Partida Rol por web

-Hola, ¿Morgan? Soy Natalie. ¡Estoy muy feliz de volver a verte! O, mejor dicho, a escucharte. ¿Cómo estás?

Se sienten sus pasos acercándose a la mampara. Luego se detiene.

-Me voy a sentar aquí, al lado tuyo -golpecitos en la mampara. 

El sonido de la sonrisa en su voz.

-Estoy sumamente feliz de que nos veamos nuevamente... lo anhelaba con toda la fuerza. La verdad, desde que empecé a hablar contigo siento que me gustas mucho. Que podríamos ser una pareja. Me encanta tu personalidad, por ejemplo. Dime, ¿hasta ahora qué te gusta de mí?

-¡Qué tal Natalie! ¿No te asustaron mis poderes de mago oscuro?

Me acerqué a la mampara -Yo me voy a tumbar aquí, como si estuviese en la playa conversando con una ninfa del mar. 

Risueño y alegre como antes.

-Jajaja. También deseaba verte de nuevo. Tenía cierta incertidumbre. Bueno, estás aquí. -risa de nuevo- Que acelerada vas, Natalie. Eso es parte de tu encanto, de lo que me gusta. Sabes lo que quieres. O aparentas saberlo. Eres entusiasta. Tu voz una caricia en las mejillas. 

-Solo me asustaba el quizá no volverte a ver -respondió ella con dulzura. -Me he sentido muy a gusto hablando contigo, y quiero compartir mucho más- agregó. 

Se acercó con el sonido de sus pasos (ya sin el repiqueteo de tacos, a la mampara también)-No también quiero sentirme en una playa tomada de tu mano. Soy directa cuando veo a alguien que vale la pena. Pero no es mi intención acelerar nada. Que todo se desenvuelva natural es lo mejor.

Ella repasaba sus afirmaciones:

-Mi voz, mi perseverancia en buscar lo que me gusta. De ti me gusta mucho cómo me hablas, me haces sentir en casa. Además eres muy simpático y gracioso en el mejor de los sentidos. Me gusta reír.

Un suspiró llenó el aire.

-Amor ciego, crees que realmente puede darse?

-Parece que encajamos bien...-un tono de cierta duda bajo la sonrisa- A mí me asusta que tengas las expectativas muy altas, que tu energía me desborde, nos arroye a los dos. Que luego no resulte este paseo por la playa como quieres, como imaginas. O como lo imagino yo. 

Sonaba un pelín serio- No quiero hacerte daño. Quiero conocerte más. -hubo una ligera risa.

-Sabes. Eres una sirena persuasiva con tu voz y tus maneras seductoras.

Hubo una pausa- No lo se, eso del amor ciego. Creo que sí. Que se puede dar. Ahí están esas historias de intercambio de cartas, de sentimientos y emociones que se intensifican con el tiempo. 

Su responder también era serio en el sentido de demostrar que entendió a lo que él se estaba refiriendo. 

-En realidad no tengo una energía arrolladora. Soy más bien tranquila pero es comprensible lo que me dices. Porque uno aquí puede tener una conexión pero, al salir afuera... al conocer de verdad al otro, lo que uno percibió y lo que recibe sea distinto. Mmm... entiendo. No te presiones pues eso no sirve en una relación. O mejor dicho: al tratar de generarla. 

Por su tono de voz, estaba a gusto con todo esto.

-Me agrada saber tus dudas, creo que es positivo que puedas decirme todo. Yo no me siento una sirena seductora aunque me has inflado el ego, muchas gracias. 

Se ríe feliz

-Yo también quiero conocerte más. Sobre el amor ciego, sí que creo que si se genera una conexión lo suficientemente fuerte, podría darse. Personalmente no me importa el aspecto físico, ni el dinero. Sí, es lindo que alguien sea atractivo pero yo quiero a una persona para compartir mi vida entera. Y eso incluye cuando seamos viejos, o gordos o lo que sea. No compraré al libro por la tapa, menos teniendo un niño a cuestas.

Después de unos segundos concluye.

-En la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza... ser el apoyo, ser su amante y su amiga. Eso es lo que pretendo.

-A eso me refiero. No solo pareces muy decidida a conseguir tu objetivo, que me encanta, sino que no solo vives en presente sino que planificas un futuro. -era un tono relajado, pero más serio que otras veces.

-Un futuro que es imprevisible...incluso para las cartas. No me engaño a mí mismo, pensar en compartir la vida con una persona es una idea romántica. La vida da muchas vueltas, Natalie. Yo quiero a esa persona para el presente. Y para el futuro si ambos nos seguimos amando. 

Una breve pausa.

-No se cómo será la Natalie del futuro a diez años, a treinta. Ni Morgan. Ahora, me siento bien contigo...Sin duda tenemos conexión. Eres agradable y dulce, dan ganas de abrazarte. Seguramente eres más madura que yo...te lo confieso, no me siento un adulto responsable. 

Ella escucha pacientemente, se nota en sus respuestas que presta atención a todo lo que él le va explicando.

-No puedes ser mamá sino piensas a futuro porque no sólo se trata de tu vida sino de la de alguien que te va a necesitar durante mucho tiempo.

Ella dice lo siguiente con suma delicadeza, intentando no equivocarse y dañar al otro.

-Creo que te estás arrepintiendo de haberme elegido. No pasa nada, mira si es así puedo irme y te juro por mi hijo que no te guardo nada más que cariño. Es que siento que tu forma de tratarme cambió de pronto, desde que empezamos esta ronda. Tal vez es que hay otra chica más afín contigo. De verdad, Morgan, no te preocupes por nada solo vive que el tiempo que tenemos es prestado.

Con dulzura agrega:

-Yo sé que puedo querer a alguien toda la vida porque ya lo hice, ¿recuerdas? Yo no tengo dudas de que si te elijo es para siempre. Pero entiendo que no a todos les suene lógico eso, que duden. Es mi experiencia personal, el amor para mí ha sido tan generoso como trágico. Mira, si es algo doloroso hagámoslo ahora, ¿quieres que me vaya? Dilo y dilo sin amargura porque no estoy triste, ¿ok?

-Solo dímelo y lo haré, lo prometo.

-No quiero que te marches. -el tono es sincero, un poco sobresaltado- . Para nada. Me obligarías a perseguirte, jaja -más divertido-  Eres mi top1. 

Hay una pausa de unos segundos tras su confesión.

-No ha cambiado mi actitud hacia ti. Estoy aquí, tumbado, relajado, escuchando el mar y a la encantadora chica que comparte su tiempo conmigo.

Suspiro hondo.

-Si te digo todo esto es por sinceridad, me estoy abriendo a ti. Para que me conozcas mejor, para que sepas que no soy el tipo megaseguro de sí mismo en todo momento y situación. Pienso que si conocemos estas inquietudes del otro, las dudas, las incertidumbres, luego disfrutaremos plenamente juntos. Tú también debes tener tus inquietudes. Tienes un nene. Lo más importante de tu vida.

El alivio en su voz fue notorio:

-Te juro que esto es lo más bonito que he oído. Yo tampoco quiero irme, me gustas… realmente me gustas.

Ella también hizo una pausa.

-Tú también eres mi top 1, lo juro.

-Me haces sentir tan especial, esas palabras que dices. Yo tampoco soy la gran cosa… es… tú me haces sentir así. Realmente lo haces…

La timidez y la ternura marcaban sus palabras.

-Quiero al verdadero Morgan, con sus virtudes y defectos. Yo, por ejemplo, le tengo miedo a la oscuridad. Desde que murió mi esposo duermo con la luz encendida, porque me siento muy sola y vulnerable. Yo no me siento bien en grandes grupos, aunque  sea maestra. Los niños son más transparentes pero los adultos te juzgan. Hace cuatro años que no he tenido sexo así que mejor te tomas vitaminas para esa noche.

La risa llenó la sala, hasta que se puso a toser.

-Tú empezaste con eso de ser sinceros jajajja!!

-Me haces sonrojar. ¿Te das cuenta, que sí eres una seductora sirena? Menos mal que soy un experto marino…-la broma regresa a sus palabras.

-No tengo problemas con los grandes grupos, te lo puedes imaginar. -después su risa se une a la de Natalie- Me das miedo. Habrá más noches, y mañanas y tardes. No seas ansiosa. Tengo que durarte unos años, ¿no? -se burló, riéndose.

-Es que tenemos que ser sinceros…Nat. ¿Te llaman por algún diminutivo? Despejar inquietudes, continuar conociéndonos.

Pausa de segundos.

-Tienes un pequeño. Yo no se si estoy preparado para…para ser un padre, un amigo. El novio de su linda mami. Puedo gustarte mucho ... .y resultar un desastre en ese aspecto. Será toda una aventura. Supongo que quieres tener más hijos.

Un corto silencio -Algunas chicas estaban inseguras con su físico. Salió el tema. En casi todas las conversaciones. Al final acaba siendo importante. No digo que fundamental. Yo… no he tenido inseguridad en eso, solo cuando era un preadolescente.

Ella también se ríe de sus comentarios y aumenta un poco su apuesta:

-¿Este experto marino sabrá atrapar a la sirena entre sus redes? Porque podría ser interesante esa batalla…

Sobre lo siguiente, ella también se río de lo que él le contaba.

-Entonces iremos a un grupo grande pero yo tengo que refugiarme entre tus brazos. Y me tienes que durar muchos años. Mmmm unos setenta mínimo. Yo pienso ser fogosa muchas veces a la semana. ¿O al día? Mmmm… creo que vas a tener que alimentarte bien.

Se la notaba totalmente cómoda ahora, tentándolo un poco, animándose a ser más directa aunque a veces le provocaba risa de niña tímida.

-Me dicen Cloud, Nube, porque me la paso en ensoñaciones. ¿Cuál es tu diminutivo? Me interesa saberlo.

Cuando hablaron de la paternidad, ella entendía a lo que él se refería pero intentó tranquilizarlo.

-Si eres buena persona, y no creo que no lo seas. Apostaría a ello, mi bebé te querrá. Tiene 4 años y no ha visto nunca a su papá excepto en fotos. No te preocupes, si terminamos casados será porque sé que eres el papá que él necesita. Y quisiera más hijos, una niña por ejemplo. Tal vez dos bebés mas, una nena y un nene además de Matt.

Ella tocó el tema del físico con naturalidad:

-No tengo inseguridades con eso. Tal vez soy un poco flaca, tuve problemas con la comida por la depresión durante los dos primeros años… pero te juro que lo estoy manejando mejor. Reconozco que me vería más bonita con unos kilos más, pero no me siento fea. ¿Y tú? Solo dime si te sientes a gusto contigo, yo de verdad no estoy buscando a un galán sino a un buen hombre.

Morgan tuvo que reírse. -Estoy descubriendo a una nueva Natalie. Lanzada, atrevida, traviesa. Y diosa del amor. ¿Eres buena cocinera? Lo digo por lo de alimentarme bien. Yo cocino un poco, pero no creo que me queden fuerzas.

Se notaba que la conversación, las sonrisas, todo entre ambos, fluía como dos ríos que se encuentran y unen en otro más grande.

-No tengo diminutivo. Soy Morgan. Mi apellido es Merl, por eso algunos amigos me llaman Merlín. También Prisma, pero pocas veces, por las diferentes caras de los personajes que represento. 

El tema de los hijos -Una pareja, sí. Lo cierto es que en ocasiones deseo que, si tengo hijos, fuesen muchos. Otras, que es mejor adoptar, con tantos niños abandonados. ¿Qué piensas de la adopción? Y acerca de Matt...tan difícil y delicado es para un hombre enfrentar una paternidad de...de golpe, como a ti acertar con ese varón.

Hubo una pausa.

-Si eres flaca no habrá problemas en capturarte en las redes ni que te refugies en mis brazos -sonó bastante guasón- No era necesario saber como eres. Solo lo comenté porque, a la postre, puede condicionar. Por mi parte, sí, me siento genial. He sido afortunado, eso creo. Tengo buena salud. 

-¿Cómo es tu día a día, tus horarios? ¿Convencionales? Los míos son algo...bastante irregulares. -sonó con cierta inquietud.

Ella compartía sus risas, se la notaba muy relajada ya y a gusto completamente.

-Me defiendo. Sé cocinar bien, aunque me gustaría mejorar un poquito más. Soy experta en lo que tiene que comer un pequeñín más que un adulto, jajaj.

Se quedó gratamente sorprendida con lo del apodo, por lo que reflejaba su voz.

-¡Merlín! Gran hechicero de los bosques de Camelot… ¿Será por eso que me has hurtado el corazón?

Lo siguiente fue dicho con suma ternura.

-Adoptar sería maravilloso. Podemos tener uno y adoptar otro, yo también veo tantos niños abandonados, que necesitan amor y una familia. Es hermoso que pienses así. De verdad, eres un hombre muy bueno entonces. De verdad eso es lo que más busco en el mundo: un hombre con un corazón de oro.

-Captúrame en tus redes todo el día –respondió –sé igualmente que lo ideal es comer bien, ni poco ni demasiado. Me he convertido en buena en eso de la nutrición.

Respecto a mi día a día: me levanto temprano porque a las ocho estoy en el colegio. Las mamás y papás dejan a los pequeños desde esa hora hasta las tres de la tarde. Comemos en el medio pero junto con ellos. Los tengo que alimentar, cantarles canciones, hacerles incluso dormir un rato. Me llevo a Matt porque son niños de su edad. En caso de no poder, lo cuida mi madre.

Se nota que es feliz en su tarea mientras va relatando su día.

Luego vuelvo a casa, mi pequeño duerme un poquito. Preparo las cosas: cocino, limpio, todo. Y a la tarde lo llevo a caminar al parque. Cuando me queda tiempo me pongo a diseñar lo de la ropa que te he contado. También vendo cosméticos para ganar un poco más de dinero.

¿Y tú?

-Yo no aseguraría que tengo un corazón de oro. No creo ser ese hombre. Pero…no hay maldad, al menos. Aunque un poco troll sí soy a veces. Tú sí que pareces un ángel.

Se nota que lo expresa creyendo en lo que dice, con una sonrisa en la boca.

Escucha, no interrumpe, se ríe en momentos, en otros es más silencioso. 

-¿Cómo es eso de los cosméticos? ¿Haces charlas en casa, o en alguna tienda?

Se toma un tiempo antes de responder a la última pregunta.

-No tengo necesidad de levantarme temprano. Suelo hacerlo, igualmente. Puede que no tenga "nada" que hacer un día. Otro, un rodaje, por la tarde. El finde lo mismo. Actúo en diferentes lugares, con mi pequeño espectáculo. Acudo a micros abiertos. Gimnasio, a correr.

Pausa.

-En ocasiones me toca viajar. También salgo con amigos. Les encantarías. Me gustaría hacer más teatro, pero en la publicidad es donde más te pagan.

La felicidad se traslucía en su voz cuando la nombró como a un ángel.

-Gracias, yo no sé eso. Sé que intentaré hacer lo correcto siempre que pueda pero nada quita que me equivoque. Tú no sé qué tipo de troll serás pero seguro que eres hasta un troll cute, de esos que quieres apachuchar. Y tienes buen corazón, lo siento en mi piel.

Ella aclaró sobre la parte de los cosméticos.

-Vendo puerta a puerta, tengo gente que conozco del barrio. La empresa me da los catálogos, las personas me hacen los pedidos y luego los entrego (tardan unos quince días aproximadamente) y te quedas con la diferencia, la ganancia. Además puedo conseguir productos más baratos.

Se deleita en la explicación de Morgan sobre cómo es su día.

-Es atrayente vivir así aunque imagino que los viajes largos son difíciles. Sé que te extrañaré pero podemos comunicarnos por internet en esos momentos. Gracias al cielo tenemos la tecnología que nos permite acortar distancias. Me gustaría conocer a tus amigos.

Se sentía la honestidad en su voz.

-Y ¿cómo crees que le caería a tu familia??

-Es un poco caótico. Hace años no lo llevaba bien, luego ya te acostumbras, te organizas. Viajes largos no hago, en tiempo o distancia. Vale, alguna vez, pero no es habitual.

Habla relajado.

-Me alegra que pienses así. Mis horarios no son, muchas veces, compatibles. Yo…necesito libertad. También la ofrezco. Y no verme presionado, ni que haya enfados. Tú, creo que eres una mujer comprensiva. Lo demuestras a cada afirmación.

Tras una corta pausa, preguntó.

-Ya me hablaste acerca de los celos. ¿Eres posesiva? ¿Cómo llevarías una infidelidad? Nunca lo he sido, te lo aseguro. Incluso una infidelidad tuya.

-Entiendo que tenga su lado negativo y caótico también. Porque los horarios te cambian, dependiendo de a dónde te toque moverte. Supongo que tampoco es fácil comer bien, o dormir lo necesario. Mi vida es mucho más regular en ese sentido aunque puede tornarse aburrida. Todo tiene su lado bueno y malo. 

En su voz se nota que comprende a lo que él apunta.

-Por tu carrera precisas que comprendan que habrán ausencias... que son necesarias. En mi caso, mi trabajo es muy cotidiano y regido por horarios regulares, además de que vivo cerca de él. Pero si hay amor sabría esperar. No te miento, no me será fácil cuando te ausentes mucho tiempo. Pero una debe apoyar la profesión de su pareja. 

Fue muy clara respecto a eso de la infidelidad. 

-No sería infiel. Nunca lo he sido con mi esposo. Si ato el lazo, me comprometo totalmente. Si tuviera mucha tentación, intentaría alejarme de esa tentación lo más posible. Si me sintiera ya demasiado atraída a alguien mas, lo diría. Preferiría divorciarme antes que serle infiel.

Si me fueran infiel no podría manejarlo. Creo que eso sí sería algo que haría que tuviera que cortar la relación. No lo odiaría, no le atacaría verbalmente ni nada... pero me sentiría rota por dentro. No podría volver a creer en ese matrimonio. 

Se nota que es fundamental para ella eso último. 

-No soy posesiva pero justamente porque confío y doy libertad, si rompe esa confianza, la pierde. No digo que no salga con amigas o que mire chicas por la calle. Me refiero a que se acueste con otra siendo ya mi esposo. 

Tuvo finalmente que decirle. 

-Eres un buen hombre y tienes muchas cualidades que me atraen mucho pero no puedo seguir con esta cita, Morgan. Yo lo siento y estoy segura de que las otras chicas, entre ellas, estará tu futura esposa. Pero no soy yo.

-Perdóname. Yo estaba entre tú y otra persona y, terminé teniendo más conexión. No quiero alargar esto ni lastimarte. Que seas feliz. 

Ella se retira despacio, esperando que Morgan encuentre a esa chica porque se lo merece.

-Eres un amor, sirena. -la sonrisa alegre llena cada palabra que él dice. -Vamos por la misma línea de pensamiento.

Hay un sonido como que se incorpora y queda sentado en el suelo.

-A mí me resultaría igualmente difícil de digerir una infidelidad. Un desliz. Debo de ser suficiente para ella. Rompería la confianza. -pausa reflexiva- Me dicen que si la amas de verdad, podría perdonar. Yo creo que si ella ama a otro, mi amor conduciría a no retenerla. Y si el amor fuese tan intenso, tan voraz que me arrancase el corazón sin mi chica…no se, entonces. Nunca he amado así.

Y…entonces…

Morgan se quedó paralizado. Descompuesto un poco. La conexión con Natalie era tanta que pensó que ella podría ser su chica. Su top1.

Se equivocó.

Luego, la sonrisa regresó a su cara de lelo.

-Pues no lo se si habrá otra chica.

Hubo una pequeña pausa. La sirena le había tomado el pelo. Es lo que sucede con las sirenas.

-Que seas muy feliz, Natalie.

Se tumbó de nuevo en el suelo.  Y se puso a reír