Partida Rol por web

Junio

La última vez que el conde había ido a visitar el señorío de Cholderton había acudido solo con su séquito, en esta ocasión fue a ver el señorío de Idmiston, pero acompañado no solo de su séquito, sino también de Sir Caerwyn que acompañaría durante todo el verano al Conde allí donde el fuese.

En esta ocasión durante el banquete, nadie intentó coquetear con la pareja anfitriona, sino que comenzaron a alabar a Sir Caerwyn y Sir Edward por sus gestas contra los salteadores de agua, mientras que a Lady Ealasaid la elogiaron por las recientes modificaciones en el señorío de Idmiston

Julio

Una vez Sir Caerwyn y el Conde hubieron terminado de visitar uno de los señoríos de otros caballeros, pusieron rumbo a Dinton, donde el Conde quiso parar unos días hablando con Sir Selivant y descansando. Durante el banquete hubo quien contó algunas historias sobre seres mágicos

Junio

Para Sir Caerwyn era un honor formar parte del séquito de su Señor. Su llegada a Cholderton supuso volver a ver a lady Ealasaid y a su esposo. Bien sabido era que Berwick estaba muy agradecido con el matrimonio y que los consideraba buenos amigos.

Cuando llegaron los halagos, el pelinegro se ruborizó, quitándole importancia, argumentando que sólo hizo lo que debía y ojalá hubiera podido hacer más, ya que había perdido a un compañero en aquella lucha. Actuó con modestia y respeto hacia los anfitriones, aprovechando para decirle a lady Ealasaid que lady Cathleen estaba bien y no se preocupara. También se interesó por la nueva hija del matrimonio, rogando a Dios que la protegiera y le brindara una vida larga y próspera.

Julio

Aquel verano, Sir Caerwyn había estado acompañando al Conde por todo Salisbury, visitando a algunos señoríos como era el caso de Dinton. El pelinegro saludó con camaradería a Sir Selivant, con quién ya había compartido batalla. También fue muy cortés con lady Mollie, a la que tenía tanta estima como a su fallecido hermano.

Cuando empezaron a contar relatos feéricos, Caerwyn escuchó atentamente con un ligero brillo en los ojos, pues alguien muy preciado por el de Berwick, adoraba aquella historias y esperaba poder compartirlas con él.

Sir Selivant recibió al conde en su señorío con los honores del caso, y le alegró ver que, entre los hombres que lo acompañaban se encontraba Sir Caerwyn con quien habia combatido el año anterior a los Saltadores de Agua.

Mollie pareció alegrarse y entristecerse a partes iguales, el de Berwick le recordaba a su hermano muerto dos años antes, para bien y para mal. Sir Selivant conocía la historia, su mujer le había contado que hacía unos años Sir Caerwyn la había rechazado, y él no podía estar más agradecido de que asi fuera.

Cuando llegó la hora de los cuentos, una de las hermanas de su cuñada los deleitó con una historia sobre las hadas, una que él no recordaba haber oido pero que agradó a todos los presentes.

Lady Ealasaid estaba cansada pues era la segunda vez en este año que el Conde les visitaba y además hacía poco que había dado a luz a su pequeña niña, aunque también habían perdido a su pequeño Ewan y aquel dolor aún la acompañaba.

La presencia de Sir Caerwyn apaciguó un poco su corazón, agradeciéndole las noticias sobre su prima y presentándole a la pequeña, una por la que rezaba cada día para que continuara con vida...