Libro de Ellyn, Hans, Senca y Tiki

Capitulo 4: Los primeros pasos que nos marca el destino

Libro de Anya

Capitulo 4: El legado de mi sangre

Libro de Helga

Capitulo 4: Mi verdadero viaje

Libro de Tea

Capitulo 4: Bajo las palabras de Helio

Libro de Rogelio

Capitulo 4: Una nueva razón para viajar

Sendas distintas, razones diferentes, personas ajenas entre si, o quizás más similares de lo que creen ser. Todos ellos se han unido bajo una misma razón. El destino llamó a su puerta, a su corazón y les arrebató la libertad de lo que es su vida, para hacerlos seres consciente de lo que el futuro aguarda para atormentar a Sansóläis.

Todos y cada uno abandonaron Trayerta por la misma razón: Un viaje. Pero cada uno continuaría movido por distintas metas. Ser la mejor espadachina o evitar que su pasado se repita, reclamar justicia ante hechos pasados, convertirse en un guerrero legendario, recuperar el honor de los Uromaki que perdió hace tiempo, ser el mejor herrero del mundo, descubrir los secretos de su ser y su pasado, obtener todo el conocimiento posible de las personas que le rodean o simplemente, seguir a su amo...

Tras todo lo pasado en la taberna, y despedirse apropiadamente de Naysse, Gauche, Liliam, Ismael y Rogelio, fueron por delante para preparar todos los carros. Con los dos que conformaban la caravana del Acero Errante, eran suficientes para generar un suficiente espacio para todos, pero conforme tuvisteis presente lo que había entre los tres carros, podiais notar que ibais a tener que turnaros para tomar hueco en el interior de los carros para descansar, conducir a los caballos, o simplemente caminar alrededor.

Por suerte para Ellyn y Allen, sus Golem podían volar, pero si tenían que ir junto con el grupo, los consejos que Allen le dió a su hermana sobre que no forzara a su Golem, los mantendría a ambos alerta. Obviamente había sido reparado recientemente, pero tenían que ir haciendo comprobaciones de que todo estaba en correcto estado, y de normal, eso a cualquier Uromaki de Maxener, le costaría un día completo, algo que no tuvieron ellos dos, ni siquiera junto a la ayuda de Rogelio o a la más tardía Helga.

Aunque sin duda alguna, Tiki era la que menos ocupaba e incluso podía ponerse encima de cada persona si ella quería. Aunque teniendo en cuenta que estaría junto con Denis para hacer los hechizos necesarios para ir más rápido si los necesitaban, no siempre tendría la suerte de descansar. Por supuesto, el erudito, antes de decirle nada sobre los hechizos, se quedó mostrandole a la pequeña Mimali, como sacar las piedras que necesitaba, pues las de él y las de ella, eran distintas.

Ismael en ese momento estaría en un carro del Acero Errante, conduciendolo, mientras que en el otro estarían Helga y Liliam hablando cuales cotillas mientras Rogelio probablemente estaría mirando las cosas que tenía frente a sus tareas pendientes... Una pena que le costara tanto hacer ciertas cosas para sus compañeros, o que tuviera que gastar tiempo extra en ayudar a reparar los Golem.

Anya y Senca irían vigilantes alrededor de los carros. Siempre se dice que en un viaje había que tener con los monstruos de alrededor, y la mayoría ya lo habían sufrido... No solo los Rawlof suponían un peligro como depredadores al acecho, sino que los Echoes, monstruos etéreos que podían aparecer en cualquier momento, serían difíciles de evitar si no se guardaban las distancias.

Entre tanto, en el carro obtenido por Gauche, su voz se alzó mirando de reojo tras de si a cierta chica heredera del sello del viento - "Donde los vientos convergen" - recitó acordándose del mural. - Ese es el lugar que marcaba la estatuilla de Helios - Estatuilla que fue devuelta a la joven Tea, igual que el resto de estatuas fueron devueltas a cada uno de los herederos. - Y el destino nos lleva a la "Caverna de los cuatro vientos". Tu y Denis sois los que más habeis estudiado, por lo visto... ¿Qué esperas encontrarte allí Tea? - Era una pregunta interesante que tener en cuenta, en especial a cada heredero allí presente, pues en un tema tan escondido por el miedo, nadie podría saber a ciencia cierta que podría ocurrir.

Detalle sobre la caverna de los cuatro vientos que Tea ha podido conocer cuando leía libros en el faro: La Caverna se conoce como un lugar de culto para los Luftinukas, por lo visto las leyendas, cuentos e historias lo mencionan como el lugar de nacimiento y muerte de la raza, además de el lugar geografico donde todos los vientos se unen. Pero no hay nada más resaltable, salvo que sea un lugar importante para el viento y para los de su raza.

Procuro quedarme todo el tiempo cerca de Gauche. Eso implica ayudarle como buenamente puedo con los carros, especialmente si hay que atar alguna parte o hacer algo en el techo. Que yo sepa nunca he tenido un sueño, así que para mí la noche es simplemente un momento de desconectar hasta el día siguiente. Y sin embargo últimamente mis noches son un poco más ajetreadas.
Sin embargo escojo no decirle nada a Gauche. No es como si le estuviera mintiendo, tan solo no le estoy contando todo. Pero continuamente me veo en una encrucijada de tres caminos y en los tres veo finales funestos, a cual más horrible.
Finalmente el viaje empieza y el principio lo hago junto a Denis. Y aunque me explica cómo extraer piedras de mí tipo, en realidad sigo lanzando la mayoría de los conjuros utilizando mi propia esencia vital.
Y sí que los voy lanzando. Lanzo los conjuros a cada uno de los tres carros. Son un conjuro de Reducción de Peso y uno de Aceleración, conjuros que por separado no son nada espectacular pero que unidos hacen que parezca que volamos sobre el suelo. Aunque después de lanzarlos tengo que quedarme varias horas descansando. No es hasta que me recupero completamente físicamente que lanzo otra vez otro conjunto de hechizos.
Mientras tanto, después de que Denis me explique cómo crear los cristales mágicos y los conjuros qué hay que lanzar, volveré con Gauche, a menos que me diga lo contrario.

A pesar que el topo no ocupaba mucho espacio o peso, de igual manera formaría parte de los turnos fuera de los carros, igual que sus compañeros. Incluso tratando de caminar lo más posible. Y hasta ayudar a los caballos a descansar, intentando tomar el lugar de alguno de ellos para tirar de algún carro, si el resto lo permitía.

Por supuesto, formaría parte de las vigías de Senca y Anya. Aunque lucía más bien como si buscara con expectativa cualquier amenaza potencial para combatirla. Además claro, de conversar con ellos, quienes fueron un grupo de pelea en la arena, para compartir estrategias y tal vez como pelear en conjunto.

Hubiera querido convivir más con Rogelio, sin embargo, seguro estaría ocupado con los asuntos de todo el negocio de herrería que se llevaba con él, y tampoco querría interrumpir sus asuntos.

Hans entiende realmente poco de lo de los sellos, y menos aún por los signos ajenos, por lo que no intercedería en cuanto a lo que alcanzó a escuchar de Gauche.

- Conocimiento e inspiración, mostrar mi devoción - respondió de forma franca y sincera a la pregunta. - Respuestas en definitiva. Estoy convencida de que será un lugar importante para Helios - afirmó con sus ojos cargados de ilusión y esperanza.

Finalmente, el viaje había comenzado. Gran parte de mí estaba animada y expectante por ver qué clase de aventuras nos depararían. Aunque, en el fondo, también sentía mucha presión por la responsabilidad que me habían encomendado sin yo pedirlo, y por el conocimiento de que más de medio mundo se volvería en nuestra contra si descubrían quiénes éramos.

Gracias al cielo, yo ya tenía a Fulgur de vuelta, por lo que podía volver a surcar los cielos. Eso me hacía sentir libre, fuerte y capaz de enfrentarme a todo, mientras que, cuando me encontraba en tierra, me sentía vulnerable. Por otro lado, me encontraba algo preocupada por el estado de Fulgur. Habíamos tenido que ponerlo a punto con demasiada urgencia, y no había recibido todo el mantenimiento que debería. Si ocurría un percance, podría estropearse otra vez, y eso me asustaba.

Allen y yo volábamos a poca altura, observando los alrededores, alerta ante posibles amenazas. Podríamos recibir un ataque en cualquier momento. Una ventaja de poder volar era que apenas necesitábamos descanso, aunque en algún momento teníamos que parar para dormir.

—¿Estás expectante por ver lo que nos espera, Allen? —dije a través del intercomunicador—. Esta es una misión diferente a lo habitual, y sin la jefa, pero no va a ser más difícil que otras cosas a las que nos hemos enfrentado hasta ahora. Dime… ¿crees que nos atacarán por el camino? En ese caso, seguro que yo mataré a más enemigos que tú, como siempre —comenté con tono fanfarrón, desafiándole como solía hacer.

El famoso herrero viajaba en su carreta, como muchas otras veces ya había hecho. Pero esta vez era diferente. El destino del herrero se vio envuelto por una leyenda tan antigua como el mundo mismo que había cobrado vida, uniendo el destino de los afectados con el suyo.

No solo existía esa inseguridad por su parte, la lista de tareas para el herrero era interminable. No solo tenia pendiente varias obras para sus compañeros, el golem como el bien ya sabía era demasiado trabajo incluso dedicándole menos tiempo del que habría consumía gran parte del día. Tenía que preparar las cosas para la siguiente ciudad si quería que el negocio tuviese beneficios.

También quería empezar a entrenar, los peligros acechaban por todas partes, algo que revelaba la forma de actuar de sus compañeros. El tenía que encargarse de proteger a sus trabajadores… y hablando de eso al final quedo pendiente el obsequio que quería darle a Liliam, pero no encontraba el momento adecuado.

A todo esto, añadíamos no solo la gestión de materiales y armas y armaduras del Acero Errante, sino la gestión del viaje que realizaba junto a Gauche. Por suerte Gauche era alguien capaz y que a pesar de sus defectos pensaba de forma bastante lógica, haciendo la carga del herrero menos pesada.

Con todo esto el herrero se tenía que sentir angustiado, preocupado, nervioso y ansioso durante el viaje. Pero aun así… en el fondo… estar con nuevos compañeros, estar tan ocupado en algo diferente de lo habitual, entrenar, discutir, reír… Todo eso le parecía tan divertido que en el fondo agradecía ese nuevo destino. Aunque por supuesto el herrero, posiblemente… Nunca se esperaría lo que este viaje le aguardaba y como lo cambiaría.

Al menos… no estaba solo.

-¿Conocimiento e inspiración? - Rió por lo bajo el ladrón mientras en ese momento con una mano cuidaba que Tiki estuviera bien protegida y descansando - Buena suerte buscandolo, pero por lo visto no parece que sepas mucho sobre la cueva. No sé que respuestas te pueda dar, pero sin lugar a dudas es el lugar más importante para los Luftinukas, esos seres hechos de viento - Parecía bien conocerlo Gauche, o solo hablar de ello por experiencias pasadas, pero tampoco parecía querer compartirlo.

Fue sin embargo Denis, el que se incluyó a la conversación, arrojando más sabiduría a este lugar - La caverna de los cuatro vientos se conoce por ser el lugar de nacimiento de toda una raza entera, la cual se menciona en muchos escritos, fue la que Helios quiso crear destinada a su elemento. Los Luftinukas son creados por la unión de los cuatro vientos que se reunen en dicha cueva, del norte, del este, del sur y del oeste, además de una parte del viento de sus dos padres. Nadie ha conseguido nunca ver la ceremonia, y mucho menos documentarla, así que nadie sabe que hay en su interior, pero está claro que todo lo que encontremos estará orientado al viento, sea su dios o sea su raza. A-aunque igual no son esas las respuestas que buscas, lo siento Tea si me he adelantado - Disculpandose por soltar tremenda bomba de información, Denis se llevo a rascar la cabeza mostrandose arrepentido.

Por otro lado, desde arriba, en el aire, otra conversación estaba teniendo lugar - Pss... Realmente no sé como sentirme con esta misión hermanita - Mencionó Allen por el intercomunicador - No os he visto a ninguno obtener el sello, y realmente quiero ver lo que pasa y como avanzais hasta lograr... ¿Salvar el mundo? Que por cierto... ¿De que hay que salvarlo? - Preguntó ignorando ese hecho desde un principio - Y tampoco se si puedo reconocer los sellos, a fin de cuentas, sois vosotros quienes lo habeis visto, no yo... Al menos espero serviros de ayuda en algo combatiendo - Pero justo mientras hablaba de ello, su hermana mencionó cierta frase.

Allen no pudo evitar sino mirar a través de la cabina hacia Fulgur - ¿PERDONA? ¿Has visto el estado de Fulgur? Hermanita, no estás para competir ahora mismo, que lo sepas, te ganaré yo sea lo que sea. Si pudieramos repararlo por completo, sería otra historia. Así que evita los enfrentamientos directos. ¡Y NI SE TE OCURRA VOLVER A HACER EL KAMIKAZE! - No podía dejar de preocuparse ante lo que pasó en un inicio de esta historia de aventuras...

No obstante, entre charlas, y el caminar de los carros, uno de estos se detuvo poco a poco haciendo que tanto Gauche, como Ismael frenaran al notarlo. Todos pudisteis notar como la marcha se detenía y de la boca del ladrón salió la pregunta - ¿Pero que leches? ¿Por que has parado Helga? - La autora de la primera frenada, estaba bajando del carro recogiendo sus cosas de este, sin contestarle de primeras al ladrón. Aquello provocó que este bajara del carro para encararla.

Fueseis a hacer lo que fueseis a hacer, antes de que pudiera estar a mitad de camino de Helga, esta habló - Lo siento, pero creo que este es el mejor punto. Más allá vosotros avanzareis, pero yo no. - Con el fusil cargado al hombro y su mochila a la espalda sonrió mirandoos a cada uno - El sello de Thira lo tiene Ellyn, el poder de la electricidad está con ella, y mi destino varía de rumbo. Tengo que llegar a obtener mi meta, y encontrar lo que me propuse encontrar. No sé si... Nos volveremos a encontrar por el camino, o si no volveremos a vernos, pero... Igual que confio en que vosotros hareis lo correcto, yo también quiero hacerlo, y para ello debo dirigirme a otro lugar... El oeste, el sur... Tengo pocas pistas, pero se por donde empezar. Gracias Denis por cierto. - Mencionó entonces al erudito, quien por lo visto había tenido algo que ver.

-Ha sido divertido el viaje con vosotros a las ruinas de Trayerta, y todo lo que hemos pasado desde que nos conocimos. Muchas gracias por todo, a todos. - Dicho eso, hizo una reverencia a todos y tras ello alzó la cabeza al cielo para gritar - ¡ELLYN! - dirigiendose a cierta persona - PROTEGELOS A TODOS ¿VALE? - Tras ello miró a Hans - Y tu también - Se acercó un poco más para susurrar - Aunque sigo pensando que no podrías contra un Golem, se que eres muy fuerte - Terminando de hablar con el miró en dirección de Anya, Senca y Tea - Y vosotros, no dejeis que hagan locuras, aunque creo que Denis os ayudará - Entre la templanza de Anya y Senca y la inteligencia de la pequeña humana, estaba claro que Helga podía confiar en ellos. - Y tu - pasó a mirar al ladrón - Más te vale cuidar a Tiki y procurar no meter en lios al grupo, o te aseguro por todos los dioses, que te faltará Sansóläis que recorrer para huir de mi. - A Tiki pensó que no podía decirle nada, debido a que estaba aún cansada y no quería molestarla si seguía dormida.

Finalmente miró a Rogelio al que fue a lanzarse de un abrazo - Me ha alegrado mucho verte... Y ahora, lo siento, pero me toca a mi vivir mi aventura. Siento que tengas que trabajar, y más de herrero de un grupo concreto, pero seguro que a ti no te faltará aventura ninguna - Dicho esto estrechó de nuevo el abrazo y le susurró - Y declarate de una maldita vez a Liliam. No pierdas la oportunidad, bobo - Tras ello se separó corriendo para estar de nuevo a mitad del grupo

Este era el momento de despedirse de una compañera que si bien había pasado poco tiempo con vosotros, sin duda habían sido momentos intensos.

Permanezco medio adormilada cuidada por Gauche. En realidad Denise tiene razón, estos conjuros tampoco es que sean muy difíciles de lanzar. Aunque me gustaría practicarlos para intentar encontrar un modo de evolucionarlos.

Entonces el carro se para de repente y, aunque cansada y con un revoloteo en ocasiones errático, salgo de la caravana quedándome junto a Gauche.

Miro a la mujer que se va y la emoción me puede: salto del hombro de mi amo para abrazar como buenamente puedo el cuello de Helga. Tú también cuídate. Ya te enterarás si tuvimos éxito y también si fracasamos, pero si piensas que lo que tienes que hacer es tan importante te deseo toda la suerte del mundo.

Me vuelvo al hombro de Gauche ocultando a todos, especialmente a él, una lágrima que rueda por mi mejilla.

No sé que respuestas te pueda dar...

Tea aguardó a que la intervención de ambos concluyera. Estaba maravillada con toda la nueva información que había recibido y sus ganas de explorar la cueva no habían hecho más que aumentar.

- Antes de preocuparnos por las respuestas que me puedas dar, es mejor recapacitar sobre qué preguntas las originan - dijo Tea con una sonrisa en el rostro.

 Y vosotros, no dejeis que hagan locuras, aunque creo que Denis os ayudará

- ¿Y no te preocupa que nos contagien?, Helga - respondió Tea y quedó expectante a lo que acontecía.

- Que los vientos guíen tu caminar en este ancho mundo. Así lo recorras por el buen camino, conociendo lo bueno de este. Y ayudes a los que mantengas cerca -  se despidió con una fórmula muy antigua, que había oído sólo en una ocasión.

Hans marchaba vigilante de cualquier amenaza... o algún infeliz monstruo con el que se toparan con el que pudiera luchar. Cuando el hecho de que uno de los carros disminuyera la velocidad le hizo voltear hacia todos lados buscando la razón, llegando incluso a afilar sus garras, por lo menos hasta que vio a Helga salir del carro, con lo que pudo hacerse una idea de a qué iba el asunto, pues era algo que antes había discutido con ellos en el "Séptimo elemento."

-Adiós. Lucha por conseguir tu meta. Después de que el mundo haya sido tu enemigo, ya no puedes tener un obstáculo que pueda ser más grande -dijo el guerrero Geomali con actitud solemne. Ya se había hecho la idea de que Helga no se le uniría en el viaje.
De todos los presentes, era quien menos había convivido con ella. Y las conversaciones más notorias entre ellos habían sido poco más enojadas discusiones. Nunca la conoció del todo, y la única impresión que ella podía llevarse de él debía ser poco halagadora. Ni siquisiera estaba seguro de sí de verdad confió en él alguna vez, como un auténtico miembro del grupo.

Por lo que desde su perspectiva, esa despedida de la uromaki iba dirigida a todos ahí, menos al propio topo. Así que ya se estaba dando la vuelta, listo para continuar por camino... cuando sorprendido, vio que también le hablaba a él. -Confío en su fuerza. No lo necesitan -Con media sonrisa, el Geomali se encogió de hombros-, pero... si hay quienes quieran hacerles daño de verdad, tendrán que morir en silencio. Porque no les quedarán suficientes pulmones para gritar cuando acabe con ellos -dijo en tono confiado. Y cuando se le acercó para susurrarle, Hans sonrió hasta casi reír, y por alguna razón, tenía algo de picazón en uno de sus ojos-. Y yo no creo que ninguna máquina podrá superar a un Geomali. Pero sé que lo único que necesitas para lograr encontrar ese taller no está en nada hecho de metal, sino dentro de ti -Entonces le dedicó un respetuosa reverencia a su compañera del grupo antes de partir, y que con actitud casual volviera de nuevo al lado de los carros, para mantener su posición vigilante.

Fruncí el ceño. Parecía que Allen no terminaba de fiarse de nuestro papel.

—¿Qué quieres decir? Yo te digo que se me apareció Thira durante la batalla contra los delementales. ¿Me estás llamando mentirosa? —respondí irritada. Al oír la pregunta sobre el evento que debíamos evitar, me mordí el labio con fuerza. A decir verdad, no lo sabía. Solo habían dicho que sería una gran catástrofe—. Escúchame. ¿No recuerdas que se ha apagado el Faro de la Paz? ¿No crees que eso es señal suficiente de que va a ocurrir algo malo? Va a ocurrir una gran catástrofe, y solo nosotros podemos evitarla —dije con tono contundente.

Cuando habló sobre el estado de Fulgur, suspiré con fuerza. Odiaba admitirlo, pero tenía razón. Lo mejor sería evitar los combates en la medida de lo posible.

—Está bien. Evitaré los enfrentamientos directos. Pero cuando Fulgur vuelva a ser el de siempre, te ganaré, y lo sabes. Y ¡yo no hice el kamikaze! Fue Thira quien lanzó aquel rayo y frio a Fulgur y al delemental. ¡No fue una estrategia mía ni nada!

Continuamos el viaje, hasta que llegó un momento en que Helga nos sorprendió a todos al anunciar su partida. ¿Por qué se iba por su cuenta? ¿Por qué Thira le había otorgado una misión diferente? Me daba mucha pena que fuera a abandonarnos nuestra única compañera uromaki. Descendí un poco para poder hablar más cómodamente con ella.

—Pero… ¿Adónde vas? ¿Por qué tienes que ir sola? —exclamé por el comunicador—. Vale. Los protegeré. Sobre todo a Allen, que no para de meterse en líos. Mucha suerte en tu viaje, Helga. Espero que encuentres lo que buscas.

Rogelio se encontraba gestionando el viaje y viendo que necesitaba comprar en total en la siguiente ciudad. De repente el carro se paró, de forma brusca. A lo que el herrero se asomo por la parte interior del carro al sitio del conductor. CUIDADO CON FRENAR ASI LOS CARROS VALEN DINERO.

Su cabreo se paso cuando vio que era Helga la que se bajó. Y su cara fue cambiando mientras veía como Helga se despedía de todos.

¿Se va? Por fin nos habíamos encontrado y podíamos viajar un tiempo juntos… pero… esto ha sido demasiado poco…

Los pensamientos del joven herrero corrompían el raciocinio habitual de su mente.  

¿Por qué no se queda más? ¿En parte me había metido en esto por ella? ¿Acaso he hecho algo mal? ¿Debería decir que la acompaño a ella? ¿Acaso me odia…?
 

Todos estos pensamientos aumentaban su intensidad cuanto mas tardaba Helga en despedirse de él. Y más veces se repetía en su cabeza Me odia…  Cuanto mas pensaba en el asunto.

Quizás ella también se sintió así cuando me fui…

El herrero empezaba a respirar cada vez más y más rápido, su corazón latía a la misma velocidad a la que una flecha cortaba el viento. Se estaba empezando a marear, a nublarse la vista…

Me odia…

Pero de repente, casi como si el primer rayo de luz de la mañana entrando por una ventana con cortinas se tratase. Helga se tiro a sus brazos. Y todos los malos pensamientos de Rogelio desaparecieron de su cabeza cuando Helga dijo:

“Y ahora, lo siento, pero me toca a mi vivir mi aventura.”

Las mismas palabras que uso el en su despedida cuando se fue de Maxener. Toda ira bien y no me odia…  Las lagrimas que se le estaban escapando por sus mejillas rojas que habían pasado desapercibidas fueron secadas rápidamente. Y Rogelio, mas tranquilo, con una sonrisa amable y vacilona y con una mirada decidida miro a Helga a los ojos:

­-Si, se que vas a poder lograrlo todo… y no te preocupes, incluso con todo esto pendiente y lo que me queda. Voy a seguir encontrando el taller Ex Machina antes que tú.  Y con esto ultimo ofreció su puño en forma de choque, como su ultima despedida… hasta que se vuelvan a ver

-Eeeeeh, pero nunca es el momento para ello. Dijo Rogelio como siempre estropeando el momento a lo que le comento la uromaki sobre Liliam

-Buena respuesta - Mencionó Gauche frente a Tea al ver que tenía bastante claro como su viaje iba a estar más lleno de preguntas que de respuestas. Aunque ligeramente sonrió, quizás de manera inesperada para muchos, pero pronto volvió a tomar su rostro serio centrandose en el camino.

Mientras tanto en el aire, ese par seguía discutiendo a su manera. - No te llamo mentirosa hermanita... Pero es que es todo cada vez más extraño según lo pienso. A fin de cuentas... ¿Quien fue el último ser vivo que vio a los dioses? O también... ¿Que gran catastrofe cuentan las leyendas que sucederá? No recuerdo en nuestras enseñanzas que dijeran nada especifico, solo que el mundo se destruiría... - Allen se revoloteó la cabeza mientras gritaba - Dejaló... Igual me estoy preocupando demás y sobrepensandolo porque no quiero que te pase nada malo - Acabó reconociendo, pues a fin de cuentas, quitando las competiciones, discusiones y piques, ambos hermanos se querían y se protegían mutuamente.

Pero ante su último comentario rió y metió un pequeño detalle extra - La diosa de la evolución destruyendo la evolución, irónico. - A fin de cuentas, todo se resumía a lo bien que se lo pasaban luego de todo.

Durante la despedida, Helga hizo todo lo posible por no llorar, pero a cada mensaje que le dabais se reblandecía más y más.

-Gracias Tiki. Por supuesto que me enteraré. Estaré atenta a escuchar noticias de vosotros por todo el mundo, eso ni lo dudes. - Sonrió a la pequeña Mimali la cual le agradaba ver despierta para poder decirle adiós.

Mirando a Tea rio un poco - En realidad me sorprendería. Con lo fuerte que sois en voluntad vosotros, si os contagian es que vuestro cerebro se ha roto sin duda. - Y entonces negó con la cabeza - Pero confío en vosotros, y se que sois los mejores para cuidar del grupo. - Entre ellos también parecía incluir a Liliam, a quien miró de soslayo, aunque estaba más acostumbrada a que fuera ella quien cuidara de todo.

Con el pequeño topo también rio suavemente, limpiandose alguna lagrimita que ya le escapaba - En ese caso, tendré que hacer un Golem que no puedas derrotar. - Dicho eso le dió la mano al pequeño Geomali, como si de un acuerdo se tratase - Hasta que nuestros caminos vuelvan a cruzarse. - tras esa pequeña charla susurrada entre ambos, Helga parecía tener más fuerza todavía en su decisión.

Mirando a Ellyn sin embargo, sonrió preocupada y mirando a otro lado. - Bueno Ellyn... Es complicado, pero se resume en esto - Señaló a su parche en el ojo - Perder uno de los dos ojos que tanto significa para nuestra raza y suponer una vergüenza, pese a ser nieta de quien soy, me ha hecho iniciar este viaje. Encontrar el taller Ex Machina... Y debo hacerlo sola... Debo demostrar que sigo siendo una Uromaki totalmente. Con un ojo menos o con los dos... - Miró entonces a Hans - Aunque ya se que en mi interior lo soy, es la mayor meta que puedo alcanzar ahora, y quiero tomarla.

Frente a la puyita de Ellyn, su hermano tuvo que reaccionar - No fui yo el que se estrelló cerca de Trayerta en la última batalla. - devolviendo la puyita a la propia - Helga, buena suerte, y que la tormenta de Thira te guía en tu meta.

Anya también aprovechó para despedirse - Hacer un viaje sola es algo muy duro Helga, pero estoy segura que lograrás lo que te propones.

Gauche no podía ser de otra forma, se despidió a su estilo - A más ver... - No le dio importancia a las palabras que le dijo, pero a saber por qué.

-Ten cuidado - Mencionó Denis - A donde vas te esperarán peligros que no podrás prever. Asegurate de cada paso que das Helga - Desde luego ya habían hablado con antelación y al menos Denis sabía a donde se dirigía. - Animo con tu viaje.

Finalmente llegó el turno de Rogelio y por su puesto, su despedida era más emotiva. A fin de cuentas eran casi como hermanos por pasar tanto tiempo de pequeños. En este momento fue en el que Helga rompió a llorar, aunque gracias a las palabras de Rogelio se pudo reponer un tanto - Jeje... Eso no te lo crees ni tu. El taller Ex Machina es mio. Lo encontraré antes que tu y seré la mejor mecanica de todo Sansóläis... - dijo riendo antes de mirarle a la cara y sonreir para luego chocar su puño contra el de el - Te espero en el taller. Sola puedo hacer muchas cosas, pero con tu ayuda puedo crear cualquier cosa, así que no mueras por el camino - Frente al tema de Liliam no le dijo nada, no solo porque no tuviera más que decirle y porque viera que realmente se estaba dando cuenta que tenía que lanzarse, sino también porque habló en voz alta y de pronto Liliam llegó a donde ellos.

-Eso no te preocupes Helga, como trate de matarse lo mato yo antes, así que está en buenas manos. - Liliam sonreía... O bien no había escuchado nada, o bien lo había ignorado o bien simplemente quería despedirse bien de Helga - Buena suerte en tu caminar.

Tras todas las despedidas, Helga cargó bien su equipo y corrió un tramo para luego volverse y miraros a todos alzando la mano para despedirse - Que los dioses os guíen por el buen camino. Se que hareis lo correcto - Y tras ellos empezó a marchar por su lado separandose del grupo...

Pasaron unos segundos mientras veiais como se alejaba antes de retomar el viaje. Ahora el carro que conducía Helga, lo tomó Liliam, siendo que los conductores por ahora eran Gauche, Ismael y Liliam. 

Parecía que después de aquella amarga despedida el viaje sería tranquilo y sin baches... Pero entonces de pronto en los golem voladores sonó una pequeña alerta - Ellyn... ¿Ves eso? - Si Ellyn se fijaba en la parte remarcada de la cabina, podía ver algo con claridad... Un Delemental - Es más grande que ninguno que hayamos visto hasta ahora... Y sin Niero no podemos hacer nada, ni tampoco sin la jefa - Acostumbrado a ir en la patrulla Céfiro, Allen tan solo contaba con los golems, pero ahora mismo tenían un gran grupo debajo y un cierto tiempo antes de interceptar al Delemental.

- Mmmmm... ¿Gauche? ¿Alguna vez has visto un Delemental? -preguntó Tea al compañero con el que acababa de intercambiar algunas palabras y reflexiones instantes antes. La joven indicó con su cabeza la dirección en la que percibía con claridad a la criatura. - Pues allí tienes uno... - dijo con expectación y curiosidad exacerbada, con los ojos abiertos de par en par y notablemente agitada.

La pequeña lágrima que rodó por mi mejilla me tiene desconcertada. Sobre todo porque no fue algo fingido. Sin embargo pronto me vuelve a doler la cabeza y decido ignorarlo.

El tiempo pasa y me despejo, quedándome sentada en el hombro o junto a Gauche. Por ahora parece que los carros avanzan bien y que de momento Gauche no me va a pedir que lance nuevamente los conjuros, así que permanezco relajada. Aunque no puedo evitar de vez en cuando mirar al cielo buscando los mechs que siguen sobrevolándonos. Por un momento pensé que no serían capaces de seguir el ritmo de los carros cuando utilizara mi magia, pero demostraron ser bastante más rápidos de lo que me esperaba.

De todos modos de vez en cuando revoloteo un poco buscando acercarme hasta ellos (a menos que vuelen demasiado alto), aprovechando para tener una mejor visión de nuestro camino.

Mientras Hans lidiaba con sus sentimientos encontrados, pronto notaba que no era el único que se ponía emotivo con la situación. Como cierta lágrima en Tiki, gesto que, aunque difícil de leer como había aprendido a reconocer en la Mimali, seguía dándole pistas de que en realidad había algo más de lo que se notaba a simple vista. Misma postura que se estaba formando de Gauche, como cuando antes le vio sonreír por lo que dijo Tea.

Y realmente, el topo terminó compartiendo un momento con Helga que amenazaba con romper su orgullosa fachada, pero que usaría cuando pudiera de sus fuerzas para retener lo vidrioso de sus ojos y solo sonreír, asintiendo mientras trataba de pararse de forma retadora. -Eso quiero verlo.

Sin embargo, nada podía quebrar el temple de hierro de un estoico guerrero Geomali... o eso pensaba hasta que en lo que Helga respondió a Ellyn, confesaba un fuerte motivo por el que perseguía su nueva meta. Reponerse de una afrenta a su raza, y defender su orgullo probando al mundo entero quien era ella. En el momento en que la Uromaki volteó a verlo, lo siguiente que dijo parecía ser algo que él mismo hubiera expresado por su compañera. En ese momento ganas tenía de sobra de arrancarse un ojo para dárselo... si no fuera porque realmente no lograría nada con eso... o porque justo entonces lo tenía envuelto en una capa lacrimosa. Ahí comprendió que ella lo conocía más de lo que él mismo hubiera creído, y también le parecía al Geomali que al final él también la comprendía mejor. A pesar de no tener un sello, seguía siendo la mecánica incansable que había sido elegida por los dioses, además de la chica orgullosa de su raza que había podido conocer.

-Maldición. Odio cuando la tierra cae en mis ojos -Levantó una pequeña polvareda frente a él, en lo que corría a uno de los carros a esconder la cara en donde fuera por algunos minutos.

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Después de tantas emociones, era bueno volver a un área en el que se sentía mucho más cómodo. Cuidando los carros de cualquier amenaza potencial con la que pudiera luchar. Aunque parecía un día bastante tranquilo, sin altibajos. Lo que era en partes bueno, y en partes no tanto si eso significaba una trayectoria completamente pacífica.

Rogelio simplemente dejo mostrar una sonrisa cálida ante las respuestas de Helga, y por una vez, como muestra de cariño le contesto con algo que su vieja amiga no se esperaría.

-Nos veremos allí entonces. Con lo que quiso decir que seguramente la próxima vez que se verían sería allí, sin negar la posibilidad de que ella llegase primero.

Mientras Helga se despedía de fondo, Rogelio no pudo evitar que se le escapase alguna que otra lagrima, y una vez cuando desapareció en el horizonte se giró para dirigirse a los carros a seguir dando ordenes y para adelantar parte de su trabajo. Pero entonces… algo en el horizonte llamo su atención….

Cuanto más duraba la conversación con Allen, más me enervaba. Lo peor era que yo no sabía cómo responderle. Las profecías no decían nada sobre en qué consistiría exactamente la catástrofe. En el fondo, no podía culparlo por dudar.

—No debería pasarme nada si nadie se entera de quiénes somos. Deja de preocuparte. Vamos a salvar el mundo, no a destruirlo —dije tajantemente.

La explicación de Helga sobre su misión me dejó un poco desconcertada. Entendía sus motivos, y lo importante que era para ella encontrar el taller Ex Machina. Pero… ¿era eso más importante que salvar el mundo?

—Nos serías de mucha ayuda si nos acompañaras, pero si estás dispuesta a irte tu sola, es tu decisión. Te deseo suerte en tu viaje —dije, decepcionada porque quisiera irse, pero también honestamente preocupada porque todo saliera bien.

Tras la despedida, todo parecía ir bien, hasta que nuestros sensores detectaron algo a lo lejos. Al ver lo que era, mi rostro palideció. Aquel delemental era enorme. Y Fulgur no estaba en condiciones de entablarse en una batalla encarnizada.

—¡Maldita sea! Parece muy poderoso. No podemos enfrentarnos a él nosotros solos. Necesitaremos la ayuda del resto —expliqué a Allen. Pese a mi habitual actitud confiada, ahora estaba bastante preocupada.

Rápidamente, descendí hasta encontrarme lo bastante cerca del suelo para que los demás pudieran oírme.

—¡Atención! ¡Hay un enorme delemental a las doce en punto, y se dirige hacia aquí! ¡Será un formidable oponente, así que preparaos para luchar! —exclamé, para que se pusieran alerta.

Helga no respondió de manera exacta a Ellyn, más bien, simplemente se encogió de hombros - Igual también puedo ayudar encontrando el taller - Obviamente si las leyendas que hablaban del taller Ex-Machina era cierto, el mejor golem existente en la faz de la tierra se encontraría allí, y por tanto la mejor tecnología. Pero eso, sería otra historia...

Centrandonos en el momento y dejando ya atrás la marcha triste de Helga, había algo que debía ser el centro de atención de todos, y aunque Gauche, Denis, Anya, Senca y Hans no lo veían, el resto si que fueron capaces de verlo... Salvo por Tiki que más bien de ver algo, podría pensarse que era un mosquito enfrente de su cara.

El aviso de Tea a Gauche hizo que este fuera a tomar algo de su carro aunque no sin antes ralentizar el propio. El resto aprovechaban el mismo aviso para mirar al propio ser. Todos pudieron percatarse que se trataba de un Delemental, como bien había dicho Tea, y el ladrón sacó finalmente un catalejo con el cual miró al demonio preocupandose. - Mierda... Debemos salir de aquí. Enfrentarse a un Delemental es muy mala idea. Más si no sabemos las capacidades de su poder.

Justo en ese momento, en el aire Ellyn planeaba a toda velocidad que hacer, pero Allen parecía no querer pensarselo dos veces - Ve a avisarlos, yo lo detendré el tiempo suficiente - Y pues desobedeciendo a su hermana fue hacia alante contra aquel Delemental, pero a contrario de para demostrar que era el más fuerte, esta vez parecía querer proteger a su hermana.

Al alertaros Ellyn, Anya dio un par de pasos hacia adelante - Si es un Delemental, me encargaré yo de acabar con el. Debo hacerlo, así que no os interpongais en mi camino - Apretando su puño alrededor del mango de su Katana, Anya comenzó a caminar, pero no podiais ir al combate sin un plan o una estrategia... Y mucho menos sin saber nada acerca del delemental...