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15 de Fuego del Hogar, Mañana, Este de Helgen

Tras varias jornadas acostumbrándoos a vuestro nuevo hogar, los rumores crecientes sobre esa extraña niña del bosque os reunieron en el interés de saber más de ella. Cada uno con sus propios intereses y razones, escuchasteis de otros que se afanaban en preparar una búsqueda más seria de esa niña que aparecía brevemente en el bosque y luego se adentraba en él sin dejar rastro.

El propio thane Hadvar, interesado por el misterioso caso, asignó a uno de sus legionarios para ayudar en la búsqueda. Helgen no estaba para prescindir de mucha tropa, pero tampoco creyó necesario añadir más tropa puesto que no quería convertir esa expedición en una misión de la Legión Imperial.

Al amanecer del decimoquinto día os reunisteis para empezar la búsqueda.

15 de Fuego del Hogar, Mañana, Este de Helgen

Salí de la posada temprano, antes del alba. Aún podían verse algunas estrellas y la brisa nocturna me servía para despejarme la cabeza. Al parecer me reuniría allí con otras personas para emprender una búsqueda a cerca de la misteriosa niña que apuntaban los rumores... pero yo sabía que no era un mero rumor.

Llegué a la zona acordada en compañía de mi no tan fiel cachorro medio lobo. La oscuridad se veía amenazada con la naciente luz de un nuevo dí y yo me apoyé en un tronco de espaldas, con los brazos cruzados sobre mi pecho, para ver el amanecer mientras las aves y el bosque empezaban a despertar.

Ese remanzo de paz fue como un cálido abrazo para mí. Una paz que pronto sería interrumpida por la llegada del resto de aventureros.

15 de Fuego del Hogar, Mañana, Este de Helgen

Hadvar me convocó para asignarme a una misión. Todos en Helgen habíamos oído los rumores de la misteriosa niña que aparece a veces en el bosque y desaparece tan rápido como si fuese un fantasma. Pensaba que era solo una idea de algunas personas sugestivas o un fantasma travieso con asuntos sin resolver, pero nada importante. Por eso me sorprendió mucho que me llamase para una misión relacionada con el asunto.

Pero una orden es una orden:

 - "Así lo haré, Señor."

Me retiré como el protocolo lo indica y salí para reunirme con el grupo que iría a investigar el asunto. Mi labor ahí sería escoltar y proteger a los investigadores por si algún peligro apareciese.

Llego temprano a la zona de reunión y ahí veo a una joven pelirroja que ya había visto antes en la posada, junto con un cachorro de perro. Me acerco y la saludo:

 - "Buenos días. Soy Einar y fui enviado por el thane como escolta."

Me quedo mirando a los alrededores, viendo si alguien más se acerca y esperando a que el resto del grupo aparezca. No sé quienes irán pero dudo mucho que seamos solo dos pues el bosque es más peligroso de lo que parece: Pueden haber trolls, bandidos y, después de lo que viví al llegar a Helgen, no me sorprendería que incluso dragones.

Quizá había sido el aburrimiento. O quizá una curiosidad real por todo aquel asunto de la niña y del lugar de los aquelarres. La cuestión es que había oído hablar de aquello en la taberna y allí estaba, acompañada de su inseparable cayado, y de su propia presencia, con la capucha de la capa echada, y los enseres necesarios a la espalda. Quizá alguno que había tomado prestado temporalmente de Kennard. 

Al llegar, ataviada con una túnica abrigada pero ceñida, una mirada de curiosidad se posó sobre los dos aventureros presentes, reconociendo de inmediato al humano varón como el acompañante del legionario que se la había comido con los ojos, y a la chica como la mujer besada por el fuego que había visto en la taberna el día de su llegada- Vaya, ya estáis aquí. Qué madrugadores.-comentó, descubriéndose el rostro- Los humanos sí que tenéis el tiempo en cuenta. 

Al oír sobre que se estaba preparando un grupo para ir en busca de aquella niña misteriosa niña, no dudó un instante en presentarse voluntaria. En parte por querer salir de aquel pueblo y en parte porque estaba segura de que era la misma niña que se habían encontrado en su camino a Helgen. Por suerte Aren no había puesto muchas pegas, aunque declaro que él no iba a perder el tiempo, a lo cual ella le miro ceñuda, pues había sido él quien se había quejado de no poder hacer nada la vez que la encontraron.

No le costó levantarse y prepararse y tomar un desayuno en la cocina de la posada antes de salir al punto de reunión. No le sorprendió ver  que todo eran caras conocidas, aunque tratándose de un sitio como aquel era difícil que alguien no fuera conocido tras unos pocos días de habitar en el lugar.

- Es que nos gusta aprovechar bien el día Respondió a la elfa con una sonrisa, parece que era ella era la última en llegar. Buenos días ¿Estamos ya todos o falta alguien más?

15 de Fuego del Hogar, Mañana, Este de Helgen

Poco a poco, aquellos que se unirían en la búsqueda fueron llegando como cuentagotas -Quieto- le ordené al cachorro al ver la silueta de un hombre, un legionario concretamente, mi mano rozó la empuñadura de la espada hasta que saludó y dijo que lo enviaba el thane.

-Saludos- dije, relajando mi postura sin descruzar los brazos. Le di un repaso con la mirada. No me gustaban los legionarios. No me fiaba de ellos.

Seria, sin añadir nada, continué mirando el amanecer hasta que la dunmer hizo acto de presencia -Siempre me levanto antes del alba- le repliqué -. Me gusta despertar cuando lo hace el bosque.

Y seguida por la elfa, apareció la nórdica rubia a la que Botitas se le había lanzado buscando nuevas botas que masticar -Buen día- le dije -. No sé cuántos vendrían, mas pidieron una rastreadora y por eso estoy aquí. Además, he visto a la niña hace unos doce días, poco antes del ocaso, cerca de un estanque. Parecía un animalito asustado, pero había algo extraño...- fruncí el ceño, recordando lo sucedido -Estaba bañándome cuando se hizo un silencio antinatural... entonces la vi, sus ojitos azules entre la foresta me miraron. Mas algo la asustó, un graznido repentino. En cuanto la niña huyó y los graznidos cesaron, aquel halo de incomodidad desapareció y todo el bosque volvió a la normalidad- tras relatar lo que vi, observé uno a uno los rostros de los presentes -. ¿Alguno sabe la ubicación aproximada de su último avistamiento? Podríamos empezar por allí.

Asintió, mientras escuchaba lo que les contaba, esperaba que al menos Einar supiese si iba a ir alguien mas.

- Nosotros la encontramos antes de llegar a Helgen. Hace... poco mas de dos semanas Dijo cuando Hati termino de hablar. Bueno mas bien Aren se la encontró, cuando fui a buscarle tenia a la niña con la cabeza apoyada en su regazo, dormida. Ibamos a llevarla a nuestro campamento para que pudiera comer algo, pero un graznido la despertó y dijo que tenia que irse, que no era seguro que supiesen que había estado con nosotros. Soltó un suspiro, Creo que lo decía mas por nuestra seguridad que por la de ella. En cuanto a su última ubicación... ni idea, no he estado muy atenta a lo que se comenta al respecto.

15 de Fuego del Hogar, Mañana, Este de Helgen

No había oído tanto detalle acerca del asunto de la niña, el que suena algo más macabro de lo que tenía contemplado, volviéndolo un misterio más interesante de resolver aun. Pienso en cuales pueden ser los motivos para un comportamiento así pero no consigo encontrar la respuesta, por lo que dejo de pensar en ello y me concentro en que el camino nos las brindará cuando llegue el momento.

Miro al grupo y hablo a todos:

 - "No estoy seguro pues solo fui enviado como escolta, pero creo que estamos todos."

Toco el mango de mi gran hacha en mi espalda, para saber que está ahí y estoy listo, antes de prepararme para partir detrás de los rastreadores para así yo concentrarme en mantener los ojos bien abiertos al peligro latente que siempre pulula en los bosques de Skyrim.

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Este de Helgen

El grupo había partido pronto, una vez reunido os adentrásteis en la foresta oriental de Helgen donde se habían acumulado el mayor número de avistamientos de la misteriosa niña. Hacia una temperatura agradable, por lo que vuestro avance no fue lento.

A media tarde llegasteis al estanque señalado por Hati, un agradable rincón del bosque de agua cristalina y ambiente apacible. El bosque os rodeaba, y a pesar de los inherentes peligros que siempre podía guardar la naturaleza, aquel lugar os transmitía calma.

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Este de Helgen

Unas horas de camino nos llevan finalmente al lugar donde se supone que había aparecido la misteriosa niña, cuyos relatos parecían más historias de apariciones fantasmales que el caso de una niña abandonada en la floresta.

Agua limpia y un aire apacible inundan el claro donde llegamos finalmente. Miro a mi alrededor, descartando peligros inmediatos mientras sostengo mi gran hacha con ambas manos, a modo de precaución.

Miro al resto del grupo y comento:

 - "Si la niña era realmente una persona, tiene que haber dejado una marca, alguna huella o algo."

No soy un experto en eso, de hecho, me atrevería a decir que ni siquiera sé como encontrar un huella, pero confío en los miembros del grupo pues alguien avezado en esas artes debe haber y estoy seguro de que si hay algún rastro, lo encontrarán.

La caminata transcurría de manera tranquila, aunque por su parte, sentía cierta inquietud desde el momento que se habían adentrado en el bosque. Cuando empezó a sentir que les observaban, procuro que todos sus sentidos estuvieran lo mas alerta posible. 
Sus ojos iban y venían de un lado a otro, escudriñando la espesura del bosque en busca de aquello ojos o lo que fuera que les observara. De hecho no lograba discernir desde que dirección procedía aquella sensación, como si estuviera por todas partes en vez de en un solo punto. 

Solo cuando llegaron al estanque aquella sensación de estar bajo la atenta mirada de algo desapareció y fue repuesta por una de absoluta tranquilidad que desprendía el lugar. O al menos eso le parecía. Hacia bastante que no se sentía así, de repente era como si todo estuviera bien, como si ya no necesitase preocuparse mas. Aquella calma se había adueñado de su ser.
Dio unos pasos acercándose a la orilla del agua, contemplando maravillada lo que aquel sitio era capaz de conseguir en ella.

- Es extraño... llevo sintiendo que nos observan desde hace rato, pero... al llegar aquí... 

Habló con voz suave, dejando la frase en el aire, no queriendo perturbar aquella agradable paz.

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Este de Helgen

La otra nórdica aportó algo de información, aunque el resto parecía no saber gran cosa y era obvio que el imperial simplemente estaba allí para poner músculo. Suspiré, negué con la cabeza, y emprendí el camino con el resto.

Iba en vanguardia, o mejor dicho de avanzadilla, explorando a medida que nos dirigíamos hacia el lugar del estanque, cuyos alrededores parecían albergar la mayoría de avistamientos de la niña.

Fruncí el ceño al llegar al lugar y sentir aquella enigmática paz... la otra vez había sucedido algo similar, así que me apresuré a observar cualquier seña que pudiera darme la foresta de la presencia de la pequeña: ramitas quebradas, huellas, cabellos o jirones de hebras... cualquier cosa.

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Este de Helgen

La dunmer suspiró hondamente al llegar al lago, entrecerrando los ojos y dejando que sus pulmones se inundasen del aire húmedo que rondaba las aguas, mientras dirigía su mirada hacia el bosque- Sí, algo nos seguía. Yo también lo he sentido- corroboró- Pero esta paz... Hacía tanto que no sentía algo así... Casi desde antes de que abandonase Luz Oscura. -añadió, casi para si misma- Esa niña es huidiza, por lo que habéis contado. Si la buscamos activamente... Quizá no vamos a encontrarla. Yo creo que podríamos esperar aquí. 

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Este de Helgen

Cuando Eldrid y la dunmer lo mencionan, lo corroboro pues también es algo de lo que me percaté:

 - "También sentí que éramos observados, aunque pensé que solo era la sensación de alerta exagerada por andar el bosque. Pero esa sensación se fue cuando llegamos acá. No puedo explicarlo. ¿Habrá alguna hechicería involucrada?"

No tengo ninguna clase de conocimiento de magia, aunque recuerdo algunos de los trucos de los Thalmor. Eran capaces de hacer cosas inexplicables, sobre todo engañar a los sentidos, lo que podría ser esta clase de treta. La otra opción es que efectivamente alguien nos haya estado siguiendo y luego nos dejó en paz.

No sé aún qué pensar.