Partida Rol por web

La semana transcurrida tras la primera misión pasa en silencio y de prisa para Azael quien se distrae al margen de otros reclutas con entrenamiento intensivo cin el que mantener su mente alejada de los temas tan complejos que recientemente le atribuían. Nunca le han enseñado a lidiar con duda y emociones complejas, solo a pelear y sobrevivir, lo que hace que ahora mismo esté desorientado y confuso. ¿Krum le engañó? ¿O él no sabía la verdad? ¿El espíritu de su madre está con él? Entonces ¿no está muerta... del todo?

A poco que deja de entrenar estas preguntas le llenan la cabeza. Sin embargo, es cuestión de tiempo que tenga que afrontarlas, y dicho momento se manifiesta finalmente en la forma de una de las personas que más estaba evitando: Zoe.

- Es más personal de lo que crees - gruñe acercándose. Sí, estaba posponiendo el encuentro, pero ahora que se ha presentado no va a retroceder. Dio su palabra de que lo haría, de que hablaría con ella, y Azael es de los que va con su palabra hasta el final, no por honor u honradez, si no por la soberbia de demostrar que puede hacer todo lo que diga que va a hacer.

Sin embargo, aunque no vaya a retroceder, tampoco sabe como avanzar. Aunque entra en el gimnasio y se acerca, no tiene ni idea de como empezar la conversación... así que le arrea una leche. No es un golpe cargado de soberbia o rabia como suele ser típico en el mulato, si no más bien un acto reflejo, un impulso básico de su cuerpo. Un pedo mental de proporciones épicas que incluso le hace pensar "Hostia". Por suerte por ello no es muy dura.

Azael suelta el brazo hacia el brazo de Zoe, largandole u puñetazo en el hombro a la chica. Luego, por un momento se queda callado, sin saber que decir. A cualquiera de los parias de Horizon habría bastado para lanzarlos al suelo, y aunque Zoe probablemente aguante el envite, no debe haberle hecho demasiada gracia... Aunque para Azael de alguna manera se hacen las cosas más fáciles. De pelear si entiende.

Ella se le queda mirando algo excéptica, sin terminar de entender lo que le dice. ¿Que es más personal? Ladea un poco la cabeza con una ceja arqueada de forma interrogante. -¿A qué te refieres? Tampoco creo que me pasara.- Cierra un momento los ojos y resopla levemente. -Quiero decir, no es que estés esmirriado precisame...-

Es pillada distraída, quizá por no haberse tomado la situación como algo agresivo. El puñetazo de Azael la golpea en el hombro y le lanza la toalla al suelo, haciéndola retorceder un paso. Se lleva una mano al hombro y suelta un gruñido descontento mientras le observa con otros ojos; ahora está alerta.

-¿Pero se puede saber qué coño te pasa, chaval? Se supone que hay una pista para que nos partamos la cara agusto.- Se suelta el hombro y gira el brazo, apretando el puño al comprobar que está todo bien. Pone un gesto bastante más agresivo, como si se la fuera a devolver... pero se cerciora de algo. -... ¿Pero por qué no has ido a la cara? ¿y por qué me miras así?-  Ella se esperaba a que Azael estuviera más en guardia o incluso continuara el asalto. Verlo mirándola en silencio le hace pensar que igual hay algo más de por medio, ya que no parece de los que se echan atrás. Ella no suele serlo.

Más preguntas. Si Azael era incapaz de responder las suyas propias, las de Zoe se acumulan sobre estas en una montaña de confusión en la cabeza del mulato. ¿Por qué le ha arreado? Y ya que lo ha hecho ¿por qué esa hostia tan maricona en vez de un golpe bien dado? Azael no tiene ni puta idea...

Pero de lo que si se da cuenta es de que se ha sentido bien. Ha sido una buena válvula de escape, y por un momento se ha sentido en su elemento. Tras unos instantes de rumiar este hecho sonríe y simplemente... lanza otro golpe. Este, a diferencia del anterior es completamente intencional y busca el estómago de la Zoe, que debe estar esperando una explicación. En lugar de eso recibe un golpe y una pregunta:

- ¿Qué coño haces aquí, ah? He escuchado quien es tu papá, ¿quien coño querría venir a este antro antes que jugar en las ligas mayores, eh? ¿Tenías miedo allí?

Le habla mientras retrocede el paso que ha avanzado para darle el golpe, que aunque bastante bruto... Los que hayan peleado ya con el titán sabrían que ha debido contenerse seguramente.

Mientras ella espera una respuesta con una ceja arqueada por su duda recibe un golpe mucho mejor dirigido que el anterior, que la hace doblarse agarrándole de la muñeca y recuperando el aire perdido. Poco a poco va subiendo la cabeza, esta vez ceñuda y con la vena del cuello marcada, dando un indicio de que quizás esta vez responde de la misma manera antes de hablar.

-Así que lo que te pasa es que quieres tocarme las narices...- Antes de que se de cuenta ha saltado hacia él con la rodilla por delante para hincársela en los riñones sin piedad. ¿Se ha tomado más en serio de lo que debería el golpe de Azael? -¿Y a ti qué cojones te importa? Me tendieron una trampa... ¿¡cómo sabes lo de mi padre!?- Es posible que sea porque el tema le resulta escabroso, ya que a fin de cuentas el primer día no estaba del mejor humor precisamente...

Aunque al menos ha respondido... y ha empezado a seguirle el juego. Se augura una mañana de hostias mutuas e intrigantes respuestas en el gimnasio.

El rodillazo pilla medio de sorpresa a Azael. Medio porque tenía la esperanza de que Zoe respondiera con violencia, pero no la certeza. Sin embargo esto hace todo más sencillo, una pelea es algo mucho más sencillo de afrontar que una conversación. Las cosas se pueden decir insultando en vez de preguntando y no hay incomodas estupideces sentimentalistas.

Recuperando la posición con las rastas tapándole media cara, una sonrisa cruza el rostro de Azael. Juntando las dos manos y los antebrazos laza un potente golpe con los dos brazos buscando el costado de Zoe, tratando de derribarla hacia la derecha. La mole de músculo que es su cuerpo se mueve rápido en lo que busca ser un contundente mazazo sobre las costillas de su hermana.

Y sin embargo... aunque Azael no se ha dado cuenta todavía, hay algo muy diferente en esta pelea respecto a lo que está acostumbrado el chico. Siempre que ha peleado con anterioridad estaba guiado o bien por la ira o la violencia con el objetivo de derrotar a alguien que podía hacerle daño, o bien por la soberbia, con el deseo de demostrar su superioridad, de imponer respeto y miedo. En esta ocasión sin embargo... es después de lanzar este tercer golpe que el chico se percata. Se está conteniendo. No busca hacerle la mayor cantidad de daño posible a su adversario, no está persiguiendo sangre, aunque sí un poco de dolor.

¿Por qué? se gruñe en la cabeza ¿por qué cojones estoy peleándome con ella entonces?

Las preguntas, como ya se ha establecido anteriormente, no son plato de buen gusto en estos momentos para Azael. En lugar de afrontarlas, ríe, y exclama:

- ¡JA! Sé de tu papá igual que se de tu querida tita... - dice las palabras con algo de despre... No. De amargura. - Y más cosas. - De tristeza. Apretando los dientes exclama - ¡Por que se ve que tú no tienes ni puta idea!

Zoe ya se ha puesto en guardia tras el primer golpe, disponiéndose a pelear en condiciones. No parece hacerle nada de gracia que vaya en plan burlón después de soltar cosas que desde luego considera serias. Al verle preparar un nuevo golpe se cubre con el antebrazo rápidamente la zona de las costillas para bloquear el impacto, esperando que sea un golpe de la misma fuerza que el anterior.

Ocurre que no es así, y un golpe directo aunque haya sido en el brazo la desestabiliza, casi haciéndola caerse de lado. Trastabillea frunciendo el gesto de dolor mientras agita el brazo derecho. Lo que pasa es que en lugar de pararse a contestar o a preguntarle qué coño pasa con su vida, le sacude un directazo con la izquierda a la mejilla derecha, esta vez con más fuerza. Unos vendajes del brazo derecho de Zoe -el golpeado- se empañan de sangre.

-¿¡Y a qué vienes, a tocarme las narices!?- Responde ya de forma agresiva, como respondería cualquier persona a la que le dices "sé quién eres" y no le das explicaciones. -¡No me importa qué sepas sobre esa pesada, pero ¿quién te ha dicho sobre él!?

La fuerza del golpe hace temblar los sesos de Azael dentro de su cráneo, y el chico rechina los dientes. Se ve que es el único que se está conteniendo, y este hecho le pone de mala hostia aunque realmente no tenga derecho a ello: él sabe por qué debe contenerse, ella no. Recapacitando sobre este hecho logra contener la mala baba que le pedía darle a la chica con todas sus fuerzas, en lugar de lo cual retrocede un paso mientras sisea:

- Me ha dicho sobre él la misma persona que me ha dicho también sobre... ella - le gruñe aún algo aturdido. La última palabra escapa de sus labios de una manera que le sorprende al darse cuenta del hecho. Para Zoe seguramente haya resultado un tono burlón o satírico, pero en realidad, es la primera vez que Azael no se refiere a su madre de un modo despectivo. De hecho parece un poco de... añoranza. No, no exactamente. Es como esos animales a los que un dueño ha apaleado y ahora, incluso cuando alguien trata de ser bueno con ellos, se nota que desean avanzar hacia dicha persona, pero les cuesta un mundo superar el... el miedo. - Adrienne - musita antes de darse cuenta, tras lo que añade ya conscientemente, por lo bajo - Es un nombre... bonito, supongo.

Esta vez, en lugar de lanzar un golpe, Azael se prepara para el próximo ataque de la chica, pues está convencido de que haber mentado a su madre (de ambos, aunque ella aún no lo sepa), enrabiará a la chica más que cualquier otra cosa. Sabiendo la historia que sabe ahora él también se lanzaría a destrozar a cualquiera que la insultase remotamente, aunque no es algo que esté preparado para admitir. Juntando los brazos frente a su pecho y rostro se prepara para recibir el golpe...

Aunque espera no tener que recibirlo. Exhalando lenta y profundamente el mulato se concentra. Y la llama.

- ... M-Madre... - la palabra suena extraña, incluso sin haberla pronunciado verbalmente - Por favor - es lo único que expresa en palabras, pero sus emociones son claras: no le desea daño a Zoe. No quiere hacerla sufrir, no se está guiando por la violencia. Pero esta es la única manera en la que cree poder conectar con Zoe lo suficiente como para darle a conocer todo lo que debe decirle.

Su primera respuesta la deja bastante loca durante unos segundos, ¿que alguien le ha dicho sobre él y sobre ella? ¿a quién se refiere con ella, a Jeanne? Se le queda mirando como si esperara algo más de información, ceñuda y rabiosa... y entonces oye un nombre que le hace abrir mucho los ojos, rellenándola de ira.

-¿Cómo sabes tú...?- Aprieta de nuevo el nudillo izquierdo, temblándole el brazo de la fuerte impresión. Su gesto se contorsiona de violencia mientras zancadea hacia él para tumbarlo de un puñetazo. -¿¡Has venido aquí a reirte de mi, pedazo de mierda!?- Sí, eso hará... primero lo terminará de arrojar al suelo para luego enseñarle lo que es bueno haciéndole una nueva cara con sus herramientas de cirugía estética forzosa.

Se lanza con bastante potencia y echa el brazo hacia detrás para golpearle en el pecho con todas sus fuerzas. No obstante, en lugar de ocurrir eso recibe un puñetazo bastante débil en comparación que ni siquiera le hace retroceder, solo razguñarle quizá un antebrazo. Al observarla, su rostro ha palidecido totalmente mientras sus pupilas le observan como si estuviera muy perdida. Incluso tiene los hombros algo temblorosos... ¿como si hubiera sentido algo que no debería? Es posible. Su voz se quiebra mientras Azael es apuñalado por esos ojos repletos de duda.

-¿Q-qué... qué ha sido eso?- Dice con una voz muy débil y descompuesta. -¿¡Q-quién eres!?

Algo le ha afectado lo suficiente como para detener su ataque, sin hacerle ningún tipo de daño. Azael lo ha sentido, no ha necesitado pedírselo. Ella bajo ningún concepto le haría daño a esa chica.

Aún en posición defensiva, abriendo los brazos muy lentamente, Azael se ríe. No es una risa burlona, y extrañamente tampoco es una risa amarga. Es una risa suave, tan sutil que comienza como una suave respiración, que se hace más fuerte mientras el chico se desprotege. Es, probablemente, la primera risa sincera de Azael.

- Ja... tenía razón... no tienes ni puta idea... - el hecho parece hacerle gracia. Probablemente porque le alivia ver que es el único que no está perdido, desorientado y confuso. Porque siendo su hermana, comparte la misma sensación de irrealidad cuando atisba lo que él ya ha visto en su totalidad. Cuando percibe cuan jodida está la cosa, hasta el punto en el que no pueden arreglarla con sus puños, que son su mejor y única especialidad.

La mirada del chico vaga perdida por el suelo, o eso pudiera parecer. Está pensando. Sintiendo más bien. Mira a quien no está ahí pero a la vez sí está.

Dice estas palabras como si estuviera hablando más para sí mismo que para Zoe. Una imagen se forma en su mente por un momento, la cristalización de su más profundo deseo. Un abrazo. Su madre, abrazándole con suavidad desde atrás. Algunos llamarían suerte el no haber vivido eso nunca, y por tanto, no conocer el dolor de la pérdida... piensa, Pero ella... ella no tuvo esa suerte, madre... Hace tiempo que ha dejado de intentar entender todo lo que le pasa por la cabeza, y se ha entregado a ello. No importa. Las peleas, la rabia, la furia, el dolor... no importa. Y aunque ese abrazo es algo que siempre ha querido secretamente para si mismo su deseo se manifiesta de otra manera. Pide a su madre que la abrace a ella, a Zoe.

Zoe se queda observándole en esa posición repleta de duda, en una mezcla de asustada y desesperada por saber qué pasa realmente con el chico que tiene delante suya. Se ha quedado enmudecida, y su gesto se vuelve más sudoroso por cada palabra que dice Azael. La cabeza se le acaba de hacer un cacao y la furia se le está escapando por las orejas al no encontrar otra vía.

-¿Qué... qué estás diciendo? ¿Como que la mayor...?- La mirada le tiembla durante un instante, agachando los hombros ante semejante declaración. -No... no es posible...

Poco después de realizar su petición, ella enmudece. Se deja caer de rodillas observándole totalmente rota, tanto por la sensación como por las dudas que azotan su mente. -¿Qué está pasando...? ¿Qué es esto...? ¡DI ALGO!- Le grita con los ojos temblorosos, casi rogándole por una respuesta. Hace tanto tiempo que no tiene esa sensación... y ahora la siente pero no entiende por qué. Lo que está pasando duele bastante más que un par de golpes bien dados...

La indefensión de Zoe, aunque divertida en cierto modo por su similitud con la suya, no es lo que quiere Azael en estos momentos. Por eso, aunque tan solo sonríe durante unos momentos viéndola así, tras unos segundos extiende su mano ante sí, ofreciéndole un apoyo para levantarse mientras dice:

Su sonrisa es sincera y tranquila, y mientras la esboza deja que el espíritu de su madre, si es que eso es, descanse de momento. Si la chica toma su mano finalmente la ayuda a levantarse, y mientras se quite sus gafas deportivas, comenta:

- Creo que tenemos mucho de qué ponernos al día... - y mientras habla, notando el tacto de la mano de ella, el 'momento' pasa y Azael vuelve a ser más el de antes. El bestia duro de mollera con poca, muy poca o casi ninguna capacidad para manejar emociones. Así que le da un empujón a Zoe, nada violento, simplemente algo para seguir la conversación y soltar su mano sin que sea algo incómodo - Vaya putas hostias sueltas. Bien hecho. Tenemos pendiente una pelea de verdad hasta el final... jé.

Se le queda mirando durante un momento para luego taparse los ojos con un brazo. Empieza a reir primero suavemente, para luego dejar escapar una carcajada que suena... increíblemente alegre. -Ja... jajaja... ¡Jajajaja...! Y nosotros aquí... curciéndonos el lomo...- Se limpia los ojos con el brazo y agarra el de Azael para levantarse.

-Bueno, maldita sea... y tanto que tenemos que contarnos... Aunque no nos conozcamos de nada.- Durante un momento mantiene su mano aferrada con una sonrisa entre dientes. En una mezcla de recuperar la compostura y estar feliz, Zoe aprieta su mano sin saber durante unos momentos que decir hasta que reciba el empujón. -Bueno... tch, hay tiempo, ¿no? Heh.

-¿Y me dices que zurro bien después de dejarme el brazo hecho gravilla? Maldito enano...- Le da una palmada en el hombro, sujetándoselo, por un momento se le ve en los ojos algo de ilusión, como si llevara toda la vida queriendo picar a su hermano pequeño. -A ser posible cuando tenga todo en condiciones tengamos la revancha. Me cosieron a tiros en esa estúpida misión, pero nada que no pueda aguantar.

-Bromas aparte... ¿qué leches acaba de pasar? Se me ha encogido todo el cuerpo.- Aparta un poco la mirada al recordar esa sensación. No sabe si creérsela a fin de cuentas. -No me hace gracia que la vieja de las narices te haya encontrado antes que yo... pero supongo que es válido.

Azael simplemente asiente a las propuestas de ponerse al corriente y tener la revancha en el futuro. No se percata de ello, pero tiene la misma media sonrisa estúpida de felicidad que exhibe Zoe. Sin embargo la última pregunta es más peliaguda y requiere una respuesta más concreta. La sonrisa se le borra del rostro.

- Eso es... complejo. Aún no estoy del todo seguro de qué es... - murmura pensativo. ¿Es su madre realmente, su espíritu, un recuerdo o proyección de ella...? No tiene una respuesta clara. - Pero tiene que ver con... madre. Nuestra madre. - Son palabras que nunca creyó que iba a decir. Él. Refiriéndose así, en ese tono, a su madre. Hablándole a su hermana. El mundo se va a la puta mierda. El mío al menos, piensa con una extraña mezcla de satisfacción y acritud.

Mientras reflexiona mira a su Zoe tratando de buscar similitudes entre su rostro y el que vio en las instalaciones subterráneas durante la misión. ¿Es realmente la hija de su madre? ¿Lo es él? Haciendo memoria trata de recordar su propio rostro para compararlo con el de ella. Con el de ambas. No consigue legar a ninguna conclusión.

- Tch - chasquea la lengua, desechando el caos de su cabeza - Alguien tiene las respuestas seguramente. El viejo. Lo conoces, ¿no? - pregunta, pues no es idiota. Sabe sumar dos y dos y en los pasillos se dice que Zoe conocía a Cynthia de antes. Eso unido a su elevada potencia física indica claramente a una persona - Krum. Él me crió... me creó incluso. Y me dijo que madre me... vendió para comprar la libertad. La vieja Lacr... - iba a decir, pero entonces cae en que Lacroix es el apellido de Zoe. Y ENTONCES cae en que... también es su apellido. Un pedo cerebral de proporciones épicas se gesta en su cabeza. Era algo obvio, pero tan surrealista que no se había parado a dedicarle ni un pensamiento y por tanto no había sido consciente hasta ahora de ello. Se le escapa un gruñido de puro malfuncionamiento cerebral. - Jeanne - dice finalmente eligiendo el apelativo que menos raro se le hace. "Tía" ya es pasarse, enough, too much, demasiada familia de golpe para alguien que se creía absolutamente huérfano hace apenas unos días. Poco a poco. - Jeanne dice que es mentira. Que nuestra madre... murió tras ser secuestrada y vícitma de experimentos. - Se para un momento a ver como reacciona, pero si ha vivido con su padre todo este tiempo esto no deben ser noticias nuevas para ella.

Zoe se queda escuchándole con algo más a la calma en sus facciones. Debe de sentirse muy parecida a él en esos momentos, empatizando su ilusión en forma de una mirada fija y nada violenta hacia Azael. -... ¿Pero tú lo has hecho de algún modo? Aunque lo olvidé hace mucho... definitivamente se sentía como mamá.- Cierra los ojos y se lleva una mano a la barbilla. La verdad es que Zoe tiene un aire a la mujer cuyos rasgos Azael solo pudo entrever. A fin de cuentas la figura estaba algo... ¿difuminada? Cosas de las alucinaciones... Desde luego una cosa era cierta; los tres son morenos.

-Krumm... Claro que le conozco. Es de esa clase de tipos que siempre están metidos en todos los fregados; pero no sabes si está haciendo algo bueno o algo malo en ellos. Pero... ¿por qué haría todas esas cosas si al final ha permitido que vengas? Lo dicho, no hay puta manera de entenderle.- Revolea un poco la mirada. No parece tenerle especial aprecio a ese tipo, pero tampoco podría decirse que le detesta. A saber de qué conoce a ese tipo, aunque si se lleva con Cynthia y ella también ha tenido que ver...

-... Por mucho que deteste a mi tía, no es una mujer mentirosa, aunque está muy cambiada desde la última vez que la vi. Antes era la persona más estirada y pendenciera que te puedes echar a la cara...- Entrecierra los ojos y agacha la mirada al saber sobre el destino de su madre. -No es una noticia que no esperara... pero alimenta más el odio. Si mamá sufrió tanto, hay más ganas de arrancar cabezas de los de arriba.

-... ¿Pero tú lo has hecho de algún modo?

Azael asiente escuetamente. Aún le cuesta comprender bien qué es exactamente este 'poder' que manifiesta desde la misión, pero al menos ya ha decidido (durante este encuentro) que no es algo que le desagrade. Si es algo que realmente viene de su madre y su pasado, lo aceptará y quizás... quizás cambie con ello. Si no es así, si es solo otra anomalía causada por los experimentos que le crearon durante su gestación, al menos tendrá un arma más con la que vivir. 

Las palabras de Zoe acerca de Krumm le hacen reflexionar. Tiene razón, si le estaba engañando sin más ¿por qué soltarle la correa y dejarle venir aquí, donde iba a encontrar a Jeanne? Retorcido e impredecible sí, pero Krumm nunca ha sido descuidado ni mucho menos estúpido. El sabía que esto iba a pasar. ¿Está de su parte entonces?

- No me importaría arrancar alguna cabeza... - asiente con una sonrisa violenta. De eso si está seguro. Sin embargo otro pensamiento ocupa su cabeza por un momento y aunque dudoso, decide no dejarlo pasar - ¿C... Cómo es... él? Nuestro... nuestro padre.

Es una de las preguntas que lleva dando tiempo vueltas en su cabeza y uno de los únicos motivos por los que tuviera cierto resquemor hacia Zoe. Pensar que dejó de estar con su padre es algo que no le entra en la cabeza a Azael. Y menos para venir a este sitio. Pero de momento ha enterrado las armas y solo quiere conversar.

Zoe asiente despacio, intentando comprender cómo rayos ha hecho para darle esa sensación. Al menos le ha contado que ha sido cosa suya, lo cual no sabe si la tranquiliza o la extraña aún más. Al oir las ganas de Azael de seccionar cabezas cierra los ojos y deja escapar una sonrisilla entre dientes, con algo de sorna. -Vaya, al final va a ser mentira eso que dicen de que los hermanos suelen llevarse de culo. En cinco minutos ya estamos de acuerdo en algo.- Se rasca la nuca para luego abrir un ojo ante su segunda pregunta, borrando la sonrisa. Preguntar por su padre le parece de lo más lógico y ella no va a callar ante eso.

-Papá es alguien admirable por mucho que digan los mass mierda. Tras todo lo que pasó, no ha pensado en ningún momento en detener su lucha. Nuestra lucha.- Aparta un poco la mirada al recordar que está en ese sitio de mierda. -Es alto y también corpulento, pero no tanto como tú... aunque los experimentos que realizaron con él le han otorgado algunas capacidades más cargadas de desventajas que otras cosas.- Cierra los ojos un momento para luego mirarle. -Él es blanco de piel y su cabello es negro, como el mío. Tú tienes algunos rasgos que son muy de mamá.- Dice sonriéndole un poco mientras asiente. -Es alguien que no se merece todo lo que ocurrió, y eso le cambió. Ahora piensa concienzudamente cada paso a tomar y carece de dudas, simplemente es instintivo cuando ellas surgen. Te estarás preguntando entonces qué mierda hago aquí si le respeto tanto...- Se gira dándole la espalda y llevándose una mano a la cara.

-Mi idea era venir y observar de cerca a dónde iba a parar esto, pues en Horizon hay... algunas cosas relevantes. El plan era confesar unas localizaciones de bases que ya no utilizamos pero que servirían como excusa; normalmente vamos cambiándolas. El caso es que... no tengo recuerdos de cuando me interrogaron aquí. Desperté en el pasillo mientras me llevaban a la holopantalla pero con la certeza de que por alguna razón había dicho la información verdadera.- Deja escapar un gruñido. Ah, ¿así que ha sido por eso? ¿pero cómo acabó soltando todo eso? -Por eso estaba tan mosca.

-No soy una traidora. Me hicieron algo extraño que no puedo recordar. Cynthia me dijo que algo así pasó cuando os asaltaron con una chica... precisamente la hija del puto bigotes.- Se cruza de brazos dándole la espalda y tomando aire, quizá esperando una evaluación negativa por haber caído en esa trampa. Pero claro, ¿quién va a confiar en lo paranormal?

Azael escucha en silencio la historia de Zoe. La descripción de su padre inflama su imaginación y el chico trata de pintar en su mente a la persona que su hermana describe, pero le faltan detalles. Especialmente después de haber visto el rostro de su madre, Azael siente que necesita conocer muchos más matices de los que se pueden transmitir verbalmente para llegar a imaginar quién es su padre. Sin embargo la descripción general le gusta, especialmente la mención de su determinación e instinto. Un luchador nato.

La parte acerca de Horizon, al contrario, crea más dudas en el mulato que respuestas.

- ¿Algunas cosas relevantes? ¿En este antro? - pregunta incrédulo, aunque entonces recuerda el incidente con los animales y los intrusos. Se lo menciona - Mhm... Antes de que llegaras atacaron el complejo. Fue divertido, liberaron algunas bestias interesantes... Ya te contaré. El caso es que vinieron por algo, así que puede que no seáis los únicos que quieren sacar tajada de este sitio. Si quieres saber cosas quizás el pelirrojo... Ray o algo así, pueda decirte algo. Parece que está bastante al tanto. Respecto al truco mental... Hay una mecánica que puede hacer algo con la cabeza... Creo que podía... ver a madre, de algún modo. No creo que fuera ella la que te jodió, pero puede ser buen punto de partida quizás.

Hacer memoria de los eventos anteriores se le antoja algo raro a Azael cuando se para a reflexionar. De algún modo parece que ha empezado a construir recuerdos significativos desde que ha llegado a este sitio. Antes su vida era mera repetición: tratamiento, pelea, mediciones y a empezar de nuevo. La idea de que este sitio esté suponiendo un punto y aparte en su vida le da algo de repelús, como cuando lames algo que está demasiado dulce.

Ella cierra los ojos y se rasca un poco el pelo, asintiendo como si estuviera buscando la forma de contarle las cosas con cuidado de no comprometer a los suyos. No es que no confíe en su hermano -al que acaba de conocer igualmente-, sino que quizás tenía órdenes expresas. En cualquier caso suspira y niega para si, decidiendo interpretarlo como le venga en gana.

-El androide, por ejemplo. Tengo entendido que el tipo que asaltó este lugar venía a por el androide. Nosotros también lo queríamos, pero porque podría contener información sobre el éxodo que se han estado guardando. Y ese tipo de cosas las podemos usar a nuestro favor si encontramos pruebas decisivas de los trapos sucios del Gobierno.- Se sienta en una de las banquetas del gimnasio secándose la frente con una toalla, aún mirándole.

-Sí, también he hablado con ese. En cuanto supe que es el que maneja la información por aquí, fui a hacerle unas cuantas preguntas sobre el incidente. Y él solo me preguntó unas cuantas tonterías, por lo que... heh, creo que salí ganando.- Arquea una ceja al oir sobre la supuesta mecánica. No parece saber nada al respecto y la pilla un poco desprevenida, puesto que no se ha mezclado con Tiffany precisamente.

-¿Cómo que puede verla? Eso sí que suena raro. Me ha entrado hambre, ¿vamos a por algo de rancho y me cuentas sobre eso?- Se levanta y le da un puñetazo suave en el hombro, dedicándole una sonrisa de lado. Quizá intenta empezar con buen pie, aunque sería la primera vez que alguien le dice de comer juntos en Horizon...