Perdidos, flotando en mitad de la nada de la Amalgama... Unos pequeños restos, sin poder suficiente para ser llamado plano... Se encuentra un desierto.
Bienvenidos ambos, ahora mismo, Mei Tseng sólo podrá alzarse con los objetivos de Ferriel. Ferriel, en tu mano está explicarle, o no, tus objetivos.
No obstante, este sitio sí guarda un resquicio de poder... Muy leve, muy pequeño... Una única vez, si alguno de vosotros dos fuese a ser atacado, podrá salvar su vida mientras su enemigo muere en el desierto entre los cactus buscándole.
Cactus: Una única vez, si uno de vosotros fuese a morir, lanzaré 1d20 OCULTO, si saca 16 o más, morirá su atacante en su lugar (en caso de ser varios atacantes, el muerto será al azar).