Partida Rol por web

-Calienten un buen té y mucho estofado, que vengo hiriendo de hambre -El pequeño topo anunció a Naysse en tono alegre. Por más cosas que habían ocurrido, al final el día había traído más cosas buenas que malas... en teoría.

Hans vio confundido como al parecer ahora había dos golems voladores en lugar de solo uno. -Me debieron haber golpeado muy fuerte la cabeza, porque creo que veo doble -Expresó ladeando la cabeza al ver al otro golem, obviando la diferencia entre colores.

Miró a los presentes por un momento, hasta que notó la ausencia de algunos, por lo que se acercaría a preguntarle a quien más posibilidades tenía de saber el paradero de sus compañeros. -Ellyn, ¿has visto a Tiki y a Rogelio? Estaban en la plaza, pero desaparecieron de pronto -Preguntó curioso para luego suspirar ligeramente-. Apuesto que ni siquiera me vieron recibir una paliza -El topo dijo con decepción.

Aunque claro, en cuanto vio a Senca sentarse a la mesa, él hizo lo mismo. -Naysse, ¿qué recomendarías para comer para algunos campeones de la arena? -dijo mirando al kazibara y luego hacia Anya.

- Siempre que necesites consejo sincero, puedes recurrir a mi. Trataré de ser lo más objetiva posible - finalizó con una sonrisa. - Va siendo hora de que vuelva con los demás. Espero haberte podido ayudar en tu encrucijada. Estoy convencida de que serás un buen Rey - Tea hizo un ligera inclinación de cabeza a modo de despedida y buscó con la vista la forma en la que poder volver a salir de aquella "área privada" para reunirse con el resto.

Entonces no tengo más remedio que rechazar tu oferta, por mucho que me duela. ¿De qué me serviría pedirte cualquier cosa si el mundo acaba destruido? Quizá más adelante, cuando evitemos la profecía, podríamos llegar a algún tipo de acuerdo. Pero ahora mismo es imposible.

Me preparo para levantarme pero espero por si quiere decirme alguna cosa más. Realmente su oferta no es demasiado tentadora ahora mismo, no cuando en un año podemos estar todos fritos. Así pues tendré que seguir con estos poderes hasta que consigamos resolver todo este asunto. Después ya veremos.

Un poco decepcionado por su fracaso, cogió el objeto mas pequeño, y el otro lo envolvió en una manta. Feliz, y con mucha hambre, se bajo del carro y miro alrededor, por si cabía la pequeña posibilidad de encontrarse con el resto del grupo, ya sea victoriosos o derrotados, atraídos por lo mismo que el joven herrero. El olor de la deliciosa comida de Naysse.

Entro por la puerta, y con total confianza alzó la voz para que le escuchase Naysse desde la cocina.

-¡Naysse, por favor termina pronto que mi nariz va a abandonar mi preciosa cara como siga oliendo esa tentación que solo produce pecado!

Después de gritar, miro a la taberna en general para encontrarse que estaba llena. Estaba todo el mundo, además de sus queridos trabajadores. Como si creyese que el resto no se enteró de su vocerío entrando los saludo como dos vecinos granjeros se saludan.

-¡Bienvenidos luchadores del gran torneo!  Se notaba al herrero más alegre de la cuenta.

Toma Hans, mi regalo.  Y casi como si un mago se tratase, el excéntrico herrero movió los brazos enseñando un bulto rojo. Y con su propia banda sonora, fue haciendo movimientos con la mano para quitar el paño, intentando dar más emoción al asunto. En el ultimo momento levanto el manto. ¡TACHAAAAAAAAAN! Ante el topo vería unas garras de muy buena calidad, casi de la talla perfecta de su tamaño actual.

Sencillamente el herrero le ofreció las garras, y se sentó en la mesa. Por supuesto no sería muy difícil de notar por la mayoría que el herrero parecía que ocultaba algo mas en la chaqueta. Además, se dieron cuenta que miraba mucho a Liliam, parecía que quería hablarle de algo, pero a la vez también parecía que no quería mostrárselo justo en ese momento. Era una mezcla de estar ansioso de mostrar algo, pero querer esperar para un mejor momento.

La verdad, como una vez más demostró el herrero, aunque hablaba muchas veces con propiedad su cara era un poema para el resto del mundo.

Mientras estaba ansioso, empezó a escuchar las historias del resto.

El topo se sobresaltó cuando Rogelio le ofreció un obsequio. Y con alguna clase de poder mágico lo manifestaba frente a sus ojos después de quitar un paño. -No puedo creerlo -Varias veces Hans se preguntó como sería si los Geomali usaran armas, como muchos guerreros de otras razas de Sansóläis, pero le parecía difícil imaginar como sería algo así. O lo era hasta ver las impecables garras de pulido metal, de indudable calidad y que parecían hechas a la medida-. Este es el tipo de arma al que me sentiría orgulloso que mis enemigos reclamaran como trofeo de mi frío cadáver. Te agradezco, compañero herrero -Hizo una respetuosa reverencia hacia Rogelio-. Las usaré cuanto pueda... mientras no tenga que usar "esa" técnica -Admitió encogiéndose un poco de hombros.

Enarcó una ceja al ver que Rogelio probablemente ocultaba algo más, por lo que se sentaría cerca del herrero para ver si podía alcanzar a ver que guardaba en la chaqueta.

-Bueno... es que las leyendas cuentan el como los herederos traeran la destrucción al mundo. Pero confio en ti hermana, así que se que todo irá bien. - Fijo finalmente Allen terminando de aclarar el tema de los herederos del sello.

-Gracias Tea - Mencionó Max mientras iba recogiendo su libro y poniendose al fin de pie limpiandose la suciedad de sus ropas - Procuraré pedirte consejo entonces. Aunque por ahora... Intentaré ver como puedo ser un buen rey para todas las personas de Trayerta. - Una vez dicho eso, decidisteis cada uno marchar hacia su lugar, siendo que Max se dirigió hacia el castillo, acercandose a la familia real que ya iba hacia allá.

Mientras tanto tu, no viste a nadie por allí como tal de tu grupo, pero pronto al verte Demian y Lilith, te comunicaron que se fueron en una dirección la cual va hacia la taberna de Nayse.

El anciano sonrió de medio lado al escuchar tu respuesta y esperó a que terminaras de hablar antes de decir algo, mientras te ibas - ¿Quien dijo que manteniendo tu poder no es posible que el mundo acabe destruido? Nadie sabe nada a ciencia cierta del futuro. Es un lienzo en blanco que lo marcan nuestras pinceladas del presente a las cuales posteriormente llamamos pasado. Tu dices que tu poder evitará la destrucción del mundo pero... ¿Y si ocurre lo contrario por algo que el destino decida mostrarte? Sin embargo, soy solo un tendero, y no un cazatesoros... Esos son otros a los que envio a por lo que necesito. Si no quieres realizar este trato, entonces no te detendré, puedes marcharte. - Dijo pues finalmente con un gesto con el cual señalaba la puerta de aquella tienda.

-Nada más salgas de aquí, el tiempo volverá a su cauce - Y finalmente enunció casi como si fuera el final del hechizo en el que te encontrabas de la paralisis del mundo - Cruza con decisión bajo tu propio juicio, heredera de Marine - Dejandote pues a ti la decisión de ir o aún quedarte. Gauche no estaba muy lejos y aún podías llegar a el.

-Pensaba que querías estofado y te - Mencionó Naysse sin ninguna acritud mientras ahora todos juntos os desenvolviais tranquilamente hablando entre vosotros. - Pero precisamente es lo mejor que tengo. Marchando estofado para todos ¿No? - Preguntó también al resto, ante lo cual Liliam respondió con un asentir y una amable sonrisa y Anya algo más cortada respondió con un ligero bajón de cabeza.

-Muchas gracias señorita Naysse... Si hace falta que la ayudemos. Siento que demos tantos problemas - Y aunque realmente era más la personalidad de Denis hablando, el mismo pensaba al ver todo lo que había allí, que estabais estorbando más a su negocio que otra cosa. - Oh, y señor Hans, no ve dobles. Son dos Golems... Supongo que iguales, solo que pintados distintos para reconocerse.

Aquel comentario desafortunado hizo pegar un leve brinco a Allen, el hermano de la Uromaki que estaba allí

Tal y como había dicho el Geomali en un principio, parecería que vierais doble, y es que tanto los Golems, como ambos dos chicos, Ellyn y ahora este mismo, eran clavados. - ¿COMO QUE IGUALES? - Aunque no en personalidad - Tienen capacidades muy distintas, que lo sepas. Por no decir que los accidentes que han sufrido unos y otros también son distintos. Y las piezas son diferentes dependiendo del uso que se le da a cada tipo. Al ser más cuerpo a cuerpo el mio tiene un mejor blindaje, mientras que el de mi hermana tiene un mejor estabilizador - Pronto empezó a perderse en la explicación de algunas piezas 

Hasta que al fin llegó Rogelio gritando, en este caso hacia Naysse, siendo que cuando terminó, la tabernera le respondió con una ceja enarcada - Perdona Rogelio, pero yo no me meto en como debes hacer tus armas, así que no me digas que hacer con la comida. Además, en lugar de pedirme que pare, deberías parar tu y comer algo, si tanto te tienta es porque hambre hay. Anda sientate con los demás, ahora os llevo la comida a todos.

Entre todo el Caos, Allen, el hermano de Ellyn, y Denis, estaban un poco enzarzados en la discusión de los dos Golem iguales, pero Anya si que fue capaz de percatarse algo que Liliam quizás no cuando saludó a Rogelio al llegar este - ¿Que te pasa Rogelio? Ni que tramaras algo malo... - Mencionó mirando precisamente el como ocultaba algo.

Desde lejos se podía oler ya el buen olor de la comida de Naysse filtrarse por los callejones, y es que para la suerte de Tea, cuando esta entró por la puerta de la taberna, la chaman ya estaba sirviendo platos a todas las personas que había allí presentes. Anya, Ellyn, Hans, Rogelio, Senca, Ismael, Liliam, Denis y para sorpresa de la joven chaman, había un chico más, aunque este parecía un calco de Ellyn en muchos aspectos fisicos, no solo su raza, sino también su cabello y parecido.

Además, tras ellos estaba el Golem de Ellyn ya reparado y otro más solo que de otro color. O al menos que pudiera identificarlo como tal ella misma.

Al verla Naysse entrar por la puerta, esta la sonrió - Hola Tea. Adelante, sientaté. Estoy sirviendo ya la comida, un buen estofado para los luchadores de la arena. Además, que imagino que tendreis que hablar muchas cosas y pensar por donde empezar a viajar ya. Oh, y no os preocupeis, Tiki y Gauche están en camino a volver, les serviré a ellos cuando vengan, empezad vosotros si quereis.

Tea hizo un leve saludo con la mano a los presentes y dedicó una sonrisa al nuevo integrante de la comitiva.

- Gracias Naysse. El olor es delicioso, déjame que te ayude. Hasta que no estemos todos, tampoco podremos decidir nada en firme - se ofreció para corresponder la generosidad y la amabilidad que siempre tenía Naysse con ellos.

El topo tenía dificultad para recordar lo que había dicho, quizás algunos de los golpes habían dado demasiado fuerte en la cabeza y aún estaba aturdido. Emocionado y aturdido, claro está.

-¡Ja, claro, estofado está muy bien! -Respondió desde su asiento, levantándose un poco para alcanzar la mesa.
Ante el otro asunto, sobre los golems que parecían multiplicarse dentro de la taberna, Denis le dejó claro que no era ninguna ilusión, sino que de hecho había dos de esos constructos. -Hm. Ya veo. Es que se parecen mucho. Bueno, tampoco es que haya visto muchos golems voladores como para saber distinguirlos -Simplemente se encogió de hombros, no dándole mucha importancia al asunto, pero al parecer había alguien que sí que se hacía vocal sobre la distinción de los golems, y era al parecer otro duplicado.

-¡¿Qué?! ¡Otra vez veo doble! ¡Cuatro Ellyns! -Sostuvo su cabeza un momento, negando con la cabeza para luego centrar mejor su mirada-. Quiero decir, ¡dos! -El Geomali sabía poco de construcciones y todavía menos de mecánica, por lo que trataba y fallaba en entender la mayoría de lo que decía ese nuevo Uromaki, aunque hubo una palabra que captó su atención-. ¿Mejor blindaje, eh? Hey, em... ¿EllynDos? -Aún no conocía su nombre, así que confío que no le molestaría que usara prestado el de su hermana-. ¿Te parece si lo pongo a prueba? -Vio conveniente en ese momento ponerse las garras que Rogelio le había regalado-. Veamos cuantos golpes de Geomali aguanta. O de Geomali armado por el mejor herrero de Trayerta -Extendió una media confiada mientras se acercaba al golem.

Por supuesto, Hans correspondió al saludo de Tea inclinando un poco la cabeza. Y con la aclaración de Naysse que Tiki y Gauche se les unirían pronto, ya estaba reunido casi todo el equipo. Fue ahí que también notó algo más sobre los golem.

-Ellyn, tu golem se ve, menos destruido. ¿Pudiste repararlo completamente? ¿Ya puede volver a volar? -Preguntó Hans curioso, pues si había logrado encontrar las piezas que faltaban, ya no tendría que desviarse del camino para visitar Maxener por su cuenta y podría viajar junto con el grupo al siguiente destino.

Antes de irme me paro y me doy la vuelta para poder mirarle. Es cierto que con estos poderes no tengo la certeza de poder salvar al mundo, pero sin ellos tengo la certeza de no poder hacerlo. Por lo tanto, por ahora, los necesito. Porque prefiero tener una posibilidad a no tener ninguna. Muchas gracias por todo.

Me marcho revoloteando hasta el hombro de Gauche, posándome en él. Me tenías preocupada. ¿Vamos? Nuestros compañeros esperan.

Por supuesto no espero que me diga lo que hacía en esta tienda, no tiene porqué hacerlo y ni siquiera pienso en que lo vaya a hacer. Al fin y al cabo él es mi amo y yo solo una herramienta. Lo que tenga que ser será, así que por ahora mejor sigamos adelante y ya veremos qué sucede.

—Hola, Senca. Hola, Hans. Hola, Anya —saludé. Hans me hizo un par de preguntas—. Tiki estuvo conmigo un rato en la plaza, y luego se fue a buscar a Gauche. Rogelio estaba con nosotros hasta hace un rato. Se ha ido a trabajar en sus cosas —le expliqué—. ¿Cómo han ido los combates?

Allen tuvo una reacción bastante divertida, y típica de él, cuando vio que Hans y Anya no eran capaces de distinguir las diferencias entre ambos Golems.

—Vamos Allen. Ellos no tienen ni idea sobre la tecnología uromaki. ¿De verdad te sorprende que no vean las diferencias entre Fulgur e Ignis? Seguro que no saben ni lo que es un estabilizador —le dije a mi hermano, intentando calmarlo un poco para que no se llevasen una mala impresión—. Sí, aunque para un ojo inexperto puedan parecer similares, en realidad las diferencias son notables. Ignis es más resistente y tiene mayor potencia de golpe. El mío es más ágil y tiene mayor precisión —expliqué de manera condescendiente, como si hablase con unos niños.

Los Golems no eran lo único que confundía al geomali: tampoco parecía distinguir entre mi hermano y yo, lo cual me hizo soltar una pequeña risotada.

—No, Hans. Este es Allen, mi her… —No llegué a terminar, porque me sobresalté al ver que pretendía atacar a Ignis—. ¡¡Eh!! ¡Ni hablar! —exclamé, levantándome de un salto—. ¡No hagas daño a Ignis! ¡Nuestros Golems no son juguetes! ¿Te gustaría a ti que te golpeásemos para ver cuánto aguantas? —Estaba claramente molesta.

Estaba sermoneando a Hans, enojada, cuando apareció Tea. Bajé la voz y me calmé un poco.

—Hola, Tea —saludé.

Me senté de nuevo junto a Allen, algo más tranquila. Me arrimé a él, lo rodeé con un brazo y acerqué mi cabeza a la suya, mirando a los demás, sonriente.

—Chicos, este es mi hermano, Allen. Ha venido hasta aquí desde Maxener para ayudarme a reparar a Fulgur y para venir a buscarme. Ya me ha dicho que va a acompañarme durante el viaje. Ya le he informado de nuestra misión —expliqué—. No os preocupéis. Confío en él. No le dirá nada a nadie. ¿Verdad, Allen? —Le di un pequeño apretón en el costado para que hablase—. Allen, estos son Hans, Senca, Tea y Anya. Mis compañeros de viaje.

Hans volvió a preguntar sobre Fulgur, ante lo que yo asentí.

—Sí. Allen me ha traído las piezas que necesitaba para terminar de repararlo. Y sí, ahora puede volar —añadí con clara emoción y una sonrisa de júbilo.

Rogelio se sorprendió ante la reacción de Naysse. No se esperaba que se molestase tanto al decirle algo bueno. Como mas de una vez se puso a pensar en voz alta.

-Creía que había utilizado una metáfora sencilla para que me entendiese. Pero al parecer se ha molestado… ¿Mi tono no ha sido el correcto?... ¿O las palabras no han sido las correctas?

En cambio, su atención se vio desviada a Hans cuando comento el posible “fallo de diseño” de su arma.

-Tranquilo Hans, no tendrás que temer nada con esas garras. Están hechas a la medida de tu ser. Eso incluye, tu técnica. Realmente tienes algo muy valioso entre tus manos, es de mis mejoras creaciones. Dijo Rogelio muy orgulloso y seguro de si mismo.

-Aunque eso si, tienes que tener mucho cuidado. No solo te la intentaran robar de tu cadáver. Posiblemente esas garras sean de las cosas más valiosas que hay ahora mismo en la ciudad. No solo por sus materiales, sino por sus capacidades y diseño podría llegar a precios muy elevados. Por supuesto parecía que lo decía totalmente en serio. A pesar también del valor, el herrero no tuvo temor en decirlo en voz alta en la taberna.

Seguidamente vino una reacción diferente de parte de lo que le dijo Anya.

-No quiero hacer nada malo! ¡¿Por qué todo el mundo tiene esa imagen de mí?! Menciono exaltado. Tengo asuntos pendientes con otra gente, no es nada malo. Seguidamente se sonrojo un poco. Para nada estoy esperando estar más a solas para darle un regalo a Liliam porque me da algo de vergüenza darlo aquí delante de todos. Termino diciendo el herrero pensando que nadie se había dado cuenta de sus intenciones.

Tea devolvió el saludo a Ellyn, con una de sus dulces sonrisas. Aguardó las instrucciones de Naysse para ir repartiendo la comida entre sus compañeros.

Hans realmente sabía nada de las mecánicas de los golems, pero asintió poniendo mucha atención a la explicación de Ellyn, agradeciendo que le hablara de manera que pudiera entender... de la forma más básica posible. -Ajá, entonces uno golpea duro y el otro rápido. Lo pillo -Entrecerró los ojos tratando de ver memorizar las diferencias que parecieran más marcadas en los golems. De las pocas que podía distinguir un Geomali nada versado en eso. 

De un momento a otro había aprendido sobre golems voladores, y luego el nombre del otro piloto en la posada, aunque como era costumbre para el guerrero Geomali, la posibilidad de atacar algo con resistencia prodigiosa siempre tenía prioridad. Sin embargo, se detuvo con mala cara al escuchar las protestas de Ellyn. Aunque lo siguiente que expuso le hizo levantar una ceja. -¿Eh? ¿De verdad lo harían? Bueno, acabo de pelear en la arena, pero Denis hizo un buen trabajo sanándome, así que si quieren probar mi aguante con los golpes, adelante. No seré yo quien decline un reto -dijo Hans confiado, probablemente ignorando el hecho de que solo era un ejemplo propuesto para que no atacara a los golems.

Los temores de Hans respecto a usar las garras en ciertas circunstancias fueron de inmediato acallados cuando Rogelio le dejaba claro que incluso había tomado eso en consideración en el diseño de esas armas. -Hechas a la medida -Los ojos del topo brillaban como estrellas mientras su boca se quedaba abierta por unos segundos.
Tanta era la emoción del topo, que las advertencias de Rogelio más bien parecían tener el efecto contrario al miedo. -¡¿Estás bromeando?! Es un honor tener armas tan codiciadas. Y por fin tengo un arma a la que me sentiría orgulloso me arrebataran de mi frío cadáver, como muchos guerreros de leyenda en el mundo -Hans talló un poco su ojo con su pata, probablemente teniendo "algo en el ojo," justo en ese momento-. No puedo agradecerte lo suficiente, Rogelio. Te aseguró que donde haya grandes victorias que logre con estas, también se escribirá la leyenda de las manos expertas que las hicieron... o promoción para tu tienda, que me imagino es el mismo.

Sin dudar se colocó las garras encima, justo en ese momento. -Vaya, son tan cómodas como la tierra blanda de un túnel recién hecho -Se quedó viendo a las garras con curiosidad mientras probaba dar unos zarpazos al aire-. Y se sienten... especiales. Es difícil de describir.

Al final solo quedaban algunas explicaciones y presentaciones entre los presentes. -Mucho gusto, Allen -El topo nclinó un poco su cabeza en su dirección del Uromaki-. Lamento las confusiones. Dejaré de querer destrozar golems de gente que conozca -Prometió de manera solemne.
Y al poco tiempo, sonrió contagiado por la emoción de la Uromaki elegida del sello. -Esas son grandes noticias. Me alegra poder acompañarlos sin tener que desviar curso. Y que uno de nosotros pueda volar por los cielos siempre suena a algo útil -Miró entonces a Allen-. Bueno, dos en el grupo.

Seguido a las extrañas sospechas de Anya, Rogelio actuó de una manera extraña. Usualmente la gente no tenía intenciones que mencionara tan claramente, pero después del gran regalo que le había hecho, estaba más que dispuesto a apoyar a su compañero herrero. -No te preocupes, Rogelio, sé exactamente a lo que te refieres -El topo le dijo solemne-. Si no quieres esta solo, seré tu sombra todo el resto del día y así no tendrás que preocuparte por pasar un segundo sin que alguien esté a tu lado -Ofreció su apoyo con solidario ímpetu.