Partida Rol por web

Se escucha la puerta y unos pasos sobre el suelo, arritmicos, hasta llegar a un punto donde se detienen, presuponiblemente junto a l sofa, ya que acto seguido, un sonido de cuero indica que alguien se ha sentado.

— Hola - comienza una voz dulce y suave en un tono algo tímido - Soy Daphne.

Parece que vacila un poco antes de seguir.

— ¿Estas? ¿Hay alguien? - la voz que es joven aún no desvela el acento de la muchacha a la que pertenece

- ¡Hola! Encantado, Daphne. Yo soy Arthur ¿Cómo estás? - Esta vez ya no estaba tan nervioso y así se pudo percibir en mi voz.

- Si, si, aquí estoy - Le digo tratando de transmitirle confianza - Bueno, aviso que en persona dicen de mi que soy tímido - Bromeo un poco conmigo mismo.

Decidí comenzar hablando de mi mismo para romper el hielo y que a ella le resultara más fácil - Bueno, tengo 22 años. Y trabajo como jardinero en una mansión en Escocia. ¿Qué me quieres contar sobre ti? - Me acomodé un poco más en el sofá

— Hola Arthur. Encantada. No te preocupes, yo también soy algo tímida — te respondió.

Parece que por los crujidos del cuero, se acomoda en el sofá.

— Pues....lo que quieras saber. Yo soy profesora de infantil y me encantan los críos. Trabajar con ellos es una delicia porque no sabes con qué ocurrencia te pueden sorprender cada día. Tengo 31 años y vivo en Fort Lauderdale, en Florida — sin embargo hay detectas un breve acento en ella, casi parecido al tuyo en algunas palabras — ¿Escocia? - pregunta emocionada - ¿Qué parte de Escocia? Mi madre es de Edimburgo, al igual que mi abuelo paterno. Pero yo he nacido y me he criado en Estados Unidos, de donde es mi padre - sigues detectando algo más allá de un acento británico-americano.

Otro movimiento en el sofá y una risa

— Trabajar con flores en un jardín, tiene que ser precioso. Bueno, excepto cuando llueve. Me gusta el olor a campo y a césped húmedo y recién cortado.

Luego se queda callada unos segundos, como pensando qué más decir.

— No he estado nunca en Escocia, pero me gustaría ir. Mi abuela y Tía Daphne están enterradas allí. Y le prometí a mamá que iríamos a llevar las cenizas del abuelo Philleas para que descansarán juntos.

Parece que se ha puesto un poco triste así que en seguida añade.

— Cuéntame el sueño más bonito que hayas tenido....si quieres, claro - como avergonzada de su impulsividad

Era una lástima que no me pudiera ver. 

- Me encanta - Dije sin levantar mucho la voz. Creo que eso de que te dediques a los niños dice mucho de ti, cosas que me gustan. 

Con lo de la edad - Vaya, nos llevamos 9 años ¿Eso sería un problema para ti? - Pregunté con curiosidad.

Me reí - Qué casualidad ¿No? - Y luego le aclaré - Al noroeste de Glasgow, zona ya algo salvaje - Le dije de forma un poco cómica.

- Pues creo notarte un leve acento escocés ¿Puede ser? Si tu familia procede de allí, creo que algo te ha quedado... - Le dije amigable.

- Si flores, pero también arbustos, árboles... Hay trabajo bastante duro también. Pero me encanta. Me gusta mucho trabajar al aire libre, no me importa que llueva, quizá soy un poco raro - Me río otra vez.

- Aunque imagino que trabajar con niños a veces también lo puede ser ¿No? - Traté de empatizar con ella.

Guardé un poco de silencio cuando trató los temas más delicados - Pues... aunque no nos elijamos como pareja, estás invitada a venir y te ofrezco mi ayuda con esas cosas que tienes pendientes. Si la quieres, claro - Le dije con total sinceridad.

Noté que no quería caer en la tristeza por su siguiente pregunta, la que me hizo reír bajito - Uh... El sueño más bonito... déjame pensar... Ummmmm - Y tras unos breves segundos - Un bonito sueño lúcido es... no sé, encontrar a una chica que me quiera, me comprenda, con la que compartir excursiones, paseos. Y si todo va bien en el futuro quizá formar una familia. Pero no me gusta anticipar tanto, creo que las cosas tienen que fluir por si mismas. El amor también ha de incluir respetar al otro y que te guste... - Carraspeo - Uy, creo que me enrollo demasiado - Me río - ¿Me cuentas tú algún sueño que tengas?

— Trabajar con niños es algo totalmente imprevisible. Nunca sabes con qué te van a saltar, así que si, es fascinante, pero también hay días duros.

Escuchas como se levanta del sofá y lo que deben ser los zapatos, caen al suelo, notando como camina descalza.

— Si te soy sincera, no tengo ni idea si me importa el tema de la edad. Primero quiero conocer a una persona y si ha nacido mucho antes que yo o mucho después, no creo que deba ser lo más importante.

Ahora que hablaba algo más,, no era sólo eso lo que notabas, aunque ciertamente, si ciertas palabras dichas como tú.

— En realidad, mamá habla conmigo, normalmente en francés. Ella vivió muchos años también en París, cuando hizo la carrera y con su madre, hablaba en francés. Pero cuando discutía con papá — se ríe graciosa — si que le sale el acento escocés. Así que se me ha debido pegar algo.

Con un gesto suave, parecido a un asentimiento con chasquido, agradece tu ofrecimiento.

— Pues me parece buena idea, porque me encantaría conocer la zona, ya sea con un amigo o....con alguien con quien hacer un futuro.

Ella te escucha con paciencia y con suavidad parece que acompaña tus palabras con un movimiento rítmico.

— Me parece que tienes un sueño precioso. Y te va a parecer tópico. Pero es que, yo también lo comparto. No habría nada más bonito que encontrar alguien con quien pasear en este camino. Quizás, tener hijos. Ese es otro sueño hermoso. Formar una familia. Pero al menos dos hijos. No quiero que sea único o única. No quiero que se sientan solos — reconoce — En bueno saber que no soy la única que vive en Fairyland — la risa infantil y juguetona que suelta es muy auténtica.

Se levanta por el crujir de la moqueta y hay pasos rítmicos en círculo, que a veces suenan más cerca y otras más lejos de la mampara.

— Veamos con que más cosas podemos ser compatibles... Si pudieras elegir una sola ciudad donde pasar 24 horas conmigo...bueno o con una mujer que te ....guste - vuelve a rectificar temerosa de ir muy rápido — ¿Cuál sería?

Exhalé aire por la nariz lentamente tras su razonamiento sobre la edad - ¿Sabes? Me siento a gusto hablando contigo - No podía ver mi lenguaje corporal, así que eso me hizo dar cuenta de que debía expresar con palabras lo que sentía. Además esto parecía dar como un aire de intimidad.

Después de que hablara de su familia, no podía pasar por alto algo quizá importante - Yo soy huérfano. Me crie en un orfanato. Al cumplir los 18 me contrató el dueño de la casa, entre él y el ama de llaves son un poco como mis padres. Charles, el mozo de cuadras vendría a ser mi hermano - Mi tono de voz no reflejó pena, aunque quizá algo había muy en el fondo.

- Genial - Mi voz sonó muy jovial ahora, con el tema de que le parecía buena idea. Además... (siguen mis pensamientos)

Suspiro - Me alegro de que compartamos sueños similares. Yo es que esté muy puesto con la... ¿Cómo decirlo? Las redes sociales, el bullicio y todo eso... Pero parece que hoy en día es difícil encontrar gente así. De buen corazón y gustos sencillos... No sé si me entiendes o te estoy liando - Me río. Pero sin duda alguna que estaba casi que pensando en voz alta, Daphne había logrado que tuviera confianza para ello.

Entonces se me ocurrió bromear un poco - Vale, dos hijos, hay acuerdo - Me río un poco.

Escuchaba sus pasos, así que decidí levantarme y caminar hacia la mampara. Se escuchó un leve crujido en ella. 

Con su última pregunta mi risa sonó dulce y casi un poco "catárquica" - Ufffff - Suspiré tras la risa al ponerme a pensar - No sé... Dicen que Paris es la ciudad del amor. Podría ser una buena opción. Pero ¿Sabes lo que pienso ahora mismo? Que si estoy tan a gusto como ahora contigo me valdría cualquier parte donde se pudiera charlar. Tal vez un sitio en el que poder sentarse en el césped... cualquier sitio es bueno si estás con quien quieres estar - Se dije soñador.

Yo tengo una pregunta - ¿Crees que la distancia podría ser un problema? En respuesta tipo genérica, no porque yo resida en un sitio y tú en otro. Solo quiero saber tú opinión y propuesta igualmente genérica - La mampara pareció moverse un poco como si alguien hubiese estado apoyado en ella y ya no.

Ella se sentía muy relajada en su presencia, como si la timidez de él, casase con la suya propia y sin embargo, ambos estaban conectando de forma similar

— Es fácil hablar contigo — indicó — Muy fácil, siendo sinceros. Odio las hipocresías de las nuevas tecnologías y las redes sociales. Al final, nunca encuentras una buena conversación que merezca la pena.

Cuando escuchó sobre su pasado familiar se queda pensativa un par de segundos. Luego, hay pasos acercándose a la mampara.

— Me alegro que se quedasen contigo, pareces un buen hombre. Y supongo que por tu experiencia, querrás formar una familia tuya propia. Es agradable ver, que no todo el mundo gira en tener fiestas.

La voz suena más cerca de ella mampara y aún muy dulce, como si en el transcurso de la conversación, le gustase más y más lo que oye.

Al escuchar tu comentario sobre Paris, soltó una carcajada y un chasquido de aprobación.

—Tambien tienes razón. Al final no son los sitios, sino las personas con las que vas a esos sitios. A mí me serviría un sitio con quién estar, quizás es la playa, paseando, con las olas golpeando en los tobillos, de la mano, mientras tomo un helado. Es un buen plan. Pero en realidad sólo quería saber qué tipo de ciudad elegirías. A mí me gustaría visitar Tokio. Pero...ya habrá tiempo.

Escuchas como se sienta frente a la mampara y un roce de los pies descalzos podrían hacerte pensar que recoge las piernas.

— Inicialmente, no creo que la distancia sea un impedimento. Durante un tiempo - aclara - pero si al final deseas pasar la vida con alguien, tienes que estar en el mismo sitio. Sino ¿Que gracia tiene? Hacer cosas, pensando "y si estuvieras aquí..."

Suspiraba de nuevo relax.

— Veamos, veamos...si te dijeran que solo te queda un día de vida. ¿En que lo aprovecharían?

- Cierto. Y hay mucha gente falsa. Que quieren aparentar lo que no son. Me da pena... - Suspiro y luego hago un ruidito con la boca - Bueno, tampoco hay que amargarse por ello, la gente autentica acaba saliendo a la luz - Quería terminar mi pensamiento en positivo.

Cuando trató el temas de mi circunstancia familiar... - Me haces sonreír. No, no todo son fiestas, aunque alguna de vez en cuando no va mal ¿Eh? - Le digo medio en broma.

- Ummm Me gusta también lo de la playa. No para tostarme como una gamba al sol, pero eso de dar paseos por ella me ha gustado. Conozco unas cuantas calas en Escocia donde es raro ver a alguien - Me quedo pensando.

- Tokio. Wow, que exótico, es una cultura tan diferente... Pero me gusta conocer gente de otras culturas, creo que es algo enriquecedor. No he tenido oportunidad de poder viajar mucho, pero si, me encantaría conocer Tokio.

Hay una pausa cuando hablamos del tema de la distancia - Si. Yo necesito el roce... - Suelto una risita - Me gustaría una relación con la que compartir el día a día. Porque habrán días buenos y otros no tan buenos, pero... de eso se trata ¿No? Además, el amor todo lo puede - De nuevo me río un poco.

Cuando me hizo la última pregunta - ¡Waaa! Qué giro dramático - Bromeo buscando su complicidad - A ver que piense - Suena un tamborileo casi imperceptible - creo que sería un drama y no se si estaría de humor para ello, pero lo que me gustaría... es... hacer el amor todo el día con la persona que quiero, sobre la arena de la playa. Si, creo que la mejor forma de morir es haciendo el amor.

- ¿Y tú? - Pregunté intrigado

Ella se ríe ante los comentarios con un coqueto tono.

— Es que me gustan los sitios exóticos. Me gusta viajar con mi pareja, descubrir sitios nuevos. Descubrir sabores nuevos, costumbres diferentes. Es una forma de enriquecerse, pero quiero hacerlo con alguien que congenie.

Parece que se siente muy cómoda y notas la silueta de su mano en la mampara.

— Eso si que tienes razón, la playa, para cuando se está poniendo el sol, que si no, me quemo. Además que no me gustan las multitudes. Prefiero la intimidad.

Los dedos juguetean en la mampara, subiendo y bajando, como si no se pudiera estar quieta.

— Pues ... Si fuese mi último día, querría pasarlo con mis padres, decirles que les quiero. Pasarlo con mi pareja, recibiendo sus caricias. Y...si creo que me gustaría hacer el amor y sentirme cerca de quién me ame. Sentir sus caricias, su piel sobre mi piel, llevarme ese recuerdo de esta vida — te reconoce — En realidad, me gusta saber de la gente con preguntas tontas - confiesa — Así que busquemos una más extravagante.

Tararea algo mientras medita sobre una pregunta aún más rara.

— ¿Que historia de película te gustaría vivir?

Suspiro lentamente, había muchas cosas para reflexionar - Parece que coincidimos bastante... - Fue casi un pensamiento en voz alta.

- Me gusta tu idea para el último día. Pero... Mejor no hablemos de cosas tristes - Propuse - Somo jóvenes y tenemos toda la vida por delante... - Le dije juguetón

Me hizo reír cuando ella misma dijo que iba a hacer una pregunta extravagante - Wow - Si, la verdad es que me sorprendía con esas preguntas, realmente me hacía pensar - A ver, a ver... Nunca lo había pensado y no sé si se me ocurrirá la mejor opción, pero... No sé, tal vez una de aventuras - Pero quizá por concretar aún más - Por ejemplo hay una que se llama "La vida secreta de Walter Mitty". Por si no la has visto trata de un hombre con una vida anodina, pero con una gran imaginación. Por circunstancias, ha de salir a buscar a una persona y hace unos viajes fantásticos, cosas que nunca se imaginó que podría hacer de verdad y... no sé, la historia quizá no sea nada del otro mundo, pero me parece entrañable.

- ¿He fallado la pregunta? - Le pregunto medio en broma.

- ¿Qué valores o qué sería importante que tuviera alguien para ser tu pareja? - Le quise preguntar yo ahora.

Escucha tus respuestas haciendo ruiditos de afirmación, de vez en cuando, para que, ya que no os podéis ver, hacerte saber que está atenta.

— Es cierto, coincidimos en muchas cosas. Aunque siempre digo que lo importante viene con el día a día.

Escucha tu comentario sobre la película y parece que suelta un par de "ums" y un par de "ähm".

— Si que he visto la película. Y me parece una muy curiosa elección. Es ese ansia que tenemos algunas personas normales, de vivir aventuras nada normales. Al final, me.dicr que lo mismo eres un gran lector, aficionado a viajar a otros mundos a través de las páginas ¿Me equivoco? — añadió bajando el tono — Por cierto, no hay respuesta acertadaa ni errónea, solo, más o menos cercana a alguien, supongo. Pero no, no has fallado - agregó - Me ha gustado la elección - al tú no preguntarle, no te dice ella tampoco cuál habría elegido ella, pero pasa a meditar la siguiente pregunta.

— Valores, valores....creo que los típicos de hoy día, justicia, bondad, honestidad y.. lealtad y fidelidad - dice los tres últimos, remarcando los muy bien - Me gustaría que fuese capaz de decirme cualquier cosa, incluso las que no me gusten. Y si una de ellas es decirme que ya no me ama o que no desea compartir su vida conmigo, también. Prefiero eso, a vivir con el engaño. Y sé que la teoría es muy fácil, pero creeme, que eso es más difícil de hacer, de lo que parece ¿Es para ti igual?

Es cierto que hacías preguntas muy interesantes y que la hacían reflexionar pero su carácter algo juguetón te volvía a batear otra pregunta extraña

— Si tuvieras la oportunidad de viajar al pasado, al presente, vamos a cualquier lugar del present -aclara - o incluso al futuro, ¿A quien querrías conocer y qué le preguntarías?

- Ummm si, algo así - Y la verdad es que me había sorprendido, pues no demasiada gente había visto esa película - Y también me gusta leer. Has acertado - Reconocí

- Creo que encajan bastante bien esos valores conmigo - Le dije con comedida alegría - Los míos... Sinceridad, comunicación, cariño... No estaría mal esas cosas. Aunque si, es vivir el día a día, hay cosas en el feeling, en el sentimiento, que no se pueden expresar con palabras.

Me reí con su nueva pregunta - ¿Las fáciles las dejas para más adelante? - Bromeo un poco con ella - Época y lugar... - Me dejé caer en el sofá - He de reconocer que me atrae la honestidad de la edad media, pero no, creo que fue una época en que solo unos pocos eran privilegiados y el resto se moría de hambre. Mira, diré el futuro. No pierdo la esperanza de que el futuro sea un lugar mejor. Y por responderte un poco más, te diré a quien querría conocer... Diría que algún científico. Einstein... o incluso galileo, que me explicara su teoría sobre los planetas, pero sobre todo por conocer su personalidad y sus ganas de demostrar sus teoría. ¿Y tú? ¿Época, lugar, personaje...? - Le dejé la pregunta abierta.

Y pensé en que podría preguntar a continuación - ¿Se admiten preguntas un poco más íntimas? Nada del otro mundo, quizá un... ¿Cuál es tu punto débil, el sitio que si te acarician se te pone el bello de punta?

— Cariño! - añade como si se hubiera olvidado de algo muy importante - Eso es fundamental, si.

A tu comentario inocente se ríe un poco culpable.

— Solo tengo una hora para conocerte, así que si planteo las difíciles, me ahorro tiempo. Además, espero que las otras te hagan las fáciles. Así al menos por descarte, sabes que tipo de persona puedo ser.

Escucha atenta tu comentario sobre el pasado y el futuro y por como tamborilea los dedos, podrías decir que esta encantada.

— A mí me gusta la edad media y el pasado. Esta tan lejos de la América donde nací que me llama la atención. Pero es cierto que fueron épocas oscuras. Quizás, si tuviera que elegir, me gustaría visitar el antiguo Egipto. Me parece tan romántico, con las maldiciones y con las costumbres. Y hablaría con Cleopatra, una mujer fuerte. Le preguntaría cual es su secreto para triunfar en un mundo de hombres y no sentirse pequeña.

Cuando tratas temas más personales, parece que no se manifiesta en contra, pero si un poco inquieta.

— Claro que puedes hacer preguntas más personales. Lo que pasa, es que no sé si tendré respuestas a todo — comienza — Yo creo que se me acarician en el costado se me puede poner el vello de punta y a parte darme cosquillas. Pero un suspiro en el cuello, tras la oreja....creo que tiene más efecto.

Se queda callada unos segundos para terminar preguntando

— ¿Y a tí que te gusta hacer o qué te hagan en la intimidad?

Cuando dijo lo de "cariño", el corazón me dio un pálpito. En cuanto me di cuenta de mi estupidez, me reí - Pensaba que me habías llamado así.

Y mi risa continuó - Bien, bien. Es verdad que es muy poco tiempo. Yo... bueno, mi idea era dejarme llevar por las sensaciones, creo que el subconsciente tiene mucho que decir, al menos es lo que a mi me pasa - Suspiré.

- Ummm si... - Digo con un tono divertido de detective - Te veo un poco como Cleopatra. Me encaja.

Escucho lo de sus puntos sensibles - Ajá... - Mi tono refleja respeto y atención.

Pero claro, ella también quiere saber cosas que mi - Pues mira, tanto para hacer como que me hagan... Yo creo que las caricias son fundamentales. Toda parte del cuerpo tiene su momento. Y en la intimidad, toda mi piel y toda la de mi pareja, debería ser acariciada. No hay que tener pudor en eso, si eso funciona, creo que lo demás viene solo.

Creo que se nos está terminando el tiempo y no quise que esto terminada de forma abrupta, así que comencé a despedirme - No sé que pasará, pero lo he pasado muy bien. Me ha encantado conocerte y me quedo con ganas de más - Beso mi mano y le lanzo el beso al aire en su dirección - ¡Mua!

Ella soltó una risa ingenua al ver tu ilusión

— Bueno, me refería a que el cariño es importante. Nos conocemos de poco y quedaría feo llamarte así. Pero si al final, tenemos la oportunidad de conocernos más... Bueno, es una palabra que me gustaría poder usar con alguien — deja caer.

— Tienes toda la razón — dice después de meditar tu comentario — Creo que las caricias y los besos son lo mejor para establecer una intimidad.

Ella también comienza a darse cuenta del paso del tiempo.

— Ha sido un placer Arthur. Espero que podamos volver a vernos. Tenemos un viaje pendiente a Escocia - recuerda y de repente te lanza un beso — Mua también para ti. De verdad que me encantará volver a verte.