La luz adquirió forma. Era una gigantesca esfera atravesada de polo a polo por un conducto tubular que se estrechaba hacia el núcleo como un reloj de arena. Una corriente de puntos aún más brillantes manaba de una de las bocas, y resbalaba por el exterior hasta volver a entrar por el polo opuesto, en un circuito continuo e infinito. Tan bello.
Ya no quedaba nadie allí. No era soledad lo que sentía, pues supongo que yo tampoco estaba. Esos términos que la pequeña mente humana necesita para convivir con lo que cree entender… Vi la esfera desde sus innumerables ángulos al mismo tiempo, mientras era atraído hacia ella a una velocidad de vértigo, como si un poderoso vacío me succionase. Pude sentirla… la sutil convulsión del vacío, como una trepidación que me estiraba más y más, hasta la inevitable transmutación.
Llegué a una suerte de orilla, donde los datos se volvieron visibles en forma de figuras geométricas. Poliedros multidimensionales perfectamente posibles. Eran de ese mineral negro que adornaba las paredes de la gruta, y encajaban como las piezas de un puzle. Pequeños fragmentos se desprendían para unirse a otros y crear nuevas formas complejas, en una armoniosa danza coordinada por una voluntad irrebatible. Fue en aquel umbral donde me rendí ante la abrumadora superioridad de su arbitrio. Luego reaparecí, y era el universo fluyendo, al fin comprendido en su eterna y aterradora iteración. Todo seguía la aplastante lógica de su curso, una y otra vez, con la precisión esperada, un patrón elegante e inmutable en cada hebra del tejido, arrebatando la autoridad a la palabra.
Recordé. Aquella expedición antártica había partido hacia lo desconocido, y seguiría haciéndolo por siempre. Battleworth y Duncan caerán infinitas veces a aquel abismo que es su universo. El volcán no es más que un nudo en el tejido, semejante a miles de otros que he visto desde aquí, a distancias donde la razón no ha llegado. Tan lejos y tan cerca. La mente humana es evolutivamente limitada, pero me asombra su heroica lucha por traspasar el velo que la ciega, por quebrar esa barrera de hielo que le cierra el paso, desfigurando la verdad. Ahora sé que solo esa clase de sistemas es capaz de acceder, en su singular medida, a la información que fluye por la cascada esférica del todo. Algunos hombres lo llamaron Dios, otros misterio. Yo solo veo una vibración de la membrana matemática. Aún estoy en la senda de su comprensión absoluta, preparándome en la desgarradora certeza de que cuando la alcance, todo volverá a empezar.
FIN
Y en este limbo infinito, Comut Von Biems sacó su inseparable silla de playa plegable y la colocó justo en mitad de aquel pasillo conformado por el conducto tubular que atravesaba a aquella gigantesca esfera, en concreto la colocó justo en el punto más estrecho de aquel pasillo, en el centro mismo.
-Y ahora a esperar al resto... -Dijo sin mayores miramientos o remordimientos- Me pregunto quién será... No... me pregunto cuándo llegará...
-No mucho más tarde... aunque siempre después que tú -murmuró ella, al llegar. De nuevo él se había llevado la victoria, pero a Mariola le quedaba bien el número del patito al lado de su nombre.
-¡A Mariola le complace! Y por cierto... traje el pan.
- Hooooola... Estaba por dejar que pasara alguien antes que yo porque esto de llegar 3° con vosotros dos ya no mola tanto xD.
Cuando vieron a Pepe llegar observaron que su mirada estaba perdida pero que tenía un gesto de satisfacción en su boca, como si hubiera tenido una revelación. Pareció recién volver en sí cuando los escuchó a hablar. Se sumó a la conversación para compartirles lo que había descubierto. _¿Lo entienden ahora? Todos felicitamos a Comut por ganar todas las partidas, por resolver todos los enigmas... ¡Pero en realidad no es así! Comut ha resuelto uno solo que se repite, se repite, se repite, se repite... Y así siguió repitiendo lo mismo una y otra vez. Era difícil de comprender cómo alguien que decía cosas semejantes había conseguido llegar al final de todo eso.
Eve apareció, jadeante y con la sensación de que llegaba tarde... Aunque en realidad no era así, pues allí ya no había ni tarde ni pronto, ni siquiera había tiempo en sí.
-¿Habéis visto alguna tienda como de souvenirs por aquí? Habrá que celebrar haber llegado por fin.