Partida Rol por web

-¡Trabajas demasiado, Aron! -bromea Lynn, con una sonrisa pícara- ¿Por qué no vienes a divertirte un poco?

Aquella sonrisa era hermosa. Toda ella lo era, pero cada vez que lo miraba... cuando lo miraba de aquella manera...

-Yo...

Aron no llega a terminar la frase. Una especie de moho empieza a crecer en la cara de la muchacha.

-¿Qué te pasa, Aron? -continua hablando, impertérrita, mientras su rostro empieza a deformarse, devorado por el organismo que crece sobre él- ¿Vienes o no?

Sobresaltado, Aron mira a su alrededor. Manchas oscuras aparecen por todas las paredes mientras Lynn se descompone por momentos. Las manos del joven Aron están manchadas de sangre.

-¿Qué has hecho, Aron?

El biólogo se despierta de un salto, empapado en sudor. La luz de su terminal parpadea indicando un mensaje entrante, pero primero necesita una ducha. No tiene la más mínima intención de volver a dormirse. Últimamente las pesadillas sobre sus tiempos como despreocupado universitario en Kashmere se repiten cada vez con mayor frecuencia. Aprieta el pulsador del agua caliente y deja que esta resbale sobre él, como si pudiera limpiarlo. Aquellos tiempos no volverán jamás.

-¿Cómo he podido ser tan estúpido? -sacude la cabeza.

Lo tenía todo. Familia, amigos, dinero... un Transhumano de clase XI, con un futuro brillante dentro del entorno académico. Parte de la élite dentro del mismísimo Olimpo. Atrapado en aquél basurero, forzado a huir de quienes debían admirarlo.

El agua corría mientras su mente vagaba por los recuerdos del pasado, una familia que le había dado de todo, pero a la que nunca se había sentido especialmente unida, compañeros de carrera, a los que solía considerar como inferiores, profesores que apenas enseñaban nada que no supiera previamente. Casi toda la gente que le rodeaba le era indiferente, y solo se dignaba a estar con ellos para recibir sus elogios y reconocimientos. A pesar de todo, la realidad es que la mayor parte del tiempo la paso en un laboratorio solo o detrás de pantallas, comprobando una y otra vez los resultados de sus experimentos en una casi absoluta soledad, solo rota por ella. 

-¡NO!

Corto toda su línea de pensamientos, no necesitaba recordar nada de aquello, solo importaba lo glorioso que llego a ser, y lo glorioso que sería cuando tuviera éxito. Cuando tuviera éxito lo recordarían como el más grande de la nueva humanidad, el último escalafón en el progreso humano, nadie sería superior a él, ningún noble, ni siquiera el mismísimo emperador podría rivalizar con su fama y fortuna. 

Más tranquilo, se acercó a la terminal, solo para volver a caer en la desesperación, había rumores de naves imperiales por la zona. Una vez más la imagen de Arsenic Lup lo perseguía, ese infrahumano despreciable, un idiota sin visión de futuro, un militar de tres al cuarto que se  conforma con no ser más que el perrito faldero del imperio y no entiende que algunos aspiren a ser los nuevos dueños. 

Con una mezcla de terror y furia empezó a recoger lo indispensable, apenas algo de ropa y material medico indispensable, además de una pequeña PDA donde almacena todos los resultados de sus investigaciones. Desde luego, no es como si no hubiese previsto que algo así pudiese pasar, pero no iba a disfrutar del plan B, ya fue una experiencia terrible llegar hasta fenitia con una buena cantidad de dinero, por no hablar de los meses de relaciones con todo tipo de seres inferiores, como para ahora subir en alguna de las naves que esté dispuesta a sacarme de aquí lo antes posible. No le hacía gracia, pero la otra opción es que lo capturaran y lo ejecutaran, o peor, lo convirtieran en esclavo y acabaran con toda posibilidad de convertirse en el nuevo apostol de la humanidad. 

El mensaje entrante procede de Eraid Lloyd, un empleado de la administración del espaciopuerto que, a cambio de una supuestamente razonable cantidad de dinero, le mantiene informado de los movimientos más relevantes. En esta ocasión se trata de una nave correo procedente de la Provincia de Kubischev-Lloyd.

-Atracó ayer por la tarde, y ha reservado un hangar durante una semana -explica la desagradable cara del hombrecillo en mitad de la holopantalla-. Cuatro tripulantes. Esta noche tengo intención de dar una vuelta por el mercadillo. Si le apetece acompañarme, estaré cenando en alguno de los puestecillos de Wonton Square alrededor de la hora de cierre.

-Qué extraño -piensa el científico-. ¿Hay algo tan turbio que no quiere arriesgarse a contármelo por teléfono? ¿O tal vez se trata de una emboscada?

Sus pensamientos se sucedían en una cascada casi incontrolable mientras que comprobaba si todos los datos de sus investigaciones se encontraban almacenado correctamente en la PDA. Si esa rata asquerosa de Eraid LLoyd pretendía verle en persona, y realmente había seguido sus indicaciones, tendría preparada alguna forma de salir. Desgraciadamente también cabía la posibilidad de que Arsenic halla movido ficha para asustarle y llevarle hasta una trampa. No podía arriesgarse, Arsenic era uno de los almirantes de flota más temidos en Kashmere, un transhumano de clase XII, reconocido por su rigidez a la hora de aplicar las leyes imperiales y un impedimento que llevaba arrastrando desde hace mucho tiempo. Desde el momento que se conocieron, Arsenic siempre pretendió que se alistara a servir al imperio como científico especialista en biología, le decía que podría a llegar a ser el máximo responsable de las investigaciones biológicas imperiales, al menos con algo de tiempo. Aron nunca acepto, no serviría a nadie, el sería el pináculo evolutivo. Sin embargo, Arsenci no acepto ese no como respuesta, y a falta de otros métodos, paso a vigilar todos y cada uno de sus movimientos y turbios experimentos, esperando a que cometiera un error para arrestarle y convertirlo en esclavo. Su popularidad y numerosos éxitos durante sus estudios impidieron cualquier otro tipo de movimiento por parte de Arsenic, pero esperó y esperó hasta que cometió un error, y ahora nunca lo dejará escapar, lo perseguirá hasta los confines más remotos del imperio e incluso fuera de él, estaba seguro, esto ya no era solo una cuestión de beneficio para el imperio, también era una venganza, una forma de probar que Aron nunca podría superarle. Aron terminó de examinar los datos con cierto rostro de tristeza.

-Todo empezó cuando Lynn nos presentó-Su voz se quebró y suspiró cansado.

Se sentó en una silla, frente al monitor y paso varios minutos en absoluto silencio y valorando todas las  posibilidades que tenía en esta situación. Al final y a pesar de la perdida de su inversión, no podía confiar en que el señor Eraid no haya sido mejor pagado por el imperio y en vez de mandarle lejos del planeta y del imperio, le mande precisamente a una celda fría en una nave rumbo a Kashmere. La otra mejor opción era buscar una nave por su cuenta, supondría un riesgo, pero si llevaba razón, puede que Arsenic no lo esperara y pudiera huir sin demasiadas complicaciones.

-Ahora la pregunta es ¿Por donde empiezo a buscar una nave para salir de aquí?

Lo tenía decidido, ir a buscar una nave por su cuenta era mucho más seguro que asistir a la cita con el señor LLoyd, pero con tan poco tiempo de antelación no estaba seguro donde podría buscar alguna forma de salir del planeta.

-Tal vez un bar sería lo mejor, allí podría encontrar a alguien que me saque de esté planeta sin hacer muchas preguntas. 

Con el equipaje indispensable, Aron estaba ya decidido a buscar una nave por su cuenta y riesgo, aunque con la inesperada llegada de Arsenic, no paraba de pensar más y más en Lynn, su amada prometida, con quien se hubiera casado cuando hubiera terminado los estudios. Lynn era lo único que había hecho que Aron apartará su mente de sus experimentos, alguien que le traía paz y le hacía ver las cosas desde una perspectiva menos extremista, con ella podía hablar de sus miedos y temores más profundos, todo ello la hacía merecedora de pertenecer a la familia nobiliaria de los Lup, una prestigiosa familia de barones dentro del imperio. Por otro lado, su hermano Arsenic siempre había sido despreciable, tratándolo de menos, como a cualquier otra criatura inferior desde el momento que se conocieron.

-Concéntrate, ahora no tienes tiempo para esto, ve a buscar una nave para huir.

Los bares cercanos al espaciopuerto son con toda probabilidad el mejor lugar para buscar un billete discreto hacia ninguna parte. Ciertamente, no se trata de lugares refinados, pero tampoco tan sórdidos (y en ocasiones peligrosos) como las tabernas del barrio rojo. Aron dirige sus pasos hacia el Erydium Tree, uno de los locales más populares entre los visitantes. Cuando llega, el garito está relativamente animado. Hay un par de grupos bailando, y un tipo bastante borracho, con pinta de replicante obrero, parece estar dándole la tabarra a las chicas. El barman tiene sus cuatro ojos clavados en él. No resulta fácil desentrañar su expresión, pero parece bastante obvio que el molesto cliente está a punto de ser cordialmente invitado a marcharse.

En las mesas dispersas a lo largo de las paredes hay grupos de amigos, parejas de todas las razas, y personas de negocios que discuten sus asuntos tranquilamente. En una de ellas hay un gordo de 200 kg retando a un grupo de marineros a echarle un pulso. Un pequeño corrillo de media docena de individuos se arremolina a su alrededor; es posible que estén apostando.

Una vez más, Aron maldice el asqueroso agujero al que ha ido a parar, y se pregunta cómo será el siguiente.

El grupo de marineros es probablemente el más prometedor si lo que busca es una nave espacial, así que Aron decide acercarse al corrillo.

La historia continúa en el Erydium Tree.

Echa un somero vistazo al saldo de su cuenta corriente: 800 Elmonits. Apenas había amortizado la inversión que había tenido que hacer para abrir la clínica, y no había tiempo para vender el equipo médico más caro. Al menos no estaba en números rojos, pero si seguía perdiendo dinero a ese ritmo, pronto se convertiría en un problema tan acuciante como los que ya tenía encima.

Tengo una pequeña duda con respecto al trasfondo de Aron. Cuando hablas del "organismo biológico perfecto", te refieres ¿al arma definitiva? ¿a la cura definitiva? ¿a la obra de arte definitiva? ¿a otra cosa completamente diferente?

Volviendo al "presente", deberías especificar qué conversación deseas mantener con Eraid Lloyd antes de ir al Erydium Tree (a no ser que decidas no ir, claro...)