Partida Rol por web

El Sargento Dominik me ha informado de la desaparición de nuestros tres hombres, aquellos que envió como avanzadilla para investigar. Es un hecho que me preocupa. Nuestras fuerzas son escasas y aún queda mucho para llegar a nuestro destino, un destino incierto dado que nos dirigimos a él sobre la base de un rumor. Que allí se encuentra el hombre con el que debo luchar por obtener la tan ansiada paz.

Mirando alrededor, solo veo muerte y destrucción. Cadáveres putrefactos, ruinas clacinadas, casas derruidas. Los carroñeros se han dado un festín en la que es la tierra natal de mi prometida. En todo este tiempo, ha guardado silencio, pero su rostro es un claro reflejo de la tormenta que se abate en su interior.

- Vlava, siento que seas testigo de todo esto. Hubiera querido evitarte este mal trago pero... Nuestra misión de paz cobra más importancia aún. Debemos evitar que las tierras aún no asoladas sufran este mismo destino - le digo. Su rostro permanece mirando al frente, como si percibiera algo en la lejanía. Pero más allá solo hay oscuridad. Y entonces, su rostro se demuda, cobrando una palidez espectral al tiempo que su mano vuela al pecho y un gemido brota de sus labios-. ¡Vlava! ¿Qué ocurre? ¿Qué te pasa? - pregunto preocupado al tiempo que la tomo por los hombros.

 El ritual no sucedió como debería...no pude hablar con el Devorador...Debería haber hablado Durius, pero no estaba, y no pude hacer nada para con Rosch...

El no saber qué pretendía el demonio, el sentimiento que me inundaba de nerviosismo e incertidumbre me encerró dentro de mí durante días.

No respondía ni a las llamadas de Rosch ni a las demandas de mi prometido...ahora, al ver lo que mi tierra natal me depara, entiendo que fue el inicio de lo que iba a ver aquí. El devorador, aburrido por mi mutismo se hace fuerte, carroñero de muerte y me abandona.

Todo es yermo y muerto, todo ha fallecido a manos de los asesinos, que han esparcido la sangre de mis padres por su propia tierra. siento a Rosh, una punzada de ira me recorre. Aprieto lso puños fuertemente, y noto mis ojos arder de coraje. Ojalá esa bestia muera con la peor de las maldiciones...

Proseguimos el viaje, y mi deseo se cumple, el aire se me escapa en un gemido de dolor, y aprieto mi pecho con fuerza, siento mi corazón encogerse, me duele tanto que creo voy a morir...pero en realidad, se que la muerte que ha ocurrido no es la mía. El alivio de sentirme, al fin, liberada de una bestia que últimamemente pensaba no controlaba me llena. Durius me sujeta y pregunta, y yo lo miro a los ojos, comenzando a llorar. Al menos lloro, se que puedo respirar.

Le explico lo ocurrido en mi habitación en el castillo del Voivoda, le cuento las amenazas de Rosch, la sensación de no poder controlarlo, como sentí que mis padres y mi familia había muerto...le cuento que aquello que me ha pasado no ha sido más que la muerte del Devorador

- Debía estar débil...o mi maldición ha surtido efecto....pues ha sido muerto, y se lo merece. Mi voz se quiebra de nuevo Se ha mofado de mi familia y sus cuerpos sin vida...se lo merece...

- Entiendo - musito a Vlava cuando me cuenta todo lo acaecido en los últimos días, desde la víspera de nuestra partida hasta hoy mismo. Trato de consolarla entre mis brazos cuando llora lágrimas de dolor por l amuerte de su familia y de alivio por su liberación -. Entonces, ¿debo entender que la bestia ha muerto? No diré que lo lamente y más si con ello has conseguido liberarte de su pérfido influjo. Pero todo esto nos sirve para comprobar que nada podemos esperar de estas tierras salvo muerte y desolación. Deberíamos partir de inmediato. 

Suelto a Vlava de mi abrazo y me vuelvo hacia el sargento Dominik.

- Sargento, ¿estamos en condiciones de partir?

- "Si por mi fuera, y con el debido respeto, mi señor, yo aguardaría a que fuera de día. Con esta oscuridad ni bestias ni hombres vemos apenas nada, ¿y quién sabe qué clase de monstruos se ocultan en la noche?" -

 Me hundo en los brazos de Durius, pudiendo al fin respirar tras el dolor de la muerte de Rosch...echó memoria a lo que le había dicho la Bestia antes de morir..."Dentro él está, si a rosch ignoran todos morirán..." "Él" ¿Quién demonios era "él"?

- Durius... Digo en un susurro Debía ser algo o alguien poderoso como para matar a un ser inmortal... Durius...deberíamos marcharnos...

Miro alrededor y le hablo muy bajo, que sólo él me escuche.

- Creo que deberíamos irnos, aunque sea lento porque no haya más luz que la de las estrellas...

 Vlava se te acerca al oído

- Cuando llegamos Rosch me avisó de algo, me dijo que "él estaba dentro" y que "o le hacíamos caso o todos moriríamos" Dijo que no debería poner un pie en la ciudad...pensé que era una amenaza, pero al parecer es un aviso...Algo ha matado a Rosch, que se suponía inmortal...aunque sonrío su muerte, al haber bailado sobre el cadáver de mi padre, creo que deberíamos tener en cuenta sus ultimas palabras...

- Lo entiendo Vlava, pero avanzar en la noche implica unos riesgos que no podemos asumir. La comitiva al completo debe llegar a su destino. La integridad de Sveta Basarab es prioritaria, casi superior a la del resto del grupo desde una perspectiva política. Solo hay un camino, hacia adelante. No podemos retroceder ni incumplir con nuestra misión. Ahora mismo estamos acampados a unos kilómetros de la ciudad, gracias al buen hacer del Sargento Dominik. Si a ello le unimos la advertencia de Rosch, que él mismo no cumplió, y el efecto que sobre él ha tenido no respetar su propio criterio, aventurarnos en mitad de la noche implicaría un riesgo importante de cruzar inadvertidamente los límites de la ciudad y arriesgarnos a despertar un peligro que no estamos en condiciones de combatir. No, aguradaremos hasta el alba, tal y como ha aconsejado el Sargento - digo a Vlava tras sopesar los pros y los contras y pese a mi propio deseo -. Sargento, nos mantendremos aquí hasta las primeras luces del día con las cuales reiniciaremos nuestro camino. La ciudad debe ser evitada en todo momento y bajo ningún concepto la atravesaremos. Si no es posible bordearla, dé un rodeo y tome otro camino. Y prohibo cualquier incursión a la ciudad. Deberemos abastecernos de agua y comida por el camino, pero no aquí. Establezca turnos de guardia y reduzca al máximo las hogueras. No debemos llamar la atención innecesariamente.

Miro a Vlava que parece profundamente afectada. Hay temor en sus ojos.

- Es la mejor decisión, Vlava. Y tal vez, quieras aprovechar estos momentos para pedir al Abad que entone unas oraciones por tu familia.

- La Comitiva del Caballero Durius acampa a una distancia prudencial de la ciudad fantasma de Ploiesti.

- El Sargento Dominik establece guardias, aunque el propio Durius y sus criaturas permanecen alerta durante la noche.

- Las órdenes son continuar viaje en cuanto salga el sol, dando un amplio rodeo para evitar la ciudad.

TRANSCURRE LA NOCHE.

AL ALBA Y TRAS UN RAPIDO DESAYUNO:

- "¡Carros, mantened la línea! ¡Escoltas, en posición! Salid del camino, vamos a dar un rodeo campo a traviesa por el Oeste y luego hacia el Norte. ¡Todos alertas!" -

- La Comitiva del Caballero Durius se encamina hacia el norte, esquivando la ciudad, hacia el Paso de Bran.