Partida Rol por web

-Eso es Anya, porque para ti esos sentimientos te hacen debil, frente para tu otra mitad. No solo con aceptarlos es suficiente, debes hacer mucho más - Explicó en un inicio Naysse para continuar - La única forma de no darte a ese frenesí, donde tu yo destructivo te controla sin que puedas retenerlo, es fusionarte con tu otra mitad en una simbiosis donde ambos os ayudais. Quizás te lleve tiempo, y te resulte muy dificil, pero llegado el momento verás, que descubrirás una fuerza única de ti misma. Por mucho miedo que te de - Dicho todo aquello, Naysse intentaba con su tono, sonar más como un soporte que como una maestra o similar.

-Además, ahí tienes tu pequeño empujón - Señaló entonces a Niero - El que te puede mostrar que no todos los Delementales son malos. - Algo lo cual le recordó a algo que le hizo sonreir, tanto que te miró de forma complice - Además, que yo sepa, la Delemental con la que estoy hablando no ha mostrado signos de ser mala. ¿O si? - mencionó haciendo referencia a tu mitad Delemental, confiriendo algo de razón a sus palabras.

En cuanto al segundo tema de conversación que sacaste tras su agradecimiento, se sorprendió de sobremanera antes de mirarte con confusión - Ah... Es un mito. - respondió de forma básica - Se que existen seguidores de la religión Luminosa, pero no existe ningún tipo de ser adorado de Luz. - Reflejó entonces Naysse, sonando en parte dura, pero su explicación tendría sentido - En las antiguas escrituras arcanas, se habla de dos religiones que continuamente estaban en contra: La luz y la oscuridad. Pero ambas eran pertenecientes al antiguo mundo, uno que se extinguió cuando ambos dioses, la diosa de Luz y el dios de la oscuridad, se destruyeron mutuamente en pos de tomar una decisión que tomar para con su mundo.

-Algunos han encontrado restos de estas deidades, pero no existen en Sansóläis. Mi maestro me enseño que tras dicha catastrofe, Sansóläis tardó siglos en forjarse, bajo los poderes de los dioses elementales. Siglos en los cuales todo rastros de los elementos de luz y oscuridad se extinguieron así como lo hicieron sus deidades. - Es decir, que la religión Luminosa adora a algo que no existe desde hace saben los dioses cuanto tiempo. - No sé nada de sus dogmas, salvo que la religión Luminosa predica con hacer el bien, y la oscuridad predica con hacer el mal. Al menos de cara a los rumores que dicen... Pero toda su historia puedes encontrarla en los escritos arcanos que veas por ahí. Con Tea no tendrás problemas para traducirlos, creeme. - Aunque no aportó nada, más que una negación a que exista una posibilidad de poder en dicha religión, al menos te dió una guía de luz de esperanza para saber más de la historia de dicha religión

-Siento no poder ser de más ayuda en ese punto. Pero Anya, tu eres tu. Y debes tenerlo claro. Aunque cometas errores, no quiere decir que dejes de ser buena. Simplemente estás andando en una amplia gama de grises.

-Se que ese es su modo de actuar tio... Pero a pesar de ser como son, tienen leyes, y todos los asesinos aprendemos de ellas ¿No? Podría ir a Freygalon y hablar directamente con el gremio, nadie ataca a alguien que está en su propia casa ¿Recuerdas? - Intentó hacerte reconocer aquella ley, aunque casi es como si tu sobrina estuviera exponiendose a una segunda oportunidad de Icycla como soliais hacer.

-Podría hablar con ellos y llegar a un acuerdo, aunque salga desfavorable para nosotros. - No obstante dijiste algo que sin duda la hizo venirse abajo - Bueno... si... si nos creyesen... - soltó un suspiro soltando quizás toda la emoción que tenía consigo, hasta que se le ocurrió algo más

-¿Y si voy a la aldea oculta Luftinuka? - Era un nuevo enfoque, pero sin duda más posible que ir al gremio asesino - Ellos son más misticos, y si le cuento todo esto, son capaces de averiguar si es real. Ellos si que nos ayudarán. - Aunque realmente dejarla o no ir a por más ayuda, era cosa tuya.

Al llegar a la herrería, verías a un Uromaki tan grande como tu, musculoso y con una maquina soplando el fuego de la forja. Este estaba trabajando en alguna especie de espada, y desde ahí gritó - ¿QUE DESEAN? - pues desde dentro tenía que oirse entre todo los martillazos a la espada.

Helga estaba atenta a lo que se decia alli, algo le decia que el rey realmente si quería que el principe fuera, pero que fuera con garantías y que fuera porque realmente era necesario, ella mira a los presentes allí y comienza a hablar:

Majestad... Como decís vuestros hijos son muy diferentes, ella una gran guerrera y el alguien con gran sabiduría, este es el viaje perfecto para ambos. Como he dicho, he contratado seguridad y yo misma puedo defenderme, ademas Vaporum es mi guardián

Cuando comenta eso parecía que el pequeño golem se erguía orgulloso, Helga cruza los brazos y sigue hablando:

Los hermanos pueden protegerse mutuamente ya que como le digo yo no necesito la protección de la princesa y ella puede centrarse en la protección de su hermano, esto, claro hará que ambos colaboren en algo para el bien del pueblo, algo que sin duda les dará experiencia de colaborar el uno con el otro y el pueblo lo vera.

Mira primero a la princesa y luego al principe, sonrie y añade:

Ademas, de por supuesto lo que han dicho los dos y bueno, los conocimientos que el principe ha adquirido durante tantos años sin duda seran muy utiles

El rey te miró con seriedad según ibas hablando determinando pues todo lo que tenías que decir de los principes y frente al viaje. Tanto así que alzó una ceja en más de una ocasión al escucharte, aunque aún más cuando hacias referencia a lo que ambos decían.

Tras soltarlo todo, el lugar se quedó en un puro silencio el cual ninguno se atrevió a romper, al menos hasta que el consejero se pronunció, por primera vez, en voz alta - Sigue sin parecerme buena idea su majestad - No obstante se hizo a un lado ya que sabía que no era su opinión lo que contaba.

-Sin embargo no puedes negar que razón no le falta, Iramus. - Dijo cediendo pues a tu favor

-Está bien - Dijo asintiendo con un rostro más tranquilo y amable. - Te acompañarán mis dos hijos, y será tu responsabilidad. Aunque más la de Maximiliam, pues confio en que Maxine sabrá protegerse. Te acompañarán durante todo el tiempo y te ayudarán en lo necesario con respecto a este tema. Aunque me irán informando de todo lo que ocurre.

La princesa respiró tranquila y profundamente sonriendo, mientras que Max saltaba de alegría y se acercó a ti el primero - Dicho esto, creo que no tengo nada más que aportar, supongo. Espero que Helios os guíe en este nuevo viaje. - Y con dicho deseo, os dejó iros del castillo, siendo que la princesa se acercaría a ti en primer lugar antes de empezar a salir.

Ya fuera de la sala del trono Max habló - Que bien. Por fin mi padre me deja hacer cosas de verdad por el reino. Y todo gracias a ti Helga - alegre y carente de un tanto de educación casi hasta saltaba por los pasillos del castillo. No obstante su hermana parecía más seria mientras portaba su lanza - Max, contente. Puede ser peligroso.

-Por cierto, Uromaki... esto... Helga - dijo tratando de acordarse de tu nombre - ¿Donde vamos a reunirnos con el resto de mercenarios?

— Ya veo — un poco más neutra comentó debido a que no parecía ser un tema del que el Kazibara supiese mucho más, y tampoco era cuestión de molestarlo o plantearle situaciones que le complicaran la vida por ahora; más allá de lo anterior Tea también pensó que podrían intentar averiguar más sobre eso a futuro, en grupo, tal como deseaba hacer ella con el faro y con la identidad real de sus tutores. Esos pasados en definitiva tenían que ser cosa del destino.

Curiosamente la chica miró hacia arriba casi al mismo tiempo que el espadachín, expectante por aquel ser alado — ¿Cómo es que se comunican? Me refiero a ti y a… — señaló al susodicho, pues quizás esa podría ser una pista.

— Desafortunadamente no — suspiró — Aunque puedo obtener energía a partir de ciertas cosas y convertirla en otras, es algo un poco similar a los sellos que tenemos, pero mucho menos potente — por el hecho de que él preguntara, quedó claro que el Kazibara tampoco podía, sin embargo sobre Senca había otras cuestiones… — ¿Tú también puedes extraer la “esencia” de los elementos? — así pues si lo de Anya resultaba ajeno para ambos, decidió compararlo a ella.

No hace falta decir que cuando Senca se explicó sobre sus sentimientos, o más bien, la falta de estos, la Cobb cambió su expresión neutra a una levemente afligida, como si el simple hecho de pensar en que algo así fuera posible más allá de las historias la preocupara… ¿no era eso acaso malo para quien lo sufriera?

— Eso es triste — luego de algunos segundos pensándolo, la castaña se armó de valor para decir, y es que no quería ofender a su estoico compañero pero tampoco podía aceptar que aquello estuviera bien. Al dar tal opinión sus grandes ojos evidenciaron un brillo que no tenían antes y Tea incluso se ruborizó pero no por vergüenza o expectación, sino como antesala al llanto que por suerte logró apenas contener. — Yo… no quiero ser invasiva, ni sonar como que intento tener la única verdad, pero creo que eso es algo que se debería remediar… aunque no estoy segura de cómo — al final su impulso de ayudar pasó ser una especie de frustración.

Pasando eventualmente a un tema menos espinoso, la juventud de la Cobb permitió que Tea se despejara un poco antes de poder responder acorde, ávida de quitar hierro al asunto — Lo son, sin duda, cada uno a su forma — aseguró — Sin embargo saber hacer muchas cosas también me impide llegar dominar por completo una sola… a menos que estudiara por incontables años; a estas alturas yo también empiezo a considerarlo como un regalo divino — aceptó luego — o más bien, una condición necesaria para recibir lo que ambos tenemos — de ahí que más pronto que tarde planteara que el pasado de Senca tampoco estaba libre de peculiaridades normalmente imposibles de imaginar…

— Ellos no pueden salir hasta donde sé, pero bueno, antes creía que yo tampoco saldría nunca — con cierta normalidad confesó, más eso obviamente cambió al iniciar su entrenamiento y recibir de sus tutores la noción sobre una encomienda a futuro. — Quisiera poder volver, pero honestamente no estoy segura de poder, al menos no pronto — otra cosa sería poder intentar utilizar su pasado para abrir camino al resto hacia el interior del faro, supuso…

— Hasta el único juramente que hecho fue para mí misma, y ese es enorgullecer a mis tutores — ligeramente avergonzada confesó pues eso era algo “íntimo” — Sí que leí sobre templos y grandes sacerdotes que los cuidan, también sobre peregrinaciones que se hacen a ellos… pero no sé si era a esos a los que se refería Naysse; por ejemplo, hay un templo en Daimon que es destino para los que quieren rendir culto a Helios, el dios del aire cuyo sello porto, pero la maestra habló de más de uno… — en ese momento la chica se quedó pensativa, tratando de recordar, más incluso con lo que sabía no podría dar con un certeza que satisficiera por completo la duda de su compañero.

En similar manera, las descripciones que Senca dio en relación a los seres que lo habían acompañado tampoco aclaró mucho para la Cobb, pero en cambio le ofreció una oportunidad para investigar un poco más apenas el Kazibara extendió su nueva duda — Pues… ¿alguno parecía no envejecer nunca?, ¿podías ver a través de sus cuerpos o incluso atravesarlos? — eso, por cierto, no lo preguntaba desde la teoría, sino basándose en su propia experiencia, pues ella lo vivió de antemano con sus maestros, “niños” espíritu que llevaban en el faro más tiempo del que ella podría imaginar.

— Pregunto eso porque pude sentir magia en tu collar: magia elemental que seguramente tenga que ver con el uso que le puedes dar, pero además hay cierta… ¿sensación? espiritual que fui capaz de percibir; es una teoría solamente, eso si… —

*****

Primero la Cobb pensó que por alguna afortunada razón el Kazibara la secundaría en su intento de “negociar”, sin embargo se quedó incrédula y hasta sin palabras cuando Senca sacó todo ese dinero ¡era una pasada! Al menos para ella…

Por si lo anterior no fuera suficiente, ver a alguien tan serio e imponente como el espadachín sacar la lengua así, causó en la chamán un peculiar escalofrío y una confusión todavía mayor, en especial porque ella tampoco era una experta en la convivencia y no sabía a dónde llevaría todo eso.

— Esto… ¡lo siento! — tras escuchar la respuesta de Kirk, la castaña pronto evidenció gran vergüenza y hasta malestar, sentimientos que la llevaron a hacer una pronunciada reverencia como disculpa. — Yo… yo no sabía que mi compañero tenía tanto dinero… y que estaba dispuesto a ofrecerlo — expuso, si bien lo último casi para ella misma solamente — Mucho menos que en mi intento de conseguir materiales los afectaría tanto a usted y a su compañera… de verdad, lo siento — si tan solo las novelas picarescas mostraran también la perspectiva de los comerciantes…

Todavía sintiéndose culpable Tea suspiró e intentó recomponerse, acto seguido sacó la única moneda de plata que llevaba consigo, la razón por la que quería conseguir un trato. Tan seria como pudo, puso su plata sobre el mostrador, sin embargo antes de confirmar la compra volteó a ver al Kazibara.

— Dejar todo ese dinero nos permitiría comprar muchos frascos, quizás los necesarios para no preocuparme por un año entero… pero serían difíciles de transportar — le explicó — Agradezco mucho tu ayuda, más me temo que es demasiado aceptar todo ese dinero, sentiría que me aprovecho de ti y de muy mala manera — a pesar de su intento picaresco, lo cierto era que la chica estaba lejos de ser alguien capaz de aprovecharse de la bondad o la ignorancia ajena, sus maestros nunca le enseñaron eso. — No obstante, ¿Qué te parecería prestarme solo 10 de esas monedas? Así me ayudarías bastante pero te quedaría la gran mayoría de tu dinero, que podrías usar para comprar tus propias cosas o simplemente ahorrarlo por si lo necesitas luego, además yo me comprometería a devolver lo prestado apenas consiga mi propio dinero, lo prometo… — propuso.

Si bien la Cobb no estaba muy habituada a usar las monedas, había leído algo sobre economía como para sospechar la importancia de dichas piezas de metal, aprender cómo utilizarlas y, según lo mostrado, hasta a manejar cosas como créditos o préstamos, si bien a nivel básico, lo que al juntarse con las enseñanzas morales de Nayra y Bastian terminarían por dar una situación como la actual.

— Si mi compañero acepta lo que acabo de pedirle, me gustaría comprar dos cajas de esas, si no, solo una… pero al precio justo — hizo hincapié en su propia moneda, todavía avergonzada. Más allá de lo anterior también puso atención a los consejos del Dahmol, los cuales eran quizás básicos pero dignos de tener en cuenta siempre, sobre todo para quienes no poseían grandes recursos — Lo haré, gracias — así que contestó con una sonrisa sincera y que a la vez quería redimirla.

Era curioso, casi gracioso, ver cómo Tea pasó de intentar “negociar” a demostrar su más honrada faceta, pero todo aquello se debía a la intervención de Senca y a que la Cobb realmente no tenía malicia como tal. Al final no solo ella podía enseñar cosas…

Finalmente lo había conseguido, el rey les había dado permiso a los tres para marcharse, bueno a 4 si contaba con Vaporum. Una vez fuera de la sala del trono la Uromaki respiro profundamente y sonríe al príncipe mientras dice:

Exactamente como ha dicho Maxine, ¿Puedo llamarle Maxine no? hay que tener cierto cuidado porque el mundo exterior es peligroso. Yo recomendaría que no fuerais gritando vuestra procedencia, seguro que es mejor así

Seguía caminando con tranquilidad hacia el exterior del castillo cuando la princesa le realiza aquella pregunta:

Pues en cierta posada de la zona baja de la ciudad que prepara unos desayunos deliciosos y tiene unas camas que parecen de toda una posada de nobles, seguro que os resulta familiar su dueña

¿con el pájaro?, no nos comunicamos, a veces viene y me lleva por algún lugar, luego vuela libre, aunque nunca se aleja demasiado, Contesté, La última vez fue cuando me alejó del faro de la paz, hubo un tiempo que pensaba que podía ser la torre que bucaba, Dije intentando hacer memoria, Parece que es la torre más famosa del mundo, aunque supongo que ya lo sabes. Dije tranquilo recordando como todo el mundo parecía llevarme a ese callejón sin salida en el pasado.

No puedo hacer como Anya, pero cuando hay energía puedo introducirla en su esfera, ese es el cometido del collar, también puedo sacarla de ahí, supongo que gracias a eso estoy vivo, es como peleo. La dije mi poder, ¿Transformarlo en otra cosa?, ¿en lo que tú quieras? ¿lo que tú quieras?, Pregunté con suma curiosidad, hay gente que no tiene comida, ¿podrías convertir piedras en alimento?, sería estupendo así no habría gente que muriera de hambre. Dije completamente seguro, como vagabundo que era había tenido esas sensaciones.

Supongo que sí, aunque también me permite tener claro lo que tengo que hacer, ¿remediarlo?, Dije con curiosidad, Supongo que sentiré algo cuando encuentre lo que busco, o quizá cuando salvemos el mundo, incluso quizá sienta algo si mi compañera sobrevive a la misión, Dije señalando a Tea, A tí te gusta investigar, acaba viva esta aventura y lo comprobaremos. Comenté como si supiera de lo que hablaba, Aunque mi voz cayó a un tono algo más oscuro, recordando que investigar no siempre es como hace la pequeña Tea con libros, También puede ser que sea así por las investigaciones de otro, si conoces a mi maestro podrás preguntarselo, también le gustaba investigar conmigo y con otros al parecer.

También te permite ser útil siempre, y al no ser experta en nada siempre podrás aprender cosas nuevas, eso es emocionante, creo, al fin y al cabo los dioses nos han juntado para que nos ayudemos unos a otros.

Quizá si ellos no pueden salir deberías plantearte querer volver, comenté De que sirve saberlo todo si estás encerrada entre cuatro paredes, Dije pensativo, Aunque si alguna vez te sientes encerrada busca entre todos esos libros una manera de llamarme y te sacaré. Dije poniendo la mano sobre su pelo, un acto que había visto en mis viajes que ponía tranquilas a las niñas, Será mi agradecimiento por todo lo que me has ayudado. Dije como una posible solución a volver al faro. También cumpliré mi promesa si lo que pasa es que no puedes volver, siempre hay una manera para todo. Dije caminando tranquilamente.

Es un buen juramento, aunque seguro que ellos ya están orgullosos, si eres la única que salió del faro, e incluso los dioses te han elegido entre toda la gente del mundo. Comenté objetivamente.

¿envejecer?, no conté el tiempo que estuve allí, aunque me contaron que llevaban tanto tiempo allí como ese mundo, y que ellos no eran nada. Supongo que serían más viejos de lo que aparentaban, pero parecían de carne y hueso, la mujer de agua me besó. Dije recordando aquello, Quizá ahora sean seres que no se pueden ver, eso estaría bien también, vivir es mejor que no vivir supongo. Por mucho que ellos dijeran lo contrario. Comenté a su pregunta, ¿espiritual?, Pregunté puedes coger mi collar siempre que quieras si puedes descubrir algo de él, estaría bien saber que pasó con ellos, al menos descubriría algo tras tanto buscar.

En la tienda, tuve al sensación de que había hecho algo mal, aunque no sabía el qué, el tendero parecía enfadado por algo y Tea avergonzada, ¿qué había hecho?, solo era una prueba más de que esa bolsa no traía nada bueno.

Puedes coger tanto como quieras, yo solo quiero un arma pequeña que pueda usar con mi espada, hay algo que quiero probar. Si quieres usaremos el resto para comprar cosas útiles para el viaje, seguro que hay algo que podamos conseguir con eso. Dije señalando la bolsa, Además, una vez me dijeron que los tenderos engañan a los viajeros para quitarles sus piedras, contigo podremos conseguir más cosas que si fuera solo. Dije, podía parecer una acusación aunque el tono era totalmente neutro, como el que cuenta una anécdota.

No hace falta que me lo devuelvas, me regalaron la bolsa donde viven los mercenarios, esto sobró cuando les regale unas de esas monedas a los sabios que venden libros.

Bien, qué más puede hacer falta. ¿Aparatos para hacer llamas?, ¿quizá telas para hacer un hogar cuando haya que dormir a la intemperie? Tú que opinas que puede ayudar al grupo. Pregunté mientras completaban la transacción.

Asiente ligeramente, escuchando las primeras palabras de la chamana, planteándose cómo llegar hasta ese punto. Su interior normalmente bulle de ira ante deteminadas cosas, pero... ¿Es mayor la ira del suceso que lo activa o el del propio encierro al que está sometida esa parte, sin poder manifestar sus alegrías y sus penas? Está claro que debe reencontrarse consigo misma. Quizá no para llegar a fusionarse, pero sí, como mínimo, para entenderse.Quien se conoce a sí mismo, tiene la mitad de las batallas ganadas. Se dice a sí misma. Y yo creía que por saber del fuego de mi interior, ya me conocía... Que estúpida. Añade.

La siguiente parte del argumento hace que tuerza un poco el gesto, no tras las palabras sobre Niero, sino al decir que "la Delemental con la que está hablando no ha mostrado signos de ser mala".

- Me quedaré con todo lo dicho antes de eso, porque... A fin de cuentas, es muy fácil replicar que sigo siendo solo medio Delemental, y que la parte que sí lo es todavía piensa en csas no demasiado positivas ni razonables Quizás por culpa del cautiverio... Tendré que soltarla para desfogarse en algún momento...-plantea, y luego compone una media sonrisa al darse cuenta de algo- Esperemos que no se "desfogue" más de la cuenta. Así fue como murió... -frena un momento, y toma un poco de aire, lo quedeja claro quele cuesta llamarlo así- Mi padre.

Después, pasando a tratar el asunto de la religión Luminosa, escucha lo dicho por Naysse hasta que habla de las dos religiones y los seres a los que adoraban, momento en el que frunce el ceño como si algo no le cuadrase. Pero entonces niega ligeramente con la cabeza para sí misma, no es algo importante, así que tampoco hace falta que corrija. Total, le está revelando cosas nuevas y tampoco quiere hacerse la listilla insoportable por una palabra.

- Bien... Por suerte, no me importan demasiado las Deidades de dicha religión... O la Deidad, la Diosa de la Luz. Es un poco como la de Icycla... Me refiero, si Icycla no existiese, seguiría profesando su religión, en parte porque se me ha criado en ella y en parte porque me representa y creo que es positiva. -explica- No porque crea que Icycla me va a recompensar en forma alguna... -compone una sonrisa, en parte irónica y en parte triste. Es curioso cómo ahora, estando distraída en taras varias, sonríe algo más de lo habitual- Aunque ahora mismo a la Diosa le tiene que sonar un poco raro cada vez que le rezo... La próxima vez que se encuentre con Senca igual le dice que deje de rezar de una puñetera vez, que es como toparse con la guindilla del plato. -el salto de conversación es para hacer notar ese curioso apunte de la Heredera del Fuego siguiendo los dogmas de la Diosa del Hielo, sin necesidad de que la tabernera le dé consejo alguno en este ámbito.

- Gracias, Naysse. Ha sido... esclarecedor. Y agradable. -le dice, mirándola mientras para un momento sus tareas, ahora ya sin sonreír al volver a estar enfocada.

El tendero suspiró al ver vuestras reacciones, así como por simplemente la situación. - Espero que eso no sea una acusación - Empezó diciendo al Kazibara, aunque luego miró a Tea - No es que suponga un problema, pero los frascos no es algo que solamos vender aquí. Es un material y como tal los de la ciudad que los usamos se lo compramos al cristalero... Pero el nos puso una condición: No podemos venderlos ni más barato para hacer competencia, ni más caros ya que sería una estafa a la buena gente que lo comprara... Por tanto si cedo ante hacer una rebaja, yo mismo perdería dinero. El resto son consecuencias

Mientras procesabais lo que dijo, se agachó para sacar otra caja y ponerla encima de la anterior con cuidado. - Tu por suerte tienes a un buen compañero con suficiente economía en su haber. Y encima generoso. Algo que no se ve todos los días. - Acercandoos pues las dos cajas os miró individualmente a cada uno parandose al final en Tea.

-Supongo que tu decides. En cuanto a armas, os recomiendo ir a la herrería. - dijo señalando a la que estaba en la esquina, donde si os fijabais podiais ver a la sobrina de Muerte allí -  Lo bueno es que encontrareis cualquier arma que busqueis. Tolko es un gran herrero con experiencia a su espalda, a pesar de ser un Uromaki. Lo único malo es que si buscais rebajas, olvidaros... Suele tener tanto trabajo que ignora a quienes intentan hacer rebajas, aunque nada os impide intentarlo - Como era normal en un barrio de artesanos, los que se conocían se iban recomendando los unos a los otros y parecía que en aquel barrio se conocían todos.

Ahora solo quedaba a vuestra elección terminar ahí y buscar lo proximo.

Suspirando la princesa, se encogió de hombros ante tu pregunta - Si te resulta más facil así, supongo que estará bien. - mostrandose pues indiferente al tema del nombre. A fin de cuentas, princesa o Maxine, podías empezar a que por ambos nombres la reconocerían. Al menos en Trayerta.

-¿Ocultar nuestra procedencia? - preguntó entonces la princesa mirando a su hermano antes de volver a mirarte a ti misma. Si bien Max parecía un chico simple cualquiera y se le podría ocultar con facilidad, Maxine destacaba por como era su personalidad, además de su porte y como era obvio, el escudo de la realeza de Trayerta el cual estaba reflejado en ambos hombros de la armadura de la misma princesa. - Que yo recuerde, además de escoltaros, soy el enlace para que los guardias de las ruinas os dejen pasar. ¿De que serviría esconder mi procedencia?

-Además, de camino a las ruinas apenas hay población... Como mucho una posada en el camino, y me reconozcan o no, no se atreverían a asaltarnos. - Su porte incluso se volvió más regio cuando golpeó el suelo con su lanza y con firmeza. Combinado a esas palabras parecía más intimidar que otra cosa. Dejando así las cosas claras, seguíais avanzando los tres siendo que Max se vió más empequeñecerse y quedarse un paso por detrás de vosotras dos. Sin duda su hermana inspiraba valor y fuerza, al contrario que Max, quien inspiraba quizás sabiduría y bondad.

-¿De la zona baja? - acabó volviendo a preguntar - Espero que no sea del suroeste, o que no vengan de allí los mercenarios. - No obstante, ahora se mostró más bien preocupada por la respuesta que le habias dado. - Aún así, espero que esteis preparados todos, y que hayas conseguido un carro para todos los participantes. Sino el viaje será más largo de lo que quisieran algunos.

Eventualmente llegasteis a una parte del castillo en la que Maxine te detuvo - ¿Puedes esperar un momento? - preguntó obviamente dejandote a ti responder para entonces actuar, siendo que tanto ella como Max, se alejaron un poco de ti, entrando cada uno por una puerta del pasillo en la que estabais.

Tardaron unos minutos, no muy largos, pero lo suficiente para querer hacerte curiosear. Si lo hacias podias ver como cada uno estaba agarrando cosas de sus respectivas habitaciones. Al salir ambos de ellas, salieron con sus respectivos equipajes, siendo que Maxine llevaba una bolsa con una tela ataviada, la cual se colgó a la espalda. Max por su lado, cogió un petate más bien modesto, y una bolsa cuyo interior podía verse por algunas rendijas. En el había libros, y por lo que sabías de el, igual eran de magia. Lo último que cogió fue una capa que le cubría gran parte del cuerpo. - Listos por nuestra parte. - te dijeron ambos mirandote. - Cuando quieras.

Dicho eso, tan solo restaba salir del castillo y dirigiros a la posada... o a cualquier otro lugar que prefirieras.

Aunque se tratara de un Delemental al que odiabas, Naysse se expresó correctamente como cualquier otra persona al oirte decir el tragico suceso - Lamento oir eso. Pero en este caso, tu puedes evitarlo. - Dijo cogiendote de las manos poco a poco haciendo que te centraras en ella - En lugar de ser las cadenas que las restringen - dijo para hacer la alegoría, ya que al menos vió que ahora estabas dispuesta a soltar a tu yo interior - Se la conciencia o la barrera que evita que tu yo interno se pase del limite. - Al decir aquello te extendió los brazos como haciendo un area como si vuestros brazos fueran el limite.

Por otro lado en cuanto al hablar de la religión, sonrió levemente y te asintió con calma, viendo que ese era quizás un buen camino a seguir - Por mucho que seas la heredera de Pyros, no significa que no puedas seguir a otros dioses. A fin de cuentas, tus creencias son lo único que importa. - Solo que al decir lo proximo, se quedó un tanto sorprendida, mirandote con algo de preocupación antes de suspirar.

Se apartó entonces de allí, buscando alcanzar una caja de una repisa, mientras te hablaba - Escucha Anya. Hay una historia que cuentan las sacerdotisas, de normal a los niños, pero en realidad es muy cierta. Seguro que la conoces - Y realmente la conocías: - "Cuentan las antiguas escrituras que los dioses al crearnos, no nos dieron de lado. Cada uno, independiente de quien fuese, escuchaba a los seres vivos que desde abajo le rezaba. Pyros, que de normal era rezado por los ejercitos que se aventuran a una batalla incierta. Icycla, a quien se rogaba para asegurar el bien de un ser querido. Helios, el cual se honraba antes de iniciar un viaje. Thira, venerada al iniciar nuevas acciones en la vida. Marine, buscada para llenar de salud a una persona, normalmente nonata. Y Terrano, orado para asegurar la prosperación en cuanto a nuestra supervivencia.

La cuestión es, que por mucho que le reces a uno u a otro, por mucho que adores más a uno que a otro... Ninguno te respondera. Pero eso no significa que no te escuche. Simplementes que romperían un tabú si respondieran a alguien cuyos rezos han sido oidos." Aunque tras su encierro en los sellos, tampoco es que puedan actuar mucho - acabó riendo y trayendo aquella caja ante ti - Creo que esto te será más útil a ti que a mi. - Y te la ofreció abriendola, mostrando entonces una simple pulsera de cuerda de cuero con una placa grabada atada a ella.

-Es un amuleto mágico, el cual me regaló mi maestro en su día. Yo aún no he entendido cual es su mágia aún, pero si que me dijo que en el momento en que su mágia hiciera efecto, se volvería solo una pulsera más. Aunque creo que a mi me la dió más por la inscripción - Dijo señalando la placa, la cual veias dos letras que no podías leer... O palabras.

"Los dioses escuchan"

Dijo entonces Naysse señalandote una cuando dijo "Los dioses" y otra cuando dijo "escuchan" - Imagino que es parte de la magia que envuelve a esta pulsera. Pero creo que es un mensaje que no se debe olvidar ni en la más absoluta desesperación. Y en ti se nota que por mucho que otros dioses puedan afectarte, eres fiel seguidora de Icycla -  dijo finalmente reconociendo lo que veía en ti, una determinación gigantesca a pesar del mal temporal que en tu interior residía.

Al final simplemente, esperando que aceptaras aquella pulsera, te asintió quitandole importancia ya al peso de la conversacione - No lo agradezcas. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros. Aunque me parece que ya te he robado demasiado tiempo. Anda, ve con Niero, yo termino

El ojo sano de Nargu contempló a su sobrina desde detrás de la máscara por unos largos segundos. ¿Hablar con el gremio? Aquello no acababa de entrar en su cabeza. Conociéndolos, con un poco de suerte quizás aceptarían una tregua y en el instante en el que el mundo estuviese a salvo aparecerían desde las sombras cuando nadie lo esperase en un momento de debilidad y agotamiento. Muerte suspiró. Aún así, quizás eso era mejor que nada y de tener la posibilidad de entablar un diálogo en un espacio neutro y en el que pudiesen escapar o pelear en caso de que no les creyesen o aceptasen la tregua el asesino la usaría con sabiduría.

—De momento deberíamos intentar evitar al gremio, no buscarlo. Cuando nos encuentre sin embargo no sé cuánto espacio habrá para el diálogo, pero eso lo sabremos con certeza llegado el momento. —Muerte sopesó las palabras de su sobrina. Aunque hacía sentido, la idea de dejar a su sobrina sola ahora que la había recuperado lo inquietaba bastante, incluso si por su máscara inexpresiva era imposible distinguirlo desde fuera—. Está bien, pero ve con cuidado. Si percibes cualquier clase de amenaza te ocultarás tan rápido como puedas, ¿entendido?

Una vez hubieron entrado a la herrería y pese a que estaban buscando armaduras no había podido evitar fijarse en la espada que el herrero estaba forjando. Llevó su mano a su espalda y sintió el frío acero de su hacha. No necesitaba otra arma.

—Buscamos armaduras —dijo su grave voz—. ¿Qué tiene a la venta?

— Lo sé y, bueno, también lo pensaría si estuviera en tu lugar, de hecho lo llegué a pensar mientras hablábamos con Naysse… — Tea recordó cuando intentó decirlo, aunque quizás no supo exponer bien su teoría en ese momento — Vaya, pensé que habría alguna manera… — sobre el ave comentó un poco apagada, pues para ser sincera le emocionaba la idea de que algo así fuera posible… pero era parte de sus fantasías.

— Hmm… no, creo que lo que puedo hacer se parece más a lo que tú puedes hacer — confesó — Puedo extraer la energía de objetos, seres, sustancias e incluso ataques, en teoría, para convertirla en “sellos”, que son algo así como las esencias que creó Anya pero dentro de mi propio cuerpo, en ese sentido podría compararlos mejor a los “sellos” que tenemos los seis… pero como dije, en una versión más débil — luego agregó en voz tan baja que solo debía ser escuchada por el Kazibara, o al menos eso intentaba. — Sacándolos e imbuyéndolos en mis puños es como lucho yo, al menos cuando utilizo mis “movimientos especiales” — continuó — y aunque no puedo crear comida, es posible hacer antídotos o incluso pociones curativas si consigo los materiales correctos… — para eso quería los frascos, aunque no era lo único que necesitaba.

— Para obtener los sellos necesito una fuente de energía más o menos grande que me permita absorberlos, por ejemplo una gran fogata si busco de fuego, o un poderoso chorro si busco de agua, incluso podría obtener de “elemento neutral” si intento extraer la energía de objetos cotidianos, creo, pero hay algunos que no estoy segura de cómo obtener… parte de mi investigación es encontrar esa respuesta — reveló.

Según avanzaba la plática fue turno de escuchar de nuevo a Senca, aunque en un momento dado sus palabras hicieron ruborizar levemente a la Cobb por lo repentinas que fueron — ¿Eh? ¡C-claro! ¡Y por supuesto que me pondré alegre si mi compañero sobrevive! Bueno… si sobreviven todos — la chica estaba notablemente nerviosa porque no sabía cómo responder a algo así, sin embargo lo intentó y de pasó buscó aumentar los ánimos mutuos aunque con el Kazibara fuera más incierto… especialmente de cara al matiz que dio el espadachín luego. Así pues, escuchada aquella confesión que sugería tanto y a la vez era tan críptica, Tea tragó saliva — No creo que yo resultara muy agradable para tu maestro, y viceversa… — apostó, pues incluso entre quienes gustaban de investigar existían tabúes, normas y sentido de ética, campos que no se debían tocar… en teoría.

— Es muy emocionante, si — para muestra la búsqueda de cómo obtener todos los sellos existentes, no solo respecto a Helios sino a su habilidad propia, y ahora también asuntos como los múltiples secretos del Kazibara — Quizás hasta llegue un día en que sea como Naysse… — llena de ilusión supuso, aunque eso era más una meta personal.

— Bueno, no sé si sean incapaces de salir por cuestión del faro, por su naturaleza como espíritus o por su misión… — un tanto más seria contestó después, llegando incluso a quedarse en silencio mientras lo consideraba, y es que si incluso alguien sabio como Naysse no sabía de ellos… ¿sería destino de sus tutores poder salir algún día? ¿ellos también tendrían un “relevo” eventualmente? — Sobre eso, la maestra Naysse me enseñó una forma para… — estaba por decir qué cuando el repentino hacer de Senca la detuvo en seco, generándole un gran rubor que llegó incluso hasta las orejas — G-g-gracias… — y sobre el asunto no pudo agregar más, pues el espadachín al parecer la había impresionado al tiempo avergonzado, no precisamente de mala manera…

— Bueno, ellos lo sabían de antemano, no sé realmente desde hace cuánto pero sí que lo sabían — dijo sobre su lugar como elegida al lado del resto — En cualquier caso, si ya están orgullosos, lo ideal sería no desmerecer esa opinión y demostrarles que hicieron bien en criarme… — motivada agregó, ya sin la rojez de antes pero en cambio con un brillo peculiar en sus ojos de miel.

— Ummm… es una historia confusa, por lo que dices podrían ser y podrían no ser, ¿sabes sus nombres? — preguntó, aunque luego al escucharle llamarlos por su descripción supondría que no — ¿A qué te refieres? — volvió a cuestionar al escucharle murmurar, sin embargo llegado su turno de contestar Tea negó con la cabeza — Por ahora creo que no sería conveniente, es decir, gracias a lo que hago, si investigara tu collar podría quitarte la energía allí almacenada, y siendo que vamos a un lugar que no sabemos qué peligros pueda o no guardar, creo que lo mejor sería esperar al menos hasta que terminemos allí ¿qué te parece? —  

*****

— Una vez más, lo siento — dijo de cara al tendero dada su señalada ignorancia, más no por dejar de lado a Senca, sino porque Tea supuso que debía dejar claro aquello en primer lugar — A nosotros nos dijeron que en este tipo de tiendas se podían adquirir frascos, de haber sabido que existía un cristalero por aquí, habríamos ido con él — con eso no quería sonar descortés, solo honesta.

— La verdad es que no, realmente debería agradecer a mi suerte — poco después sonrió tanto al Dahmol como hacia el Kazibara, eso de manera impoluta y hasta tierna; una vez presentadas las dos cajas, tal como parecía se disposición del más alto la castaña pagó el precio justo y acto seguido comenzó a guardar los frascos de una caja en su bolso para luego tomar la otra, pues a ese punto ya no cabrían más y lo último que querría sería romperlos. Según la señal ajena, la Cobb volteó y creyó reconocer a Nemea allí… ¿acaso encontraría en esa misma dirección a su contrario elemental?

— ¿Incluso armaduras o solo armas? — ella misma buscaría, a lo mucho, una armadura ligera, quizás de cuero, pues su estilo precisaba de poco estorbo, sin embargo tomando en cuenta las intenciones de Senca de ayudar a todos supuso que quizás podría ser buena idea saberlo. — Y no se preocupe… no volveré a intentar algo así — se refería al regateo. Teniendo pues lo necesario se despidió del Dahmol, la Mimali y avisó al Kazibara que habían terminado allí.

— Según lo que dijo el señor Kirk el herrero debería tener el arma que quieres — ella llevaba la bolsa de monedas ahora, pero no dudó en devolverla al dueño original — Yo también necesito algunas armas, para eso te había pedido prestado el dinero — confesó — Si no quieres que te lo devuelva… está bien, pero a cambio entonces permíteme ayudarte con lo que sé, así no sentiré que te estoy robando o que me estoy aprovechando de ti — dicho eso la chamán fue recordando las opciones que diera el espadachín.

 — Con aparatos para hacer fuego no estoy segura a qué te refieras… ¿hablas de armas? — preguntó, pues eso sí que podrían consultarlo con el herrero — ¿O te refieres a algo como lo que hizo Anya? — ahí supuso que podrían ir a ver a un hechicero o alguien que vendiera insumos para la magia. — Las telas podrían conseguirse con un sastre, creo… —

— Otra cosa que podríamos comprar sería comida por si no podemos parar en una posada o taberna en varios días, artículos como hilo y aguja para coser heridas, ¿quizás un mapa de la zona? — Tea iba como enumerando — No sé qué tipo de armas utilice el resto, o si tengan poco dinero como yo, para empezar… — pues comparada a Senca la Cobb básicamente era pobre, y seguro que el resto tenían mejor situación financiera, Tiki incluso trabajaba según lo que escucharon…

— También podrías guardar lo que no se utilice para después, así como hoy me has ayudado a mí, quizás en el camino encuentres a alguien con mayor necesidad, además, he leído que pueden existir lugares donde se cobre la entrada… — aunque eso más que nada en cuentos.

A menos que pasara algo, y si solo dependía de ella, no se detendrían hasta llegar a la herrería, aunque sí que valdría la pena poner atención a los alrededores…

Nemea sonrió y asintió pese a los ropajes que llevaba y pese a que su boca no existiera. - No te preocupes tio. Las sombras serán mis amigas y el viento mi montura. Avisaré puesa al mandatorio Luftinuka, aunque primero - Observó su arco roto - Igual debería prepararme contigo. - Era obvio que si, por muy buena que fuera en la distancia, sin su arma no sería nada.

Con aquella pregunta ya en la herrería el Uromaki sonrió - Je... Armaduras... Si dices algo más generico igual te puedo vender algo - con ironía habló cesando entre golpe y golpe antes de meter el acero de la espada en la forja de nuevo para calentarlo un tanto más - Cuero, Malla, Hierro, Acero, Mithril... - Fue enumerando los materiales, a cada cual sabías que más cara iba a ser - Del único material que no tengo, es del mineral más puro que se extrae en las minas de Maxener. Aunque es normal, hace tiempo que no voy por allí - Pese a que hablaba con vosotros, el Uromaki continuó trabajando sin cesar sacando la espada y golpeandola de nuevo con su martillo.

Ante el lamento de Naysse, Anya hace simplemente un gesto descartándolo. Acaba de hacer, en su extraña forma, un chiste sobre la muerte de su propio padre, así que está claro que no le afecta. Al escuchar la idea de que en vez de retenerlo simplemente lo corrija, se la nota ligeramente sorprendida por un momento, lo sopesa por un segundo y finalmente asiente.

- Eso haré, Naysse. Muchas gracias. -le dice una vez más, atreviéndose a dibujar una bonita sonrisa para la tabernera.

Después, la tabernera se ve algo preocupada por su intento de broma sobre los rezos a Icycla, y comienza a relatarle el cuento que tantas veces le han dicho, hasta haberlo aprendido de memoria, de tal manera que sus propios labios acompañan las palabras de Naysse durante parte del cuento, sin decir las palabras, aunque tampoco durante todo para que no pensase que es una burla, sino que, de hecho, lo conoce.

Asiente con tranquilidad ante lo dicho por la tabernera. A fin de cuentas, cuando se agradece a Icycla no suele ser por haber hecho algo en ese instante, sino por toda aquella maravilla que creó para nosotros. Observa con curiosidad la pulsera que la chamana le enseña, asintiendo ante la explicación, aunque aún indecisa de aceptarla.

Finalmente con sus palabras suspira un poco y asiente, tomando con ceremonialidad la pulsera, con ambas manos, y respondiéndole:

- Quizás no haga falta, pero igual le debo dar las gracias una vez más, por todo. Haré lo posible por ser... Lo que este mundo necesite que sea, sin perderme a mí misma por el camino. Su guía me ha ayudado mucho. -ha pasado a una forma respetuosa de hablar ahora, antes de la despedida, y sin soltar ninguna de las dos manos de la pulsera, hace una pronuniciada reverencia ante la mujer, pegando la pulsera a su propio pecho en el proceso.

Finalmente, cuando se incorpora, la mujer le indica que vaya con Niero y la espadachina asiente, obediente.

- Nos vemos luego, Naysse... -piensa qué más decir, antes de salir, pero no encontrando palabra alguna, su despedida se concluye con una última y fugaz sonrisa antes de abandonar la cocina.

Una vez saliese, si Niero no hubiese terminado, se sentaría con tranquilidad frente a él, también en pose de meditación, y esperaría.

Si sí hubiese terminado, solo le diría:

- ¿Nos vamos, Maestro? Aún tengo mucho que aprender. -frase que igualmente dirá una vez este "despierte".

El camino no le preocupa, y seguramente a Niero tampoco. Si algo le enseñó Ya'Tse fue a valerse por sí misma en el camino, no necesitar más que una pequeña cantidad de comida que se pudiese comprar en cualquier taberna, por si fuese a dar con un terreno sin caza.

Lo comenzó a hurtar todo, objeto por objeto siguiendo el orden con el que le había dicho toda la lista. Por un momento sonrió con ilusión aunque ella no se dio cuenta, mientras miraba el bolso. Estaba a punto de coger el último objeto cuando una enorme sombra le tapó la luz y la alertó, girándose muy despacio sobre sus pies allí donde estaba posada para descubrir al enorme gato que pretendía comérsela. 

Como buena herramienta y siguiendo las instrucciones de Gauche, simplemente intentó salir huyendo de allí y salir por la ventana más cercana para esperar fuera a su amo. Intentó sortear a gato, haciendo una voltereta hacia un lado y saltando de donde estuviera hacia abajo para emprender el vuelo velozmente hasta alcanzar el marco de la ventana, creyó ver el hueco por donde salir huyendo y como torpedo se dirigió hacia allí...

Helga señala los escudos reales de la armadura de la mujer y habla:

Ahí tienes dos grandes letreros que por los caminos nos van a traer problemas atrayendo presencias indeseables… supongo que hay alguna otra forma de identificarse cuando lleguemos a las ruinas, pero le camino hasta ellas, bueno, en mi camino hacia la ciudad no solo me encontré con bestias, también había bandidos y supongo que cualquier persona con sellos reales a la vista les llamaran mucho la atención… pero bueno, como deseis

Siguieron caminando y cuando le hablo de la zona baja de la ciudad niega y añade:

No, los mercenarios son gente de mundo, son personas que provienen de diversos lugares del mundo y que nos hemos reunido allí por ser un sitio discreto y tranquilo, ademas de mucho mas acogedor de lo que parece y creame son buenos en lo que hacen

El rato en el que estuvo esperando fue largo, especialmente para una Uromaki como ella, por lo que no pudo evitar echar un vistazo a lo que ambos hermanos estaban haciendo, incluso en lo que tomaban se notaba que eran muy diferentes entre ellos, lo que hizo que sonriera levemente.

Finalmente estaban preparados y lo mejor era encaminarse a la posada de Naysse, a fin de cuentas los demás se iban a ocupar de las compras y habían tenido bastante tiempo y por lo que veía de la princesa la paciencia no era una de sus virtudes, por lo que prefirió ir directamente a la posada.

Siento que no sea así, aunque es mejor, así puede ir donde quiera y volver cuando quiera. Dije pensando sobre mantener conversaciones con el pájaro, Tendrá su cometido si pudo salir de aquel lugar. Dije con más optimismo que el de mi compañera.

Oh, es una pena, aunque si se pudiera hacer alguien lo haría, supongo. Tus puños son poderosos, y seguro que las pociones y antídotos también. ¿cuáles son esos materiales?, si puedo preguntar, Dije amenizando la conversación, aunque sin intención de hacerlo, solo por curiosidad.

Vaya, suena interesante, ¿qué tipo de poder tienen los objetos cotidianos?, Pregunté, que curioso, tú puedes introducir palabras en tu cuerpo y yo no puedo sacarlas. Dije malinterpretando el término sello, simplificándolo al dibujo que me había dado la diosa. Supongo que entonces puedo ser de utilidad, al poder crear los elementos si los necesitaras, me pregunto si habrá otras cualidades así en nuestro grupo. Dije pensativo sobre los seis elementos que formábamos el grupo.

Quién sabe, es más simpático de lo que pueda parecer, pensaba que todos los investigadores buscabais lo mismo, aunque usarais métodos diferentes, quizá deba replantearme eso. Comenté a su aportación sobre el maestro, ¿dónde estaría ahora?, ¿quién se escondía de quién?, yo había salido libremente a la ciudad, sin esconderme en la noche o bajo ropas extrañas. Sobreviviremos, los dioses nos acompañan, Dije más convencido de lo que mi tono daba a entender, en contra de lo que parecía nunca dudaba del grupo, había visto grandes guerreros y solo eran la mitad del grupo. Todos tenemos cosas que hacer después, además, la mujer de  hielo dijo que encontraría lo que busco con ayuda, parece bastante claro. Dije una vez más teniendo en cuenta un sentido demasiado literal de unas palabras probáblemente soñadas.

Cómo Naysse, Repetí, Visité una aldea que usaban un barro para cambiar de color el pelo, y no te será dificil encontrar una taberna que regentar, los conocimientos son solo cuestión de tiempo también, aunque Naysse es poco alegre, no deberías perder eso por parecerte a alguien. Dije tranquilo, enumerando las cualidades de la chamana que coordinaba el grupo.

¿Naysse te enseñó a entrar otra vez, así que hay una manera?, Dije sorprendentemente tranquilo, Vuelves a estar roja, cómo cuando me hablaste del sello, Miré a mi alrededor, Al menos esta vez no hay nadie que me amenace. Dije haciendo referencia a la misma situación en la taberna, No es nada, Una vez me dijeron que usara mi poder para hacer cosas buenas, y tú haces cosas buenas. Dije mientras caminaba mirando su cara.

La verdad es que no, no me dijeron sus nombres, ni su raza, ni nada sobre ellos, es curioso viendo que a mí todo el mundo me llama Kazibara en todos los sitios. Dije pensativo, Dijeron que ellos acabarían junto con ese lugar, pero no parecían preocupados por ello. Dije contestando a su pregunta, Supongo que tienes razón, aunque me gustaría saber que es eso espiritual que notas, aunque también me gustaría saber que es espiritual, yo desde luego no puedo notarlo. Dije afirmando, al parecer la investigadora sabía más de mi collar que yo mismo solo con tocarlo. Tendrás tiempo para hacerlo. Dije tocando los abalorios que lo formaban. Intentando sentir algo "espiritual".

En la tienda la transacción se completó de alguna manera, Las monedas fueron entregadas y las cajas también, tal como pasaba en el mercado, Claro, me vendrá bien ayuda. Dije recogiendo la bolsa, al parecer muy importante en esta ciudad. Bien vayamos a por armas, también comida, y si sobran piedras cogeremos unas telas para dormir bajo cubierto. Quizá el mapa, conozco donde nos pueden dejar uno, el hombre de los libros y la niña seguro que tiene. quizá sepa llegar.

Gracias buen hombre, y perdón por las molestias, no le acuso de nada, ni siquiera le conozco. Dije completamente neutro, como todo el rato en el interior de la tienda.

Mientras salimos, miré a Tea con curiosidad, ¿existen lugares en los que hacen falta monedas para entrar?, hace poco descubrí que existen algunos que hace falta un papel. Cuando salí de la torre no me pidieron nada en ningún lugar al que llegué. Dije como si me fuera a explotar la cabeza buscando algún tipo de indicio para poder saber qué lugares necesitaban qué cosa para entrar. También vi que no todos los salvoconductos valen para todos los lugares. Cómo vamos a llegar a los templos si necesitamos todo tipo de cosas para que nos dejen entrar.

-No hay de que... A fin de cuentas, cuando viajas, siempre es mejor hacerlo con compañía de confianza - dijo el Dahmol antes de girar su cabeza y mirar a la Mimali, la cual si os fijabais estaba roja.

Tras daro lo pedido, terminó de resolveros las dudas, empezando por quitar importancia a lo dicho por Senca - Tranquilo. En cuanto a la herrería, tienen de todo. Todo lo que pueda crear Tolko, todo lo vende. Armaduras, armas, accesorios aunque no magicos. Escudos... - Seguiría enumerando, pero se detuvo al ver que vosotros sabiais a que se refería. - Suerte con el, y volved cuando querais

Finalmente el Dahmol se despidió de vosotros y volvió a entrar dentro de su local a seguir preparando pociones.

Naysse sonrió, alegre de que todo lo que te dijera al final sirviera para ayudarte en tu vida y en tu futuro. Por ello por su lado, no dijo nada más para retenerte y que así fueras con tu maestro. Maestro el cual al acercarte abrió los ojos y ter miró.

-Ya terminaste. Si, claro, vamos. - dijo levantandose - Aunque... tampoco es necesario que vayamos muy lejos. Podemos entrenar en la plaza de aquí al lado, a estas horas apenas debería haber nadie. Así que no molestaremos a ninguno - Tal cual lo dicho, Niero salió de la taberna despidiendose de Naysse... Aunque realmente te llevó justo enfrente de la taberna, en una plaza donde tan solo había unos parterres de hierba y poco más.

-Supongo que este es suficiente lugar para entrenar. ¿Tienes algo especifico en mente que quieras mejorar de ti misma o prefieres entrenamiento básico y ya? - Por supuesto no olvidarías que tu objetivo era aprender cuantos más estilos mejor.

Aunque entrenar tampoco os impedía hablar, por si lo dicho por Naysse aun te picaba la curiosidad