Partida Rol por web

Aron sabía que, tarde o temprano, llegaría este momento. Asenic Lup había venido a por él. ¿Debía continuar huyendo, o enfrentarse a él de una vez por todas? ¿Acaso tenía la más mínima posibilidad? Mientras lo pensaba, debía desaparecer de la circulación tanto como fuera posible, así que buscó una cápsula de alojamiento en los niveles inferiores de la ciudad, donde nadie hacía preguntas. Salvo que Arsenic Lup sí las haría. Y no tardaría en encontrarle. Era cuestión de días; quizá de horas. Debía moverse rápido, pero ¿hacia dónde?

El sórdido alojamiento que había buscado se encontraba en una de los barrios menos recomendables de Fenitia. Ciertamente, el callejón que le daba acceso no era el tipo de barrio donde uno esperaría encontrar a dos miembros de la aristocracia de Kashmere, entablando una conversación amistosa:

-Buenas noches, Dr. Bow.

Aquella conversación, sin embargo, no iba a ser precisamente amistosa. Desde el edificio de enfrente, a 133,35 metros de distancia, un robot de combate seleccionaba la cabeza del interpelado como objetivo de su rifle acelerador magnético.

-Me entristece haber tenido que recorrer medio Imperio para comprobar que una rata de laboratorio como usted ha decidido convertirse en una rata de alcantarilla -mira en derredor con desdén-. Pero, por mucho que huya, el destino de una rata siempre es el mismo. Ha llegado su hora, Dr. Bow...