Partida Rol por web

Esta joven mecánica se crió en el Búnker. Desde pequeña adoraba desarmar y rearmar cualquier aparato que cayese en sus manos, y pronto lo hizo su profesión. Según ella los humanos no son lógicos las maquinas si, por lo cual las entiende mejor que nadie.

Posible fallecida por contaminación indirecta a causa del accidente en los laboratorios.

Mécánico de carácter pícaro, de esos que se pasan el día bromeando con la gente que tienen confianza, lanzando pullitas para picar pero siempre desde el buen humor. Es impulsivo y algo cabeza loca.

No tiene un puesto de trabajo fijo. Constantemente lo están moviendo de departamento para hacer refuerzos en unas áreas o en otras. No es un grandísimo maestro de bioingeniería ni ninguna otra de esas cosas tan sesudas (aunque comprende los rudimentos de casi cualquier cacharro), pero consigue levantar la moral allí donde va y tiene la capacidad de hacer ver menor cualquier contratiempo o trabajo complicado.

Se ha criado en el búnker, formando parte de ese grupo de primeros huérfanos que crecieron aprendiendo cualquier chapucilla para salir adelante.

Posible fallecido por contaminación indirecta a causa del accidente en los laboratorios. Contagió a Maxinne Bishop.

Llegó durante los primeros meses de reapertura. Por lo visto llevaba ya tiempo buscando este Búnker como quien persigue un sueño con el impulso de la más pura supervivencia. Fue difícil encontrarle un puesto en el que encajara, y finalmente ha terminado trabajando en el departamento de Aeroponía.

Se le conocen varios líos de faldas en las cuatro esquinas del Búnker, pero por lo demás es un tipo que persigue tener una vida tranquila y no causa problemas.

Sin datos que confirmen su vive o no.

Lleva pocos meses en el Búnker, y su presencia ya se ha hecho de notar. Sus conocimiento en extracción y refinado de minerales le han dado la facilidad de ascender a operario principal de las minas, donde se trabaja en condiciones especialmente incómodas. Para él, sin embargo, sigue siendo una gran mejora comparado con lo que ha visto en el exterior.

No le gusta meterse en los asuntos de nadie y suele ser reservado, pero si le invitas a una o dos copas, deja de lado su actitud reservada para convertirse en un tipo cordial con muchas anécdotas sobre la supervivencia.

Recién llegado al Búnker, este hombre con piernas mecánicas se ha ganado el puesto de ayudante del Inspector jefe. 

"He volado bastante para llegar hasta aquí. He saboreado la hiel de la libertad. El calor del metal. He sacrificado mucho para muy poco. Si quieres saber algo más... invítame a otro whisky"

Tras un accidente en el exterior en una misión controlada, ha resultado herido. Eso lo mantiene confinado en una silla médica-burbuja con una pantalla de cristal que lo aísla del exterior.

Un ex-ciudadano con dentadura de titanio. Fue uno de los últimos que consiguieron entrar, antes de que las puertas se cerraran. Unos años más tarde, fue uno de los cabecillas del alzamiento del 74.

Ahora es historiador, pero su trabajo es tan errático que no le alcanza para recuperar el título de Ciudadano. A pesar de ello, sus acciones cambiaron la vida de muchas personas, por lo que cuenta con un gran respeto.

Sin datos que confirmen si vive o no. Visto por última vez en la sala de la reunión general.

A Dahlia le gusta ser considerada una periodista, si bien ya no tiene ningún contrato con una empresa, sigue dedicando su vida a recopilar información acerca del avance del virus, de los ataques del Dios Máquina y demás hecho importantes.

Es la curiosidad personificada, capaz de hacer cualquier cosa por encontrar información.

Desde que llegó durante los últimos años, se ha hecho con el Boletín digital semanal desorganizado que había en el Búnker y lo ha hecho prácticamente suyo, yendo al lugar de la noticia y relatando los avances en tecnología o los logros en agroponía en los ratos que le quedan libres del tiempo que tiene que dedicar para investigar el pasado para seguir considerándose Ciudadana, ya que ese fue el primer cometido que se le asignó a su llegada.

Al menos hasta la noche de ayer se encontraba con vida. Formaba parte del grupo de rastreo que buscaba a Jade, su ahijada.

Jade es la última llegada, habiendo superado la cuarentena hace apenas un mes. La acompañó su padre a las salas de cuarentena, pero no sobrevivió, por lo que esta niña de 10 años se vio repentinamente sola en un lugar que no entendía. 

Cuando Dahlia fue a reportar su historia, le conmovió tanto que la ha acogido en su departamento, al menos hasta que la niña pueda decidir dónde quiere vivir, y comienze a comprender cómo funcionan las máquinas, con las que nunca antes había tenido contacto más allá de ver cómo se llevaban a su madre. 

Al menos hasta la noche de ayer con vida. Encontrada deambulando confusa entre salas de almacenaje.

Llegado el día de inicio del simulacro de Cuarentena.

Tiene pasado militar y muchas ideas sobre lo que debería cambiar en este búnker, empezando por la sobretecnificación.

Sin datos que confirmen si vive o no. Una voz desconocida desde las terminales dice que ha muerto, pero sus historias han resultado confusas.

Llegado el día del inicio del simulacro.

Se ha presentado como Psicólogo, pero aún le queda por andar para ganarse el respeto del resto de habitantes.

Sin datos que confirmen si vive o no. La última vez que fue visto, interrogaba a un partidario del Dios Máquina que había sido apresado.

Hijo del Dr. Skynet, no destacó en capacidad ni estudios por lo que no se le considera alguien importante.

Quienes lo conocen saben que es un hombre de mal carácter al que le gusta recriminar con dureza cualquier fallo en la ejecución de los protocolos.

Actualmente trabaja en el departamento de Recursos Humanos del Búnker, encargándose de transmitir cualquier problema a los encargados pertinentes, para que éste sea solucionado.

En la práctica, es un cretino con el que nadie quiere tener que hablar. 

La genialidad no es hereditaria.

Sin datos que confirmen si vive o no.

Compañera de Miguel Santos y Utolsó en Comunicaciones. Tiene un don natural para usar cualquier tipo de ingeniería. Muchos la consideran una adicta al trabajo. Ocasionalmente, asiste a la instalación de prótesis o chips de traducción.

Fue una de las conquistas de Hadmud Efrein cuando éste llegó al Búnker. Terminaron mal, y desde entonces no se le ha conocido ninguna otra pareja.

La última vez en ser vista fue esta mañana, en la reapertura de la estancia. Tanta información ha tenido consecuencias y dice que necesita descansar para asumirlo.