Querido Diario.
Sabes que soy una persona muy feliz. Estoy bendecida por excelentes compañeras, una ejemplar familia y una hermosa vida pueblerina que me deleita y me encanta. Podría arriesgarme a decir que no hay persona más feliz que yo... hasta que sucedió aquel fatídico incidente en el cual una de mis compañeras mató a otra por amor. Es la primera vez que siento que al aura de felicidad y armonía que me rodea... se rompieron.
Me estoy comenzando a sentir triste.
Querido Diario.
Mis compañeras siguen muriendo y la verdad es que no siento que haya una luz al final del tunel. Todo es tan tétrico y triste, solo me dan ganas de llorar. Cada perdida es como un puñal en la espalda, pues cada una de mis compañeras es casi familia para mi. Las adoro con todo mi corazón.
Y aún así, no he sido capaz de salvar a nadie. Ahora somos solo 8.