro desvie la mirada por verguenza o disimulo.
En la mesa que te dice mme Douglas-Dewitt no parece que te estén haciendo mucho caso. En estos momentos están charlando entre ellos.
Claro que si yo fuera un agente secreto de incógnito, también disimularía si creo que me han descubierto... -piensas.
Estás girado de espaldas a mme Douglas-Dewitt, buscando a alguien que pudiera ser un policía o parecido, cuando el joven de gestos militares te mira fijamente.
Dirías que quiere llamar tu atención, pero como nunca te ha interesado mucho qué hacen los demás, no sabes si está haciendo en bobo (si es que los militares saben hacer eso, al estilo infantil) o si de verdad está intentando que te fijes en él... Algo muy poco común para un policía de incognito, por cierto...
Howard suspira cansado y se acerca hacia el tipo, con cara de pocos amigos.
- ¿Me está llamando la atención, quizás, caballero?.-