Partida Rol por web

Max abrió mucho los ojos cuando soltaste sin más ni más tu primera suposición intentando entonces acordarse de sus propias palabras - Creo que nunca dije que mi padre fuera el rey de Trayerta... - no obstante el pequeño suspiró - Pero prefiero Max... un titulo encima me pesa demasiado - Al menos era sincero y no parecía ocultarlo a pesar de que le hubieras descubierto en su ofuscación sobre quien era realmente.

Pero de nuevo su sospresa se mantuvo mirandose con algo de confusión al decir que no creias y creias en las dos al mismo tiempo. Se mantuvo callado hasta que finalmente explicaste todo desde tu punto de vista y luego explicaste que podría haber una tercera versión gracias a tu propio cuerpo

Eso mantuvo al principe un tanto pensativo mirando hacia la mesa casi buscando una respuesta - Además de la salvación... y la destrucción... ¿Un tercer camino? - dijo en un murmuro casi más introspectivo que para que alguien le escuchara - Pero el único camino posible... es que nunca ocurriera la catastrofe... - hasta que finalmente después de su reflexión te miró - Es decir, volver atrás en el tiempo y destruir la catastrofe antes de que ocurra... Y eso... Es imposible - chasqueó sus dedos en un momento y libro salió disparado hasta su mano su titulo daba simplemente escalofrios "Magia prohibida de alto coste" - La única manera de retroceder en el tiempo y... reescribir un suceso tan importante de la historia... El pago es tan absurdo que ni siquiera un espiritualista colmado de esencias podría pagarlo...

De nuevo, te mostró el fragmento de las consecuencias del hechizo para viajar en el tiempo

El hechizo para viajar en el tiempo debe usarse como un recurso de visionado... Cualquier interactuación con el pasado cambiaría hechos historicos que de normal podrían suponer en hechos extremadamente importantes... Y por supuesto, nadie debería cambiar un hecho que cambie el curso completo del mundo, pues el costo de tal cambio conllevaría a la extinción de la existencia de dicho ser, en el pasado, presente, futuro y en definitiva, en todos los hilos que conforman el tiempo mismo.

-Y con la inexistencia del que provoque ese cambio... El hecho cambiado tornará a su curso - recitó finalmente el principe para más Inri...

-Sin cambiar el tiempo no hay una tercera opción que se me ocurra... - y parecía que su imaginación o quizás inteligencia acababa ahí para ver tu tercer camino... ¿Pero que camino podías ver frente a tal problema?

Las sombras empezaron a abalanzarse sobre tu amo, no parecía que hubiera nada que pudieras hacer, hasta que se te ocurrió la idea más suicida de todas. Ponerte en medio de las sombras. No obstante estas no pararon, continuaron y continuaron hasta que finalmente...

Todo se detuvo y dejó de existir, al mismo tiempo. Al abrir los ojos te encontrabas en... un lugar extraño. No había horizonte, ni edificios, ni suelo... Ni siquiera un cielo concreto en el que pudieras decir estoy volando. Estabas en un lugar etereo del cual solo su fondo podría clasificarse como una niebla grisacea mezclada con colores. En frente tuya estaban las sombras volviendose transparentes por momentos, pero apenas a un milimetro de ti...

Y más allá una voz - Heredera del sello de ***** - en un momento se escuchó un sonido sordo, casi como censurado - también conocida como Marine para vosotros... ¿Por qué te interpones en el destino de aquel que destruye el tuyo y te condenará al fracaso matando así a millones de seres vivos? Gauche Lairon debe de morir, para que tu ejecutes tu papel en el destino de la salvación del mundo.

Caminando entonces para un lado desde detrás de las criaturas oscuras, se reveló entonces la voz en un cuerpo adulto con vestimentas y cabello blanco y una expresión de pura calma. Manos a la espalda y porte recta casi intimidante por la seguridad que exudaba. Caminaba alrededor de las sombras mirandola cada ciertos pasos de reojo haciendo pues así que su mirar las encadenara con unas especies de cadenas blancas a su alrededor, casi como si quisiera detenerlas más de lo que ya estaban detenidas en ese espacio etereo donde el tiempo así como el movimiento no pasaban para nadie más que para ti y para el ser que ahora te hablaba.

*******

Dijo esta vez el hombre siendo que se sorprendió al ver la realidad que el también escuchaba, pues de nuevo había algo más que no entendías y el simplemente rió - Entiendo... Tiki... Ni siquieras sabes eso. - con una sonrisa de suficiencia apartó su vista antes de devolverte la mirada - No deberías de protegerlo. Tu vida, vale mucho más que la suya... - entonces movió una mano a su frente para tocar tu brazo y verlo, momento en el cual podías ver las cadenas oxidadas que viste aquella vez, pero solo cuando ese ser te tocó - Debes aprender mucho de este mundo, y hallar la verdad. Pero eso no lo lograrás si no te respondes a la primera pregunta... ¿Por qué proteger al que probablemente destruya tu destino? - buscaba pues, preguntandotelo de nuevo, una razón propia, más allá de  un "por qué es mi amo" y con su conctacto contigo, te lo dejó entre ver, pues esa vocecilla que decía "Es mi amo" se calló por unos segundos, dejandote pensar.

Solté al hombre haciendo caso al maestro de Anya. Quizá tengas razón. Escuché atentamente sus enseñanzas al tiempo que ponía cara de duda, ¿Tan peligroso es el idioma?, las palabras son palabras, y la magia magia, aunque el miedo siempre nubla la vista supongo. Dije acomodando al hombre sobre la pared.

Sin embargo, cuando acabé de poner al ballestero en una posición cómoda para que pudiera recuperar su cara llena de astillas y sangre, el cobarde comenzó a reír, algo que me causó aún más duda. Tras dos pasos me agaché al hombre arrodillado. ¿qué es lo que te parece gracioso?, ¿la cara de tu amigo?, ¿el miedo de la tabernera?, ¿quizá te parecen graciosas mis dudas?. Dije acercándome aún más en un tono carente de emociones, en verdad quería saberlo aunque había prisa.

Los cobardes deben pagar las deudas como lo que son, tengo entendido que en esta ciudad existe un distrito inferior, si veo tu cara de imbecil fuera de ese distrito, o haciendo alguna actividad que no sea ayudar a la gente necesitada te dejaré decidir si ser comida de ganado entero o por partes. Seguro que llorarías arrodillado frente a los cerdos como si te entendieran. Dije como una anécdota más.

Supongo que podemos irnos, Dije mirando al hombre, Creo que no me he presentado, soy Senca, también va por tí Anya, estas cosas no se me acaban de dar bien. Dije acabando de acomodar las armas y esperando a que salieran para seguirles, al fin y al cabo eran ellos los que debían marcar el camino.

Me disculpo por haber sido engañado, recordaré que las peleas deben ser fuera de la taberna. Dije haciendo una especie de reverencia que había visto a veces como disculpa. Oh, Dije mirando la jarra de vino que tenía aún en la mano y poniendola encima de una mesa sin romper. Esto es tuyo. Quizá aún puedas venderlo por una de esas bolsas.

Una vez emprendido el camino, miré a mis compañeros. ¿Existen guardias que ponen en problemas a la gente que se defiende en vez de a la que ataca? las leyes de Trayerta son confusas, ¿cómo podeis recordar todas esas cosas?. Dije caminando sin dar mayor importancia a nada de lo que había pasado.

La joven espadachina mira con cierta preocupación a su maestro, pero asiente con firmeza. Si su maestro dice algo así, debe tomarlo por cierto.

- No prolongues más el tema por ahora, por favor, pero deberías tener argumentos para estar en desacuerdo contigo mismo. -le responde la espadachina, quitándole la bolsa también al rendido para echarla sobre la barra, sin acercarse.

Entonces, ve que Senca empieza a hablar con el rendido desde cerca, escuchando que lo intimida, y le pone una mano en el hombro.

- Ya es suficiente, compañero... Durante nuestro camino habremos de enfrentarnos a otros que no son malos, sino que simplemente no saben lo que sucede. Rendirse o no cambiaba poco dado el caso, y no olvides que el día de mañana también habremos de salvar a personas como él. Haz lo que quieras, pero no creo que merezca tanta atención por tu parte ahora mismo. -la calma que muestra su gesto es complicada de interpretar, es casi como si fuese una psicópata, sin emociones, pero entonces, ¿por qué interceder por un desdichado?

Igualmente, el chico actúa raro, hay cosas que parece pasar por alto y otras a las que da mucha más importancia de la debida. Pero bueno, una escala de valores inusual no es lo más puñetero del circo de "héroes" que se ha reunido... Del que parece que Tea es la única normal. Mierda, ahora casi me da miedo conocerla. Seguro que debajo de esa sonrisa le gusta comer niños o algo parecido. Piensa, claramente exagerando, pero no le sorprendería descubrir algún secreto oscuro de la Cobb.

- Los nombres... Bueno, qué más da ya. -concluye, pues su misma descripción se lo va a poner difícil, todo sea que terminen teniendo que cambiarse la apariencia.

Guardándose la bolsa con esencias, sigue a Niero según dice lo de salir:

- Vamos, no os rezaguéis. -ahora sí se gira a la taberna y dice- No queremos hacer daño a nadie, pero pobre del que nos intente seguir. -deja la frase flotando en el aire, los han visto vencer cuatro contra cinco sin esfuerzo, así que considera poco probable que lo intenten, pero como bien ha dicho, no solo se enfrentan al mal, sino también a la estupidez de la gente. Mala cosa- Te lo explicaré todo más tarde. -añade a Senca en voz baja.

Las sombras continuaron adelante, ¿Qué más podía hacer? Solo sabía que debía proteger a su amo, se giró para ir tras las mismas cuando de pronto todo frenó, a su alrededor se difuminaba la calle y las gentes de la misma hasta desaparecer, pronto Gauche también fue consumido por la oscuridad y volvió a esa negrura que conocía en sueños, solo que ella no lo sabía ni lo recordaba. Su actuación aún así seguía en pie pues no le habían ordenado dormir, no le habían ordenado pararla...

-¡Quien quien! ¿Quien ees? Dijo tras escuchar el pitido censurador, giraba sobre si misma intentando ver quien le hablaba pero todo era negro y no lograba saber de donde venía hasta que el mismo ser decidió mostrarse, ellos dos en la espesa negrura pues las sombras ya no se veían casi. -¿Quien eres? Es mi amo. Le respondió al hombre mientras miraba con sorpresa fingida por su actuación como las sombras dejaban de desaparecer para ser encadenadas por la extraña criatura. El hecho de ver cadenas hizo que algo dentro de ella le doliera, como si conociera bien lo que se sentía tenerlas, pero era muñeca, no sentía... Aún le martilleaban las palabras de Gauche el cerebro cuando el tipo se acercó a ella y se rió, eso le hizo inflar las mejillas como parte de su acto de " hadita risueña y despreocupada. 

Entonces... fue tocada por el, y las cadenas a su alrededor volvieron a aparecer, aquello provocó que por unos segundos Tiki abriera mucho los ojos y se dejara caer en el aire suspendida en peso muerto por unos segundos antes de volver a abrirlos, esta vez con su expresión más neutra, la que tenía cuando era una muñeca pero aquello pronto cambió pues una de las eslavas de las múltiples cadenas crujió fuertemente, siendo que por un momento, por unos breves segundos... Todo hechizo que recaía sobre ella fue apartado para dejar ver a Alize, quien comenzó a llorar descontroladamente mientras escuchaba las palabras de esa persona quien estaba viendo como todos los sentimientos se desbordaban en ella, tardó un poco en responder pero pudo hacerlo a tramos, sorbiendo los mocos y de modo tembloroso. Su mente se estaba partiendo, pues su verdadero ser estaba saliendo y con ello todas las emociones escondidas, todo lo que era ella pero... Sabía muy en el fondo que no tenía tiempo, que era prisionera por lo que... Se centró en responder lo que debía mientras le observaba con determinación al decirlo. 

-Porque... todos....me...merecen...ser...ama....amad...os... y...to.....dos... me....re....recen... una segund..a... una... opor...tunidad... Al terminar la frase rompió a llorar más fuertemente y entonces se atrevió hablar una última vez, sintiendo como de nuevo todos los hechizos y lavados de cerebro volvían a ella. . - Ayu.... Ayud...a... Se acabó, como si se tratara del final de las líneas de un libro al cual lo cerraban de nuevo Tiki dejó caer las últimas lágrimas y cerró los ojos para abrirlos de nuevo en un estado de estoicismo y apatía total, ya no había rastro de Alize, volvía a ser la herramienta que era, pero todo en ella estaba cambiando y poniéndose patas arriba, una muy leve chispa de esperanza se pudo ver en sus ojos antes de que se apagara por completo, pero el hombre sabía que ahí estaba, que no se había ido, que su alma luchaba contra esas cadenas. 

Lo que dijo Niero recordó a Tea algo que ya había escuchado antes en palabras de su maestro, sin embargo con la experiencia de su corta vida la Cobb no hubiera imaginado que las reacciones a la sola mención de algo que tuviera que ver con los arcanos sería tan extremas como para suponer un conflicto de la nada en un lugar público. Sin duda iba a tenerlo en cuenta para futuras ocasiones, pero en fin…

Aprovechando el momento para observar y aprender un poco más, observó no solo al dichoso maestro, sino también a los propios Senca y Anya, siendo que el Kazibara cambió de planes gracias al sermón ajeno para fortuna del cobarde, y la espadachina dentro de su peculiar expresión tampoco parecía muy dispuesta al derramamiento de sangre innecesario. Dado pues, que en principio ella lo que quería era ir a ver al erudito de la biblioteca, no iba a ser quien llevara la contraria en esa situación.

Siguió entonces al par que se les unieron después, pero no sin antes girar hacia donde estaba la tabernera y desde su posición mirarla apenada. La mujer había sido tan buena con ella al inicio que le sabía mal que las cosas terminaran así, pero bueno, bien dicen por ahí que el “hubiera” no existe; — Espero sea suficiente dinero para cubrir las pérdidas — no pudo evitar agregar.

De la tabernera, la mirada de la castaña pasó al Kazibara, luego a los otros dos a los que por su posición relativa terminó dando la espalda cuando se giró — Supongo que al leerlas más de una vez se quedan en la memoria, yo tampoco lo entiendo del todo… — o más bien no lo quería entender, como reflejó su mirada con un leve aire inconforme al volver su atención una vez más a Senca, pero ya habría un lugar y momento más indicados para discutir eso. Tras decir aquello Tea dio un par de pasos para acercarse más a Niero — ¿Crees que esté acechando fuera? Me refiero al que escapó… — así pudo murmurarle lo que no tenía problema que escucharan sus compañeros de batalla, pero quizás si el resto de personas que pudieran quedar en la taberna, visto lo visto, y es que aunque no dudaba que juntos podrían fácilmente con uno que fue prácticamente vencido, tener problemas afuera podría traducirse justo en la situación que intentaban evitar…

—No abandono mi misión —replicó Nargu con tranquilidad mientras con la mayor delicadeza que le era posible tener sentaba a Nemea en la silla—, sólo la pospongo brevemente. Ella es mi sobrina —explicó Nargu, omitiendo la pregunta de Nayesse de sobre qué era lo que había sucedido. No parecía ser un buen momento para contar y recordar todo lo que había sucedido—, espero que puedas atenderla... —Nargu se arodilló hasta estar a la altura de la Luftinuka—. Nayesse es... una amiga. Cuidará de ti mientras no estoy, ¿sí? —Y dicho aquello, Nargu se puso de pie y apoyó durante unos instantes su mano sobre la cabeza de Nemea—. Tengo que salir a hacer algo. No demoraré.

Dicho aquello, Nargu enfiló hacia la puerta, deteniéndose justo antes de salir y girando la cabeza hacia un costado para dar un último vistazo a su sobrina antes de salir en busca de la portadora del aire.

-Todas las preguntas que tengais os serán respondidas, a su momento - dijo Niero alzando una mano a modo de que parara todo. Eran demasiadas y no había ni tiempo ni era el lugar para dar las respuestas que el Kazibara buscaba. Por suerte quien detuvo al frio ser, no fue Niero sino Anya, quien a su modo esperaba calmarlo, igual que Niero esperaba que todo aquello tuviera efecto.

Por su lado quien se rindió rió de nuevo - Aquí el mal está en quien conoce el lenguaje del antiguo mundo... Pues con el traerá la catastrofe al nuestro. No lo olvideis - dijo antes de que os fuerais poco a poco, ante lo cual la tabernera no repuso en nada, pero miró con un pequeño destello a la pequeña, quien le dirigió unas palabras agradables.

Tras salir lo primero que hizo Niero es ajustarse la capucha, aunque quienes lo conocieran lo reconocerían por otros atributos que resaltan más que por sus propias facciones faciales. No obstante marchó de aquella forma dejando que los dos que no conocía tanto hablara entre ellos, al menos hasta que la más pequeña del grupo se aproximó a este - No... No se la jugaría. Habrá ido a avisar al castillo - Pero dicho eso y al empezar a ir ya a atravesar los primeros callejones del barrio sureste, nada más bajar un tanto de la calle principal, empezó a responder a una pregunta vital que mencionó el Kazibara

-La ley máxima que rige en Trayerta, es la de la paz. Si alguien es capaz de poner en peligro esa paz, no solo es enemigo de Trayerta, sino también del mundo... Así lo ve su majestad y así lo ha hecho impartir en forma de justicia entre su guardia. No tengo nada en contra de que quiera conservar la paz... Pero algunos seres son demasiado ignorantes para entender algunas situaciones mejor.

-Pero aún así, el desconocimientos de esos saberes ha llevado a que la gente sea paranoica... Cosa que en parte está bien... Pero ahora no podemos pararnos con cada quien que nos pare por los saberes de la antigua Lengua. Hay más leyes si... pero esa es la que nos salpica más. - finalmente se calló y continuó andando por los callejones mientras escuchaba si teniais algo más que decir

Aquel ser te miró mientras respondías a las primeras preguntas con algo de frialdad e incredulidad. O bien no podía creer lo que decías o bien no quería creerlo... No obstante todo cambió cuando tu ser quebró para salir por una vez a decir algo que de verdad el corazón podía decir y no el cerebro.

No obstante después de decir aquella frase de esperanza, el ser siguió mirandote con frialdad... Casi como si no le importara nada lo que dijeras, como si esas fuertes y bonitas palabras bañadas en esperanza, fueran una pluma intentando atravesar un escudo... Solo que ante tu ultima palabra, ocurrió.

Un haz de luz recorrió toda la oscuridad llenando el vacio oscuro con un sin fin de coleres, al mismo tiempo que transformaron tus pesadas y rigidas cadenas en un suave y ligero hilo. El ser frente a ti se estremeció ante ese poder y miró todo lo que sucedió, en solo un segundo. Pues tras ese segundo, todo volvió a como era antes. Oscuridad y cadenas.

No muy a gusto te volvió a mirar y habló al aire - Te dije que te mantuvieras al margen ***** - de nuevo aquel sonido sordo saliendo de boca del ser que te tenía agarrado un brazo aún. ¿Por qué no podias escuchar algunas cosas? - Ese poder puede costar mucho y lo sabes. Estoy harto de que te escudes en que es lo correcto... - no obstante suspiró mirandote de nuevo y finalmente soltandote haciendo que las cadenas desaparecieran

El ser parecía marcharse de ese lugar, no obstante no lo dejó todo así - Tea Cobb. Apegate a ella o tu destino será una catastrofe... Para ti, y para tu amo. - Sin más que ese consejo dirigido hacia ti esta vez, el epiritu empezó a deshacerse igual que toda la atmosferá oscura que os rodeaba

-¡Tiki! - con un chasquido de dedos de parte de Gauche volviste a la realidad. - No me has dicho nada y he seguido andando sin tu indicación. Muchas gracias ¿Eh? - te reprochó antes de señalarte con un gesto de su cabeza el frente.

Una enorme muralla maciza que correspondía a los muros que aislaban el castillo de la ciudad de Trayerta... Y para ironía de ambos, ladrón y herramienta, vuestro objetivo se hallaba en el interior del castillo - ¿Estas segura de que este es el lugar? Por mi no hay problema... Siempre me he querido meter a robar en el castillo... Pero si no es, mejor es evitar problemas con la ley... sobre todo en este punto. La guardia real no se puede comparar a la de la ciudad....

Ni esperó a que le preguntaras sobre atenderla. Naysse se lanzó directa a mirar sus heridas, o al menos las visibles - No te preocupes, estas en las mejores manos de Trayerta... Y por esta vez no te cobraré - dijo alzando la voz, claramente para que pudieras oirla ya que parecía cobrar también por esos trabajos, o al menos eso quiso hacerte creer.

Por su lado Nemea miró a Naysse y luego a ti buscando tus ojos o al menos el bueno, antes de asentir - Está bien... Los amigos de mi tio, son mis amigos. Me llamo Nemea... - dijo mientras te estabas yendo ya siendo que las voces de ambas mujeres poco a poco se iba reduciendo.

Para tu sorpresa, la brujula cambió de dirección, la cual apuntaba literalmente en linea recta según te encontrabas nada más girar al sali de la taberna. No fue hasta deambular un tanto por el callejón hacia la calle principal, que a medio camino...

Para sorpresa de los cinco, vuestros caminos se cruzaron en aquel callejón, como si el destino jugando de los hilos quisiera que os encontrarais a posta. El señor muerte parecía haber salido de la taberna donde estaban antes Anya y Niero con el, y por otro lado estos dos venian de la calle principal acompañado de otros dos sujetos.

Un Kazibara y una joven, a la cual la brujula del enorme señor muerte apuntaba

Habiendo sido respondida su duda, pese a que no era lo que más le gustaba escuchar, la Cobb no tuvo otra razón para evitar o retrasar la salida de la taberna, pues todo lo contrario, impulsada por las palabras del mayor en apariencia la certeza de que debían alejarse de aquel sitio estaba más que clara.

— Pues vaya paz es la que persiste por miedo y obligación, en lugar de por razón y concordia — Tea se lamentó, eso sí, visiblemente decepcionada por la manera de hacer las cosas en Trayerta, pero lejos de ser por algún motivo incauto como lo podrían sugerir sus palabras, tal reacción estaba íntimamente relacionada tanto al entrenamiento que recibió como a la educación que iba en conjunto de este, donde básicamente se le había inculcado que los conocimientos debían recolectarse, desentrañarse y transmitirse de la forma más detallada y clara posible, pues solo así un ser podría ser realmente libre.

Pensativa no tenía intenciones de intervenir mucho más a menos que la plática lo requiriera, de modo que avanzó con pasos cortos a comparación del resto pero igual de constantes, indispuesta a quedarse atrás, mientras observaba al par de espadachines por si decían o hacían algo en respuesta a las palabras del que a todas luces era el más experimentado en el grupo, Niero.

Fue entre los callejones, sin embargo, que la “simple” caminata estaba por convertirse en algo más, pues cuando en aparente coincidencia se acercaban a donde estaba un extraño enmascarado, la Cobb no pudo evitar dejar ir un poco de su tranquilidad solo basándose en lo que acababan de vivir… ¿sería aquel alguien peligroso también?

No era como si supiera sobre la relación de este con Anya y Niero, o como si creyera que el enmascarado iba a hablarles; la inquietud de Tea se debía únicamente al aspecto que este ofrecía, pues distaba de casi todo lo que había visto hasta entonces…

Señor Muerte inclinó la cabeza hacia abajo para así dar un último vistazo a la brújula antes de alzar su vista nuevamente y posar sus ojos sobre los nuevos acompañantes de Anya. La humana de aspecto gentil debía de ser la portadora del aire. Al parecer alguien se le había adelantado en la tarea de encontrarla, cuestión de aunque desde fuera era imposible percibir, no había hecho ninguna gracia al asesino, quien no pudo evitar sentirse algo frustrado consigo mismo por al final del día no haber sido capaz de cumplir con su única, primera y sencilla tarea. Aun así, esa leve sensación de frustración se difuminó rápidamente al recordar lo que había encontrado a cambio.

—Tú debes ser la portadora del aire —dijo dirigiéndose a la humana. La voz de Señor Muerte era una dicotomía tan grave como imponente que al mismo tiempo, dado su tono generalmente calmo y apariencia sombría, solía causar cierta incomodidad en quienes se veían de alguna forma arrastrados a interactuar con él, principalmente cuando sin esperarlo se lo encontraban en lugares pocos frecuentados como podía ser aquel. Aunque tras los agujeros de la máscara presumiblemente se hallaban dos ojos como en cualquier rostro, era imposible ver qué era lo que verdaderamente había allí; incluso de día, lo único que se podía llegar a ver era una oscuridad profunda. Sea como fuera, lo cierto es que observó de arriba a abajo al otro sujeto. «Un kazibara...» No era una raza que a primeras le inspirase demasiada confianza, quizás porque despertaban en él recuerdos desagradables—. ¿Es él el portador del hielo? —preguntó a Anya, esperando una respuesta afirmativa.

La espadachina se mantiene en silencio en lo que respecta a las leyes de la ciudad. No obstante, las palabras de la Cobb son las que hacen que Anya decida responder.

- ¿Tú crees? Yo creo que esas palabras se cuajaron en nuestra mente, por el mero hecho de que nos hayan elegido. No tengo aún pruebas de que nos sea fácil memorizar otras palabras, pero es algo que probaremos cuando estamos todos... -responde la samurai, y recordando algunas dudas más de antes, añade- Oh, y si te encontré a ti, Senca, tiene que ver con lo que te dije al principio. Mi otro nombre empieza por P. El tuyo, por I. Pyros e Icycla. Si discutíais sobre ese lenguaje, debo asumir que tú, joven -todavía no se ha presentado, pero mira a Tea-, eres Helios o Thira. Pronto lo sabremos. Aunque sería mejor tener un nombre por el que llamarte. -aclara Anya, animándola a presentarse.

Cuando avanzan por las calles y callejones, el Señor Muerte se les aproxima haciendo al principio que la mano de Anya se crispe sobre la katana, aunque al reconocerlo se relaja.

Asiste tranquila a las palabras del gigantón y mira entonces a Tea.

- Vaya, no esperaba que TAN pronto... -comenta, hay como un deje de humor, pero que no se refleja en el rostro de la guerrera- Os presento al portador de la Tierra... Señor Muerte, le llaman. Y si él señala a la joven y yo a ti, Senca, supongo que entenderéis que estábamos guiados a nuestros opuestos. -plantea la espadachina- ¿Será un hombre el último? Por ser tres hombres y tres mujeres, como los Dioses. -plantea ella, aunque sería interesante que hubiesen coincidido normal o inversamente con el sexo del Dios en cuestión, pero eso ya era imposible desde hace rato.

Comprendo, Dije mirando de reojo al hombre rendido mientras salíamos de la taberna, el camino fue cuanto menos ilustrativo, No seré yo quien judge a alguien por defender a sus gentes, todo el mundo cree tener razón en sus intenciones. Dije en referencia a las leyes de Trayerta, Quizá hasta tengan razón, si le preguntaras a los que ahora descansan en la taberna. Comenté en tono pensativo.

Desconocer es desconcertante, pero también abre todo un mundo de posibilidades, alomejor ese rey del que hablas solo necesita un buen consejo. Continuaba caminando hacia donde me llevaban. Aún así, ellos rompieron la paz atacando. Esa ley debería estar con nosotros. Concluí haciendo un análisis sumamente simple de las enseñanzas de Niero.

Tea dió un punto de vista curioso, Buscar la paz en este mundo es imposible, todo está lleno de peligros allá donde viajes, violencia, bandidos, desde su torre es sencillo llamar paz a dar órdenes de ejecución hacia lo desconocido. Solo es un cobarde más, como tantos en esta ciudad. Se acomodan a una rutina y cumplen lo que les dicen como un rebaño.

No pasó demasiado hasta la aparición de un nuevo integrante, con máscara y voz extraña, aunque con actitud de saber lo que busca, como Anya, ¿cómo era posible que algunos hubieran recibido más información que otros?, Quizá Tea o yo no hubieramos sabido interpretar las señales que los dioses mandaron, aunque no era eso, ellos tenían ese extraño aparato que nos encontraba. Comenzó a hablar de cosas extrañas, No dispongo ahora mismo de hielo, aunque si es muy importante podría hacer que aparezca. Comenté en el registro más amable que tenía, el tono neutro que desprendía siempre. Aunque podría hacerlo también con cualquier elemento de la naturaleza. Acabé sin más, no sabía para qué lo quería pero esta gente parecía saber lo que hacía por lo que decidí seguir las enseñanzas de las visiones y ayudarles.

Aunque Anya pareció dar una información que no tenía en mi mente, No me pareces mi opuesta, De hecho creo que somos personas bastante similares, Dije haciendo referencia al altercado de la taberna, Aunque, es cierto que en mi visión aparecía una mujer de hielo, si os referís a eso supongo que si que soy ese portador. Comenté sin tener muy claro todo aquello, poseía esferas de todos los elementos, y era capaz de guardar todos ellos.

Por un momento todo fue luz y color, haciendo las cadenas tan finas como un hilo y provocando en Tiki un mar de emociones que se apagaron en una fracción de segundo cuando las cadenas se afianzaron de nuevo en ella y dejando que la oscuridad volviera al lugar. Le era ajeno aquello que estuviera hablando el tipo, pero algo le caló profundo en sus últimas palabras pues catástrofe y amo no eran términos que debían estar unidos, ella había sido creada para protegerle.

-Tea...Cobb... Repitió como si se tratara de un mantra, justo en el momento en que Gauche chasqueaba los dedos, por lo que el mismo ladrón escuchó esas palabras. Salió de su ensimismamiento, volviendo a ser la Tiki risueña y alegre de " siempre " mientras miraba con sorpresa el medallón y a Gauche. -¡Sí, es aquí! Miró a los lados y luego de nuevo a su amo.

-¡No sé qué tan buena idea sea robar ahí ¡Pero eres Gau! te ayudaré si quieres sí. ¿Me buscas una ventana? ¡Así puedo meternos dentro! jijijiji Se reía de la situación aunque el ladrón sabía que solo era su manera escandalosa de actuar por la orden que le había dado anteriormente. Habían salido airosos de muchos lugares por el hecho de que Tiki era experta en teletransportarse y al ser tan chiquitita era difícil de detectar, pero... ¿Podrían ahí dentro? Tampoco era decisión suya así que se lo dejó todo al ladrón. 

Ante las palabras de Senca, Niero no pudo quedarse más inquieto, queriendo aguantar el responde cosas sin ton ni son esperando a que el propio Kazibara expusiera por completo su opinión ante tal fragil tema como era la paz de la que hablaban. Para entonces Niero se volteó mirandole - Para lograr la paz, necesitas hacer la guerra... O en el caso del rey sacrificar algunas cosas, como estar en primera linea - dijo sin más un tanto seco pero serio al mismo tiempo. No parecía un tema contra el que le gustara discutir. Igual Anya si que sabía más, pero realmente poco por solo lo que ha visto de el en estos días.

Ya cuando os topasteis con el señor muerte Niero se apartó un poco asintiendo al hibrido con un gesto tranquilo - Debe serlo, ahora que estas aquí. Solo falta que la mimali llegue con su parte - dijo mirando a Anya antes de mirar al resto - Me gustaría seguir hablando de este tema, así como como os presentais y que pensais de entre vosotros. Pero creo que entre los callejones no es muy buena idea. - mirando alrededor parecía buscar a alguien, aunque por allí no hubiera nadie

-Vayamos a la taberna de Naysse, allí ya podreis hablar como querais - se adelantó pues el espadachin dejando así que pudierais hablar un poco mientras marcaba el camino hacia la taberna, la cual no estaba muy lejos de allí

Por su gesto dirías que te escuchó decir algo raro, no obstante, el ladrón no preguntó, más bien se quedó con la espectativa de ver que ocurriría en un futuro.

Más que nada entre otras cosas, el asunto que teniais delante de vosotros era más peliagudo que otro - Ya te lo digo yo, es malisima idea. Pero, según tu cacharro a quien buscamos está ahí dentro... ¿Por qué no aprovechar para robar un poco mientras lo buscamos? - dijo encogiendose de hombros - Solo que tendremos que pensar en otra estrategia. Esto no es moco de pavo Tiki.

Agachandose pues y cogiendote entre sus manos para verte de frente a frente, empezó a hablar de manera seria. - Vamos a entrar juntos, y saldremos juntos, y durante todo el rato estaremos juntos. Si nos separamos uno de los dos acabará mal si nos pillasen. Si ves que vamos a meternos en peligro o que nos descubre la guardia real, nos teletransportas y listo. Eso si, no saldremos del castillo hasta que no tengamos a lo que apunta esa brujula. ¿Vale? - Sin duda tenía muy claro sus prioridades, a pesar de ser un ladron sin escrupulos que quiere robar a la realeza, su misión principal era su objetivo... ¿Pero por qué si ni siquiera os pagaban?

-Antes de teletransportarnos - se levantó y miró por encima buscando una ventana abierta como dijiste - Reconoce el terreno. Busca algún sitio seguro y ven a por mi para entrar con tu magia. Que no te pillen los guardias