Partida Rol por web

Aquel grupo fue encerrado en aquella Sala de Torturas y para asegurarse que nadie saliera del lugar, cerraron y bloquearon la única entrada que tenían disponible, o al menos lo más disponible que tenían, pues tenían que saltar casi tres metros para acceder al techo de aquella Sala de torturas.

Por lo demás, ahí estaban todas ellas... esperando... cada una en una esquina distinta de la habitación, y cada una mostrando o tratando de ocultar algo que se habían traído consigo de su propia habitación. Algunos era más evidentes como era el caso del traje de buzo de Masshiku Akakyosha y otros... bueno... ya lo verían si les daba tiempo.

    ¡¿  que ?! - les respondería a mis compañeras que se me quedaran viendo el asunto del traje - Page lo suficiente por el, y lo suficiente como para que no se considerara una estafa.... mínimo si van a ser mis ultimas horas, que mejor que vivirlo como se debe.... - para terminar de asegurar la escafandra.

   [como un alma perdida en el abismo ] - palabras que se escuchaban distorsionadas por el grosor del casco, para entonces caminar al lado opuesto de la puerta, sentarme con el arpón apuntando hacia la puerta y no moverme de allí mas - [ Alguien entrara.... y alguien recibirá su piquete...]

 

Me siénto en una esquina y saco mi libro, estoy encerrada y se que probablemente muera, aunque esperaba tener mas miedo, pero no es el caso realmente, el comentario de Masshiku me saca una sonrisa, bueno cada una vivirá sus últimos momentos como le de la gana al parecer. 

"Lo que mas extrañare serán mis caniches" Les comento a mis compañeras "Espero que mis padres cuiden bien de ellos"

Abro el libro y comienzo a buscar en que página quede. 

"Espero que Hanako-chan sobreviva"

Todo planeado, ¿no? Encerrados con la tipa del arpón, la bruja y el demonio. No me gustaba nada esto, para nada. Pokochun me hacía señas, el momento había llegado. Me acerco un poco a hablar con Massiku-chan.

-Oye, Masssiku, tengo algo de miedo, aquí... algunas no me gustan y están embrujadas, en algunas cosas ni siquiera sé si tú lo estás, pero me parece que si que puedes comprenderme. ¿Quieres ayudarme y ser mi amiga?

Pongo ojitos de corderito degollado. No había podido pedírselo a Kirino, pero ella me valdría.

   

   Llevaría un rato en aquella posición, dormitando de vez en cuando, mas que nada por que necesitaba guardar todas mis energías si algún mal externo se pasaba por aquí a intentar finiquitar con nuestras vidas 

   [ Hmmmmmmmmmmmmm ] - se producía un ligero movimiento en la escafandra mientras miraba hacia Kyoko y su ligera cercanía - [¿ a que te refieres... con embrujadas ?] - preguntaría, solo para luego oirle algo sobre la amistad, cosa que me hizo volver a ver hacia la puerta - [ Hmmmmmmmmmm.... ]  - volvería a dejar escapar ese leve zumbido, dejando pasar unos segundos de silencio mientras pensaba - [ No tengo nada mas que hacer... asi que acepto, ¿ que es lo que necesitas ? ]

Sonrío, mientras miro a Ryo - Simplemente, acabar con el mal, llevan demasiado tiempo vivos los monstruos - Se dirigió hacia la bruja. Esta vez estaba preparada.

- Es hora de acabar con los engendros malignos. Por tu culpa murió Meguri, Ryo, se supone que protegía este lugar de los demonios, pero como consecuencia de tu hechizo kokoro la asesinó pensando que te lo hacía a ti. Es hora de que paguéis.

Antes de que pueda defenderse la clava la espada en todo el pecho, con la intención de además robar sus poderes. Cumplió con su deber como magical girl.

- Mira, Pokochun, como acabo con las indignas. Sólo mis amigas y yo tendremos a Dai-kun, no nadie que lo profane. los que no matemos nosotras lo hará él jejeje.

   [Hmmmmmmmmm ] - mirando en un inicio hacia Kyoko que comenzaba a profesar aquellas serias palabras, solo para mirar una vez mas mi arpón y luego al resto de las chicas que no se hubieran involucrado - [ Quien intente algo contra ella... será la primera en recibir el piquete...] - y apuntar a la susodicha bruja, aunque en un ángulo cercano a su vientre  - [No me agrada la gente que manipula...] - para apretar el gatillo y perforar a Ryo antes de que pudiera darle una respuesta a Kyoko.

Ryo entro en la sala de tortura sin oponer mayor resistencia, moviendo su cabello indignada por encontrase en esa situación, soltando un suspiro la chica volteo a mirar a alas demás que parecían estar igual de indignadas -No se que piensen ustedes pero yo creo que todas vamos a morir, nos mandaron a todas aquí sin pruebas, un grupo de mediocres, por eso debí ser yo quien dirigiera las votaciones- Antes de poder seguir discutiendo Ryo se dio la vuelta alarmada por los gritos que daba aquella chica rubia cuando decidió apuñalarla -Sabía que eras una de esas psicópatas que buscaban cumplir su enfermiza obsesión.

Molesta la chica pateo las piernas de Kyoko derribándola al suelo ahí sujeto el filo de la espada con una mano para evitar que siguiera lastimándola, mientras las gotas de sangre caían de su herida, mientras la sangre llenaba el suelo de la habitación Ryo busco entre su ropa sacando un Ttaser, esperando que la sangre llegara a los pies de las demás activo el dispositivo impactando la potente descarga eléctrica usando su sangre como conductor para golpear a todas las presentes -Ustedes pueden intentar matarme pero yo las voy a llevar conmigo.

Viendo que la violencia empezaba a desatarse, Mizuki Fujimori se acercó a Kyoko Kanzaki y de la manga cayó una navaja a su mano que usó para apuñalar el cuello de la muchacha que estaba atacando a Ryo Toranosuke; en el pasado la había amenazado con esa misma navaja, que ahora esta muriera por ella... sería un claro ejemplo del "Arma de Chéjov".

Aquella estancia estaba cubierta de sangre, aunque principalmente fuera de la recién cortada, apuñalada y empalada Ryo Toranosuke, esta se mezcló rapidamente con la sangre de Kyoko Kanzaki y con el pis de la anterior chica que había sido encerrada en el lugar haciendo una mezcla un tanto explosiva... o mejor dicho, electrizante.

Cuando Ryo Toranosuke dejó caer aquel táser al máximo a aquella mezcla de sangre y orina, todas las chicas que se encontraban en el suelo sintieron el mayor chispazo de sus vidas, como su piel lentamente se ennegrecía y sus ojos se quedaban en blanco mientras gritaban hasta que los músculos de su garganta se contrajeron y de sus bocas tan solo salió un humillo...

Al menos así fue como murieron Kyoko Kanzaki y Mizuki Fujimori.

A diferencia de aquellas dos chicas que murieron por encontrarse cerca del charco de sangre y orina que se hubo electrificado, el cuerpo de Masshiku Akakyosha permanecía firme mirando hacia ellas, o al menos eso es lo que en un primer lugar parecía, observando como estas dos muchachas eran electrocutadas y la otra moría desangrándose por el corte de espada y del arponazo.

Hasta que se escuchó un "PoP" y el interior del traje se manchó de sangre. Al parecer llevar un traje metálico que era conductor de la electricidad, lo convirtió en una especie de microondas, y todos sabemos lo que pasa cuando pones un Hamster en el microondas, pues en esta ocasión el Hamster era Masshiku Akakyosha.

Quizás lo mejor que una chica podía hacer, en esos casos, era distanciarse de la violencia; algo que había hecho Sukihara Kokoro junto con su libro; incluso cuando aquel combate empezó esta se quedó leyendo, lanzando alguna que otra mirada preocupada por lo que estaba sucediendo en su alrededor.

Aún con su libro a la altura del pecho, esta se mantuvo firme en su sitio, alejada de la sangre, de la orina, y de todos los problemas que habían en el lugar, hasta que con el "PoP" de de Masshiku Akakyosha, esta comprendío que quizás tratar de aislarse y distraerse de la realidad no era recomendable... en particular si estaban matándose entre ellas con armas peligrosas.

Por desgracia lo comprendió demasiado tarde, puesto que el traje de buzo colapsó sobre sí mismo haciendo que otro de los arpones que tenía saliera disparado en su lugar, impidiendo que la muchacha pasara de página, puesto que había logrado perforar su libro... al parecer no iba a lograr saber cuál era el final de lo que estaba leyendo, pero sí de cual era su final.

Ah... y si alguien se preguntaba si Ryo Toranosuke estaba bien teniendo un corte en el pecho y estando clavada en una pared a causa de un arponazo, la respuesta es que su muerte era lenta y agonizante a medida que perdía sangre y notaba como sus entrañas se partían y desgarraban por el peso de su propio cuerpo y el virote clavado firmemente en la pared.

Así que, no... todas ellas habían terminado por llegar al mismo destino... y sin salir del lugar.