Partida Rol por web

-¡Vaaaayaaaa! ¡Que regalo tan chulo! ¡Lodovico es muy buena persona, siempre lo dije! -Ivalic se volvió de nuevo hacia Firan en otra oportunidad para demostrarle que no era el único del que podía aprender magia.- Mi amigo Ludovico es un gran mago y ha prometido enseñarme unos hechizos muy chulos, ya verás cuando los aprenda, estoy seguro que seré mejor mago que tu. Una vez... jijijiji -Al niño se le escapaba la risa recordándolo.- Hizo una imagen de si mismo, pero era todo muy real, tanto que parecía que estaba cocinando, olía a comida y todo. Nosotros nos acercamos porque queríamos preguntarle algo y yo caí en una trampa y acabé colgado boca abajo jajajaja. ¿A que es gracioso?

Bueno, en su momento no le había parecido muy gracioso, pero ahora lo recordaba y le daba la risa.

Aunque sería más gracioso si la próxima vez que lo encontramos fuera Firan el que acabara boca abajo, no debería haberle dicho nada, ahora estará en guardia. ¡Maltida sea!

En cualquier caso no podía hacer nada ya, pero esperaba ver pronto a Ludovico para reclamarle el hechizo que debía enseñarle.

-Señora Helene, ¿Sabe si Ludovico pasará por el pueblo pronto? Tiene que enseñarme un hechizo. ¿Usted va a descansar? Creo que nosotros también lo haremos, hemos estado vigilando a Herr Urik y estamos cansados.

- "Sin duda Ludovico es uno de nuestros mejores aliados. Esto ayudará a las gentes del pueblo a sobrevivir en estos días tan aciagos.

Ivalic, ¿cuándo es ese baile de los vampiros? ¿Nos daría tiempo a completar alguna otra misión antes de eso? Tal vez estaría bien explorar la gruta secreta protegida por los huargos. El hierro frío de la sima infernal serviría para combatir a la malvada hada amiga de los elfos-lobo, y también a algunos de los demonios que esconde Baba Yelena en el subterráneo del convento." -

Al ver que Ivalic se iba a acercar a molestar a Helene, y recordando que esta dijo que iba a rezar, Parriwimple pone su mano en la boca de su joven amigo y le susurra al oido.

- Parriwimple recordar señora Helene decir que ir a rezar. No querer que molestarla ahora. ¿Cuantos somos? ¿está toda la gente de tu lista?- tras las palabras parece quedarse pensativo como si tratara de recordar algo, y entonces vuelve a hablar- No ser eso importante. Lo importante ahora es ayudar gente pueblo. ¿Qué cosas ser necesarias ahora? ¿cómo poder ayudar a reconstruir pueblo?

-Shhh shhhh. No molestemos a la Señora Helente, o nos dejará sin desayunar...

Se volvió hacia el paladín con intención de aclarar sus dudas.

-La invitación es para mañana por la noche Herr Urik. -Respondió presto el niño.- Por lo cual tenemos todo el día de hoy, desde que nos despertemos porque tenemos que dormir, y todo el de mañana hasta por la noche para planificar cosas que hacer.

Parriwimple también estaba preocupado con sus nuevas obligaciones hacia el pueblo y pensaba cual sería la mejor decisión para seguir reconstruyendo todo.

-Pues sobre todo necesitamos construir casas, para que la gente no tenga que estar aquí abajo, aunque esto también está bien para protegernos de momento. Y no estaría mal poder hacer una empalizada que nos proteja de otro ataque similar. ¿Que opinas Parriwimple? Pero aún somos pocos, necesitaríamos contar con la mayor ayuda posible, pero si vamos a ir a por el resto del pueblo al castillo será mejor esperar al día del baile, al menos tendremos excusa para entrar, a no se que queráis ir antes a hablar con ellos, lo mejor será hacerlo por el día cuando el Conde y la mayoría de sus secuaces están dormidos. Si no podemos quedarnos aquí y ayudar en la reconstrucción o hacer como dice Herr Urik y asegurar la zona cercana de monstruos, cuantos menos haya alrdedor más seguro estará el pueblo.

- "Bien, creo que necesitaría descansar un poco ahora. Voy a dormir en el templo, si ocurre cualquier cosa despiértame, Ivalic. Después comeremos todos juntos pasado el mediodía y decidiremos nuestro siguiente paso, si os parece bien." -

Hack acompañó a Urik al templo. Viktor Watcher había hecho un buen trabajo con el suelo. Los tablones rotos habían sido desclavados del suelo, cortados en la parte astillada para aprovechar el resto, y devueltos al suelo. De ese modo, hubo que utilizar menos tablones nuevos en la reforma. El cuervo blanco se posó en el altar de piedra y vigiló.

A media mañana, al Caballero del Cuervo le despertaron unos gritos del exterior...

¡Soltadme! ¡Soy una elegida del Dios del Verdor! ¡No podéis tratarme así! ¡Ida, traidora! ¡Ojalá te atragantes con esa lengua de tartamuda que tienes!

Al ir a ver, se encontró con que la prisionera pataleaba atada mientras Parriwimple la movía a un sitio en el que el sol no le diese en la cabeza. Los gritos no solo molestaron a Urik, también a Helene, la pequeña bebé de los Litmunova.

Buaaaaaah... buaaaaaah...

Lo que quedaba del pueblo ya había dormido, desayunado, rezado y los hombres y mujeres estaban desperdigados en la superficie. Ante el temor de acercarse al linde del bosque para conseguir nueva madera, Viktor había recomendado que buscasen los bloques de piedra en mejor estado entre los cascotes, para edificar las paredes de mampostería de un nuevo edificio. Todo el camino que unía la iglesia con el pueblo estaba repleto de un montón de pedruscos por ordenar y clasificar.

Como todos los mediodías, llegaron los mensajes de Merquo Iluminador...

Bien hallados seáis, queridos amigos. Hoy aparezco ante vosotros para...

Gulpika se acercó curiosa a la ilusión.

¿Merquo? ¿Merquo Iluminador? ¿Eres tú?

¿Qué? Mierda... No, no... Señora, me confunde con otro...

Merquo interpuso la mano para taparse parcialmente la cara y trató de mirar en otra dirección.

¡Sí! ¡Eres Merquo Iluminador! ¡Mi novio! ¡El que me regaló este talismán! ¡El que me prometió que volvería!-exclamó alegre la anciana-Qué bien te conservas...

Los elfos envejecemos más lentamente que los humanos...

Bueno, ¿qué es esto? Kssst, ksst. Disrupciones mágicas están

interfiriendo en el conjuro de recado. Kssst. Tengo que dejaros.

Ya os llamaré otro día.

La imagen de Merquo se difuminó hasta desaparecer.

¿Qué es lo que dijo? No le oí bien...-preguntó la anciana con problemas de sordera-¿A dónde ha ido?

Me despierto ante el griterío, habiendo descansado sólo a medias y acudo por el camino de la iglesia, donde han acumulado todos esos cascotes de piedra. - Es sin duda una buena idea. -

Llego a tiempo de escuchar el intercambio entre Merquo y Gulpika. Sin duda Merquo suele ser una buena fuente de información, y sus palabras no nos hubieran venido mal, pero... ¡qué se le va a hacer!

El día comenzó para Ivalic con los gritos de Idalecia, aunque parecían provenir de lejos, en realidad fue más bien el llando de la pequeña Helene la que hizo que finalmente se desperezara.

-¡Eh Vjelkus! ¡Firan! ¡Vamos fuera! -El hijo de Helene parecía resistirse a levantarse, pero Ivalic sabía que decir exactamente para motivarlo.- ¡Seguro que hay algo para desayunar preparado!

Una vez en el exterior comprobó el porqué Idalecia gritaba tanto, parecía que todavía estaba muy enfadada por todo el asunto del secuestro. Ivalic se acercó a Parriwimple.

-Podemos soltarla si quieres, ya nadie va a invocar a ningún demonio y está claro que Idalecia no quiere quedarse aquí, si la dejamos va a ser más un estorbo que una ayuda, ya ha despertado a la pequeña Helene, además no para de insultar...

Dejó que el nuevo Burgomaestre pensara en lo que le había dicho y fue entonces cuando apareció la imagen de Merquo Iluminador, claro que esta vez su presencia fue breve y algo confusa.
No pudo evitar reírse y darle un codazo a Parriwimple.

-Jijijiji. Merquo Iluminador y la Señora Gulpica fueron novios... Ahora ya sabemos de donde sacó el talismán. -El niño miró a Herr Urik para comprobar su reacción ante aquella noticia, pero el paladín permaneció impertérrito ante lo sucedido.- Herr Urik, ¿Y ahora que hacemos? ¿No puedes hablar con él de otra forma? Herr Urik, si la señora Gulpika y Merquo son novios... ¿Significa que ella también es tu jefa?

Al fin y al cabo el elfo siempre solía darles información interesante a la que no tenían acceso de otra forma. En cualquier caso tenían todo el día por delante para hacer cosas y no debían desaprovechar el tiempo, con informe o sin el.

Parriwimple miró con cierto enfado a Indaelecia y luego negó con la cabeza ante lo que decía Ivalic.

- Idaelecia hacer cosas malas. Secuestrar gente y no arrepentirse. Atacar amigos. Tener que ser castigada. Recordar que jefe antes hacer...- miró a Helene como suplicando ayuda con la palabra, que ahora no recordaba- ¿juchio? Y decir qué pasar con gente que hacer cosas malas. Ahora Parriwimple hacer juicio también. Que vengas todos. ¿Puede Ivalic llamar gente?

-Yo los llamaré Señor Burgomaestre Parriwimple. -Al tratarse de algo oficial era mejor llamarlo por su título.- Ahora mismo vuelvo con todos. Vjelkus, Firan, ayudadme.

El niño comenzó a recorrer lo que quedaba del pueblo en busca de gente, también entró en la iglesia y bajó a las catacumbas hasta que hubo recorrido los lugares donde podía encontrar alguien. Llevaba las manos en la boca haciendo una especie de altavoz para que se le escuchara mejor.

-¡ATENCIÓN! ¡ATENCIÓN! ¡EL SEÑOR BURGOMAESTRE PARRIWIMPLE VA A JUZGAR A LA SECUESTRADORA QUE CAPTURAMOS AYER! ¡TODOS FRENTE A LA IGLESIA PARA QUE PODÁIS CONTEMPLAR LA JUSTICIA QUE VA A SER IMPARTIDA!

-Me parece un buena idea. Civilización implica orden, y orden es justicia. Entre los hombres es lo que debe imperar y aunque son tiempos difíciles donde debe imperar la compasión y el perdón, pues desconocemos las causas que han conducido a muchos a errar en su camino, la falta de arrepentimiento y mostrarse pertinaz en el mal debe ser castigado.

Tras su comentario, miró a Urik.

-No ha sido muy elegante lo del señor Iluminador. Y parece ser alguien que no cumple con ciertas promesas, señaladas de por sí. Gulpika, ¿lo has estado esperando todo este tiempo?

Parriwimple asintió, más tranquilo ante las palabras de Helene y miró a Ida.

- Tú conocer Idalecia, Ida. Tú saber lo que hacer, y lo que no hacer. ¿Puedes explicar lo que ha hecho ella y lo que ha hecho Baba Zelenna? Parriwimple confía en Ida, y quiere que hable en defensa de su amiga. Es bueno que todos puedan tener alguien que hable en defensa suya- tras las palabras se queda pensando y mira a Urik- Parriwimple querer Urik decir crímenes de Idaelecia y señalar castigo que debe aplicarse. Luego Parriwimple oirá a Helene y a quien quiera decir algo, y decidirá.

Asiento, de repente mortalmente serio, y tomo la palabra obedeciendo al mandato de Herr Parriwimple.

- "Con la venia de Su Señoría. Comparece involuntariamente en este día antes este juicio penal en el que se esclarecerán sus culpas y dolos, realizadas al amparo de la noche con alevosía y nocturnidad, Doña Idalecia sin apellida para ser juzgada por Su Señoría Ilustrísima Herr Parriwimple Indirovich, legítimo Burgomaestre de Barovia.

En conspiración con su jefa Baba Yelena y otras fuerzas de la oscuridad, que incluyen demonios babau y otros, Doña Idalecia lleva tiempo secuestrando a mujeres para integrarse forzosamente en su culto de los Frutos Rojos, cuyo propósito último es invocar a su demoníaco amo, Chernobog el Señor del Verdor a este mundo, al objeto de crear infinitos dolor, muerte y sufrimiento.

Secuestro, engaño, mentiras, intimidación y violencia, se encuentran todas entre las herramientas preferidas por Idalecia.

Avisados de sus nefarios propósitos por Herr Merquo Iluminador, este grupo de ciudadanos de bien entre los que se incluye Su Señoría, Frau Helene, Ivalic Yannof, Vjelkus hijo de Helene y un humilde servidor, pudimos frustrar la pasada noche los planes de convocación del Lord Demonio del Verdor.

La propia Idalecia ha confesado ser una elegida de ese al que ella llama el Dios del Verdor, y no muestra signo alguno de arrepentimiento ni de estar compungida, más bien al contrario. Acusa de traidora a Ida, la principal testigo de cargo de esta acusación.

Doña Idalecia es un peligro para sí misma, para las buenas y honestas gentes de Barovia y para la paz en todo Ravenloft. De quedar libre seguirá extendiendo el mal en compañía de su maligna secta en la colina de Lysaga.

Barovia está arruinada y no disponemos de un lugar adecuado para el encarcelamiento. Por la seguridad presente y futura de todas las almas de Barovia, solicito humildemente a Su Señoría que juzgue culpable a Doña Idalecia y la condene a colgar de una soga por el cuello hasta morir, sentencia que se ejecutaría mañana al alba." -

Hago una profunda reverencia ante el Juez Herr Parriwimple, y otra menor ante los testigos y honestos ciudadanos presentes.

La rapidez con la que todo ocurría dejó perpleja a Helene, que se sintió momentáneamente confusa y no pudo reaccionar a tiempo. La precipitación no era buena consejera y teniendo en cuenta cómo se hallaba el pueblo y sus gentes, la frustración, la sensación de pérdida y demás males, podían convertir aquel juicio en un linchamiento. Y la sentencia propuesta por Urik de colgar a la frutilla no ayudaba a mejorar las cosas. Habían prometido no hacer daño y ahora estaba dispuesto a ajusticiar. ¿Cómo reaccionaría Ida?

-Postergaré mi intervención a un momento posterior, pues no hay justicia si el acusado no es libre de hablar. Asimismo, creo que su hasta ahora compañera debería poder decir en su favor o en su contra cuanto estime oportuno. Solo entonces hablaré.

- "¡Protesto, Señoría! Con respecto al testimonio de Doña Idalecia, no ha lugar. La acusada ya ha confesado y se ha declarado culpable ante todos los presentes, además de no aceptar la autoridad del pueblo de Barovia para acusarla y la de vuestra autoridad para juzgarla y condenarla.

Con respecto a Doña Ida, la acusación se muestra conforme con su testimonio, toda vez que ha mostrado arrepentimiento y esta autoridad puede aceptar no juzgarla por los mismos crímenes que se le imputan a la acusada." -

Enarcó una ceja. Mentir no era un buen punto de partida. No cuando se hablaba de justicia ante los hombres y los dioses.

-¿Qué dice, Herr Teudeldorf? ¿Cuándo se ha declarado esta muchacha, de forma expresa, culpable de lo que usted afirma? ¿Cuándo ha dicho que no acepta la autoridad del pueblo de Barovia? ¿O la de Parriwimple, llegado el caso? Yo no he oído nada similar. Ni ninguno de los presentes. Y la culpabilidad no se demuestra tapando bocas, ni la justicia se hace condenando al silencio a aquel a quien se juzga -¿es acaso esto esto lo que enseñan en las reglas de caballería? pensó Helene.

- "Tenéis razón, Frau Helene, en realidad no ha dicho exactamente eso, sus palabras han sido, textualmente:

¡Soltadme! ¡Soy una elegida del Dios del Verdor! ¡No podéis tratarme así! ¡Ida, traidora! ¡Ojalá te atragantes con esa lengua de tartamuda que tienes!

Por ello y su actitud beligerante, y el hecho de haber tenido que ser traída prisionera, he sacado esas conclusiones.

Pero sí, os concedo el mérito de vuestras palabras. Tal vez debierais preguntarle directamente cómo se declara." -

- ¡Basta!- el grito de Parriwimple fue fuerte, y dio un golpe en la mesa, con enfado- ¡Basta! Decir primero hablar Ida. No Urik. No decir Urik hablar otra vez. No decir nadie hablar. Idaelecia podrá hablar porque Parriwimple quiere saber qué dice. Pero primero hablará Ida. No hablará nadie más.