Partida Rol por web

Aun mareada Sherezada camina en pos del asilo, su paso cansado indicaba que apenas se recuperaba del todo de lo ocurrido. Lentamente en su rostro se dibujaba una sonrisa.

Creo… que era por aquí… ¡Cori!

Tal como es mi personalidad, se me ha ocurrido otra idea, ya que pocas veces seguía una línea de pensamiento hasta el final, no debería sorprenderle a mi amiga. Me giro hacia ella con los ojos brillantes. Esos ojos que no auguran nada bueno.

- ¿Has oído antes el Ding ese tan grande?- me pongo una mano de pantalla para que no nos escuchen- ¿Que te parece si vamos al reloj a investigar un poco?- mi sonrisa se ensacha ante la perspectiva.

Estaba sumamente intrigado por ese hecho y no iba a pasarlo por alto así como así.

La mirada de Odelien le llama profundamente la atención, por lo que puede levantar su rostro y permanecer en silencio para meditar dicha invitación. Su lado más maduro le dice que es riesgoso y debería optar por algo más tranquilo; sin embargo, su llama de aventurera irradia más calor para embargar su espíritu curioso e investigador. 

Los ojos dorados de Antye brillan más y su sonrisa ensancha. Sin decir nada asiente a la invitación de Odelien y por un momento parece que su mirada refleja audacia. Su rostro es una mezcla de timidez y soñadora... rara combinación.

El rostro de Antye se transforma de seria y preocupada a relajada y curiosa cuando Ode se acerca a ella. Desde lejos puede verse que ella asiente con efusividad y su sonrisa se vuelve más obvia. 

Correspondo con el mismo saludo a Evan y le digo " No, yo no te he mandado ningún mensaje, realmente iba a pasar a verte a lo largo del día, sin horario específico, para darte ese listín telefónico que me habiaís pedido junto con los datos personales de esa persona a investigar, es decir, sus llamadas, ... que recibí por carta..., entonces iba de camino a la cafetería cuando me topé con todo ésto... por eso te preguntaba que era este jaleo..."

Caminas hacia la biblioteca apresurada... Llegas e intentas entrar pero al parecer esta cerrada. Te sientes frustrada. Te giras exasperada y escuchas unas campanillas, es la tienda de Gold.

Miras y ves cómo Gold te mira desde su tienda, quizá él sepa algo de la biblioteca...

Recibes un mensaje de móvil, lo abres. Es de Evans.

DANY, TIENES IDEA SI LA ALCALDESA Y DANIEL ESTÁN DÁNDOSE*

Te ries ante el comportamiento de tu amigo. Pero vuelves a mirar la tienda, gold ya no está mirandote...

Sigues avanzando con Regina hasta el ayuntamiento, con paso calmo y tranquilo, parece un paseo cotidiano, aunque estés menos solo pese a parecer un lobo solitario. La señorita parece que dice enserio lo que ha comunicado, pues sigue caminando con total comodidad a tu lado.

Le encantó, casi fue música para sus oídos, esas palabras de conformidad, lealtad y servidumbre. Una sonrisa se fue ampliando en su rostro, porque además Daniel no se sentía incomodo a su lado... lo sentía tan fiel. Se mordió el labio, tras notar que captó su atención y cuando comentó aquello de que se sentía halagado, con el tono de autómata, un erizamiento le invadió el cuerpo, casi como una vez... tanto tiempo atrás. -Mi confianza es un cumplido, debía halagarte.- declaró con una sonrisa amplia la mujer.

Los pasos los encaminaron hasta el ayuntamiento, la mujer paró de golpe, sonrió brevemente, deslizando una sutil caricia en aquel brazo lleno de un calor extraño que nunca sentía, observándolo, se puso frente, taconeando con fuerza, la seguridad que desprendía: - Voy dentro, ¿esperarás? - preguntó, colocando bien aquel pañuelo que tenía el chico y bajando la caricia, acabó por bordear el pecho, cerca de su corazón clavando ligeramente las yemas, apartando la mano despacio.

Una mirada coqueta, se alejó de él moviendo la melena al aire adentrándose en el ayuntamiento, dispuesta a llegar a su despacho.

Dados a tu favor, Daniel

Normalmente, seguirías con aquella faceta de autómata pero, no era el momento porque, en cuanto la alcaldesa se colocó ante ti, una posición de soberbia y poder la rodeó, la sentiste muy por sobre de ti, sin saber porqué y cuando bordeó tu pecho, sentiste dolor, mucho dolor, sin comprender porqué. Al alejarse, la sensación extraña sigue ahí, te cuesta dar una bocanada de aire y llevas tu mano al pecho, notando tu corazón acelerado pero, todo se sentía demasiado raro. ¿Por qué tuviste la sensación de que la reina tenía tanto poder sobre ti? ¿Lo sentirían igual todos?

-Quedarte ahí, esperándola
-Adentrarte al ayuntamiento, siguiéndola
-Ir a otro lugar, ahora que ella no está.

Hora de poner en tus notas:

Progresión 1/10

Decides seguir de cerca a la pareja, ves como se desvían al ayuntamiento y como ella se despide seductoramente. Estás bajo la torre del reloj viendolos de lejos derepente, un objeto rebota con mucha suavidad en tu pie pero, aún así, lo notas.

Dados a tu favor

Dejas de mirarlo y bajas la mirada, observando aquello y te encuentras con un: collar algo rustico con una especie de emblema o escudo.

Lo recoges con sumo cuidado y un golpecito anida en tu pecho, dejándolo ligeramente roto al verlo. Es como si sintieras que es un objeto muy especial para ti pero, no recuerdas quién te lo dio... porque parece que desapareció hace mucho tiempo. Aún así, el grabado en él parece indicar algún tipo de nobleza retratada con esmero y cariño. Miras a tu alrededor, no hay nadie, miras arriba pero es imposible, la torre del reloj esta sellada, ya nadie debería venirlo a buscar y tú te sientes extrañamente familiar con él. ¿Significara algo?

Primero:
-Tomar colgante
-Dejar colgante

Evan toma el colgante del piso con extrañeza. Una sensación particular le abrazó. No podía describir por qué sentía lo que sentía pero era claro que algo un calosfrío, al menos, le había arrebatado el interés por Regina y Daniel.

Intentó observar con mayor detalle el colgante y, como si sirviese de algo, observó al reloj. Sabía que no podía haber caído desde allí. Decidió no darle mayor importancia a la procedencia, probablemente a alguien se le hubiese caído y la sensación de rebote había sido tan sólo una casualidad. De una u otra manera, sabía que tenía que llevarse el objeto. Parecía valioso, aunque no podía estar seguro, y si alguien lo había perdido, el primer donde lo reportarían sería en el puesto del Sheriff... claro.

Guardó el collar en su bolsillo y decidió volver. Pavlov probablmente estaría hambriento y carente de afecto. Le había dado muy poca atención en todo el día y, dicho sea de paso, también debía organizar su cena con Danielle... si es que finalmente se juntaban. De hecho, mientras se dirigía hacia el puesto revisó sus mensajes y al no encontrar noticia de ella decidió enviarle otro mensaje:
ESTOY MOLIDO, DÍA LARGO HOY. CENAMOS EN MI PISO ESTA NOCHE, VERDAD?, O PREFIERES QUE VAYA PARA ALLÍ?
PD: REGINA LE ESTÁ DANDO A DANIEL. CONFIRMADO.