Partida Rol por web

La habitación hasta la que te diriges es más grande de lo que imaginabas. Tras parpadear compruebas que en gran parte se debe al efecto óptico de los inmensos monitores del fondo, cuyo paisaje estrellado crea la imagen óptica de amplitud.

Si estuvieses menos cansado quizás podrías apreciarlo mejor. Pero no es el caso. sólo te trae a la realidad la voz a tu espalda, apenas un susurro.

Espero... que puedas descansar.

Yo... - duda. La miras, y por un momento tu visión calorífica se enciende, casi por inercia. Tiene las mejillas encendidas. El calor de su cuerpo cambia, bloqueada por la indecisión.

Cuando se da cuenta de que la estás mirando, aparta los ojos. Sabes que quiere pedirte algo, pero no se atreve. - puedo...

quieres que...

Y sus palabras mueren. Necesita algo de ti, eso lo sabes.

Observaba aquella paredes y me preguntaba si eso realmente era simplemente una habitación improvisada o algo mas, pero mis sentidos estaban fallando, al igual que mis piernas y necesitaba sentarse, tumbarme y dormir; para generar serotonina suficiente para un nuevo día. Pero fui interrumpido en mi cometido, al girarme mire con asombro a Nadia.

-¿Estas acalorada? Supongo que todos estamos cansados. -Comente sin preocuparme por la consecuencias de mis palabras, por alguna razón, bajaba mi guardia con ella. -Ven siéntate. -Ofrecí un asiento a mi lado pues, necesitaba descansar los gemelos y las rodillas y eso parecía que era algo mas que un simple buenas noches.

-¿Necesitas algo? -Observa su figura y su tonalidad, si no estaba errado, estaba incomoda, pero no tenia clara la razón y quiera, no, deseaba saberlo.

- Es sólo... Que me siento un poco estúpida ¿sabes? - Trata de sonreír. Le tiemblan las manos - Siempre que estoy contigo me siento un poco así. Como si hubiese ... Hubiese algo más de lo que tendría que darme cuenta.

Se acerca y tras una vacilación, se sienta en el borde de la cama.

- Normalmente yo... Sé entender a la gente y no me... No soy tan así. Creo que me pasa ... Porque no te entiendo, y no puedo dejar de pensar en eso.

Traga saliva - pero si no te lo digo hoy, creo que no lo haré nunca. - se desliza un poco sobre la cama, acercándose a ti lo justo como para casi tomar tu mano.

- ¿Me dejarías... Pasar la noche contigo, para tratar de comprenderte?

La mire con sorpresa, a pesar de que mi expresiones no eran las mejores y mi cansado cuerpo tampoco respondiera como me gustaría que lo hiciera. Pero fue curioso escuchar esas palabras viniendo de ella, sabiendo ademas que a veces yo ¿Me sentía parecido?

Era interesante escuchar las dudas de otra persona sobre la mía propia, a decir verdad, ademas de ella, solo John había traspasado esa zona que llaman confort. Pues no sentía demasiada empatía hacia el resto ni por el acto o necesidad de sentir a otra persona cerca. No obstante con ella mi cuerpo reaccionaba de diferente manera, una que me hacia sentir incomodo pues no llegaba a entenderlo. Por supuesto había leído mucho al respecto pero aun y todo, todo aquello no eran mas que opiniones subjetivas o vivencias personales, que se convertían en inútiles lecturas al no poder entenderlo pues era necesario un nivel mayor de comprensión, o tolerancia tal vez.

-¿Dormir juntos? -Algo en mi cuerpo pareció reaccionar ante esas dos simples palabras y note el bello de mi brazo erizarse. -Mmmmm... De acuerdo. Aunque no entiendo como puede solucionar esas dudas que mencionas. -Fui directo como siempre. -Pero sincerandonos, mi cuerpo a veces también actúa por cuenta propia. -Alce mi brazo hasta sus ojos. -¿Puedes ver? No tengo frio pero tengo piel de gallina. ¿Por lo que puede llegar a entender puede ser incomodidad? -Al instante me di cuenta que esa palabra no era buena, no era adecuada para expresarse en ese momento y fue una sensación curiosa, pues nunca antes hubiera dudado tan pronto del como dirigirme a una persona. -O nerviosismo. -Quise arreglarlo sin demasiado éxito. Ahora mismo las palabras en ingles se me estaban mezclando y como diría algún escritor gótico: creando una bola que dolía en la garganta.

Nadia te mira y entreabre un momentos los labios para volver a cerrarlos. Alza una mano y muy suavemente acaricia el brazo que le tiendes. La sensación te produce un nuevo escalofrío. No es desagradable, pero tampoco te sientes cómodo en las situaciones desconocidas, por lo que sumado al cansancio estás... un poco fuera de ti. Afortunadamente, la expresión de ella es dulce. De alguna manera te reconforta, y a la vez... no estás del todo seguro de seguir adelante, con lo cansado que estás.

Mientras todas esas emociones pasan por tu mente y tratabas de analizarte, sientes que tu mano esta posada sobre algo suave. Cuando te fijas, ves que ella la ha colocado sobre el nacimiento de su cuello. Largo, delgado... cálido. Mucho más suave que cualquier tejido.

- Entonces era por eso -  Murmura. Su sonrisa es ahora un poco más confiada, como si acabase de comprender algo. ¿Te gusta verla así? ¿Te agrada el brillo que hay ahora en sus ojos? ¿Cómo deberías reaccionar?

Pero antes de que tomes una decisión, Ella se incorpora e inclina sobre ti, acercándose hasta besar tu frente. Está tan cerca que puedes percibir su olor, tan diferente al de Rachel. Demonios, sus recuerdos son demasiado recientes y aún sientes pequeños lapsus.

Apoya una rodilla junto a ti en la cama y te rodea la cabeza y los hombros con los brazos. Puedes sentir su pecho contra ti, su fina cintura... Los brazos que te rodean lo hacen con tanta suavidad que casi temes que puedan romperse si te movieses. Y tras el impacto inicial descubres... que es... relajante. si quisieras, sería fácil rodearle la cintura con tus manos y sentirla aún más cerca.

En esa posición, ella toma una larga bocanada de aire y la suelta despacio. Puedes oír el latido de su corazón, tan cerca ahora, y te descubres a tí mismo imitando su gesto y dejando salir largamente el aire, lo que te deja espacio nuevamente para decidir.

El momento se alarga hasta que decides moverte, y ella te devuelve el espacio que te había robado, buscando tus ojos con la mirada - Gracias. Creo que... simplemente me apetecía - Se encoge un poco de hombros y sonríe aún más radiante. Parece que se haya quitado un inmenso peso de los hombros, y en comparación casi podría flotar.

- ¿Aún te apetece que pasemos juntos la noche? - pasa un dedo bajo tus ojos, dibujando la línea donde deberían estar tus ojeras - Dormir estará bien. Estás cansado. Lo comprendo. Mañana será otro día. Si tu quieres...

Todo aquello era nuevo, raro y a la vez cálido y confortable. Busque un recuerdo similar en mi pasado. Algo parecido, pero no lo había ni siquiera el fugaz recuerdo que mi madre sosteniéndome entre sus brazos. Pues los brazos de ella, su calidez, era distinta. No me hacia falta observar con mis ojos que ambos cuerpos habían subido un par de décimas y no era simplemente por el calor humano.

Era confuso, tal vez mas de lo normal por el hecho del cansancio al que me había forzado, pero como siempre, deseaba SABER mas. En otras circunstancias podría llegar a comprender con mas facilidad y análisis toda aquella situación. Estaba seguro que me había informado al respecto, pero mi cabeza era lo mas pesado de mi cuerpo en ese momento y solo tenia un pensamiento en la cabeza, a pesar de que había otros golpeando ocupar mis prioridades desde el abrazo de ella.

Me aparte un segundo para observarla detenidamente y parpadear lentamente, no deseaba perderla de vista, a pesar de lo ilógico que pueda llegar a sonar.

Baje la mirada para observar sus brazos y luego de nuevo a su cara.
-Sí, hagamoslo. -Dije sin titubear. -Durmamos esta noche. Pero debo advertirte que desconozco si me muevo mucho o mi respiración puede llegar a molestar a otros. -Me levante entonces de la cama y le ofrecí mi mano para que se incorporara, no tenia intencion de dormir sobre una colcha.

Nadia toma tu mano y asiente.

Las últimas luces descienden cuando ambos se acomodan entre las mantas.

Hay un instante en el que casi jurarías que te va a ser imposible dormir, pero escuchar la respiración cada vez más pausada de Nadia parece tener un efecto narcótico, y tu consciencia se va desvaneciendo.

Solo que eso no significa que llegues a dormir.

Unos minutos para relajar la mente es todo lo que necesitas antes de comenzar a acercarse nuevamente a ese recuerdo que parece haberse grabado a fuego en tu psique ¿Pero qué demonios es?

Necesitas horas descansando, situando cada cosa en su lugar para comenzar a entender su significado.

Es conocimiento. Toneladas de conocimiento, la mayoría de él en apariencia inútil, demasiado para tenerlo atrapado en la mente. Suficiente como para ...

Ahora lo comprendes.

Lo que tienes en la mente es una inmensísima Biblioteca...

Puedes apuntarte la habilidad Biblioteca en el hueco misterioso.

Siempre que necesites una habilidad que no posees para situaciones concretas, podrás pasar una hora completa de "Estudio" y tirar Biblioteca + Inteligencia. Los éxitos corresponderán a los dados que tengas para la habilidad sobre la que has investigado, pero sólo sirve para una tirada cada vez

Cada tirada sucesiva requerirá nuevamente una hora de estudio previo.

Además de eso, puedes comprender que la "Biblioteca" que tiene Rachel debe ser inmensísima, rallando los límites de lo que se consideraría absurdo hasta para un androide. (4 o 5 puntos de habilidad), sólo que ella actualmente no tiene acceso a dicha fuente de información.

Un movimiento. Abres los ojos de golpe. Está completamente oscuro y es difícil saber cuanto tiempo puedes haber dormido. Casi te habías olvidado de que Nadia estaba a tu lado.

- ¿Estás bien? - Susurra. Comprendes que no es la primera vez que lo hace - Estabas... agitado

Perderme en la mente de Rachel había sido tanto malo como bueno, gracias a eso respondí una incógnita sobre la psique humana, pero a la vez se abrió un abanico tan grande de posibilidades que me supero incluso a mi.

Pensaba que la noche, dormir y hacerlo plácidamente me ayudaría a recuperar mi persona intacta, que solo era cansancio acumulado, el porque me sentía así. Pero estaba en parte equivocado. Aquello llego en la noche, mientras descansaba y de nuevo se repitió en mi cabeza una y otra vez. Todo lo que había buscado y la cantidad de información que recopile en tan poco tiempo, estaba de regreso bombeante y eso no me ayudo a conciliar el sueño hasta el punto de despertar de nuevo, pero ahora estaba todo mas claro, la razón de estar cansado y la voluntad de saber mas. Era... interesante, increíblemente interesante.

Y sin darme cuenta el rostro de Nadia estaba tan cerca de mi que me obligue a retirar un poco la cabeza.
-¿Que? Si, bien, perfecto. Ahora comprendo mi cansancio, no era físico era mental, pero de una forma nueva, diferente. Es asombrosa la capacidad de información que pude hallar y me pregunto si podría volver... -Extrañamente mi voz sonaba animada, diferente a lo que yo mismo tenia acostumbrado, ni cuando forzaba la voz en por de ese tono, sonaba igual, era extraño y seguramente ella pensaría lo mismo.

-¿Te he despertado? Que hora es. -Volví a un tono mas neutro mas común en mi, sin apartar la mirada de ella. Esa situación me era totalmente nueva y a la vez familiar, o mejor dicho cómoda.

- ¿Volver?... - Pregunta, extrañada. Sin embargo, cuando haces el amago de averiguar la hora, ella detiene tu mano. Y... a juzgar por la sensación mullida y cálida, debe haberla atrapado con los labios.

Probablemente sea más la falta de hábito que la sorpresa, pero de una manera o de otra, te la has detenido. - Eso no importa ahora.

Un momento después ella se sigue moviendo. Aparentemente, no se siente cansada. Sus piernas son suaves, elásticas. Es real, pero a la vez en parte te sientes como un espectador. De alguna manera, vivir una experiencia cercana desde el interior de Raquel, aunque sólo fuesen sueños entremezclaros con recuerdos, era mucho más intenso. Y aún así, cuando se sienta a horcajadas sobre ti, rodeándote en un abrazo abierto te descubres a ti mismo con el corazón disparado - Al menos por un rato... el tiempo es para nosotros - Se inclina sobre ti, derramando sus besos sobre tu frente, invitándote a cerrar los ojos, sobre tus mejillas, como si quisiese consolar todo lo que nunca te atreviste a llorar, sobre tu mentón, como si adorase cada palabra que pudiera brotar de tus labios... los cuales se quedan aún anhelantes, puesto que sobre ellos no se derrama beso alguno, sino que siguen tu recorrido descendente hacia tu cuello, dejando por donde pasa tu piel caliente y vibrante.

No parece querer darte opción a réplica en esta ocasión. Y lo cierto es que esta vez te costaría un esfuerzo aún mayor rechazarla ¿Pero quieres hacerlo?

Aunque su deseo sea contagioso, sigues siendo dueño de ti.

Y entonces llega, como un cubo de agua fría, un susurro - _{Llévame contigo...}

Sentir su cuerpo contra el mio, dejar de pensar en la lógica por un instante tan largo, como eterno. Tener la necesidad de rodear su cintura con mis brazos, para apretar y sentirla aun mas cerca. Todo aquello era nuevo e intenso, extrañamente intenso. No entendía mi propio cuerpo y mi mente debía de seguir abotargada por el súbito despertar pues no tenia otro pensamiento que no fuera ella.

Ese acercamiento, ese cariño. Había leído sobre todo aquello, observado por pasillos oscuros donde un par de personas pensaban que estaban en soledad o que un lugar transitado fuera privado. Pero nunca pensé en ello o que algo así pudiera llegar a sentirlo y aun así, seguía confuso sin llegar a entender toda aquella situación, a pesar de que mi cuerpo si parecía entenderlo, es por eso que pensaba que mi mente aun no estaba despierta, era la única explicación y me incomodaba, pero a la vez era reconfortante y excitante.

Pero fueron un par de palabras cercanas que activo el lóbulo frontal y abrí los ojos ante la duda de aquellas palabras. Esa fue la razón por la que levante ligeramente el cuerpo de ella, por los hombros y pregunte: ¿Llevarte a donde? -Realmente debía seguir somnoliento, pues no entendí la razón de aquello y quise saber mas.

Ella pasa por alto - o hace ver como si pasase por alto - tu sorpresa. Ahora son sus manos las que miman el recorrido descendiente que estaban dibujando sus labios, suaves, excitantes. Aunque una parte de tu mente trata de mantenerse alerta, el contacto es tan embriagador que una cierta neblina de confusión aún se mantiene. Sigue hablando en susurros.

- No quiero que te separes de mi - cambia ligeramente el peso sobre ti. El calor que desprenden ambos cuerpos es inusual, por lo que te cuesta identificar los motivos de lo que ves. Es demasiado. Demasiado excitante. Demasiado para concentrarte.

- Pero sé que tu misión es importante. Por eso quiero que me lleves - su mano sigue descendiendo - Al espacio. Quiero estar contigo. Quiero que volemos juntos.

Esa nueva sensación que ella me provocaba era extraña y ajena, pero me recordaba al efecto del alcohol, embotando mis sentidos y mi capacidad de procesar, pero a diferencia era agradable. Y a la vez muy diferente, tenia clara la razón, mi cuerpo reaccionaba ante sus caricias y movimientos, sin aviso, sin esperar una orden, simplemente por instinto.

Era increíble como aquel simple contacto, podía acaparar toda la atención de mi sobre ella. Quería saber mas de todo aquello, por primera vez sentía curiosidad real por ello y me preguntaba la razón, pues no llegaba a condecir todo aquello, nunca antes me interese por otra persona como con ella. Tal vez mi mentor, pero hacia tanto tiempo de ello y sufría aquel cálido ataque que seguramente estaba mezclando pensamientos y recuerdos.

Por primera vez no deseaba hablar, razonar o averiguar, solo dejarme llegar, apagar mi mente y que fuera el cuerpo quien hablara, pero ella hablaba y debía contestarla, así me dijeron que funcionaban las personas.

-¿Mi misión? -Parpadee repetidas veces, intentando comprender a que se refería. -¿Te-te refieres al unir un grupo que vaya en la nave que debe encontrar la burbuja? -A pesar de sentirme relajado mi cuerpo estaba tenso y me costaba hablar en un tono adecuado, eso me incomodaba, siempre e procurado hablar correctamente. -Llevarte... Eso no esta en mis manos, ni en las de nadie en concreto. -Abrí los ojos de par en par mi mente dejo de pensar en ingles y comenzó a usar mi lengua natal.

-*Nadie tiene un lugar asegurado, como ya-ya sugerí, debemos todos y cada uno dar una lista de nombres y elegir a los mas adecuados, no du-dudo de tu potencial y trabajo, eres una buena profesional, me gusta tu compañía, seguramente seas una de las recomendadas en mi lista. Y no hay nada que in-inpida que alguien se ponga a si mismo en la lista, te sugiero que así lo hagas, necesitaran de servicio medico. -Deje de hablar, sin darme cuenta mis manos acariciaban su tersa piel, dibujando su silueta, una vez mas el instinto me castigaba con su indiferencia ante mi yo consciente.

Al escucharte, ella parece detener su sinuoso movimiento por un instante, a unos centímetros de llegar al punto en el que se concentra tu mayor excitación, y resopla brevemente, pero un momento después prosigue, inclinándose más y más.

-Estoy segura de que encontrarás la manera. Confío en tí, Utolsó.

La sensación que vino a continuación borró de tu mente definitivamente cualquier intención de responder. La suavidad del beso más íntimo, la calidez de su interior. El cómo ella juguetea con tu deseo, escuchando los mensajes de los que no eres ni tu consciente, en tu respiración.

Y cuando tu curiosidad y tu deseo te impulsan a hacerlo, ella te permite jugar con su cuerpo, respondiendo a cada una de tus intenciones, moldeándose a ti en lo que sigue dándote a cada instante, lo máximo de sí misma.

Pasan así un largo rato, hasta que estás cerca de abandonarte total y absolutamente a esa sensación cuando entre sus suspiros te alcanza un ruego - Te quiero, Utolsó. Dime que me quieres. Por favor, dímelo.

Un hombre más versado podría pensar que esta mujer solo trata de manipularlo ¿Pero cómo no creer en ese olor desconocido hasta ahora, en esa piel tersa, en sus gemidos, en su entrega...

Todo aquello fue nuevo, intenso, increíblemente placentero y aun así aun no tenía el conocimiento suficiente para responder a esos ¿actos? solo la incomprensible necesidad de repetirlo, aprender de ello, de ella e intentar entender así de que se trataba realmente.

Ciertamente el toque de otro cuerpo, el roce, el conectar ambos y asombrarme sobre la efectividad de ese acople, me hizo pensar en mi trabajo y como sin saberlo estaba rodeado de toda aquella pasión, preguntándome si todo aquello que estuviera conectado estaría igual de complacido. Por supuesto era un pensamiento totalmente irracional, pero mi cabeza por primera vez, parecía querer fantasear, algo que me confundía aun mas y esa sensación era increíblemente efectiva para ello. Mientras durase, esperaba ser capaz de crear y recordar sueños, como de niño, pero diferentes. Resaltar aromas, sabores, sensaciones en la piel, hasta la propia vista deseaba mas. Es tan difícil de describir todo aquello... Por primera vez dude de la cuantificad del todo.

Por primera vez en mucho tiempo estaba realmente confundido y preferí quedar callado intentando disimular ese temblor que sucedía en mi labio inferior mientras ella esperaba una respuesta. Cerré los ojos y deje hablar a mi cuerpo, él era mas animal que mi cerebro, mas primitivo, él seguramente daría una buena respuesta a la mujer que yacía a mi lado.

Y en lo posterior y sin saber la razón tuve la necesidad de hablar de mi pierna, de la sensación que tenia a veces y torpemente compararla con esta nueva sensación que me había enseñado. Seguramente ella ya sabría de mi falta de extremidad o simplemente no le interesara pero extrañamente sentí el impulso de hablarle de ella. Y la razón de su perdida, ¿Tal vez para que conociera un poco mas de mi? No lo se. Aun no lo se.