Partida Rol por web

Sigo escuchando a todos hablar, pero cada vez estoy más cabreado. ¿Hasta cuando va a seguir esto? ¿Cuanto tiempo más la gente se acusará e intercambiará información dejándonos al resto totalmente desinformados?

La calma precede a la tormenta, y desde luego, estoy a punto de estallar cansado de todo esto, de sentirme mangoneado por todos.

Cuando Lianne amenaza a sus seres queridos, instintivamene, Arya lleva sus ojos hacia Kel-nar, pero enseguida los cierra, como si tratara de corregirse, y suspira, llamando a la calma.

- No dejaré que me atemorices - La mira con calma nuevamente. Aún con sus poderes debilitados, su mirada es gélida. - Los siervos de Raquedus como tú caerán, y mientras, yo seguiré descartando o confirmando la corrupción. Esa es mi tarea y en ella me centraré, como he hecho hasta ahora

Diez de los presentes no sirven a la sombra. El cerco se cierra.

Lianne comienza a exasperarme, tanto parloteo, tanta estulticia.

- Dices que eres lista pero tus palabras y tus actos dicen lo contrario... tu necedad te ha condenado a la prisión en la que te encuentras, y ha condenado a quien dices amar. Todo ello dice mas bien poco de tu inteligencia. Luego en vez de esperar a tus enemigos en silencio les revelas alegremente tus intenciones. Es posible que tus actos y tus palabras obedezcan tan solo a tu ignorancia.

Suspiro hastiado para proseguir

- Hablas de las heridas de otros afirmando que no les dejan ver, y al tiempo clamas al cielo la profundidad de la herida que has recibido al morir Essycia. Si las heridas de otros no les dejan ver, porque la tuya seria distinta, o no es tan profunda o te ciega igual que al resto. Piensalo bien.

Se escucha un fuerte ruido del cristal que me separa. Era producido por mis puños de mis manos, las que ahora mis puños  empezaban a sangran, otras heridas, mi cuerpo era débil a cad movimiento fuerte que hacia, enseguida se veía perjudicado. Aunque quisiera ser fuerte y contener mi ira y mi rabia. No podía evitar de golpear este maldito cristal para salir y aclarar las cosas de una vez por todas.

Sin limpiarme las sangre de mis puños, me volví a cruzar de brazos y mirando a Arya, le dije.

- Demuestra de una vez con pruebas que realmente estoy vinculada a Rakedus. Porque me cansas.

O prefieres que recuerde estas palabras tuyas:

"Soy Arya, quien pudo elegir por lo más sencillo, aún cuando Rakedus me ofreció hacerme con ese tipo de poder terrible que solo él concede, y gobernar a su lado como una diosa. Todo lo demás es cosa del pasado y no tiene que ver con esta Amalgama. "

-

La vuelvo mira y continúo.

- Esas son tus palabras antes de caer la noche, ¿nadie se ha percatado de estas palabras?, porque yo si las entiendo y lo tengo muy claro. Pero claro el resto por lo visto no, y te perdona todo esto...pues yo no pienso perdonar esas palabras. Están más que claras para mi, no te protejas tanto en tus recuerdos o lo que sea ni en Kel-nar porque tarde o temprano no le tendrás a tu lado. Pero sabes qué más, que lo mismo hasta él te está mintiendo y tu no lo sabes. -

Ella enarca una ceja. - Ni siquiera esa fue la primera vez que hablé de lo que me ofreció Raquedus. 

¿No recuerdas también esa parte? 

Pregunté a todos qué era lo que Raquedus les ofreció, porque quería tener una idea aproximada de qué era lo que podría haber tentado a aquellos que eligieran caminar a su sombra. Raquedus me ofreció algo terrible, algo que incluía destruir a todos y cada uno de los presentes, incluidos el resto de sus seguidores, pero yo rechacé esa clase de poder. Incluso me sorprendí, porque hablaron sobre ello más personas de las que esperaba, lo cual era bueno, aunque no daba ningún dato concreto. Solo ayudaba a ponernos en situación, era un avance. Pasó el primer o segundo día de estar todos aquí, y dije exactamente lo mismo que tan misteriosamente tu recuerdas "al pie de la letra"

No, elegí un tipo de poder mucho más sencillo. Quizás un poco como It'bure - sonríe, mirando al nombrado y suspira - Que vivimos entre el Caos y el Orden... Comprendo la necesidad de un equilibrio y por encima de todo, temo el final completamente destructivo que desean los siervos de Raquedus, y para eso sirve mi don.

Es... sencillo. "Aún cuando me ofreció eso, yo elegí a otro" Elegí lo que para mi era más sensato, lo que me permitía seguir mis principios sin traicionar mi corazón ¿Porque te ofuscas tanto con algo tan simple? 

Instantes antes del amanecer, unas flores misteriosas se abrían en todo el lugar y expulsaban una nube de polvo verdoso.

La nube alcanzó a todos por igual.

La sombras se hicieron más fuertes.

Y nadie, vivo o no, carnal o constructo, pudo resistir el impulso del polen, que arrebata las energías sin dudarlo, que hace caer a los héroes en un sueño del cual tardarían en despertar.