Partida Rol por web

Southampton, 26 de agosto de 1908

Querida Leonore:

Escribo estas líneas sobre una mesa de juego manchada de ceniza y whiskey. Hoy lo he entendido: agoté mi suerte el día en que te conocí. Creo que a ti, en cambio, te tocó la peor de las manos. Sé que no he sido el hombre que esperabas ni el esposo que mereces. Si yo no soy capaz de perdonarme, no te pido que lo hagas tú. Pero al menos tengo la esperanza de que accedas a leer mis palabras de disculpa y de profundo arrepentimiento.

Sé que pedir perdón no basta para borrar estos años de abandono y mentiras. Mi comportamiento contigo y los chicos ha sido inexcusable, y no te lo reprocharé si no me crees cuando te diga que en los últimos meses todo lo que he hecho, los viajes, incluso las noches de juego, han sido para tratar de sacaros del pozo de deudas al que os arrojé. Probablemente no ha sido el modo más inteligente de salvar un matrimonio, pero ya sabes que nunca fui demasiado listo.

La suerte me es esquiva, estoy arruinado. Tan solo conservo la ropa grasienta que visto y una fotografía tuya que llevaré a donde quiera que el destino me conduzca. La semana pasada un viejo conocido, el Doctor Scott, me mostró unos documentos asombrosos, algo inimaginable que podría ser el germen de la mayor expedición de todos los tiempos. Creo que usaré a los pocos amigos que aún me quedan en la Royal Geographical Society, y si el proyecto prospera, puede que me embarque durante uno o dos años. Al parecer hay productores de cine interesados en comprar los derechos de las filmaciones. Te sonará a los delirios de un borracho, pero en este momento es lo único a lo que puedo aferrarme.

No te pido que me esperes. Tu recuerdo navegará conmigo y me dará fuerzas para enfrentarme a lo desconocido. Si regresamos con éxito, será la señal de que mi suerte ha cambiado. Entonces os buscaré.

Dile a Kenny y a Beatrice que los quiero. Te ama,

Arthur.

Comut miró aquella carta y simplemente esbozó una mueca de desagrado.

-Eso no ser una buena Carta de Amor. -Dijo apartándole para escribir el mismo una carta- Comut escribirá una buena carta de amor.

Querida *Nombre Ilegible*:

Te amaré como un ladrón ama una galería y como un cuervo ama un asesinato, como una nube ama a los murciélagos y como una pradera ama los brezales.
Te amaré como la desgracia ama a los huérfanos, como el fuego ama la inocencia y como la justicia ama sentarse a mirar mientras todo sale mal.
Te amaré como un campo de batalla ama a los jóvenes y como las mentas aman tus alergias, y te amaré como la cáscara de plátano ama el zapato de un hombre que acaba de ser golpeado por una teja que se cae de una casa.
Te amaré como un cajón ama un compartimiento secreto, y como un compartimiento secreto ama un secreto, y como un secreto ama hacer jadear a una persona, y como una persona jadeante ama una copa de aguardiente para calmar sus nervios, y como una copa de brandy le encanta romperse en el suelo, y al igual que el ruido de una copa rompiéndose le encanta hacer jadear a otra persona, y al igual que a otra persona que jadea le encanta un escritorio cercano en el que apoyarse, incluso si apoyado en él presiona una palanca que le encanta abrir una cajón y revelar un compartimento secreto.
Te amaré hasta que se descubran y se abran todos esos compartimentos, y hasta que todos los secretos hayan salido a la luz por el mundo.
Te amaré hasta que todos los códigos y corazones hayan sido rotos y hasta que cada anagrama y cada huevo hayan sido descifrados.
Te amaré a medida que crezcamos, lo que acaba de suceder, y ha vuelto a suceder, y sucedió hace varios días, continuamente, y luego varios años antes de eso, y seguirá sucediendo como las manecillas de cada reloj que giran y las páginas que pasan de todo calendario que marca el paso del tiempo, a excepción de los relojes que la gente haya olvidado darle cuerda y los calendarios que la gente ha olvidado colocar en un lugar bien visible.
Te amaré a medida que nos encontremos más y más lejos el uno del otro, donde una vez estábamos tan cerca que podíamos deslizar la pajita curva y la cuchara larga y delgada entre nuestros labios y dedos respectivamente.
Te amaré hasta que las posibilidades de que nos encontremos pasen de escasas a cero, y hasta que tu rostro esté empañado por un recuerdo distante, y tu recuerdo enfrentado por una niebla distante, y tu niebla memorizada por un rostro distante, y tu distancia se distancie por el recuerdo memorizado de una niebla brumosa.
Te amaré sin importar a dónde vayas y a quién veas, sin importar dónde evites y a quién no veas, y sin importar quién te vea evitando a dónde vas.
Te amaré no importa lo que te pase, y no importa cómo descubra lo que te pasa, y no importa lo que me pase a mí mientras descubro esto, y ahora importa cómo me descubran después de lo que me sucede a medida que voy descubriendo este.

 

Comut Von Biems

P.S.: Compra pan.

Mariola leyó aquella extraña carta. El nombre que la firmaba no dejaba lugar a dudas. Comut se la había dejado a ella, ¿a quién sino?

-Ah, bribón... ¡Pretendes desestabilizarme! Ni en la antártida más fría puedo librarme de tus argucias... Pero... ¿y si es verdad que me ama? ¿Que lo de hacerse el listo sea una manera de hacerse el interesante? Eso explicaría su afán acaparador...

Lo malo es que no podía contestarle, porque él ya ni estaba allí. Mariola seguía sus pasos, pero él no iba a regresar. 

Se guardó la carta, pero cogió un papel y garabateó algo, por si acaso a él se le ocurría volver. Con su fina caligrafía, escribió:

Querido Comut:

No había pan, te dejo brócoli cocido. Cuidado con el gato.

Sigo mi camino

Mariola

¡A romántica no le ganaba nadie!

El nombre era ilegible, la a de querida estaba un poco borrosa también... A lo mejor la carta de Comut era para mí... La esperanza es lo último que se pierde.

Luego vi la nota de Mariola... - Esta sí le sabe al POV.- Pensé.