Se sienten los tacos repiqueteando sobre el suelo. Una voz dulce, cantarina, se anuncia:
-Hola, soy Natalie. ¿Hay alguien allí? Mejor que sí, no quiero parecer una loca.
Los pasos se detienen cerca de la mampara, se oye el sonido de acomodar telas (almohadones tal vez) y luego un suspiro de alivio.
-Los tacos son tan hermosos como dolorosos después de un tiempo. Bien, dime: ¿cuáles rasgos de tu personalidad crees que me atraerían más?
Espera pacientemente, en su tono se oye un aire jovial y divertido.
-¿Dulce o salado? Eso también quiero saberlo. Vamos, que quiero saber todo.
- Hola, si. Soy Arhur - Me río cuando dice que parecería una loca si no hay nadie - No te preocupes, seríamos dos locos - Bromeo.
Me dejo caer en el sofá y echo la cabeza atrás - Ummm, no te conozco así que no sé si mis rasgos te atraerían o huirías espantada... - Con mis bromas trataba de que el aire fuera destendido - Te diré como creo que soy y ya me dices si te atrae no saces huyendo. A ver... Dicen de mi que soy tímido, tranquilo. Pero cuando tengo confianza con la persona creo que soy divertido. Me gusta estar al aire libre, aunque seguro que hay tiempo para todo. No sé... me resulta difícil describirme... - Termino algo pensativo.
- ¿Dulce o salado? - Carraspeo - ¿Qué si lo soy o lo que me gusta? - Bromeo - A ver... Me gustan ambas cosas, pero creo que el salado un poco más que el dulce.
- ¿T tú qué me quieres contar de ti? - Quise saber.
-Arthur -repite - cómo uno de los mejores reyes de la mitología inglesa -comenta ella -tú sabes, el de la mesa redonda y todo eso.
Escucha lo que le va contando, diciendo lo que piensa de cada cosa.
-Me gusta que seas tranquilo, yo también me considero una persona serena. Es bonito caminar en el parque... yo también disfruto el aire libre. También me gusta mirar la lluvia caer desde mi ventana en un día lluvioso. Probaremos si eres divertido aquí, o ¿quién sabe? Tal vez en vivo y en directo.
Sobre la pregunta de dulce o salado, ella aclara:
-Era sobre lo que te gustaba más. Yo prefiero más el dulce, ¿a qué juntos hacemos un alimento balanceado?
Se nota la sonrisa en su voz. Luego, carraspea y se presenta de forma más completa.
-Me llamo Natalie Blue, tengo 24 años y soy de Lancashire, Inglaterra. ¿Tú?
Me río - Si, si, pero de procedencia algo más modesta que el rey. No sé, tendré que buscar mi árbol genealógico - Aunque luego suspiro al tratar un tema un poco más serio - Aunque soy huérfano. Me crie en un orfanato.
Proseguí - Si, me encantan los largos paseos por la naturaleza. Disfrutar de una puesta de sol, del paisaje...
- Eso no quita que también me gusta una velada de cine, cena romántica... Todo tiene su momento - Confirmo
Rio suavemente - Si, en la variedad está el gusto. Te daré parte de mi postre - Digo medio en broma.
- Pues encantado Natalie. Yo tengo 22 años y... vaya, pues no estamos tampoco demasiado lejos. - Digo con sorpresa - Yo soy escocés, de la zona de Glasgow. Trabajo como jardinero en una mansión que está cerca de los acantilados.
- ¿A qué te dedicas? - Quise saber
Cuando él comenta que es huérfano se hace una pausa en la voz de Natalie. –Lo siento, soy maestra de jardín de infantes y sé lo necesario del afecto de los padres para un niño. ¿Sabes? Ya que hablamos de eso, tengo un pequeño de 2 años, Matt.
Otra pausa, un suspiro ahogado antes de continuar.
-Perdí a su papá durante el embarazo, murió. Es… una de las razones de anotarme aquí es porque quiero que Matt tenga papá.
Ella se ríe con lo del postre.
-Te prometo que si te gusta pediremos dos porciones, así compartimos dos veces. O mejor aún, pedimos dos postres distintos. Así tenemos variedad.
Respecto a la edad, ella se sorprende.
-Eres el primero que ronda mi edad. Tampoco me importa la edad en realidad, pero es grato. Además vives relativamente cerca, adoro Escocia. Mmmm… es un país hermoso. Encierra magia en su historia. Como te dije soy maestra de niños muy pequeñitos. La paciencia es una de mis cualidades, a esa edad es un requisito diría yo.
Se ríe jovialmente, en su tono se la nota relajada.
-¿Por qué te anotaste aquí? Digo, eres muy joven. Yo también pero estuve casada y quiero volver a sentir eso, esa unión, además de buscar un padre para mi hijo.
No podía negar que no me sorprendiera que tuviese un hijo, pero no creí que fuese un problema, y así traté de hacérselo saber con el tono de mi voz - Vaya, felicidades por la maternidad.
Que mi jovialidad se quebró cuando me contó el trágico desenlace - Lo siento - Me vine un poco abajo, pero solo fue un momento - Gracias por contarme algo tan personal. Si nos vemos las caras, quiero que sepas que me puedes hablar de lo que quieras - Quise decir, pues no debía de ser algo muy cómodo para ella y seguramente una cita a ciegas no era el mejor lugar.
Pero tocaba remontar los ánimos - Eso hace divertidas las comidas, no llevaremos bien con los postres.
Reí de nuevo un poco por lo bajo - Si, ahora estoy seguro de que eres una persona paciente - Le digo medio en broma - Y si te gustan los niños tan pequeños además estoy seguro de que eres una buena persona.
- Pues... vivo residente en la mansión. Y aunque voy en alguna ocasión a la ciudad, mi timidez supone un problema. Vamos, que aunque me gusta conocer gente, me cuesta. Y lo de ligar... no sé, mi manual de instrucciones vino sin esa palabra - Bromeé
- ¿Qué aficiones tienes o qué te gusta o te gustaría hacer... en tu tiempo libre? - Era otra pregunta buscando cosas en común.
Un respiro aliviado se deja flotar en el aire cuando ella nota con que naturalidad él reacciona a la mención de su pequeño.
-Gracias, habiendo sido tú tan transparente en tu historia, me hiciste sentir cómoda para referirte la mía.
Ella asiente con esos sonidos tipo ajá pero sin ningún tono de sarcasmo ni nada, solo concordando con él. –A decir verdad ya estoy sintiendo eso: que podría hablar de todo contigo. Para ser tan joven eres un alma vieja, a mí me han dicho también eso. ¿Sabes?, son personas que por circunstancias de la vida tienen que madurar de golpe. O tal vez reencarnaron muchas veces, no lo sé.
Ella ríe con el tema de los postres. –Excepto que nos den un volcán de chocolate… sácalo de delante de mí… es posible que me lo quiera comer todo.
En tono culpable.
-Ese postre es un talón de Aquiles personal.
El comentario de buena persona provocó un beso desde el otro lado de la mampara.
-Eres encantador, aquí te van muchos chuiks de mi parte –comenta haciendo los consabidos sonidos de tirar besos al aire.
-Yo tampoco lo tengo claro. No lo de vivir en una mansión jaaj, nunca he entrado en una, sino lo de ligar. He tenido una sola relación en toda mi vida. Sí, lo digo aquí pero me costaría admitirlo delante de otros chicos o incluso chicas. Se supone que para mi edad tuviste que haberte Ejem, tú sabes, con medio vecindario.
Piensa un poco antes de seguir, se nota que quiere contestar con esmero cada pregunta.
-Me gusta pintar. Me encanta cantar, además de salir a caminar. Mmm… amo diseñar ropa. No en un sentido frívolo, solamente que soy buena combinando las cosas y creando atuendos. Deberías ver lo que hice para Mat en Halloween. Jjajaj –su risa es muy dulce –le hice un traje de gatito negro y yo me puse como una bruja. Convertí su coche en un caldero precioso.
Suspira, satisfecha.
-¿Te gustan las mascotas?
- Me siento cómodo con la confianza que hay entre ambos - Le confirmé.
- Y es posible que haya tenido que madurar pronto como dices. Las circunstancias... - Opté por levantarme del sofá y estirar las piernas.
- Volcán de chocolate, anotado como debilidad - Me reí
Mis risas continuaron con sus besos, le devolví también unos cuantos del mismo modo.
- Uy, pues yo creo que eso de que no... hayas tenido muchas relaciones habla bien de ti. Yo... ¿Cómo decirlo? Siento que para tener una relación íntima, al menos tengo que sentir algo por esa persona. El sexo por el sexo... me parece algo vacío, sin gracia.
Luego con el tema de las aficiones - Me gusta mucho pasear. Lo de pintar creo que no sé me da bien, pero puedo ser un gran admirador de tu obra - Le digo medio en broma. Y me reí imaginando lo que me contaba de los trajes de Halloween.
- Me gustan mucho los animales. Tenemos caballos en la mansión, los cuida Charles que es lo más parecido que tengo a un hermano. Y me encanta estar con ellos, me parecen fascinantes. ¿Tienes animales?
-Yo también me siento cómoda así. –Ella asintió a lo de las circunstancias y se rió con la risa suya. Sobre todo, palmeó de felicidad cuando le envió otros besos.
-Ya lo tengo entre mis manos. Creo que este beso me lo pondré en la mejilla derecha.
Se sintió un toquecito en la mampara.
-Gracias por decirme eso sobre las relaciones. Yo también me siento así respecto a estar con alguien solo por un momento. No me gusta, quiero algo más sólido. Respecto a los dibujos, creo que tengo alguno. Si deseas puedo mostrártelo, creo que aquí hay una puertecita que deja pasar objetos.
Una exclamación llenó el aire con la mención de los caballos.
-¡Me encantan los caballos! Y me imagino que a mi pequeño también. Yo tenía un gato pero se me perdió. Puse un montón de carteles, yo creo que algún día lo voy a encontrar. Una amiga que fue a buscar unas cosas a casa se olvidó de cerrar una ventana que da al jardín. Lo extraño mucho… se llamaba Olie.
Se siente un sonido de ahogo, como cuando quieres contener un llanto.
-Perdón, soy demasiado sentimental. ¿Cuáles son tus sueños? Me refiero al futuro y eso.
Se respiraba un ambiente muy bueno. Y el ratito de los besos fue muy agradable.
- Nada que agradecer, es lo que pienso... - Le resté importancia a lo de las relaciones. Lo que me sorprendió fue lo de los dibujos - ¡Anda! ¿Tienes alguno aquí? - Ya estaba de pie, pero cerca del sofá, me di prisa en dirigirme hacia aquel cajetín, me sentía lleno de curiosidad.
- Lo de los animales es fantástico, seguro que le gustan a tu hijo. Y lamento lo de tu gatito. Espero que tengas suerte y lo encuentras. Se habrá ido por ahí a buscar novia - Le digo para que no se apene - Los gatos son unos supervivientes seguro que está bien y aparece pronto - Le mandé el mensaje positivo.
Carraspeo - Buena pregunta... - Medito un instante - Tengo que decir que estoy muy a gusto trabajando como jardinero. Quizá por ello... montar un vivero. Ya sabes, esos sitios donde puedes ir a comprar flores y plantas naturales. Tengo más claro lo que no quiero, no quiero una vida de estrés dentro de una oficina - Me río.
- ¿Y tus sueños? Bueno, no hace falta que sea laboral, lo que se te ocurra...
Ella depositó un papel en la puertita para que Arthur lo recogiera. Cuando lo hizo, le explicó:
-Es una princesa, por supuesto, que está hechizada en un sueño provocado por la Bruja de las Rosas. Me llevó dos días terminarlo. Dibujo desde pequeña, siempre por placer. Cuando hago algún dibujo me gusta inventarme una historia.
Agradeció lo que le comentó de su gatito:
-No pierdo las esperanzas pero gracias por decirme eso y no cosas como: "solo es un gato." Y los caballos, ¿cómo se llaman? No sé montar pero si me enseñas es posible que termine aprendiendo.
Lo que dijo de sus sueños provocó un aplauso.
-Eso es saber distinguir lo importante de la vida. Me gustan mucho las flores, sobre todo las gardenias y los lirios. Yo quiero volverme a enamorar, sentir esa dicha de nuevo. Y tal vez diseñar ropa para la gente común. Sí, me gustaría lograr eso. Abrir un pequeño estudio de moda pero para todos. Nada de costura solo para los ricos.
Se sienta de nuevo, por el sonido que hacen los almohadones.
-¿Qué cosas no soportarías en una pareja?
Tomé del dibujo y lo observé - Oh... qué bonito. - Lo miré un poco más - Es muy bonito, parece salido de un cuento. Y cuanto trabajo tiene... ten, no lo pierdas - Lo deposité de nuevo en el cajetín.
Me gustó mucho que me preguntara por el nombre de los caballos - Estrella, una yegua de color blanco con motas marrones, dócil y cariñosa. Y trueno, un caballo negro, más rápido e indómito - Me reí - Claro, será un placer enseñarte. Estrella para empezar está muy bien, es muy tranquila.
- Cuantas cosas en común - Le dije por el tema de las flores.
- Al final muchos aspiramos a no depender de nadie para trabajar. No necesito riquezas, justo eso que comentas, disfrutar de lo importante de la vida.
Me hizo otra pregunta interesante - Pues creo que... sobre todo la traición. Y eso incluye la infidelidad y las mentiras. Si no estás bien con la pareja lo mejor es hablarlo claramente. Se intenta solucionar. Y si tampoco, pues se deja. Pero eso de jugar a dos bandas... buff - Suspiré - ¿Qué opinas?
-Gracias -dijo ella cuando le devolvió el dibujo. -Si nos vamos encontrando más veces podría dibujar cómo te imagino. Sería divertido.
Respecto a los nombres de las caballos, le hizo saber cuánto le gustaban: -Estrella y Trueno, son perfectos. Me encantaría conocerlos. Entonces empezaríamos montando a la yegua, si es más tranquila. Sé que los caballos son seres sumamente inteligentes. Tienen una calidez especial en la mirada, una dulzura que derriba todas las barreras.
Su tono era de ilusión, como una enamorada. Se podía inferir que realmente amaba a los animales.
-Cierto es que tenemos mucho en común, tendremos que ahondar en ello. Y sobre poder vivir de forma independiente y haciendo lo que nos llena de significado la vida: eso es a lo que uno debe aspirar. Las riquezas solamente materiales son como las olas del mar: impredecibles. Nunca me casaría por dinero, no. Quiero a un corazón noble y sencillo con el que compartir todo.
Escuchó sobre la traición y estuvo de acuerdo.
-Es muy malo ser infiel. Yo prefiero que me lo digan en la cara antes, que hablemos o que rompamos... pero que me vayan con la verdad. Otra cosa que no toleraría en mi pareja es que fuese cruel con los animales. O con alguien que no pueda defenderse.
Se escucha que se apoya contra la mampara, posiblemente de espaldas.
-¿Te gustaría tener hijos? Entenderás que esa es una cuestión importante para mí. Necesito que me tomen con "el paquete completo " y eso incluye a mi pequeñín.
Me reí - Si, sería divertido que me dibujaras como me imaginas y luego ver la diferencia - Le dije jovial.
- Los caballos son inteligentes si, y tienen sentimientos. Hace unos meses hubo un accidente y el mozo se cayó de trueno. Se notaba que el caballo se quedó un poco traumatizado. Por suerte ambos ya están bien y todo quedó superado - Dije recordando aquellos hechos.
- Que bonito - Reconocí cuando trató del tema de por qué motivos se casaría o no.
- Estoy al cien por cien contigo. Una buena comunicación e ir siempre de frente, con sinceridad - Asentí
Reí de nuevo - Si, sé lo del "paquete completo". Si terminamos juntos, trataría a tu hijo como al mío propio. No pensé aún, quizá tendría uno, o... uno más - reí - Pero no tengo prisa.
Se nos terminaba el tiempo y no quise que todo terminara de repente - Bueno Natalie, ha sido un placer conocerte. Terminemos juntos o no, te deseo lo mejor. Besos - Le lanzo algunos besos al aire.
Asintió al plan de dibujarlo también: -entonces voy a hacerlo, todos los días que nos veamos te daré el dibujo de cómo te imaginé hasta ese día. Pero nunca me confirmes o niegues nada. El destino será el que decida si nos vemos finalmente en persona.
Se alegró de que no hubiera pasado nada malo en el accidente con el caballo.
-Me alegro, sería traumático tanto para el animal como para la persona, ellos se conectan con nosotros a otro nivel; los animales.
Suspiró de alivio al saber que el chico aceptaría tanto a ella como a su pequeño.
-Mucha comunicación, esa es una enorme base para construir algo de a dos. Bien, es cierto que ya ha llegado a su fin. Se me ha hecho rápido. Fue un gusto conocerte, Arthur.
También lanzó besos al aire y se sintió su risa.
-Hasta la próxima.