La tomó de la mano, y la sacó del baile tirando de ella, como si de un carro, tirado por una yunta de bueyes se tratase. Fue directo al conde, y no tenía duda de que si se lo pediría, tendría una respuesta. No sabía si afirmativa o no, pero seguro le respondía.
- Con su permiso Conde. Una genuflexión masculina, de cabeza, acompañó a su mano izquierda sobre el pecho, con todos los dedos juntos, y luego ya, como Lady Ealasaid terminó de situarse a su lado por si impetuoso tirar, se puso en una posición más normal. Le dio vergüenza que vieran que traía a la mujer de la mano, y casi juntos, hombro con hombro, la medio soltó. - Quería pedirle permiso .... carraspeó. Aún le restaba sofoco de lo que acababa de hacer. - ... quería pedirle permiso para que Lady Cunningham de Idmiston pudiera visitar mis tierras y dispusiera permiso para ella de venir cuando desease, permanecer allí cuanto estimara y.... Había algo más que decirle, pero, no tenía especialmente claro que es lo que tenía que añadir. Quedaba la puerta abierta a que ella añadiera lo que estimase menester.
Mientras su mente daba vueltas una idea le apareció en la cabeza: - Se va a reir de nosotros por lo que resta de año.
Llegas tarde al castillo de Windsor después de que un fraile borracho te insulte, es allí donde comienzas a ver la ceremonia de investidura, en ese preciso momento dejarás atrás tu vida de escudero para ser nombrado caballero
-Bermant, adelantaos y arrodillaos ante el trono -dice el conde Roderick
Un sirviente coloca cerca la espada, la armadura, el escudo y las espuelas.
-Que todos los hombres sepan que yo, el conde Roderick de Salisbury he decidido elevar a Bermant en virtud de su honor, lealtad, valor y habilidad con las armas, al alto rango de caballero. Bermant, ¿juráis y reconocéis a Roderick de Salisbury como vuestro verdadero y legítimo señor feudal?
Aquel gesto, aquella conducta de sacarla del baile de aquella forma la tomaron totalmente de improvisto. Sus mejillas se sonrojaron aún más e incluso aunque sabía que debía decir algo no sabía bien cómo reaccionar o qué hacer.
Al verse frente al Conde, temió primero por lo peor pues él ya había dado su opinión sobre los posibles candidatos a desposarla. Pero, afortunadamente, simplemente solicitó que visitara sus tierras en algún momento. Seguramente el conde ni pondría más pega que el que debiera llegar alguna escolta o parte de las sirvientas de la familia e incluso quizás, alguno de nuestros caballeros o guardias.
Miró al Conde y después a Sir Llywelyn, pues aquello la había pillado por sorpresa y tras su reverencia al Conde no pudo levantar la cabeza a consecuencia de su timidez.
El conde escucha las palabras de Sir Llywelyn, sorprendiéndoles después de la charla que había tenido con la joven instantes antes.
-Si Lady Ealasaid así lo desea no habría problema siempre que vaya acompañada, no queremos que comiencen a circular rumores sobre la virtud de la joven
Bermant caminó al feudo de Sir Roderick, llegaba tarde y allí vio a un fraile borracho que lo insultó. Viendo el estado del fraile y que era un hombre de Dios lo ignoró entrando en la sala donde se celebraría la ceremonia. Allí vio al señor de la casa... Bermant iba preparado para la ascensión se acercó cuando el señor feudal así lo llamó cumpliendo con su normativa, como le habían enseñado, y se arrodilló ante el señor feudal prestándole juramento de fidelidad: - Yo Bermant de la casa Oswalt de Broughton, juro fidelidad al señor feudal de estas tierras, el Conde Roderick, jurándole lealtad y reconociéndolo como único señor feudal de estas tierras de Salisbury.
El conde Roderick se levanta y se acerca a ti
-Repetid conmigo: Yo, Bermant, juro solemenmente y prometo mi espada a Sir Roderick de Salisbury, mi señor feudal, para defenderle y obedecerle hasta que abandone sus tierras o la muerte me lleve, y mantener el honor de la caballería.
Sir Roderick espera que repitas las palabras antes de proseguir:
-Y yo, por mi parte, juro defender y honrar a Bermant como se merece un verdadero caballero- recibe la espada y te toca ligeramente en ambos hombros con ella-. Te nombro sir Bermant. Recibe ahora tus espuelas -te las entrega- tu derecho a armas apropiadas -te da el escudo-, y toma esta, mi espada -te ciñe la espada- a tu lado, para servirme y defenderme bien. Levantaos, sir Caballero.
Tanto el conde como los demás caballeros te acompañan afuera, donde esperan que completes el ritual del salto, que consiste en saltar en tu caballo con armadura y espada, muy pocas personas lo consiguen, pero sigue siendo una tradición, hay quien dice que al reírse de ti genera la primera unión de hermandad.
Tira DES modificador +10
Bermant repitió las palabras que le había dicho el Conde con él, y que antes había memorizado y le habían enseñado los pasos a seguir para ser nombrado caballero. - Yo, Bermant, juro solemnemente y prometo mi espada a Sir Roderick de Salisbury, mi señor feudal, para defenderle y obedecerle hasta que abandone sus tierras o la muerte me lleve, y mantener el honor de la caballería.
Bermant según le habían enseñado en la ceremonia, recoge y pone todos los objetos que le da el señor Feudal en sus respectivos sitios que corresponden.
Después sale fuera con el Conde y los demás caballeros para completar la ceremonia, debiendo de saltar sobre su destrero con su armadura y armas. Bermant está algo nervioso pero se encuentra confiado en sí mismo, y que si ha conseguido llegar a ser caballero por sus propios medios, también puede conseguir los que otros fallaron. Aquella prueba le hace a Bermant querer ser mejor caballero, y querer completarla ahora y sino practicarla hasta que pueda hacerla con la misma facilidad que cuando se sienta en la mesa a comer.
Motivo: Des
Tirada: 1d20
Dificultad: 13-
Resultado: 8(+10)=18 (Fracaso) [8]
Bermant, ahora nombrado Sir Bermant, sale junto a sus compañeros de armas para el último paso, el ritual del salto. Por mucho empeño que le pone el salto no le sale bien, no es nada fácil saltar con la armadura que lo desestabiliza y no consigue subirse a lomos de su caballo.
Un joven de unos quince años se le acerca
-Buenas tardes Sir, mi nombre es Mark, seré a partir de ahora su escudero
Ya puedes escribir en la otra escena
No supera la prueba... Bermant es incapaz de subir con su armadura y armas, y como tantos otros todo queda en un salto corto acabando con sus pies en tierra. Ahora ascendido a caballero consigue ver por el rabillo del ojo como un joven se le acerca y le habla... Se pone a su disposición para ser su escudero... Bermant lo evalúa mirando su complexión y estatura... Después asiente viendo que ha sido cosa de su señor, el Conde Roderick, y le responde. - Bien tienes a tu disposición un rocín con silla de montar espuelas y riendas. También tienes a tu disposición a otro rocín para que lo monte un siervo y lleve otro siervo a la acémila, deberás de cerciorarte que todo mi equipo y armas estén bien distribuidos. Excepto mi espada y escudo que siempre llevaré conmigo como mi lanza.
Con una sonrisa en la boca, de lado a lado, y más feliz de lo que imaginaba, añadió: - Yo mismo puedo ser su escolta ... Y realizando la señal de la cruz sobre sus labios prosigió: - ... pero sobre la virtud de la dama ya me encargaré yo de salvaguardarla .... Y una maquiavélica. - ... se lo prometo. Incluso si pudiera haber problema alguno, me desposaría si vos dierais el permiso... Se hizo un poco el tonto, ya que ella misma le había comentado que su custodia había caido en manos de Sir Roderick. - ... y en cuanto ella lo estime y yo sepa a quién pedirle su mano, estaría gustoso que nos uniéramos en Santo Matrimonio.
Los ojos de Ealasaid se abrieron como platos ante las palabras de Sir Llywelyn y miró con cierto temor al Conde Roderick.
- Mis señores... Para mi sería un honor visitar los dominios de Sir Llywelyn ap Gryddyd de Shrewton, especialmente si puedo llevar a mi servicio para así considerarlo una visita de cortesía...
¿Tenía miedo? Por supuesto, ella no se esperaba todo aquello. Quizás seguía siendo demasiado inocente y el Conde lo sabía, pues la había conocido desde niña al ser amigo de su padre.
Llegas tarde al castillo de Windsor después de que un fraile borracho te insulte, es allí donde comienzas a ver la ceremonia de investidura, en ese preciso momento dejarás atrás tu vida de escudero para ser nombrado caballero
-Caderyn, adelantaos y arrodillaos ante el trono -dice el conde Roderick
Un sirviente coloca cerca la espada, la armadura, el escudo y las espuelas.
-Que todos los hombres sepan que yo, el conde Roderick de Salisbury he decidido elevar a Caderyn en virtud de su honor, lealtad, valor y habilidad con las armas, al alto rango de caballero. Caderyn, ¿juráis y reconocéis a Roderick de Salisbury como vuestro verdadero y legítimo señor feudal?
-Sir Llywelyn, está mal visto que una joven visite a solas a un hombre, no consentiré que Lady Ealasaid sea puesta entredicha por su culpa, no haga que me arrepienta por dejar que lo visite, irá con otras damas y guardia personal. Sobre el tema de desposarla, he anunciado que este año nadie se casará con ella, si el año próximo ella está dispuesta a casarse con vos lo discutiremos en su momento
Asintió feliz. Sabía que era una puerta abierta poder, si no una relación, si al menos una amistad. - Será un honor que tanto sus damas como su escolta visiten las tierras del Señorío de Shrewton mi Señor. Quedó a cosa zanjada se empezó a retirar con una genuflexión masculina y quitándose de la vista del Conde. Ya había "estorbado" lo suficiente. Además, estaba claro; tensar la cuerda más de lo hecho, que podría haber sido tomado como una descortesía por lo brusco y precipitado, sería contraproducente. Ni tampoco deseaba perturbar ni presionar a una mujer, que si no, ahora mismo se había portado muy bien con él, y no era su intención "espantarla" por brusco o pesado. - My Lady, ¿Desea seguir bailando?
Parecía que la cosa se había calmado, que las palabras no habían llegado a herir y que al final todo había quedado solucionado de una forma cortés.
- Gracias Conde.
Hizo una reverencia femenina elegante y cuidada, acorde a la posición de ante quien se encontraba pues aunque ella estaba bajo su cuidado y tenía confianza con él, sabía hasta donde podía llegar.
Miró a Sir Llywelyn e hizo una sencilla reverencia con la cabeza.
- Regresemos al baile, si. Es mejor evitar rumores y habladurías.
A pesar de los inconvenientes y los percances, nada podía empañar el entusiasmo que sentía Caderyn por el hecho de ser nombrado caballero. Claro, aquello venía a expensas del glorioso fallecimiento de su padre, así que tampoco pudo evitar sentir un tanto de tristeza y melancolía por aquel hecho. Sin embargo, se prometió a sí mismo y a su familia el llenar sus zapatos de la mejor manera posible, y que intentaría levantar a Tisbury de la ruina en la que estaba ahora mismo.
El escudero se pertrechó con la ayuda de uno de los sirvientes, y entonces con toda la rapidez que le permitía la armadura, avanzó hasta el gran salón del Conde Roderick. Cuando el noble lo llamó, Caderyn avanzó con pasos decididos hasta quedar frente a él, y después puso una rodilla en tierra.
— Lo juro, mi señor —respondió él con vehemencia—. Mi lealtad, mi espada y mi servicio son vuestros ahora y siempre, así lo juro ante Dios y ante vos.
El conde Roderick se levanta y se acerca a ti
-Repetid conmigo: Yo, Caderyn, juro solemenmente y prometo mi espada a Sir Roderick de Salisbury, mi señor feudal, para defenderle y obedecerle hasta que abandone sus tierras o la muerte me lleve, y mantener el honor de la caballería.
Sir Roderick espera que repitas las palabras antes de proseguir:
-Y yo, por mi parte, juro defender y honrar a Caderyn como se merece un verdadero caballero- recibe la espada y te toca ligeramente en ambos hombros con ella-. Te nombro sir Caderyn. Recibe ahora tus espuelas -te las entrega- tu derecho a armas apropiadas -te da el escudo-, y toma esta, mi espada -te ciñe la espada- a tu lado, para servirme y defenderme bien. Levantaos, sir Caballero.
Tanto el conde como los demás caballeros te acompañan afuera, donde esperan que completes el ritual del salto, que consiste en saltar en tu caballo con armadura y espada, muy pocas personas lo consiguen, pero sigue siendo una tradición, hay quien dice que al reírse de ti genera la primera unión de hermandad.
Haz tirada de DES modificador +10
Caderyn repitió las palabras al pie de la letra, se había aprendido el juramento de fidelidad de memoria, pues lo había escuchado numerosas veces antes, y también lo había leído. El toque de la espada de Sir Roderick en sus hombros hizo que una emoción recorriese su cuerpo, pero logró mantener la solemnidad requerida para aquel acto tan importante. Recibió las espuelas, el escudo y también la espada de su señor, dejando que fuera él quien llevara la voz cantante en aquello, como debía ser.
Cuando todo acabó, Caderyn se levantó exultante, girándose hacia el resto de los caballeros, un tanto nervioso porque sabía lo que se venía. Cuando llegó su turno, el joven caballero acarició suavemente la crin de su caballo.
— No vayas a dejarme en mal, eh... —le murmuró, pero todo fue en vano, pues apenas y pudo alzarse un poco antes de caer al suelo por todo el peso de la armadura. La verdad sea dicha, Caderyn nunca había sido muy fuerte, y el peso de la armadura era bastante.
El rubio se rio por lo bajo en el suelo, y acabó por levantarse y sacudirse la tierra como pudo. No lo había logrado, pero aún así estaba feliz de ser un caballero.
Motivo: Destreza
Tirada: 1d20
Dificultad: 16-
Resultado: 15(+10)=25 (Fracaso) [15]
Jodio modificador jajaja.
Un chico de unos quince años va corriendo en tu ayuda para ponerte en pie
-Dejad que lo ayude Sir, soy Frederick, desde hoy seré vuestro escudero