Partida Rol por web

Por fin había llegado ese momento que tanto esperabáis. Estabáis detrás de unas puertas de estilo japonés que a penas dejaban pasar la luz. Os habían dicho que esperaráis. Sin saber si habían sido minutos u horas, de repente la puerta se abrió, mostrando el maravilloso sitio que habían elegido para el reencuentro. Al otro lado: un puente precioso con luces en el techo y más al fondo una puerta igual que la tuya pero con una silueta desconocida.

Y ahi estaba esperando a que se abrieran las puestas. La verdad es que no es que fuera con un look super elaborado pantalones vaqueros un chaleco escotado y unas playeras...podia haberme puesto un vestido...pero sinceramente para la primrea vez que me viera preferia que me viera como realmente era.

Joder que nerviosa estoy... Me sentia un poco tonta todo fuera dicho.

Cuando las puertas se abrieron sonrei un poco sin saber que esperar.

Finalmente nos encontraríamos cara a cara. ¿Estaba nervioso? La verdad es que no. Bueno, un poco. Me había enfrentado mil veces al público en los escenarios, y con las chicas, no me sentía incómodo ni tímido, al contrario. ¿Pero hoy? Había pedido matrimonio a aquella chica hacía un rato. Ahí es nada. Sentía curiosidad, por supuesto.

En fin, lo peor que podía pasar es que no le gustase nada de nada y se echara para atrás. O al revés. Bueno, al revés pensaba que no, no iba a negar a Rebecca por su físico.

Abrí la puerta, caminé sonriendo.

-Wuooo

Fue lo único que se me ocurrió decir al admirar la belleza que tenía frente a mí.

Wow...Joder... Me rasque el pelo...eres guapo la verdad....¿Que coño haces aqui buscando pareja? Le pregunte entre divertida y muy sincera.

Me acerque hacia el mientras le seguia mirando.

Joder...por un momento te juro que pense en un perro flauta de pelo largo y pulgas...pero...tengo que decir que estas muy bien.

Segui caminando y llegue a su lado.

A la mierda...Y me acerque para besarlo. Tampoco es que fuera muy delicada por que era bastante mas alto que yo , pero tenia que probar a mi futuro marido y me sudaba el coño que fuera delante de las camaras por lo que le pase una mano por la cintura  y otra por detras las cabeza para besarle...no un pequeño pico no. Un beso con todas las de las ley de esos que tu lengua busca la suya y los das todo. Por que al final el como bese la gente y mas en un primer beso dice mucho... tenia una lengua muy decidida y serpentina por lo que esperaba que mi beso le gustara...

-Gracias…-la inquietud se rompió en una docena de fragmentos que se desvanecieron en la nada. -Me dieron el soplo de que tú estarías en el programa- respondí con la sonrisa traviesa bailando en mi boca, cuando comentó lo de buscar pareja.

-Tú no estás nada mal. -bromeé - Eh ¿No te va el pelo largo?

Rebecca lucía un físico increíble. No era cuento que entrenaba y se cuidaba. Muy atractiva. Alta. En forma. Fuerte.

-No hay duda de que con una ostia me tumbas.

Si yo tenía alguna duda de besarla o no, se despejaron con su acción. Se adelantó, nada de esperas, tal y como habíamos hablado. Le seguí el ritmo, y cuando su lengua se mostró exploradora, la mía le salió al paso para unirse a ella en una explosión de sabores y sensaciones, en un baile feroz y nada tímido.

-También me puedes tumbar con un beso- susurré en su boca cuando nos tomamos una parada. 

Fui yo quien la atraje esta vez hacia mi cuerpo, tomándola por las caderas y devolviéndole el fogoso beso de bienvenida y encuentro. 

La verdad es que su respuesta sobre que hacia aquí me gusto para que negarlo y parecía que le había gustado físicamente.

Y tenia que reconocer que besaba bien.

Me deje llevar cuando me agarro de las caderas aunque la mano se me fue a su trasero…

Hay que palmear la fruta antes de comprarla… Pensé divertida mientras nuestras lenguas seguían entrelazadas unos cuantos segundos mas. Un beso podía decir mucho de una persona. Si fumaba, si bebía y un sinfín de cosas mas.

Poco a poco me fui separando, mas que nada por no dejarme llevar de mas…pues no dejábamos de estar en un programa de televisión.

Me coloque el pelo un poco y me mordí el labio.

Bueno…pues aquí estamos… dije con una sonrisa divertida.  Mira al final parece que he elegido bien y todo…

Vale. Rebecca besaba de miedo, su boca soltaría tacos pero su sabor era dulce y su lengua muy hábil. Me costó un poco separarme, la verdad. Le di un pequeño mordisquito en el labio…

Fue entonces que noté su mano en mi trasero. Estaba demasiado ensimismado para darme cuenta antes.

-¿Te gusta lo que tocas? –una sonrisa socarrona acompañó a mis palabras- me pregunto si estás marcando terreno, si mi futura y preciosa compañera de vida ya me considera de su propiedad –continué la broma. Rebecca era posesiva, de ideas claras, directa, tomaba lo que quería. Nos parecíamos, nos conjuntábamos.

-Has elegido muy bien nena. Casi tanto como yo.

Mis manos enmarcaron sus mejillas. Qué importaba que luego nos vieran en pantalla. Ahora que conocía la fogosidad de su boca, quise probar la textura de sus labios con besos suaves, delicados, picos mullidos, juguetones y glotones. 

No esta mal lo que toco no… Rei cuando dijo lo de marcar territorio. No no solo que me gusta comprobar la calidad jajajaja pero no soy celosa ya lo dije ni posesiva…¿pasional? Si bastante pero no pongo correas ni aguanto que me las pongan…fuera de la cama al menos… Susurre.

Uhm prefiero que me llames Becca a Nena…nunca me a gustado… Y era cierto nunca me había gustado que me digan Nena.

Fui correspondiendo sus besitos con algún mordisquillo.

¿Sabes que la primera imagen que tengan tus padres de nosotros sera comiendonos la boca? Le susurre entre besos...

Nada de nena. Anotado.

Correas. Anotado. Me reí con su comentario.

-De momento no quiero huir de ti, no es necesario que me ates. –Mis ojos buscaron los suyos. Me gustaba de verdad esta chica. Bueno, Morgan, que le has pedido matrimonio.

Besar y morder molaba. Mis dedos acariciaron sus mejillas. Besé el mentón. Besé la punta de su nariz.

Y regresé a sus labios.

-¿Y qué me dices de tu madre? –devolví el susurro- Los míos no se escandalizarán. Serán testigos de que su hijo es feliz. Y si lo es, ellos también. Verán que estoy comiéndole la boca a una mujer muy bella, valiente y descarada. Ya en otro momento les diré que eres una malota.

No podía separarme de Rebecca. Pero tampoco quería agobiarla, con aquello del empalagamiento. Aflojé un poquito la presa y dejé que ella decidiera. Nos empezábamos a conocer de manera física, no sabíamos de nuestros límites, de nuestra necesidad de abrazos, besos. De nuestras ganas mutuas.

Toda una aventura.

Seguia juguetean con su pelo su trasero sus labios…

¿Mi madre? Bueno…me da un poco igual si la gusta o no…supongo que no es lo peor que me haya visto hacer…así que no dira mucho…Me alegra que tus padres les parezca bien…a ver a veces si soy algo malota ya te contare ya…Digamos que mis vacaciones son un tanto forzosas por haberme pasado con un detenido…según su abogado claro… pero si eres un maltrador de mierda…y te resistes… Pero no es el momento ni el lugar… Termine por decir susurrando.

Mentiría si no que esto me esta gustando y digamos que llevo un tiempo largo sin follar…y no es plan de que te arranque la ropa delante de tus padres aunque sea virtualmente hablando… Por lo que termine por separarme de el .

Di un largo suspiro mientras me colocaba el pelo.

La verdad es que sigo flipando y ahora mismo tengo calor jajajajajajaja.

Por primera vez admiré a Becca con ojos soñadores. Me tomé unos segundos regalándome con su brillante y ansiosa mirada, con sus atractivos rasgos, acariciando su cabello, sonriéndole con mi media sonrisa contenida.

Le había pedido que se casase conmigo y no la amaba. No todavía. Ni Rebecca a mí, claro. Pero sentía en algún lugar de mis entrañas de que me sería fácil enamorarme de ella. ¿O lo estaba ya sin saberlo y por eso me declaré? Becca parecía una cría traviesa, muy lanzada, quizás incluso con su punto violento, tal y como acababa de confesar. Agreste y salvaje como una montaña ignota.

Yo quería explorarla, descubrirla. 

-¿Tú crees que le caeré bien a tu madre?¿A tus amigos? ¿Qué es lo peor que te ha visto hacer? -pregunté, curioso, riéndome. 

Entorné los ojos cuando habló de sexo. Vale, la deseaba. Lo confieso. Ya llegaría nuestro momento íntimo. Ahora, me separé un poco de ella, acaricié con un dedo sus muñecas y soplé ligeramente en su cuello -Para el calor -afirmé, un poco malvado. No pude contenerme y le robé otro beso fugaz. Luego, ya me separé un paso de ella.

-¿Qué se supone que hacemos ahora? ¿Damos un paseo, comemos juntos o tomamos algo? ¿Tienes idea?