Partida Rol por web

-Es cierto, Thánatos -dijo el dios de la guerra, con total tranquilidad-. Mi revelación no es precisa, pues establece que el dios con esa capacidad está entre los nueve mencionados. Nueve entre los cuáles podría haber uno o varios conjurados, aunque también cabría la posibilidad de que todos ellos fueran inocentes. ¿Que por qué he querido revelar que el dios al que me refiero está entre uno de ellos? Muy sencillo: a la larga, cualquiera puede mentir y querer abjudicarse ese mérito para salvar el pellejo. Pero no. El dios con esa capacidad sólo puede ser uno de los nueve.

Entonces la expresión de Ares cambió al dirigirse a Himeneo, furibundo. Aquel chiquillo le parecía realmente contradictorio. Desde que había acudido al Olimpo, a sus ojos, no dejaba de mentir, contradecirse y buscar el caos entre los otros dioses. Por no mencionar aquella actitud inocentona que el dios de la guerra no aguantaba.

-¡Vamos a ver, pequeñín! Que lo que dices no tiene ningún sentido. Ahora dices que votaste a Eros como advertencia, a pesar de que ya dejaste claro que lo considerabas inocente. Por no mencionar lo estúpido que resulta que le pidas que no votéis juntos cuando lo más normal, a la larga, es que vuestros votos coincidan cuando haya un sospechoso claro. Sería tan ridículo como si yo ahora le dijera a Afrodita -El dios de la guerra bajó ligeramente el tono e hizo como si susurrara al oído de la hermosa diosa-, "vamos a votar separados, no sea que alguien se piense que somos aliados por ser amantes". Himeneo, chiquillo, que tus argumentaciones no tienen ningún sentido, y creo que sólo lo haces por dos motivos: el primero, para volver locos a los dioses; el segundo, que es el que creo, se debe a que eres un maldito traidor y sólo quieres pasar desapercibido, hablando mucho pero sin decir nada que ayude.

-Además, dices que querías evitar una votación en masa en contra de Asclepio porque los conjuradores le podrían votar sin ser descubiertos, que, según tú, es lo que ha pasado. Si hubieras cambiado tu voto a Asclepio por un voto a Hera, hubieras producido un empate, ya que yo aún no había cambiado mi voto. Tu voto, pequeño, habría tenido mucho sentido. En vez de eso, mantuviste tu voto en Eros, pese a saber que no ayudaría a nadie. ¡Pero habla claro! Si los conjurados votaron en masa a Asclepio, estás acusando directamente a Démeter, Helios, Ártemis, Thánatos y Atenea, excluyendo, claro, a tu hermano Eros, al que consideras inocente y a mí, que según tú sería inocente durante todo el Día. Según tú, esos cinco serían los traidores, pero es ridículo pensar que todos los conjurados vayan a votar al mismo, sobre todo porque los votos serán fundamentales a la hora de que analicemos posibles alianzas.

-A mí se me ocurre una posibilidad mucho más probable: los traidores sólo concentrarían sus votos en caso de que uno de los suyos esté comenzando a ser votado en masa. Que cada cuál lo interprete como quiera. Para mí, está claro que los conjurados separaron sus votos, pues no serían tan idiotas de concentrarlos en un mismo dios, por muy pobre que la defensa de este hubiera sido. Sé que aún es pronto para analizar nada porque no disponemos de dato alguno, al margen de mi inocencia, pero tengamos como prueba los votos que se han producido en el día de hoy:

• Apolo: Pan, Hebe, Selene
• Asclepio: Eros, Atenea, Thanatos, Artemis, Helios, Démeter, Ares
• Pan: Afrodita,
• Eros: Himeneo
• Hera: Hefesto, Dioniso, Apolo, Hermes, Asclepio
• Démeter: Perséfone, Hestia, Ganímedes
• Heracles: Eris,
• Perséfone: Heracles
• Atenea: Iris, Hera

Si alguien quiere empezar a hacer elucubraciones, adelante.

Ganímedes se sintió sumamente incómodo ante las palabras de Eris.

-Mi señora... ¿Cómo podéis decirme que tranquilice al resto cuando vuestro único objetivo hasta ahora ha sido encender los ánimos hasta poco menos que la agresión? Vos sois una divinidad y yo sólo un mero mortal pero me siento en la obligación de deciros que seáis vos la que se tranquilice pues tal parece que os regodeáis ante la guerra divina que está a punto de estallar.

Por su parte, el efebo respondió de buena gana al brindis que Dionisos y Pan le proponían. Al fin y al cabo, estaba cómodo con ellos y se honraba en que le hubieran incluido en este gesto. Poco después captó el guiño que le dirigió Hebe y enrojeció hasta el nacimiento de los cabellos.

-... pues yo seré tu vino. - Respondió a sus palabras tímidamente.- Curioso que lo citéis, creo que son unos votos de matrimonio muy muy antiguos, seguro que Hímeneo los conoce bien. -Le dice mientras continuaba ayudando a Hestia a recoger la mesa. Tendiéndole las copas que le demandaban.

Por último escuchó la larga reflexión de Ares y asintió.

-Mi señor, estoy de acuerdo con vuestras palabras. Es sumamente improbable que los traidores hayan votado juntos hoy. Y, salvo habilidades divinas, no tenemos más pistas que las propias votaciones así como la elección de los traidores a la hora de atacar a otras divinidades. Por ahora es pronto, pero el amanecer no tardará en llegar y debemos estar preparados.- Reflexiona casi como para sí mismo.

- Opino igual que Ganimedes - Selene se sentó junto a los que estaban disfrutando de los placeres del vino y la comida que ofrecía la mesa - los conjuradores no querrán llamar la atención del resto, no a menos que sea necesario. Creo que tendremos que esperar un poco más para ver qué movimientos se hacen. Aún es pronto, aunque algunas de las teorías que se han hablado resultan sumamente interesantes. Por otro lado...

Su mirada se quedó mirando hacia donde había desaparecido la barca de Caronte y después, al cielo. Preferiría estar recorriendo el cielo nocturno en vez de estar allí. Por un segundo, la luna que lucía en su cabeza parpadeó nostálgica. 

- Por otro lado, Asclepio, bueno no creo que fuera un conjurador, o al menos no lo parecía. Su voto a sí mismo parecía más una forma de demostrar que no quería ir en contra de nadie o una forma de demostrar su inocencia. Sin embargo, quien sabe, en cuanto vio que estaba a punto de ser lanzado al Tártaro cambió rápidamente su voto para salvarse, lo cual resulta sospechoso - se recostó ligeramente en su asiento - ahora, tal vez deberíamos dormir un poco, el amanecer estará aquí pronto.

Ares, Ares... ¿Siempre eres tan fastidioso? Estoy tratando de descansar pero veo que te empeñas en acusarme.

Creó que eres inocente, pero te esfuerzas mucho por señalarme, ¿alguj motivo en específico? ¿O sólo quieres molestarme?

Voy a zanjar el asunto...

Primero, en ningún momento me he estado haciendo el inocente ni contradiciendo a mi mismo.

Como podras recordar, cuando vote por Eros le dije claramente que cambiaría mi voto cuando el cambiará el suyo. Todo como una advertencia para evitar lo que sucedió. Al final no tuve tiempo a reaccionar y eso fue todo lo que paso.

Segundo, deja de buscarle segundo sentido a todo lo que digo, es realmente molesto, lo que sucedió con Asclepsio fue una oportunidad para los conjurados para votar tranquilamente sin levantar sospecha, si la aprovecharon o no es algo que desconozco, quien te puede decir que no había un conjurado entre los que votaron por Asclepsio y Hera.

Por último... ¿Te estas escuchando a ti mismo o tantas batallas te han dejado sin cerebro? ¿En que momento declare yo la inocencia de Eros? No conozco a mi hermano lo suficiente como para dar un veredicto de inocencia, aqui, para mi todos tienen la misma posibilidad de ser inocentes o culpables, sin importar los lazos familiares o el pasado. Ademas, quiero evitar votar en pareja pues todos tienen su propio criterio, Eros entendio lo que quize decir, en cambio tu, cabeza dura no pareces entender nada. Es obvio que algún momento votaremos por la misma persona, y cuando eso ocurra no voy a cambiar mi voto por que Eros voto por la misma persona, su voto y el mio son individuales. Si quieres votar por quien te dicte madre, ya tu.

Por cierto, en caso de que me pase algo esta noche, no creó que deban votar por Ares directamente, es un pensamiento muy simple. Imaginen que son Conjurados y ven a Ares y a mi discutiendo, entonces deciden enviarme junto con Poseidon y así todo el mundo pensara que fue culpa de Ares, no sean ingenuos, piensen más allá se las acciones que cada uno comete aquí adentro.

   Las dulces e insuperables notas producidas por mi lira comenzaban a sonar cuando mi melliza me habló. -No te recrimino por el destino Coronis, Artemis, lo hago por tu voto hacia su hijo, mi hijo. Sonreí con tristeza. -Y cuando te disculpes, él sin duda te perdonará.

   El intercambio de palabras duró poco pues pronto fuimos interrumpidos por el dios de la vendimia. -Nuevamente rechazaré tu copa, Dionisos. Dije con firmeza. -No estoy de ánimos para unirme a tu bacanal.

   Seguí tañendo las cuerdas hasta que la diosa del hogar invitó al sátiro a unirse. -Por ti, respetada Hestia, a quien deben brindarse honores antes incluso que al gran Zeus, aceptaré tocar menguadamente para no dejar atrás a Pan, si es que este decide volver a intentarlo. Aunque tal vez le baste con una sola derrota..

Afrodita se encogió de hombros ante las palabras de Hefesto quitándole importancia, más bien poco le importaban las acusaciones que tuviera su cojo esposo contra ella.

El sueño vencía y la oscuridad de la noche caía sobre ellos, sus párpados pesaban por el cansancio a pesar de estar rodeada de posiblemente varios traidores que quisieran desterrarla. Bostezó, tapándose los labios con una mano mientras se recostaba al lado de Ares, apoyando la cabeza en sus brazos a modo de almohada improvisada y escuchando la melódica música de Apolo.

Mañana lo verían todo con más claridad, o el mar de dudas que era el Olimpo sucumbiría al caos inicial. Sólo quedaba esperar.