Partida Rol por web

El viejo soltó una carcajada, mientras arrancaba el coche con suave tacto.

- Mary, querida, los criados se encargarían de todo eso, no es como que fueras a abusar de mi tiempo... - el vehículo se deslizó por las calles tranquilamente, mientras dejaban la zona deprimida y la vista comenzaba a mejorar - Hay una cosa que me intriga. ¿Por qué elegiste quedarte aquí? Hay cortes con vástagos más jóvenes y transigentes, o incluso podrías haber huido a alguna ciudad controlada por anarquistas, donde se jactan de que todos tienen cabida en su gobierno. - el tono era refinado, pero había un nosequé en su voz que dejaba entrever que esas fantasías de anarquistas eran inviables - ¿Por qué quedarse?

¿Las hay?

¿Ah, si?

¿Puedo?

¿Podía? ¿en serio?

Quiero decir...Bueno...

No se, no...estaba muy segura de eso. Quiero decir, las cosas ya son difíciles aquí. ¿Cómo serían en otra parte donde no conociera a nadie? ¿Y el viaje?

Tampoco se que tendría que ganar y....bueno, es poco creíble, la historia de que todo es mejor en otro sitio, ¿no?

...

- La gente siempre te dirá que todo es mejor en otro sitio, sin duda. - siguió conduciendo un instante en silencio - Al menos, me alegro de que en cualquier caso, estuvieras en Londres.

Y no dijo nada más durante el viaje. Pronto llegasteis a un edificio vallado, con jardines bien cuidados en su interior, y varias luces encendidas dentro. Arthur puso cara de preocupación ante este hecho, pero no dijo nada. Te ayudó a salir del vehículo y cargó con tu maleta, mientras un criado salía presurosamente para ayudarle.

- El señor Holmes está en el interior, mi señor. - informó con premura mientras cogía la maleta.

El viejo maldijo para sus adentros, y se giró hacia Mary.

- Mary, ¿puedes entrar por la puerta de servicio? Josh te dará la llave. - y el criado sacó rápidamente un manojo de llaves tendiéndote una de ellas, pequeña y sencilla - Parece que el perro de la Reina está en casa, así que tendrás que ocultarte hasta que se vaya. Quédate en las cocinas, iré a buscarte cuando haya despachado a Holmes.

Oh...!

No hay nada de humillante en ir por la puerta de servicio. Es totalmente normal, a fin de cuentas yo solía suar esas puertas siempre.

Oh..pensé que la reina sabía que...es decir, que yo...

No es un tema que piense ponerme a discutir! no me entiendas mal!

Claro, no te preocupes

Coge la llave y se escurre fuera del coche, con su mejor intención de fundirse con el paisaje desde el minuto uno.

Entras por la puerta de servicio, y llegas directa a las cocinas. Están llenas de utensilios bien limpios y colocados, y las despensas llenas de alimentos de buena factura. El servicio de allí no pasaría hambre ni mucho menos, y la casa estaba impecable.

De fondo, escuchas una conversación. Parece que Sir Arthur está hablando con otra persona, y parece que hay tensión en el asunto.

Para qué querrá tanta comida un vampiro?

Se queda en el centro de la cocina disimuladamente. Activa auspex 1

- Entonces, ¿qué ha sucedido? - era la voz de Arthur.

- Nada demasiado notable. Su majestad ha repartido las tareas entre los presentes, y el Primogénito Tremere escapó del sitio en cuanto le preguntaron qué estaba haciendo su chiquillo en las cloacas. Poco más. Por cierto, ¿te mudas? - la voz masculina terminó con cierto retintín.

- No, ¿por qué?

- Por la maleta que lleva tu criado. Parece pesar un poco.

- Es ropa para su nueva asistenta.

- ¿Ah si? Vaya, pensaba que entonces se ocuparían los criados de traerla. Qué gran honor para una asistenta que su señor vaya a recoger su ropa. ¿Podría tener el honor de conocerla?

- No, no podrías.

- Vaya, qué lástima.

- ¿Dejó alguna orden para mi su majestad? - cortó rápidamente Arthur.

- Si, quiere que me instruyas, quiere un Sheriff más en la ciudad.

- ¿Y? ¿Eso es todo?

- También quiere que... te dejes caer por los subterráneos, y veles por esa pandilla de sangre nueva que han mandado a morir.

- Si Haversham los recibe a bien en lo que él considera su dominio, y descubre que les he seguido, no saldrán con vida de ese agujero.

- Haversham no es más que una marioneta Arthur, reconócelo. Nadie en su sano juicio se creería que ese nosferatu pudiera tratar de alzarse como Príncipe. ¡Si ni siquiera quiere saber nada de su propio Clan! No, el único que podría organizar algo así es...

- Peter el Ciego...

- Exacto. El exiliado ha vuelto como una mosca que se posara sobre el cadáver aún humeante de Mithras. Ahora que el Príncipe que declaró la caza está desaparecido, pocos o ninguno querrán tomar pie por cuenta propia, y la Reina tiene bastantes problemas ya. Pero me sigue preocupando lo del chiquillo Tremere. No encaja, ¡no encaja en absoluto! Hay una tercera parte involucrada, estoy tan seguro que podría apostar la mano a ello.

- Ya veo por dónde vas. Peter está manipulando a su chiquillo, pero no le interesan más cargos que pudieran reanimar el fuego de la caza declarada contra él, por mucho subterráneo que tenga para huir.

- Sí. Creo que deberías buscar al propio Peter mientras los otros buscan a la fachada en la que se ha convertido Haversham.

- No se dejará atrapar...

- Pero cuando el Sheriff se plante delante de él se cagará de miedo. Te dirá todo lo que sepa. Y al Ciego no se le escapa nadie que haya entrado en los subterráneos.

- ¿Y tú?

- Me tocará meter las manos en el muerto...

- Seguro que hasta los disfrutas, de alguna retorcida forma.

- Quién sabe. Aunque este ya estará frío.

- Ya... pero te advierto una cosa. Mata a otro inocente por error en mi ciudad, y lo único que tendrás de Sheriff son mis garras en tu intestino.

- Lo se, lo se... pero aquella vez estaba tan seguro de que era él...

- Me da igual. Ahora vete.

- Como gustéis, Sir Arthur. Ya me presentaréis a la nueva asistenta. Dale recuerdos de mi parte.

Después se hizo el silencio.

¡¡¡¡¡!!!!

Se agarra al primer par de cacharros sucios que encuentra, y se acerca a la pileta.

Si oye pasos, en cualquier dirección, se pone a fregar sin hacer ruido y desactiva auspex.

Y los pasos se hicieron oír, precedidos del cierre de la puerta principal. Comenzaste a fregar algunos utensilios (que ya estaban limpios), cuando la puerta se abrió.

- ¿Qué estás haciendo Mary? - preguntó Arthur, al verte en el fregadero.

Por...si acaso....

¿Cómo ha ido todo?

Te miró con una ceja alzada, mientras dejabas los cacharros.

- Preferiría no hablar de ello. - cogió una silla y se sentó - Tendré que volver a bajar a los subterráneos, hay muchas incógnitas en la muerte de ese vástago. ¿Crees que podrás apañártelas sola aquí ese tiempo?

Si, pero...

¿Hay algo que apañar?

No prefieres que te acompañe?

Pregunta, sentándose en frente.

Conozco el lugar...no todo, pero seguro que conozco a alguien que conoce la parte que necesites. Puedo ayudarte.

El Sheriff se quedó pensativo, agitó la cabeza un instante como negándose algo a sí mismo, o como si quisiera sacudirse alguna idea de la cabeza, y después te alzó la mirada.

- Está bien, si crees que puedes encontrar un camino seguro, adelante. Iremos mañana. Mientras tanto puedes salir esta noche a conocer el barrio, yo tengo que preparar la expedición de mañana. - explicó.

Claro.

Asiente, y amaga para dejar los platos. Pero como los ha a dejar ahí en medio! Todo hecho un desastre! Nada nada, los coloca, y da una pasada al fregadero, por costumbre, y se seca las manos con un trapo.

Un camino seguro a dónde?

- Al nivel inferior. Y una vez allí, entre las ratoneras. No es un sitio muy peligroso pero sí es extremadamente fácil perderse. Y después, habrá que buscar una aguja en un pajar... Así que necesito todas las salidas cubiertas. Perder la noción del tiempo allí abajo podría ser catastrófico. - explicó, mientras negaba con la cabeza al verte hacer trabajo manual.

Creo que puedo ayudar en algo. La gente no suele bajar hasta ahí, peor siempre hay quien...bueno, tiene asuntos allí. Supongo. Podría encontrar entradas y salidas seguras, al menos, si me dices en qué parte las necesitas.

Responde, un poco azorada al ver que Arthur no aprobaba...lo que fuera que no aprobaba

- ¿Conoces las entradas a las ratoneras? - preguntó interesado.

Bueno...Conozco algunas, que deberían ser relativamente seguras. A veces la gente que vive abajo las usa, o habla de ellas.

Pero no se cuantas hay en total, aparte de las que conozco.

Ay que bien! Suena interesado!

- Supuestamente... - e hizo una pausa para remarcar la palabra - Supuestamente están todas interconectadas en ese nivel, y no creo que muchos humanos hayan entrado y salido ilesos del lugar. Pero tu conocimiento nos vendrá bien. Está decidido, mañana vendrás conmigo. Ahora, debo ir a atender ciertos asuntos de importancia. Ponte cómoda, date una ducha y sal a dar un paseo si lo deseas. - dijo, y te cogió la mano para despedirse. Un ademán ante ella, y salió por la puerta.

Asiente a la despedida. Los modales del Sheriff eran impecables siempre, casi demasiado. Sube a lo que le han indicado que será su habitación, sin tener muy claro si debe desempacar o pasear. Aunque se conozcan algo, y aunque él suela favorecerla, no tienen tanto trato, o nunca lo han tenido. Debe haber algo realmente feo en marcha, más d elo que le han contado. Extraño, muy extraño. ¡Y qué hace este trapo fuera de su sitio?