Partida Rol por web

—Pues sí, claro que lo entiendo. El deber antes que el placer. Lo que no entiendo es el súbito cambio en las órdenes. O la razón por la que necesiten absolutamente hasta el último templario. Pero en fin...

Hundió los hombros.

—Si puedes pásate a ver a papá y mamá. Seguro que se alegran de verte.

-Yo tampoco lo entiendo. Preferiría poder quedarme aquí, pero no puedo. -Como Gabby, en un gesto idéntico al suyo, Derek hundió los hombros-. He sido muy... Soy un desastre como hermano. Se supone que tenía que protegerte, pero he sido incapaz. -De mí mismo, debo protegerte de mí mismo-. Me he dado cuenta, de todos modos, de que te has convertido en una chica fuerte. Más que yo mismo. -Él se convertiría en una criatura horrible antes o después. Por supuesto que ella era más fuerte-. Si pudiera, Gabby, todo sería distinto. Te lo juro. Si fuese posible... -Si no fueras mi hermana...- me quedaría a tu lado. Es para lo que me he entrenado tanto tiempo. Es para lo que... -¿Se estaba enjuagando una lágrima del pómulo o era un gesto casual? - Discúlpame. Antes de irme quiero saber que pase lo que pase no me olvidarás y que... -¿Se le rompía la voz? - Estarás a salvo. ¿Eh, Gabrielle? ¿Te mantendrás segura por mí? -¿A pesar de mí?

Gabrielle volvió a fruncir el ceño.

—¿Por qué hablas como si no fuera a verte más? Ahora soy una maga del Círculo por derecho propio, puedo pedir una autorización para ir a verte. ¿Y qué es todo eso de que no has podido protegerme? Siempre me has ayudado mucho, pero todos tenemos que enfrentarnos a nuestros propios problemas.

Le puso una mano en el hombro, preocupada.

—¿Y por qué lloras? ¿Qué está pasando y no me estás contando, Derek?

-Me hago cargo.-Respondo al guerrero.- Por otro lado... no todo el mundo entiende que quiera formar parte de la guardia, no se por que, la verdad. 

-¡No estoy llorando! -exclamó Derek rápidamente-. Tienes razón. Tienes razón, Gabby, puedes venir a verme cuando quieras.

El guerrero apretó los labios y frunció el ceño, concentrado en no dar muestras de tristeza y mucho menos romper a llorar.

-Vendrás a verme a Risco Rojo cuando todo esto acabe. Y... estarás segura. Nada de lanzarte contra el peligro, ¿de acuerdo? Nada de dejar que te pase algo.

—Sabes que no soy de las que se pueden quedar en medio de una injusticia y no asumir una posición. No puedo saber lo que está bien y no hacerlo. Pero ya no soy la hijita del granjero, ni la jovencita a la sombra de la Hermana Bethel con el libro de rezos en la mano. Soy una maga del Círculo de Ferelden, he sobrevivido a la locura de Uldred y he pasado la ordalía de la Angustia. He visto cosas que no creerías, y he combatido Demonios del Velo —Gabrielle esbozó una sonrisa triste y le acarició la mejilla a su hermano—. Ya no necesito que me protejas de nada. Sólo que me quieras y que me respetes por la mujer que soy, no por la niña que fui un día. 

-Lo sé. Me ha costado comprenderlo, pero lo sé. Lo he visto, al fin.

La mirada que le dirigió el aprendiz de templario estaba cargada de tristeza, como si lamentase ver que se alejara aquella niña que conoció. Sin embargo, sus sentimientos eran mucho más confusos. La niña había resultado más fácil de sobrellevar. Su instinto de protección fraternal se mantenía. Su amor estaba ahí, como siempre, pero sin haberse tornado aún en el deseo tórrido que ahora lo ahogaba. Antes todo había sido más fácil, más inocente. Ahora, en cambio... ¿Cómo no amar y desear a la mujer en la que se había convertido? Si no fuese por aquel nexo de sangre entre ellos, Derek la habría cortejado sin dudar. Se habría casado con ella y le habría hecho el amor cada día en lugar de llenarse la cabeza con veneno y malos sueños. Sin puertas a seres de otro universo, hambrientos de sus miedos y sus secretos.

-¿Me recordarás? ¿Me dedicarás un pensamiento, aunque sea una vez al día? -preguntó como si fuera la gran cosa. Pero él necesitaba saber que, pasara lo que pasase con su cuerpo, ella lo recordaría como había sido y jamás, jamás sabría nada.

—¡Pues claro que me acordaré de ti, tonto! —le dijo, frotándole los antebrazos—. Prometo además escribirte, y espero que me contestes.

Derek sonrió.

-Bueno, ya sabes cómo soy para esas cosas. Como sea, no olvides que te quiero. -Tragó saliva y lo dijo una vez más, como si quedase alguna duda-. Te quiero, Gabby.

—Pues claro que lo sé —dijo, depositándole un beso en la mejilla y dándole un abrazo—. Yo también te quiero y te echaré mucho de menos.

Gabrielle: 500 PX

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Alexei: 800 PX

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Sion: 250 PX

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Esto no me gusta. Haría bien en desligarse de aquel lugar, el velo era peligroso si se trataba sin tacto. Dreren sabía que sus propias emociones podrían estimular aquel desgarrón y hacerlo más palpable, si había ocurrido una vez...¿por qué no otra? Era información, pero sólo más preguntas, más interrogantes y sólo una respuesta, ella había estado allí, algo que ya sabía por los testigos, por la guardia.

- Si se puede hacer algo para reforzar la barrera Gabrielle lo hará. - una confianza renovada en una chiquilla molesta a la que no había dudado al dejar atrás.

 Dreren se lavaría las manos con aquel asunto, arriesgaba mucho quedandose allí durante su investigación.

 - Ahora resta conocer el motivo. No hace falta ser un lince para darse cuenta de que alguien tenía los sentimientos a flor de piel.

 Dreren negó desconcertado, pero su confusión no le hacía sentirse perdido en su camino, Dreren hacía su propio camino, la inquietud no le colmaba en absoluto, era un observador paciente, un cazador aletargado que seguía las pisadas de una presa huidiza. No olvidaba nunca que había depredadores que le seguían a él, aunque con Allure, se sentía protegido.

 - Justo lo que pensaba.

 Será mejor que salgamos de aquí. Sino tendremos que conformarnos con dar con las migajas que nos vayan dejando. Además, Gabrielle y el grupo no se retrasarán, intentarán adelantarse preveyendo nuestros movimientos. Ser más rápidos será crucial.

 Comprar el mapa, cambiarse de ropa y confiar en su buen hacer, pasar desapercivido y salir de Denerim. El bosque sería un lugar peligroso.

 ¿Has escuchado algo en tu existencia del bosque y los elfos? - le pregunto a Allure tratando de amenizar el camino con historias, era una forma tentadora de saber más sobre ella y su pasado.

«¿Sentimientos? Oh sí... » dijo «¿Sabes los dos motivos por los que puede aparecer un Demonio de la Cólera Drrrrreren?»

Escuchaste que Allure soltaba una risita deliciosa, como si la situación le resultase tremendamente divertida o intrigante.

«El primero es que alguien lo invoque. Al salir del Velo, desgarra el manto» explicó «Y el segundo... es cuando uno posee a un mago convirtiéndolo en una abominación. Técnicamente es otro modo de "salir" del Velo»

Dejó una pausa durante la que el silencio cayó como una losa en la habitación, pero casi podías imaginártela sonriendo con una pillería rayana en lo inquietante.

«¿Me pregunto cuál de los dos será este... ?»

Echaste a andar en busca de la tienda en la que te habían indicado que podías hacerte con un mapa, no estaba lejos, y una vez dentro el dueño te cedió uno a cambio de un halcón de plata. Esperó educadamente mientras le echabas un vistazo para asegurarte de que no venía roto ni anticuado, por si tenías alguna pregunta.

Mientras lo hacías te fijaste sobre todo en la zona de Brecilia. Era una extensión de bosque que ocupaba todo el noroeste de Ferelden, ¡medio reino! y, como era de esperar, pocos iconos de civilización veías en él. Lo único resaltado que veías eran tres o cuatro antiguas ruinas aquí y allí y un icono medio borrado en la linde del camino que entraba desde Denerim y que no te quedó muy claro lo que era.

Allure parecía estar cotilleando también el mapa. No tenías ni idea de cómo pero de nuevo, simplemente, lo sabías.

«Sí, aunque has de reconocer que eso sería bastante gracioso» comentó «¿Te imaginas? Los perseguidores saliendo del pueblo antes que el perseguido sin tener ni idea de que se lo han dejado atrás. Yo no sabría si catalogarlos de "demasiado efectivos" o de "extremadamente inútiles"»

Se volvió a reír con una frivolidad inexplicablemente inocente. Como si el hecho de que existiera la posibilidad de dejar en ridículo a tu antiguo grupo le resultara cómico.

«¿Nunca has estado en Brecilia?» respondió a tu pregunta «Bueno, yo tampoco. Pero eso da igual, porque la verdad es que aun así conozco ese lugar y sé algo sobre los elfos»

Se encogió mentalmente de hombros como si acabase de decir algo totalmente normal.

«¿Qué? Si las leyes de la lógica se cumplieran siempre, el mundo sería muy aburrido»

Puedes preguntar al tendero sobre cualquier punto del mapa.

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La información sobre los dalishanos la tienes en el trasfondo. Supuestamente, Allure te habla de ambas cosas.

   Dreren evitó mencionarle al tendero a donde se dirigía y porqué habría de comprar un mapa aunque insinuaría suspicaz que era una inquietud intelectual como tranquilo respecto a alguna misión encomendada, era dificil no mostrar emociones incluso cuando todo lo que se hacía era caminar o pagar un mapa. Ir pensando en una conversación constante era también algo que podría resultar hilirante, si por cualquier motivo tropezase con la necesidad de decir lo que pensaba en su afán por entender o convencer de algo a Allure podrían tomarle por loco y no por un simple tranquilo.

 El Bosque era un lugar que inspiraba poca seguridad, poca confianza. Desde luego no era un buen lugar para desfallecer o para caer muerto fruto de un disparo perdido. Había leido sobre el imperior, sobre lo que les había pasado a los elfos...entendería que no le recibiesen con los brazos abiertos si se topaba con ellos. ¿Qué había llevado entonces a Ayla a seguir ese camino?

 tenía fe ciega en que no sería una abominación. Pero no tanto en que se relacionase con la gente equivocada.

- Es como perseguir un fantasma. - no era una queja, contra todo pronóstico. Dreren pocas veces se quejaba. Era una reprimenda por no adelantar sus pasos.

 - No hay nada de ilógico en lo que dices. - la consoló - sólo mentes suficientemente cerradas como para no entender todas las opciones.

 Valoraba los "dones" de Allure como ya había demostrado.

 - ¿Estás deacuerdo con ir hacia allí entonces? - era como si tuviese opciones - deduzco que no lo has visto como lo veremos ahora.

 Es eso lo que quieres. ¿no? - ver el mundo. Era el trato.

 - Es un buen principio... - aseguré reflexionando sobre el asunto...sin esperar nada profundo sobre eso, no quería que se sintiese obligada a intimar, si por estar dentro de su cabeza no fuese suficientemente íntimo.

 Dejar la ciudad le sería más fácil de lo que pensaba, tanto como dejar atrás al grupo. (O delante si la gracia de Allure era más real de lo que cabría esperar), casi prefería seguir sus pasos...si no fuera por los grilletes que no deseaba volver a llevar.

 Los mismos grilletes que, aún así, le llevaban voluntariamente a "perseguir" a Ayla.

«Oh, ¿estás pidiendo mi opinión?» contestó Allure con pretendido entusiasmo «No es que tenga mucha elección, Dreren. ¿O significa eso que si te digo que no te quedarás aquí parado refunfuñando por no poder ir?»

La escuchaste soltar una risita.

«No te preocupes, no te diré que no. Así podré ver el bosque desde otro lugar que no sea el Velo... ¿ves? Todos felices» añadió «Ayla ha ido al bosque de modo que si lo que quieres es buscarla, no tiene sentido ir a otra parte. Aunque yo me aseguraría de saber adónde voy antes de ir. ¿O prefieres improvisar?»

Pues eso, a menos que quieras informarte sobre cualquier punto del mapa como te dije en el anterior post, te muevo a Brecilia.

Eso sí, dime cómo piensa ir Dreren (Andando, alquilando un caballo, saltando a la pata coja... )

- Significa que reconsideraría lo que tu lógica muestra como indiscutible. - es decir, que Dreren aceptaría desviarse si Allure así lo deseaba aunque fuese contraproducente para sus tareas...¿por qué? Era más sencillo de lo que aparentaba. Dreren no sabía si quería encontrar a Ayla o simplemente estaba buscando encontrarse a sí mismo. A sus propósitos a su propio ego...no era orgullo, era la libertad, incluso fuera del círculo, fuera del grupo, seguía atado a aquel cometido que no debería afectarle.

 Era su amiga. Podía achacarse. ¿Pero que amiga se va de esa forma?

 No le preguntó a los tenderos ni a la guardia sobre el camino, ni alquiló un carro. Eso haría que el grupo se le adelantase, estaba bien, así podría tenerlos vigilados él a ellos y no a la inversa, además, así le facilitarían el camino eliminando amenazas que por sí solo no podría eliminar. Ir sin caballo o sin carro era una forma de pasar desapercivido, no atacarían a alguien que no tiene nada, o más bien, a alguien que no llama la atención con ruido y paradas frecuentes para alimentar y hacer descansar a los caballos. Sólos él y allure...así debía ser.

 - A donde vamos no es la pregunta que me haría en este momento...

 le confesó.

 - pero tendremos que improvisar.  Si nos quedamos sin pistas siempre podemos volver arrepentidos a preguntarle a la niña irritante. ¿No te parece? - y así, aceptar su superioridad a pesar de todo.

 - Sabes, mis estudios se centraban en el velo...irónicamente sé muy poco sobre él. - le estaba tirando de la lengua...

 A pie, como un largo paseo de dos enamorados, aunque aquel vínculo superaba con mucho al del amor, era...otra cosa completamente diferente, era precioso.