Partida Rol por web

La imponente casa gótica de Gabriel y Erika se alzaba majestuosamente en medio de la bulliciosa ciudad de Nueva York. Sus altos y oscuros muros de piedra parecían fundirse con las sombras de la noche, mientras que las elegantes gárgolas esculpidas en la fachada parecían observar atentamente a aquellos que se acercaban.

Al entrar, los invitados se verían envueltos por una atmósfera misteriosa y lúgubre. El vestíbulo estaba adornado con muebles antiguos y tapices desgastados que susurraban historias de tiempos pasados. Una escalera de caracol se elevaba hacia los pisos superiores, acentuando el aura intrigante del lugar.

Gabriel, con su distintivo cabello blanco como la nieve, recibía a los invitados con una sonrisa enigmática, sus ojos azules centelleando con una mezcla de sabiduría y secreto. A su lado, Erika, empuñaba con destreza un par de cuchillos, demostrando su habilidad innata mientras jugueteaba con el filo.

En el sofá, Lawrence, Touka y Jack se encontraban inmersos en una animada conversación. A pesar de las vendas que aún llevaban como testimonio de sus recientes heridas, se veían resistentes y enérgicos, desafiando cualquier adversidad que hubieran enfrentado.

El ambiente en la casa gótica era tenso pero cautivador, como si cada rincón estuviera impregnado de secretos y revelaciones. Los personajes se reunían una vez más, envueltos en una aura de intriga y determinación, listos para enfrentar los desafíos que les esperaban.

Acudi pensativo con Sumire a aquella reunión, junto a mi como en otras ocasiones trotaba Moumou mi compañero cánido, aun me preguntaba que era lo que querría Gabriel, pero estaba claro que debía de tratarse de algo de extrema gravedad, si nos había convocado a todos.

A lo lejos pude ver aquella casa gótica, a la cual no tardamos mucho en llegar, observé con mis ojos dorados al resto mientras Moumou exploraba, luego saludé a Gabriel, mi mentor y a Erika que aunque era dura siempre me apoyó en mis decisiones, Lawrence Touka y Jack miembros de los cazadores de brujas parecían hablar entre ellos, aunque se encontraban heridos por algún combate reciente.

-Aqui estoy Gabriel-dije sentándome, respetaba a Gabriel pues el me había salvado la vida y se convirtió en mi mentor, y aquella conversación pasada que tuve con el cobraba cierto sentido ahora,¿debería unirme a los cazadores de brujas?.
Miré a Sumire, no iba a separarme de ella.
-Espero que puedas explicarme ciertas cosas-dije a mi mentor, quizá para el tuviera algún significado lo que me pasó en aquel sueño, confiaba en los alli presentes y les debía más que a nadie.
Por supuesto también confiaba en Sumire, ella era alguien muy especial para mi.

Jake había acudido a tiempo como siempre a nuestro encuentro. Al llegar lo saludé con una sonrisa y un gesto silencioso preguntándole cómo se encontraba. Aún me preocupaban las heridas que había recibido durante el último combate.

Tras un breve reencuentro encaminamos nuestros pasos hacia la guarida. Tal como la primera vez que lo vi, el hogar de nuestros anfitriones causaba en mi cierto respeto. Observé los altos muros apreciando la arquitectura del lugar, a pesar de su impresionante apariencia parecía no llamar tanto la atención como era de esperar.

Dentro el ambiente no mejoró mucho la inquieta sensación que arrastraba desde que recibí el mensaje de Gabriel. No estaba segura de lo que nos quería decir y no estaba segura de querer saberlo. Devolví la sonrisa a Gabriel sin mucho entusiasmo y lo miré con una ligera sombra de desconfianza. Había salvado mi vida, pero tras los últimos acontecimientos tenía algunas dudas.

- Buenas noches - saludé a todos los presentes mientras me sentaba junto a Jake. Me sentía más confiada junto a él - ¿Qué es lo que debíamos hablar?

Jack Reaper se presentaba imponente, luciendo su característica vestimenta. Su mirada dura y penetrante se posó sobre Arvo, evaluándolo en un instante. Vestía una polera negra sin mangas que dejaba al descubierto sus fornidos brazos, combinada con unos pantalones negros donde portaba sus fieles pistolas. Con su barba bien perfilada y el pelo corto, emanaba una presencia intimidante.

Sin perder tiempo, extendió su mano hacia Arvo en un gesto formal de bienvenida. Su voz, profunda y resonante, resonó en el aire rompiendo el silencio nocturno.

"Bienvenido nuevamente a Nueva York, Arvo. Esta ciudad alberga batallas ocultas y criaturas que acechan en las sombras en cada rincón. Has elegido un camino peligroso al venir aquí, ya que las fuerzas malignas se vuelven cada vez más poderosas. Sin embargo, nosotros no nos amedrentamos y enfrentamos esta oscuridad con valentía y determinación".

Reaper continuó observando a Arvo, transmitiendo respeto y cautela a través de su mirada. Sabía que el combate contra las criaturas de la noche y la defensa de la humanidad no eran tareas sencillas. Aun así, confiaba en que Arvo tenía la fuerza interna y la voluntad necesaria para hacer frente a los desafíos que se avecinaban.

"Enfréntate a tus miedos, Arvo, y recuerda siempre la importancia de nuestra misión. Estoy aquí para guiarte, compartir mi experiencia y enseñarte las técnicas que te ayudarán a sobrevivir en este mundo sobrenatural. Juntos, representamos la esperanza de esta ciudad. Una vez más, te doy la bienvenida a Nueva York, Arvo Amery, cazador de brujas".

Con esas palabras, Jack Reaper reafirmó su compromiso de guiar y proteger al nuevo cazador en esta lucha interminable contra las fuerzas malignas que se escondían en las calles de la ciudad que nunca dormía. 

Finalmente, Jack dirigió su mirada hacia una puerta que daba acceso al salón y te habló:

"Tenemos dos nuevos miembros que recientemente se han unido a nuestra hermandad, y me gustaría presentártelos. De esta manera, estaremos todos en sintonía. ¿Te parece bien?"

Con un gesto de invitación, te instó a seguirlo y adentrarte en el salón, donde se encontraban los demás invitados.

Arvo solía caminar con las manos en los bolsillos, un hábito que reflejaba lo reservado que solía ser hacia los demás, pero también evocaba el contradictorio mensaje de que era alguien que ocultaba cosas. Cuando se presentó ante Jack Ripper sintió mucha inquietud, aquel mostrenco de músculos y pólvora imponía, con Arvo había conseguido su objetivo.

—Gracias —respondió al principio dubitativo, aunque luego mirando a los ojos de Jack entendió que esa no era la actitud que esperaba de alguien como él. Se serenó, probó de nuevo —. Sí, gracias, señor Ripper —repitió con más seguridad.

El joven se arrebujó en su abrigo, había pasado un tiempo lejos de Nueva York y se había casi olvidado de las frías noches de la Gran Manzana. Al hacerlo se encorvó un poco, pero ganado ese primer paso empezó a analizar y observar los detalles sutiles que escondía aquel lugar.

—Sí, espero estar a la altura —dijo de nuevo con cierto desfallecimiento en la voz. Enfrentarse a sus miedos, pensó en la horrible experiencia que le había acabado llevando por aquel camino. Arvo se llevó la mano al pecho buscando el colgante que perteneció a su padre, jugueteó con la triqueta como si con ello buscara el apoyo invisible de éste —. Gracias.

Sin decir nada más, asintió dispuesto a seguir a Jack Ripper para conocer a los otros recién llegados. No iba a ser más que unos pasos, pero el joven neoyorquino lo dedicó a quedarse con los detalles del que sería su nuevo hogar, academia, lo que fuera.. aun estaba muy perdido en aquella nueva y extraña realidad.

Todos comenzaron a saludar animadamente hasta que sus miradas se dirigieron a la habitación donde Jack entró. Pasados unos minutos, salió acompañado de otro hombre, cuya apariencia denotaba que tenía veinte y tantos años y vestía prendas oscuras. Sus rasgos revelaban una ascendencia distinta a la estadounidense, sugiriendo que provenía de otro país. Fue Jack quien rompió el silencio inicial.

-Agradezco su presencia, Jake y Sumire. Nos reunimos hoy para hablar de asuntos importantes tras los eventos recientes. Pero, antes que nada, permítanme presentarles a Arvo, un cazador de brujas como ustedes, quien ha decidido unirse a nosotros en Nueva York. Ya lo conocía de hace años, y he considerado importante ponerlo al tanto de lo que está sucediendo y, sobre todo, presentárselo a ustedes. - Jack señaló al hombre mientras lo presentaba. Reaper, siempre de buen humor, lucía su atuendo característico, mostrando una tranquila confianza al llevar su pistola en el cinturón.

Después de eso, fue Gabriel quien interrumpió la conversación. Vestía sus característicos atuendos de rockero, pero en su rostro se percibían emociones de melancolía, tristeza y rabia, a pesar de sus esfuerzos por mantenerse firme mientras estaba sentado en un sillón, observándolos a todos.

-Necesitaremos toda la ayuda que podamos conseguir. Hemos presenciado que los que atacaron a la Inquisición son un grupo altamente armado y poseen una tecnología completamente diferente a la que conocemos. Solo mencionar esas "armaduras" tecnológicas que vi en ese lugar, capaces de manejar metralletas automáticas sin esfuerzo... me preocupa, y me preocupa mucho. - Desvió su mirada hacia Arvo, haciendo una breve reverencia con la cabeza como saludo, y continuó - A principios de este mes, nos encontramos en una batalla en la que murieron inquisidores y nos enfrentamos a ángeles caídos. No teníamos conocimiento de su presencia en la ciudad, pero obviamente no fueron oponentes fáciles. Todos los inquisidores perdieron la vida, lo que significa que la Inquisición quería respuestas. Nos presentamos... pero el lugar fue atacado sorpresivamente. Explosivos, soldados armados sin identificación, armaduras tecnológicas avanzadas... fue demasiado, incluso para la fortaleza monástica que la Inquisición tenía en ese lugar. Lo que se informó en las noticias... fue que la Iglesia colapsó debido a problemas estructurales... pero aparentemente esta organización redujo el lugar a cenizas. Por ahora, podemos decir que la Inquisición está muerta en Nueva York. - Su tono era serio, tanto que un silencio llenó la habitación mientras Erika se acercaba y le colocaba una mano en el hombro.

Erika observó a todos en silencio durante unos momentos. Finalmente, inhaló profundamente y habló:

-Ahora que la Inquisición ha desaparecido de la ciudad, es probable que surjan desequilibrios de poder. Las razas intentarán aprovecharse de esta situación y llenar el vacío dejado. Debemos estar más vigilantes que nunca, sobre todo porque la oscuridad ha aumentado considerablemente en la ciudad con el paso del tiempo. El simple hecho de que haya ocurrido un ataque a gran escala contra la Inquisición es impensable, lo que nos indica que hay enemigos poderosos. Debemos continuar nuestras operaciones con el mayor secreto posible para seguir adelante. - Dicho esto, se cruzó de brazos y miró por una de las ventanas. Se notaba su intranquilidad, llevaba su cinturón de afilados cuchillos como siempre, pero a diferencia de otras ocasiones en las que la habían visto, ahora parecía verdaderamente inquieta.

Lawrence suspiró mientras se acomodaba en su asiento. Era evidente que estaba vendado y adolorido, resultado de su enfrentamiento con una de las armaduras robóticas. A pesar de que todos estaban pasando por rigurosos entrenamientos, él había sido uno de los más afectados.

-Lo que realmente me preocupa es si debemos investigar más a estos individuos. No es solo el hecho de que atacaron a la Inquisición, sino el motivo detrás de ello. Sabemos que la Inquisición guarda artefactos mágicos, pero desconozco si había algo en particular que estos agresores estaban buscando... - Sus palabras quedaron suspendidas en el aire mientras desviaba la mirada hacia su esposa, Touka, y luego hacia Gabriel, quien parecía encogerse aún más en su asiento. Lawrence suspiró y continuó: - Además, Gabriel, lamento profundamente tus pérdidas. Sé que muchos de ellos eran tus compañeros de armas y no merecían el destino que tuvieron. No sé si tendremos el poder para vengarlos, pero tarde o temprano, todos enfrentaremos nuestro propio juicio. - Esta vez, su tono era mucho más serio, reflejando la gravedad de la situación.

Touka depositó un beso en la frente de Lawrence, transmitiéndole tranquilidad, y luego dirigió su mirada hacia todos los presentes.

-Creo que debemos proceder con cautela. Hasta ahora, han demostrado ser un enemigo formidable con recursos poderosos. Necesitamos fortalecernos, encontrar armas y armaduras que puedan enfrentarlos, utilizar magia ancestral y despertar nuestra fuerza interior para estar a la altura del desafío. Además, considero que deberíamos buscar alianzas con aquellos con quienes podamos negociar. Cada uno de nuestros movimientos debe ser cuidadosamente planeado, porque, como mencioné antes, esto se ha vuelto sumamente peligroso. - Su acento japonés resonó claramente en sus palabras, acentuando su determinación.

-Debemos saber entonces a quien tenemos a nuestro favor y en quien podemos confiar para forjar una alianza, pero además también deberíamos investigar más a nuestros enemigos, saber de sus debilidades, investigarlas y crear armamento que podamos usar con nuestros enemigos, deberíamos saber que es lo que querían de la Inquisición y quien pudiera facilitarnos esa información. Mi respuesta era directa, pero era mi opinión-Gabriel se que muchos de los nuestros han perdido la vida en combate, pero se puede aprender de los errores cometidos, no murieron en vano-dije mientras miraba a mi mentor-entiendo tu tristeza pero miremos esas pérdidas como una fortaleza. Tome con suavidad la mano de Sumire-se lo debemos a la gente que confía en nosotros-dije-a todos los presentes, hoy se han perdido camaradas y se ha vertido sangre pero estamos vivos, no podemos desfallecer, mientras me quede aliento lucharé, tal es el código de conducta de los Cazadores de Brujas-los alli presentes estaban todos muy afectados unos físicamente y otros emocionalmente. Miré a Sumire-tengo por lo que luchar y jamas podrán arrebatarme lo que más estimo Luego acaricié a Moumou que estaba a mi lado contrario a donde se había puesto Sumire. -Y a ti te tengo también amigo-dije a Moumou y despúes miraba con mis ojos dorados a Sumire dedicándole una sonrisa de agradecimiento y cariño. -¿Que debemos hacer ahora?-dije sabedor de que el tiempo corría a nuestra contra-¿por donde hemos de comenzar? Además no me correspondía a mi tomar las decisiones, eso deberían hacerlo los líderes, asi que esperé su decisión. Les comenté también el sueño que tuve, quizá me pudieran aclarar algo sobre el y mostré el amuleto que tenía al cuello aquella rama de árbol blanco.

Arvo accedió en la habitación con las manos en los bolsillos, andar pausado y actitud silenciosa. Caminaba tras Ripper sin perderle el ritmo, pero contrastaba con la actitud extrovertida del veterano cazador de brujas por las miradas algo inquisitivas que dirigió a los presentes.

—Buenos días. Encantado —saludó escueto levantando la mano, aunque el ánimo parecía estar muy frío. Todos parecieron ignorarle salvo Gabriel, aunque tampoco lo tuvo en cuenta, pronto comprendió que la situación no permitía muchas alegrías.

Se movió lentamente a un lado de la habitación, observando a todos los presentes, tratando de quedarse con su caras y todo lo que le sugirieran sus modos. También escuchó, acababa de llegar y quería saber cuál era la situación actual y no prometía nada en absoluto.

—No parece un ataque dirigido por nadie.. sobrenatural —apuntó con un tono fabulador —. ¿Alguien que se mueve entre bambalinas? ¿Un actor oculto? —puede que fuera una obviedad, pero nadie había sugerido abiertamente el hecho. Se quedó con las palabras Lawrence acerca de los artefactos mágicos —. ¿Hay una lista, archivo o.. parecido que podamos consultar? ¿Saber si ha desaparecido algo?

Su mirada rodó entre los presentes, descubrió a las dos parejas presentes, parecía que aquel trabajo te acababa casando de muchos modos.

—Lo que describe es casi un pequeño ejército privado —aunque se dirigía a todos, la mirada reposaba principalmente en Gabriel —. Un despliegue de efectivos, medios y tecnología no pasa desapercibido. Alguien habrá oído algo, visto algo. Es una operación que requiere muchos recursos y cuantos más recursos se necesitan, más filtraciones. ¿A quién recurrimos en Nueva York para conseguir material? Puede que sea un primer paso seguro para investigarlo —sugirió aun con las manos en el bolsillo. Un poco nervioso, sacó un vapeador de un bolsillo interno de la chaqueta y dio una calada rodeándose de un agradable aroma a hierbabuena. 

-El caso es que tuve un sueño en el que caminaba por una ciudad dorada, todo parecía tranquilo, hasta que me encontré con un jardín y un árbol de Sakura de color blanco, me acerqué y decidí tocar su corteza, entonces una sensación de paz y bienestar me inundó destruyendo y disipando mi temor, cuando desperté tenia esto entre las manos-dije mostrando aquel colgante una pequeña rama blanca, tan solo un fragmento, de aquel árbol que llevaba al cuello-tal vez sea algún tipo de artefacto algún tipo de señal en nuestra lucha contra nuestros enemigos, pues sin duda es poderoso, pensé en que tal vez podrías saber que puede significar tanto el sueño como este artefacto-dije dirigiéndome a Gabriel, tras escuchar las palabras que dijo Arvo.

Saludé al chico nuevo con una inclinación de cabeza y presté atención a todo lo que se estaba diciendo. Ciertamente, cuanta más gente se nos uniera mejor, ya que aún no sabíamos lo que se nos presentaría en un futuro. Me inquietaba lo que nos contarían, algo me decía que todo lo que habíamos vivido hasta entonces no era más que el prólogo de eventos más grandes. Sin embargo, traté de que no se reflejara en mis gestos y mantener una actitud tranquila.

Mientras escuchaba lo que decían me sorprendí cuando Jake tomó mi mano pero no la retiré. Apreté suavemente su mano yo  también y le sonreí para mostrarle mi apoyo.

- Como dice Jake, debemos seguir adelante. No dejaremos que esas muerte sean en vano, debemos encontrar aliados - dije con firmeza. Después de escuchara Jake hablar de su sueño unos recuerdos inundaron mi mente - yo también tuve un sueño muy raro, en el que rememoraba mi pasado. Al despertar, tenía esto en mis manos - enseñé un precioso brazalete en mi brazo.

Tras esto, me quedé unos segundos pensativa. Había algunas cosas que no me gustaban en toda aquella situación.

- ¿Podría ser también que estos enemigos estén tratando de tomar el control de la ciudad? ¿O tal vez aprovechar el caos que se ocasionará a causa del desequilibrio de poder actual para algún propósito oculto? - sugerí tras pensar detenidamente todas las opciones - tendríamos que mantenernos en las sombras hasta al menos conocer sus objetivos o conseguir aliados y actuar sin llamar la atención. En el caso de que estén intentando librarse de todos sus obstáculos para hacerse con el control de la ciudad, no creo que estemos preparados para poder enfrentarlos.

Fue Arvo el que tomó la palabra en ese momento dando algunos puntos de vista que no se habían mencionado hasta entonces.

- Tal vez pueda hablar con un conocido para saber quien está manejando grandes cantidades de dinero o si hay movimientos extraños en la ciudad - miré directamente a Arvo - no es alguien de este mundillo sino alguien normal, pero seguro que algo sabrá. Como has dicho, un ejército como ese no pasa desapercibido.

Con cada palabra que se pronunciaba, el aire se llenaba de una electricidad palpable, en la que la tensión se apretaba como un nudo. Jake trataba de infundir valor en Gabriel, pero su rostro era un espejo de desolación y angustia que desafiaba cualquier intento de consuelo. Aquellos que no habían saludado inicialmente a Arvo, ahora le ofrecían gestos de reconocimiento, mostrando un sobresalto mínimo. La abrumadora situación había eclipsado incluso los detalles más básicos de la cortesía humana, pero Arvo, con un gesto comprensivo, lo entendió.

Luego, la discusión se centró en los extraños artefactos que Sumire y Jake tenían y que habían poblado sus sueños. Miradas desconcertadas se intercambiaban, preguntas no formuladas pendían en el aire mientras se acercaban para examinar los misteriosos objetos. Fue Touka quien pareció rozar la verdad con sus deducciones.

-Parecen... artefactos imbuidos de una magia poderosa. No tengo idea de quién podría haber depositado estos enigmas en sus manos ni por qué... pero da la sensación de que alguien desea protegerlos, o al menos asistirlos en algún modo.- Articuló Touka, deslizando su mano por su cabello mientras se recompone tras su examen minucioso de los objetos. Su voz, pese a la incertidumbre, traía un vestigio de esperanza, un rayo de luz en la densa oscuridad de su situación.

En medio de la tensión reinante, la voz de Gabriel irrumpió con un tono ineludible, como un trueno que se cuela entre la quietud de la noche.

-Sé qué contenía esa Iglesia. Sé qué buscaban allí y qué se llevaron- afirmó con una franqueza que reverberó en la sala. Se instaló un silencio espeso, una pausa en el tiempo durante la cual todas las miradas se volvieron hacia él. Aunque algunos presentes habían sospechado por su antiguo papel inquisitorial, para Arvo esta revelación era un golpe de realidad. Gabriel elevó su mirada, su semblante marcado por la seriedad y anunció - Aunque la Iglesia funcionaba como la fortaleza monasterio de la Inquisición en Nueva York, albergaba armas encantadas de diverso poder, bendecidas para enfrentar lo sobrenatural. Pero eso no era lo más formidable que guardaba en su seno.-

Soltó un suspiro cargado de presagios y continuó. -En la antigüedad, se forjó una espada de un poder tan colosal que se cernía a la par con lo divino, la Excalibur. Durante la Edad Media, de forma desconocida y por razones aún más misteriosas, esta espada se desintegró, fragmentándose en siete pedazos. Cada uno de estos fragmentos se convirtió en una espada diferente. La que se custodiaba en el templo es conocida como la 'Excalibur Bendita', o mejor dicho, la Excalibur del Exorcismo. Posee tal magnitud de poder que cualquier ritual mágico que utilice la magia sagrada se puede potenciar de manera desmedida. No puedo empezar a imaginar por qué alguien la desearía. Es un arma secreta de la Iglesia, utilizada en escasas y críticas ocasiones para contrarrestar las grandes calamidades que han flagelado la ciudad. Pero en manos equivocadas...-

La voz de Gabriel se desvaneció, dejando un vacío lleno de preguntas sin respuesta. La posibilidad de lo que podría suceder si tal arma cayera en manos erróneas dejó en el aire una sombra de inquietud que amenazaba con engullirlos a todos.

Agradecí sonriente el apoyo de Sumire y escuché hablar a Gabriel sobre el artefacto robado,-con más razón comenzar su búsqueda cuanto antes, debe haber registros de semejante artefacto si es tan poderoso-redoblé mis esfuerzos por tratar de infundir valor a mi maestro.
-No dejes que la pena ni el miedo te dominen Gabriel-hable decidido, tanto que mis ojos dorados brillaron de determinación,-incluso podemos dividirnos-sugerí -y mientras un grupo busca aliados contra nuestros enemigos, otro puede buscar el artefacto.

Con el humo del vapeador disipándose a su alrededor, Arvo atendió a las respuestas y aclaraciones subsiguientes. Le resultó un tanto curiosa la revelación de los sueños de Jake y Sumire ya que, por mucho que Touka intentara aportar luz sobre ellos, a Arvo le generaban desconfianza.

—Desconfía de los regalos llegados de los sueños —apuntó el joven cazador —. Suelen ser armas de doble filo.. y los favoritos de las hadas. Aconsejo precaución—arrugó la nariz al mencionarlo. No le gustaba ser agorero, pero había aprendido a ser cauto con lo que uno sueña. Luego recordó su condición de inexperto, se arrugó un poco internamente, pero se recriminó pretender saber mas que cazadores más experimentados.

Las hipótesis propuestas por Sumire se ganaron un leve asentimiento por parte de Arvo, esa posibilidad también era factible. La verdad es que cualquiera lo era, y ponerse a lanzar ideas no iba a resolver el misterio. Cuando Sumine sugirió ir a ver uno de sus contactos, Arvo volvió a asentir.

—Es un buen primer paso —​​​​​​dijo devolviéndole la mirada reconociendo su iniciativa.

Pero antes de cualquier avance más, Gabriel aportó un grano no, una playa entera de granos, para resolver el misterio. Excalibur, algo que hasta no hace mucho Arvo hubiera creído un mito, era real, aunque viendo el mundo en el que de estaba adentrando no debía sorprenderle. La mirada que el viejo cazador le dirigió hizo que se removiera un poco, Arvo era muy perceptivo y Gabriel no era un tipo poco evocador precisamente.

—¿Y qué hay de los otros fragmentos? —aventuró —. ¿Están a buen recaudo? ¿Están perdidos? Quizá sabiendo eso tengamos más pistas —no es que fuera la mejor línea de investigación, pero ante la falta de rumbo claro.. aunque Jake intervino sugiriendo un plan de acción. Arvo vapeó fe nuevo antes de responder, el aroma a hierbabuena volvió a rodearle.

—Hasta no saber quién está implicado en este robo, será mejor ser cauto con esos potenciales aliados —comentó, pero sin querer parecer un gruñón añadió mirando a Jake —. Pero sin duda, si la situación es tan grave, los necesitaremos. Puedo ayudar en la investigación, pero la última palabra la tienen nuestros mayores —al mencionar esto dirigió la mirada a los cazadores más veteranos, ya que probablemente ellos podrían aportar la experiencia en una situación como esa.

Asentí ante las palabras de Touka. Recordando el sueño y todas las sensaciones que se habían mezclado en mi interior a medida que avanzaba las palabras de la mujer tomaban sentido. Yo misma había notado una energía tranquilizadora proveniente del brazalete mientras lo llevaba.

- Creo lo mismo, parece como si alguien quisiera ayudarnos - acaricié la joya y miré tranquilamente a Arvo desestimando con un gesto su desconfianza - no con estos, no sé cómo explicarlo, pero no suponen ningún peligro.

Miré entonces a Gabriel, quien había tomado la palabra, al menos sabían qué era lo que se habían llevado. Al escuchar la historia que contó el cazador me recorrió un escalofrío. Teniendo en cuenta el poder de aquella espada no me podía imaginar para qué alguien con una tecnología como esos misteriosos enemigos podrían usarla. No quería ni imaginármelo.

- La pregunta sobre el resto de fragmentos también me interesa, si lo que se han llevado es uno de los fragmentos es muy posible que vayan tras el resto de ellos - comencé a jugar nerviosa con el brazalete, el problema ante el que nos encontrábamos era mucho más de lo que había esperado - si su objetivo es conseguir los fragmentos, me preocupa la forma en la que se llevaron la espada, tan destructiva y llamativa. Montar todo ese espectáculo de fuego y destrucción podría poner en alerta a los dueños de los fragmentos, estén donde estén, o alguien podría descubrir sus intenciones e intentar impedirlo. ¿No hubiera sido mejor no llamar tanto la atención antes de conseguir al menos la mayoría de las espadas? ¿No será que tienen ya en su poder más de uno de esos fragmentos?

Gabriel escuchó con atención las palabras de Jake, su gesto afirmativo denotando el acuerdo con sus ideas.

-Es una estrategia lógica- asintió Gabriel, su voz teñida de la seriedad propia de un hombre acostumbrado a navegar en aguas turbulentas. -Somos un grupo suficientemente grande para dividirnos y cubrir más terreno. No obstante, ocho es un número propicio, nos permite crear dos equipos equilibrados. No deberíamos fraccionarnos más. Un grupo más pequeño podría verse en aprietos si quienquiera que esté tras esto nos encuentra.-

El cuidado y la preocupación en la mirada de Gabriel revelaban una verdad inquietante: la magnitud del ataque les había tomado por sorpresa y no podían permitirse subestimar a su enemigo. Había una sombra de advertencia en sus palabras, una alusión a los riesgos letales que corrían si se precipitaban hacia el epicentro de este ataque.

Cuando Arvo inquirió acerca de los fragmentos, Gabriel respondió con la certeza de un cazador de brujas veterano. -Todos los fragmentos están resguardados por la Inquisición, dispersos por el mundo entero. Con el reciente colapso de su monasterio -noticia que ha alcanzado los titulares- deben estar planeando sus próximos pasos. No hemos intervenido en sus asuntos como cazadores de brujas, pero si alguien anda tras los fragmentos, las implicaciones podrían ser enormes. Y más si consideramos que nuestros adversarios poseen tecnología y recursos de avanzada. Podrían ser una facción del propio gobierno, lo cual nos coloca en una situación extremadamente peligrosa.- Su voz se tornó más grave, la gravedad del asunto dibujándose claramente en su rostro.

Fijó su mirada en Sumire, anticipándose a su pregunta. -No puedo asegurar cuántos fragmentos tienen en su poder. Esa es información privada de la Inquisición. Pero la audacia del ataque es una señal, un mensaje dirigido no solo a la Inquisición sino también a todos aquellos que sabían de su presencia en aquel lugar.- Su explicación, al igual que su mirada, era clara y precisa, buscando proporcionar a sus compañeros toda la información y orientación que pudiera en estos tiempos inciertos.