Kayle se agachó otra vez junto al banco
—La vamos a encontrar, ya verás—dijo dándole un achuchón y un cariñoso beso en la mejilla a Elthina—. A todas.
Luego sonrió y se puso de pie para seguir a Hakkon. Céfiro la siguió revoloteando por los alrededores.
—Ya—suspiró tratando de inspirar más tranquilidad de la que verdaderamente sentía una vez se hubieron alejado lo suficiente—. Ojalá todo fuera tan simple como engañar a un troll...
—Ay, hija, ojala —respondió entrecortadamente Elthina—. Que el Señor del Alba te escuche y te proteja.
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