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Los días se siguen pareciendo entre sí, como todos los que recuerdas. Llama la atención lo mucho que llegas a olvidar los pequeños inconvenientes del exterior, como pueden ser el frío o el calor, el viento, el peligro constante frente a la enfermedad...
Tu casa es, como las de la mayoría del Búnker, un ejemplo de espacio bien aprovechado, aún cuando no supera los 50 metros, poder prescindir de cocina, hace que el espacio parezca expandirse, aunque un parte de él esté ocupado por tu laboratorio personal. Las lámpadas con hologramas 3D como imitación de ventanas hacen maravillas para reducir la sensación de encierro, pero no a alejar el frío.
Lo que no logras identificar del todo es qué te sigue resultando incómodo de este lugar. Tienes mas espacio que la mayoría, juguetes, posición... pero en realidad ya lo sabes.
Un espacio en el que estás solo tu te sigue pareciendo más una tumba que un hogar, por muchas comodidades que tenga.
Ahora puedes narrar un poco el principio de tu mañana, tus pensamientos e indicarme dónde quieres ir o qué quieres hacer.
Otro nuevo día en aquella celda y sin duda alguna no había otra palabra que definiese mejor las estancias de aquel bunker. Era extraño que como especie habíamos dominado este mundo y ahora nos veíamos obligados a ocultarnos por algo que seguramente habíamos provocado nosotros de alguna manera.
A pesar de llevar despierto un largo rato, me quedé en la cama aprovechando esos breves momentos en el que mi mente se pierde en sus más profundos pesares armándolos con evocaciones que consideraba profundas. Creo que incluso me gustan esos momento, a veces llego a pensar que me encanta retorcerme en mi propio sufrimiento… sonrío a mi desgracia, es lo mejor que se hacer, mientras pongo una máscara al resto del mundo.
Pero no podía quedarme allí y aunque quisiera me veía obligado a tener que continuar y el por qué no era otra cosa que algo tan simple como el instinto de conservación. Aunque para que mentir, quizás hay más vicisitudes, sucesos, cosas… que me movían, aun así prefería pensar o más bien no pensar en ello.
Giro sobre mí mismo y observo el techo, mientras pienso “Debería levantarme, debes levantarte… Levántate de una vez Rory”… un breve suspiro y al fin logro convencer a mi cuerpo para que se mueva solo lo suficiente para sentarme en el borde de la cama mientras dejo que le frio que comparte el suelo con la estancia despierte del todo mi cuerpo…
Me alejo de la cama y me acerco a un lavabo dispuesto asearme, no sin antes observarme en el espejo… parecía que dormir no me ayudaba demasiado, al final del día acababa tan cansado como al momento de levantarme, quizás el breve tiempo que pasada durmiendo era lo único que me mantenía aun con las fuerza suficientes para continuar.
Termino mi aseo y me miro nuevamente al espejo. Ya estaba listo, la misma bata blanca de todo los días y esa sonrisa tan propia de mí, era el momento idóneo de perderse y ver como evolucionaria aquel día ¿habría alguna novedad? ¿Alguna alma que hubiese soportado la cuarentena? ¿O quizás encontrase hoy por fin la cura? Quien sabe pero el intentar ser positivos dicen que ayuda.
Abandono mi estancia directo hacia los comedores.