Partida Rol por web

- Tengo otro cliente ahora.. - Respondió la muchacha como diciendo que en aquel momento la iba a ser imposible salir a tomar algo, aunque mostró media sonrisa y luego dejó al lado de donde tenías apoyada la cabeza una tarjeta. - Llámame cuando te apetezca comer o cenar y seguro que encontramos un momento..

La muchacha se quedó en silencio, esperando una respuesta a sus palabras.

Cojo la tarjeta y digo – Estaré encantado de llamarte, y prometo que no sacare el tema del matrimonio- bromeo, luego añado- Solo dos cosas, puedes apuntarme tu horario en la tarjeta?. y.... me podrías dar la tarjeta cuando tenga donde guardarla? estoy algo escaso de ropa- digo sonriente mientras con dificultad debido a la relajación me enderezo y me siento. Luego le devuelvo la tarjeta , miro a la puerta del vestuario y suspiro pues se me antojaba lejano, aun así me puse en pie y fui a ponerme otra vez mi ropa.

Me costo vestirme, pero luego salí del vestuario sonriente y de muy buen humor, El día estaba yendo redondo, había descansado bien, tomado un buen desayuno, me habían dado un masaje increíblemente relajante, y había conseguido el teléfono de una chica guapa que parecía interesante.

Cuando dijiste eso de " tener donde guardártela " la mujer no pudo evitar echarte una mirada de los pies a la cabeza, sin cortarse lo más mínimo y luego mirarte a la cara. No había el más mínimo atisbo de que fuera a sonrojarse o algo parecido. Al salir ya vestido, lo que resultaba menos incómodo para ti, ya que a ella no se lo había parecido, te tendió la tarjeta, en la que por detrás podrías leer:

Cita:

Cuando la cogiste la muchacha te volvió a mirar y sonrió.

- A este masaje invita la casa.. - Dijo guiñándote un ojo para luego reir de nuevo. - Aunque estaría bien, Romeo, que me dijeras tu nombre..

Estaba claro que Sylvia estaba acostumbrada a ver a la gente solo con una pequeña toalla, después de todo era masajista, y todos los que pasaban por allí en algún momento solo llevarían una toalla.

Cogí y guarde la tarjeta, sonreí alagado  ante sus palabras y coqueteo y le conteste- No puedo dejar que me invites al masaje, hacia muchísimo que no me sentía tan gusto, y tan bien y todo es gracias a ti, al menos deja que te de este pastel.- saque uno de los pasteles de la caja y se lo di, y también le escribí en un papel mi numero de teléfono, pero no mi nombre- Esta misma tarde después de comer te llamo  para quedar, y como pago por el masaje podrás pedirme lo que quieras, pondré todo mi empeño en ello -sonreí y añadí-pero solo una cosa, así que piénsala bien.

Así que estando de un humor inmejorable abro la puerta de la sala de masajes de Sylvia , atravieso el umbral sonriendo, y cuando casi he cerrado la puerta le digo mentalmente -Soy Lucas, lo dije antes al entrar, pero si quieres puedes llamarme Romeo aunque entonces yo te llamare ángel de amor, tu decides,chao

Mire que hora era, si sylvia salia a las 14:00 y le quedaba solo un cliente debía de ser casi la hora de comer y debía de ir a comer con mi madre, así que me puse en camino, hasta entonces no había mirado el plano ni una sola vez, pues no tenia prisa ninguna, pero ahora tenia que mirarlo para saber como llegar a casa de mi madre.

Escuchaste cómo se echaba a reir con eso de " ángel de amor ", aunque tenías la certeza de que sería incluso capaz de golpearte si le decías eso en público, desde luego, su apariencia era de todo menos la de una chica frágil y sin recursos, lo que no sabías si te gustaba más o te daba más miedo, aunque en definitiva, era una muchacha bastante bonita y ahora, tenías su teléfono en tu bolsillo.

Justo sobre la puerta de salida del gimnasio, al lado de donde estaba la recepcionista, había un reloj, y no, no eran las dos, sino más bien las doce y algo, lo que te hizo pensar que quizás Sylvia se encargase de alguna cosa más que de dar masajes, ya que suponías que no tendría clientela a todas horas todos los días. Si la volvías a ver siempre podías preguntárselo.

Con la dirección que te habían dejado apuntada y un par de preguntas que hiciste, te sirvió de sobra para encontrar la casa en la que se alojaba tu madre, o al menos, esa era la dirección. Era una especie de pequeño chalet de esos en los que viven dos familias una en cada parte del pequeño edificio. Toda aquella urbanización estaba llena de casitas iguales, con sus respectivas parcelas de jardín. Por la calle había madres paseando carritos con bebés y esas cosas habituales, inluso vecinos cuchicheando, como en todas partes.

Te acercaste para llamar a la puerta, cuando del interior de la casa, por una pequeña ventanita que había junto a la puerta pudiste escuchar muchas risas de mujeres y te vino un fuerte olor a puro. Lo que te hizo pensar que quizás te habías equivocado de casa y paraste la mano que iba directa al timbre.

Volviste a mirar el número que ponía en la puerta, como si pudiera haber cambiado sólo, y sí, ese era el 47A, el número que te habían apuntado.

Arrugue le nariz ante el olor a puro , no era un olor que fuera de mi agrado. volvi a mirar el numero de la casa otra vez mas para asegurarme."parece que se lo estan pasando bien, tal vez esten aqui tambien los familiares de los demas". Mire los pasteles"solo tengo 9, espero que no sean tantos" me encogi de hombros y llame al timbre.

-Mama soy Lucas- dije en voz alta al segundo de llamar

Te abrieron la puerta, pero no, aquella mujer vieja y arrugada no era tu madre. Tenía un enorme puro en la boca y cartas en la mano. Con una voz muy ronca dio un grito mirando hacia adentro, aunque desde donde estabas no veías a nadie y gritó..

- ¿ Habéis llamado también a un chiquillo para que se despelote? Nadie me había dicho que iba a ser una partida de póker tan entretenida!! - La mujer se quitó el puro de la boca con la misma mano que sujetaba las cartas y con la otra te agarró y te metió hacia el interior de la casa sin que pudieras evitarlo, ya que casi te estaba arrastrando.

Al pasar a un enorme salón, sí, allí estaba tu madre, quien ya se estaba levantando para ir a ver qué decía la loca del puro.

- Hijo!! - Dijo feliz mientras iba a abrazarte.

La otra mujer te soltó y murmuró algo: " vaya mierda, supongo que no se va a desnudar "..

Había otras cinco mujeres en aquel salón, lleno de humo e incluso con una botella de whisky sobre la mesa, aunque tu madre no parecía haber estado ni bebiendo ni fumando.

¿despeloque? -logre decir con vz algo aogada por la sorpresa y el humo, y alsegundo estaba en la estancia y mi madre se dirigia a abrazarme. La abrace fuertemente mientrs le decia en voz baja- ves como estoy bien, no enias que precuparte tanto.- me aleje un poco de ela y le di un pequeño beso en la frente, para luego alejarme otra vez pero esta vez mirar a las mujeres de la habitación- veo que tu tambie estas bien, y que tienes nuevas amigas, y que teneis una buena fiesta montada, aunque pense que comeriamos a solas, o tal vez llego pronto?

- Estas son las locas de las vecinas.. - Te dijo tu madre haciendo un gesto de resignación con la cabeza y luego te dijo el nombre de todas, aunque procuró hacerlo de forma que no tuvieras que decir más que " hola " con la mano, ya que era como estar en un nido de arpías salidas.

- Saldremos a comer, porque me han ocupado el salón y con lo que tardaría en echarlas al ritmo que se mueven cenaríamos en vez de comer..

Poco después salíais por la puerta, hasta un restaurante un par de calles hacia la zona donde habías venido. Eso sí, tu madre tenía coche, pero te dio las llaves para que fueras tú el que condujeras, ya que a ella no es que la gustara demasiado.

Os sentasteis en la mesa, y os tomaron nota de la comida. Según se fue el camarero, tu madre se puso seria y te señaló la mano, esperando una explicación de esa enorme cicatriz.

Casi me había olvidado de que la tenia, pues no me había molestado desde el día anterior, pero al mirarla ,volví a acordarme de lo que no quería, del peligro que se cernía sobre nosotros, y de mi vivencia en mi ultima carrera con el taxi, suspire mire a los ojos a mi madre y comencé a hablar

-Mama, soy un mutante-hago una pequeña pausa- no se si lo sabias o no, pero así es, aunque no suelo usar mis habilidades, pues me gusta llevar una vida normal- Hago una pausa mientras el camarero pone las bebidas en la mesa, y cuando se va prosigo- La cuestión es que hay alguien muy poderoso que parece querer acabar con el mundo, y creo que al igual que otros yo me he cruzado en su camino sin querer, y de alguna forma nos ha marcado, puede que como futuras..... victimas, no lo sabe nadie, pero parece que solo los que tenemos esta cicatriz podemos salvar o acabar con el mundo, tampoco hay nadie seguro de ello, pero bueno somos unos cuantos intentando salvarlo, así que seguro que lo conseguimos.- sonreí ligeramente al terminar de hablar, sabia que era demasiada información para asimilar, pero puede que la próxima vez que saliera de esta ciudad no regresara jamas, así que no pensaba mentir a mi madre, aunque bueno, lo de que puede que no regresara no se lo hiba a decir, y en lo demás prefería darle una visión optimista.

Por muy extraño que te pareciera, tu madre no cambió un ápice su expresión y más bien, parecía estar esperando qué le contabas y si eras sincero con ella que otra cosa, cosa que podías haber visto claramente si no hubieras estado buscando las palabras para decírselo.

- No deberías dar por supuesto lo que sabe y no sabe una madre, a fin de cuentas, tus abuelos eran los dos mutantes.. - Dijo la mujer encogiéndose de hombros como si fuera lo más normal del mundo, aunque esa parte de la vida de tus abuelos era la primera vez que llegaba a tus oídos. - De todas formas, no te preocupes, la D.C.M. me contó todo lo que estaba sucediendo, porque lógicamente sino no me mueven de mi casa.. Estoy muy orgullosa de ti Lucas..

Sonreí levemente cuando mi madre me dijo que estaba orgullosa de mi, luego tras un momento pensativo dije- Tuve un buen ejemplo en casa, Espero que el también este orgulloso de mi, este donde este.- Era evidente que  pensaba en mi padre, Esto solía traerme malos recuerdos, pero por otro lado el pensar en mi padre también me renovaba las fuerzas, el saber que el me apollaria, de algún modo su recuerdo me había dado fuerzas en muchos momentos difíciles de mi vida.

-Soy feliz de que fuerais vosotros los que me encontrasteis y adoptasteis, no se me ocurren padres mejores- En ese momento el camarero trae la comida que habían pedido y yo paso mi mano por los ojos, para que no me salten las lagrimas que estoy a punto de soltar, me obligo a mi mismo a sonreír y añado- Fijate que hoy he conocido a una chica guapísima, y me ha dado su numero para invitarla a comer, y he preferido comer contigo, para que veas, y eso que era masajista, lo cual tiene mas valor.- me levanto un poco y le doy un beso en la frente a mi madre- así que a disfrutar de la comida- y le sonreí nuevamente.

Tu madre te miró con picardía cuando le dijiste lo de la chica, ya que no recordaba la última vez que le habías presentado a una, pero no dijo nada sobre ello, tan sólo te dio las gracias por el gesto de querer comer con ella, aunque sabías de sobra que a tu madre le encantaba tu compañía y más cuando no te había visto en este tiempo estando acostumbrada a hacerlo casi a diario.

La comida resultó agradable y tu madre te contó las peripecias de las vecinas, que la mantenían entretenida y casi siempre estaban juntas, así que no es que tuviera mucho tiempo para aburrirse.

A eso de las cinco de la tarde dejaste a tu madre en casa, en la que ya no había nadie, pero que no tardaría en venir la del puro, que estaba sentaba en su jardín y os había saludado con la mano al pasar.

-Bueno mama, me ha encantado comer contigo, pero me voy a seguir con este pequeño respiro mientras me dejen-le di un beso de despedida y sonrei- ademas no quiero estar aqui cuando llegue la señora del puro, me da miedo.

Me aleje pensando en que podria hacer ahora, "Igual es un poco tarde, pero podria llamar a sylvia, estoy seguro de que conocera un lugar animado para divertirse". coji el movil y Mande un mensaje.

-hola sylvia, soy Romeo, Parece que tengo el resto del dia libre, creo que ha llegado la hora de divertirme de mi dia de vacaciones, conoces algun sitio donde tomar algo y pasarlo bien? podias llevarme.

Tu teléfono no tardó en sonar y el número que aparecía en él no lo tenías en la lista. Al coger esuchaste una voz de un hombre, que no, sin duda no era la bella muchacha de las manos increíbles. Se te solicitaba rápidamente en las instalaciones de la D. C.M. y te pidieron que te dieras prisa, ya qye era algo muy urgente.

voy volando conteste-conteste tras un pequeño suspiro de resignacion "supongo que se acabaron mis vacaciones, ha estado bien, aunque me hubiera gustado una ultima cita con una chica y un ultimo beso, por si de verdad fuese el ultimo" comence a elevarme  en el aire  mientras mandaba un mesaje en el movil.

- Lo siento, cambio de planes, se me acaban de acabar las vacaciones, Cuidate, con suerte volvere y podremos quedar otro dia. - cuando acabé de escribir el mensaje, vole rapido a las instalaciones de la D.C.M., volando apenas tardaria en llegar.