Martina suspiró contrariada. Al parecer aquello no era mas que un gran centro turístico. Nada que aportara la mas mínima infoimación.
Levantó la vista hacia aquella mole que se alzaba destellando un millar de colores. Realmente se trataba de una edificación descomunal. No era de extrañar que les hubiese llamado tanto la atención.
-Hemos hecho un largo camino para llegar hasta aquí.- Comento recuperando su expresión optimista. -No creo que me entretenga demasiado haciendo turismo.
-¿Donde estan los precognitivos?...- Preguntó sin tapujos. Si aquellos eran agentes de la DCM lo mas probable es que supieran de que les hablara. -Me gustaría hacerles algunas preguntas.-
Marta y Martina... qué curioso, bueno, siempre que vengan juntas será más fácil recordar sus nombres por el parecido entre ellos, me digo a mí misma mientras sonrío ante las palabras de Marta al presentarse. Eso sí... a Dios mejor que se lo deje en casita... pienso ante las palabras de Martina sin poder evitar hacer un ligero gesto de desaprobación.
Ummmm... ¿precognitivos? Bonita manera de denominar a alguien como yo o Matt... Aunque seguramente habrá muchos más trabajando para la D.C.M. aquí abajo... pensé al oír las palabras de Martina. Pero, como era costumbre en mí, mi lengua fue más rápida que mi curiosa mente:
- ¿Precognitivos dices? ¿Así nos llamas a los que podemos tener visiones del futuro? Porque casualmente yo soy una de esas precognitivas... - le digo a la ángel en tono serio mirando de reojo a Matt sin querer meterle en el saco de quienes, como yo, visionamos posibles actos futuros. después me doy cuenta de mi respuesta tajante y sonrío a Martina, no era mi intención contestar de mala manera ni mucho menos.
-Entiendo...- Dijo pensativa.
En realidad no se esperaba aquello. El poder de predecir el futuro se le antojaba muy peligroso. Solo el hecho de que alguien lo tuviera le producía un leve escalofrío por el espinazo.
-Entonces habrás sido de los que ha predecido el destino de esos libros...- Dijo con calma. -...Esos libros son peligrosos... y yo tengo serias dudas de lo que estamos haciendo.- Miraba directamente a los ojos claros de aquella muchacha del pelo rojizo.
-El primero lo encontré en el convento y, al cojerlo, tuve...- Se detuvo al reparar en la presencia de los demás. -Pero, bueno, querida Elara. Quizá sería mejor hablar de esto en otra ocasión.-
En aquel momento sonaron casi al unísolo los teléfonos de Dan y de Matt, quienes se miraron ensombreciendo su mirada, ya que no hacía falta ser vidente para saber que eso no podía significar nada bueno. El joven que venía con Elara, tuvo que posponer el explicar que el también veía el futuro para coger el teléfono.
Momentos después sonó el de los demás incluso el de alguien a quien no veíais, pero que se quedó al descubierto por haberse olvidado de quitar el sonido al teléfono antes de usar su invisibilidad y todo su sigilo para observaros sin ser visto. El susto que se llevó cuando le vibró el teléfono y comenzó a sonar le hizo volverse visible. Ian también estaba con vosotros.
Todos recibisteis el aviso de presentaros ya, sin demora, en las instalaciones del D.C.M. Era muy urgente..
En aquel momento el teléfono de Jeff comenzó a sonar, en él pudo escuchar la voz de Andrea, que le pedía que acudiera a las instalaciones de la D.C.M., de las que le dio la dirección de manera inmediata, que había problemas.
Por su parte, Eric recibió otra llamada similar, sólo que el ni siquiera conocía la voz de la persona que le estaba hablando.
En medio de vosotros dos y llevando su mirada de uno a otro, estaba Sam, quien pasaba su vista de uno a otro sin saber qué demonios estaba sucediendo y aún con lágrimas en los ojos debido al dolor sufrido instantes antes.
Mi mirada se clava en la de Sam y, tras unos segundos, se posa en la de Jeff. Estaba en lo cierto, ha pasado algo, y debemos acudir.
-Bien, iré lo más rápido que pueda.- digo a modo de despedida mientras cuelgo rápidamente el teléfono móvil. Entonces me acerco a Sam. La marca grabada en sangre sobre su camiseta me produce un ligero escalofrío.
-Tenemos que ir a las instalaciones del D.C.M.- le digo, seriamente. Si quería ayudar supongo que este es el momento. Vuelvo a mirar a Jeff.
-Vamos.
Cuando veo al muchacho rubio aparecer de repente a nuestro lado mientras suena y vibra su teléfono me doy un susto de muerte y el respingo que me hace agarrarme a Matthew lo demuestra.
¿Cuánto tiempo lleva espiándonos? pienso antes de responder también en mi teléfono. Habían sonado todos a la vez, no parecía buena señal...
Miro a Matt tras colgar el teléfono pues no esperaba que él también estuviera metido en el mismo embrollo que yo, que todos los allí presentes, aunque por otra parte me alegra saber que es así, quizá con suerte pueda acompañarme en lo siguiente que hayamos de hacer... con suerte, con mucha suerte...
- Ey, ¿Tú también tienes que ir? - le pregunto acercándome de nuevo al muchacho.- ¿Qué tal si echamos otra carrera como la de antes para llegar?
En mi apetecible gusto de estar alli tratando de pensar un plan para divertirme un rato, noto que algo suena dentro mio Pero que mier...; lo cual me hace perder el control sorpresivamente de la invisibilidad.
Demonios... - Ya había quedado al descubierto... Sonriendo como si nada hubiese pasado los saludo desde donde estaba. Hola!!! QUE TAL!!!? Putos poderes... eso me pasa por descuidarme.
Tomo el telefono mientras camino de espaldas a ellos para contestar la llamada...
Una gran sonrisa se dibujó en mi rostro mientras escucho que debería ir a las instalaciones inmediatamente. Si ya voy... Solo digame donde... ajá... ajá... En unos min ando por allí.
Corro rapidamente para tomar vuelo mientras los saludo. Nos vemos en la central... Prefiero ir por mi cuenta... Adiós
Ian se fue volando hacia las centrales de la DCM tal como él queria. Al fin un poco de acción...
Jeff colgó cuando Andrea le hubo dado la información.
- Dime que tienes coche. - le dijo a Eric. Luego desvió la mirada hacia Sam con cara de bastante indiferencia, quizá con un poco de pena, pero nada más...
Alex frunce primero el ceño al escuchar sonar el teléfono de Dan y el de Matt a la vez, eso solo significa una cosa, y no le gusta nada, su móvil no suena, porque no lo llevaba, pero al ver que sonaba el de las otras tres chicas, pues se imaginó que sería... lo que no se esperaba es que sonara el de alguien...
¿¡Ian!? ¿¡Pero tú de qué coño vas!? - le pregunta, con una confianza algo inusual, frunciendo el ceño y llevándose una mano al pecho para calmar el susto que le había dado - Este tío es más gilipollas de lo que creía...
Lo miraba con odio mientras observaba cómo se elevaba y se largaba.
Miró a Dan: - ¿Vamos? Yo te llevo...
Ian nunca me cayo bien pero usar así sus poderes para espiarnos me parece de lo peor... le dedico una mirada ofendida y me apunto que tendré que preguntar por alguna forma de localizarlo, si es capaz de espiarnos en plena calle quien nos dice que no es capaz de hacer lo mismo en nuestros pisos... no me gusta ni un pelo.
La llamada no se si serían buenas o malas noticias pero al menos Martina y yo podremos plantear las dudas que teníamos en mente.
¿Una carrera? eso no tiene ningun sentido... podría llevar a cualquiera de vosotros o a todos en un parpadeo, pero preferiría ir volando, es más emocionante. Digo mirando de reojo a Martina, me encanto la experiencia de volar y si nos mandan a otra misión no se si podré volver a hacerlo...
Si martina sintió sorpresa al descubrir aquel chico invisible, no lo demostró. Su expresión seguia siendo tranquila y serena.
Reflexionó unos instantes ante los mensajes que les apremiaban a dirijirse hacia las instalaciones de la DCM. Al cabo de unos instantes miró de reojo a Marta.
-Creo que será mejor que nos lleves, pequeña.- Le dijo con amabilidad. -Me gustaría demorarme lo menos posible... hay que solucionar esto en cuanto antes-
Suspiro algo apesadumbrada, se que tiene razón por mucho que me apetezca dar otro paseo volando.
Como quieras... acercaros estaremos en un abrir y cerrar de ojos, supongo que tendré que usar la misma zona que cuando fuimos a la misión. Digo viendo a Dan y Matt ya que ellos pueden saber más de las zonas de teletransporte de la DCM que yo.
Unos en coche, otros corriendo a velocidades de vértigo e incluso volando viendo la ciudad desde las alturas, todos acabasteis en las oficinas del D.C.M. Una vez estuvisteis todos allí os dijeron que teníais que reuniros con alguien en la superficie, alguien que aclararía todas las dudas de lo que estaba sucediendo, pudiendo elegir después que era lo que quería hacer cada uno.
Eric llegó con dos personas a las que no conocíais, un muchacho ( ver descripción de Jeff) quien tenía la misma cicatriz que el resto en la mano y una muchacha que tendría veintipocos años y la que no tardó en convencer a Mark de que tenía que estar allí, ya que dándoos la espalda levantó su camiseta y en ella había también una anorme cicatriz, como la vuestra, sólo que su tamaño era bastante más grande. La joven se prensentó como Sam Taylor. Mark también se presentó a la muchacha, como Mark Lee como ya se había presentado delante del resto en la primera reunión e Ian, por alguna razón se quedó blanco al relacionar el apellido de ese hombre, el hecho de que fuera oriental y alguna cosa que le había sucedido, pero mantuvo el silencio, esperando que nadie se diera cuenta de ello, aunque lo suyo nunca había sido actuar.
Cambiamos de escena chicos.