Partida Rol por web

Estoy agotado. Tengo hambre. Todo este tiempo perdidos en la tormenta ha mermado dramáticamente nuestras provisiones, y ese aceite negro de grasa de foca que hemos empezado a beber es repulsivo.

Tu cuerpo se rebela, pero debes ignorarlo; sabes cómo hacerlo.

Dudo que el capitán y el Doctor Scott tuvieran en cuenta lo fácil que es perderse bajo el influjo del Abkaan ¡Qué sencillo lo imaginaron todo cuando planearon su viaje! Ahora conocen la dimensión de su arrogancia.

No te preocupes. Sabes bien cuál será el desenlace de esta expedición desde antes de enrolarte. Habrá muertes, sí, pero el hambre poco tendrá que ver con ellas. El destino de todos los que parten hacia el Abkaan está escrito. Tú mismo lo viste. ¿Crees que es casualidad que hayáis estado dando vueltas en círculos? Este clima caótico es perfecto para esconder nuestras intenciones. Ahora mismo, cada uno se preocupa nada más que de su propia supervivencia.

Cierto, este ambiente nos es favorable. El Doctor Scott está tan alarmado por la falta de comida y el sacrificio de los perros que apenas me dirige una mirada. Pero me inquieta el hecho de que el veneno sea fácil de detectar en las raciones que quedan disponibles. La sopa enlatada es la mejor opción, aunque con los recortes en las porciones la dosis de veneno cambiará sin duda el sabor del plato, incluso puede que su color. ¿Y si alguien lo nota? Estaríamos perdidos.

No ocurrirá. Están tan hambrientos que nadie rechazará su ración, por muy repugnante que sea.

En cualquier caso no hay más opción, el plan ha de completarse. Mañana al mediodía...

Sin venir a cuento, mañana al mediodía Comut Von Biems decidió saltarse el almuerzo. A fin de cuentas un día que uno fuera a ayunar tampoco lo iba a matar. Eran casualidades de la vida y no el hecho de que Comut pudiera leer lo que el narrador estaba indicando acerca de los planes de Luis Duncan.

-Comut cree que hay un poco de comida en su veneno... -Dijo para sí el día siguiente, pasando de la comida.