Partida Rol por web

Decidí llevar mi vieja caja de cerraduras en el último momento. Después supe que hice bien, esa caja mantuvo la fotografía alejada de la curiosidad de la tripulación. En aquel momento pensaba que no tenía nada de qué preocuparme, que todos remábamos en la misma dirección.

Habían transcurrido pocas jornadas desde que partimos de Georgia del Sur cuando sentí la necesidad de volver a contemplar la imagen que me había traído hasta aquel barco. A veces tenía la sensación de comportarme como un desequilibrado. Yo, que me había pasado media vida estudiando el funcionamiento de la mente humana, no era capaz de controlar la mía. Contemplé los objetos que yo mismo guardaba celosamente en el baúl; un amado libro de disección humana heredado de mi abuelo, un fabuloso ejemplar de botánica y zoología con preciosas láminas que había adquirido expresamente para la expedición, instrumental de laboratorio para elaborar remedios y aquella enigmática fotografía que Quartermane me había vendido… Ciencia y misterio convivían tras las cuatro cerraduras de la caja y dividían mis pensamientos más profundos. Ahora he comprendido que no existe tal separación.

El interior no hacía mucho más calor que en el exterior, pero al menos ahí había más gente a la que atormentar conversar, gente que huía del frío como los Ingleses huyen de un buen baño o los dentistas de los Ingleses. Aún con todo aquello, Comut parecía estar en su tinta, bien a gusto.

-Uno nunca tiene suficiente conocimientos de venenos. -Comentó Comut echando un vistazo por encima del hombro- ¿Verdad?.

-La copa de Higia.-sonrió Eve contemplando la colección de aquel hombre.-Un veneno que puede matar o bien curar, según el conocimiento y la intención.

Parecía que no era la única que estaba interesada en el campo de la vida y la muerte. Quizás había subido al barco adecuado.