Partida Rol por web

Hacía un par de horas que el capitán de la Juggernaut, después de otro aburrido día de espera en el espaciopuerto, se había retirado a su camarote. No tenía un buen presentimiento en cuanto su próxima misión, pero si salía bien, los beneficios incluirían una notable mejora de las defensas de la nave. Sin embargo, eso los mantenía varados hasta que los mecánicos terminasen con su labor. Y le ponía nervioso. ¿Qué le esperaba al otro lado para que una compañía minera considerase necesarias dos torretas láser y un tubo lanzatorpedos? Es más; fuera lo que fuera, había despertado el interés de la AICT. Sumido en esos pensamientos había caído en un sueño ligero, del que le sacó el repentino sonido de su terminal.

-¿Qué demonios...? Zaunt Kun -leyó en el indicador-. El que faltaba. ¿Se puede saber por qué me llama a estas horas?

-Capitán von Goetling al habla -dijo al aceptar la llamada-. ¿Qué demonios quieres, Zaunt?

- Capitán tengo su pago. Esta vez quiero hacerlo cara a cara. Tengo una información que podría ser muy valiosa para usted -

-¿De qué estas hablando, motón de chatarra? Sabes que son las dos de la mañana, ¿verdad?

-¿Y bien? -parece que empieza a impacientarse- Si se trata de algún tipo de estúpida broma telefónica, no le encuentro maldita la gracia...

En la terminal de Lloyd, una marca roja aparece en el icono del registro de llamadas...

Editado: En algún recóndito ordenador del Dia Khovaria...

-Mpf. ¡Maldito seas, Kun! -cuelga de mal humor.

Sin embargo, no le resulta fácil conciliar el sueño. ¿Se puede saber a qué ha venido esa llamada? No, decididamente, algo huele a podrido en Fenitia...

Zaunt se ha quedado bloqueado al otro lado de la terminal. Le habían pagado 1000 Elmonits por acudir a la cena y mantener la boca cerrada.

Cuando el capitán cuelga, se queda sumido en sus propios pensamientos. ¿Qué puede hacer? Si este grupo de tarados acaba con von Goetling, ¿de dónde demonios sacará los códigos para evitar que su reactor explote? Pero si le desvela todo el pastel, tendría que enfrentarse a Lloyd, la baronesa, Hayd, y todos los esbirros que decidan mandar a por él. Fenitia ya no sería un lugar seguro.

Alternativamente, podría arriesgase a que Zimt intentase desactivar el dispositivo. Tal vez Rocket o la piloto tuvieran algún conocimiento de mecánica y pudieran echar una mano, pero ¿se fiaba de ellos tanto como para poner su vida en sus manos? ¿Y si fallaban? Y en caso de que lo lograsen, ¿qué harían con el capitán? ¿matarlo? Otra posibilidad, tanto si desactivaban la bomba como si no, podría ser secuestrar la nave y, una vez en vuelo, negociar con von Goetling. Una vida por otra. Pero, ¿y si se negaba?

La situación se había puesto muy complicada. Peo que muy complicada...

-¿Qué te paasa, tío? No se me da muy bien interpretar las expresiones humaanas, pero ¡estás muy raaro!

Zaunt decide confiarle a su amigo toda la historia.

-¡Joder! ¡Que maala suerte! -agita uno de sus tentáculos, en un gesto que probablemente signifique algo en su cultura-. No sé... tal vez se trate de un mecanismo automatizado, ¿no crees? ¡No me imagino a von Goetling comprobando manualmente su cuenta todos los meses para transmitir el código de desactivación...

Ese comentario le da una idea al mecánico. A lo mejor no es necesario desactivar la bomba; basta con que siga recibiendo los códigos todos los meses...

El cyborg accede a su terminal y marca el número de la única hacker que conoce:

-¿Hola? -deja el mensaje en el contestador- Soy Zaunt Kun... Meca... tengo un problema. Muy gordo. Y me preguntaba si podrías ayudarme. No debería resultar difícil para ti... y podría pagarte... por favor, te estaría agradecido si vienes a mi taller para que te lo explique. Fin de la transmisión.

-No debería haber dicho eso, ¿verdad? -pensó-. Bueno, es hacker, ¿no? A lo mejor podría haberle hablado directamente en binario...

-AHHH, SOY  YO ¡SÍ SEÑOR! AL HABLA HACKER ¡Mira Rhyuk MIRAAA JAJAJA ME HAN ESCRITOoooOOOooo!!!- Justo en ese momento Rhyuk miró a la pantalla que señalaba Rhyuna.

 -Rh-Rhyuna... L-la pantalla...

-¿Qué le pasa a la-? WAAAAA NONONOOOOO- En ese momento se dio cuenta de que el micrófono había grabado toda su conversación.

-¡Borrar borrar BORRAAAR!!!... ufff~.

-¡Pero serás torpe! ¡¿Cuántas veces te he dicho que desactives el micro después de jugar a Pium-Planet?!- Al instante en el que Rhyuk empezó al alzar la voz Rhyuna puso morritos y empezó a lloriquear.

-Me das miedo...~

-Hmm... El único que debería de tener miedo soy yo, porque cada vez que te enfadas...- Al instante la cara de Rhyuk palideció y un escalofrío le recorrió todo el cuerpo.

-No seas tan exagerado... Bueno ¡Prepárate para la acción! voy a hackearle la terminal para saber dónde está y nos vamos.

-...¿Y no es más fácil preguntarle?

-¡¡AGH!! LE QUITAS LO DIVERTIDO A LA VIDA.

Rhyuna invierte un par de segundos en localizar la dirección desde la que el cyborg está emitiendo. Ha sido tan fácil que hubiera resultado aburrido... de no ser porque la terminal en cuestión ¡es el mismo! O, más concretamente, una antena integrada en su interior, a través de la cual sería posible acceder al sistema completo.

-¡Qué juguete tan divertido! -sonríe maliciosamente.

Rhyuk sospecha de qué se trata, pero decide que es mejor no interrumpir con preguntas en este momento.

No hay tiempo para ponerse a hackear un acceso a la CPU de Zaunt, pero Rhyuna almacena los datos del hardware para poder localizarlo con facilidad en el futuro. A partir de ahora, si quiere localizarlo, solo tiene que pulsar un botón.

Ahora mismo está llamando desde un almacén situado en uno de los niveles inferiores. Está adscrito a un taller de reparaciones registrado bajo el nombre "Zimt & Zaunt". Rhyuk y Rhyuna tardan unos 20 minutos en llegar hasta la puerta desde el hangar de su nave en el Sector B (muelle de larga estancia) del astropuerto.

Mientras intercambian una mirada para decidirlo, la puerta del taller se abre repentinamente y asoma la cabeza de un alienígena de aspecto anfibio, modificado con una serie de implantes de calidad aparentemente heterogénea. Desgraciadamente, Rhyuna carece de los conocimientos necesarios para determinar si lo que lleva encima es un montón de chatarra, o simplemente, los criterios estéticos de su cultura son... diferentes.

-Vaaaya, ¡qué eficiencia! ¡Sí que habéis venido rápido! -saluda con su peculiar acento-. ¡No seáis tímidos! Os estábamos esperaaando...

-¡Mentiroso! -sonríe Rhyuna. Es obvio que los ha detectado a través de algún sistema de seguridad, aunque debe estar bien camuflado, porque no consigue localizarlo a primera vista. Tal vez con un escáner...

Rhyuk la mira escandalizado. ¡Qué falta de cortesía! Sin embargo, el alienígena le devuelve la sonrisa. O al menos, así lo interpreta ella; Rhyuk opina que les enseña los dientes (bastante afilados, por cierto). En cualquier caso, los invita de nuevo a pasar.

-Poneos cómodos. Los amigos de Meca son amigos míos -añade-. ¿Queréis tomar algo?

-Déjalo, Zimt -interrumpe el mecánico-. La verdad, prefiero que estén sobrios.

-Bueno, sobre todo ella -añade en dirección a Rhyuna-. Verás, tengo un pequeño problemilla... Iniciando protocolo de reproducción:

-Un esclavo no solo carece de deudas -se escucha la voz de una persona reflexionando en voz alta-, sino que resulta caro de mantener. Por esa razón, he decidido concederte el privilegio de conservar tu libertad.

-No es necesario que me lo agradezcas -prosigue, haciendo una pausa dramática para realzar su magnanimidad-. Pero, como es lógico, deberás hacerte cargo de todos los gastos que por tu incompetencia me he visto en la obligación de sufragar. El monto de los mismos asciende a la cantidad de cincuenta mil Elmonits, aproximadamente. Me daré por satisfecho con esa cantidad, más una transferencia mensual por valor de 500 € en concepto de intereses. El exceso con respecto a esa cifra se irá deduciendo de la deuda total, hasta que esta quede completamente saldada.

-Me parece un trato justo -concluye-. Y para incentivar su cumplimiento, me he tomado la libertad de instalar un ingenioso dispositivo de seguridad. Como acuse de recibo de la transferencia mensual recibirás un código que inhabilitará dicho mecanismo durante un período de 35 días. Si no se introduce el siguiente código transcurrido ese tiempo, el sistema de refrigeración de tu fuente de energía interna se desconectará, y se producirá una detonación de rango V.

-Reproducción automática cada 10 días -explica de nuevo con su voz habitual-. Si no pago... ¡Ka-boom! Al principio, pensé que esta misión sería la solución a todos mis problemas, hasta que averigüé que el capitán de la Juggernaut, Ernst von Goetling, ¡es la persona con quien tengo la deuda! Si se enfada conmigo, ¡Ka-boom! Si le ocurre algo, ¡Ka-boom! Desactivar reactor: negativo (es mi soporte vital). Sustituir refrigeración: negativo (integrada en reactor). Alternativa: piratear códigos. ¿Podrías ayudarme?

El cyborg dirige una mirada implorante a la joven.

-Esto... ¿y no te da un poco de miedito... ya sabes... Ka-boom? -pregunta Rhyuna, abriendo ambas manos-. Si intento escanear el sistema para piratearlo, es posible que lleve algún dispositivo de seguridad que te haga volar en pedazos si detecta la intrusión...

-Nos -puntualiza Rhyuk.

El cyborg parece meditar la cuestión durante unos instantes.

-Microreactor de fusión Dynatech pp Powerbank -recita-.

Potencia nominal: 100 kW.
Promedio últimas 24 h: 85.5 kW.
Desviación típica: 7.2 kWh.

Temperatura actual del reactor: 418.5 K.
Temperatura de fusión del núcleo: ~ 3000 K.
Tiempo estimado hasta la explosión en caso de fallo crítico en el sistema de refrigeración: ~ 5.5 s.
Radio estimado de la zona 0: ~ 15 m.
Alcance máximo de la onda expansiva: ~ 75 m.

Probabilidad de sufrir daño orgánico masivo dentro de la zona 0: >99.9%

-¿Cuál es la probabilidad de que tu escaneo desencadene la explosión? -pregunta.

-Bah... muy baja... ¡prácticamente ninguna! -contesta Ryhuna.

-En tal caso -concluye el cyborg-, el riesgo es asumible. Si von Goetling muere, o si descubre que he estado involucrado en este lío, basta con que deje de enviarme los códigos, o que me envíe uno erróneo, para volarme en pedazos. Tengo que intentarlo.

-Podríamos morir todos -interviene Rhyuk.

-Yo no -objeta Zimt-. Acabo de recordar que tengo que ir a buscar algo muy importante, a más de 75 metros de aquí. Pero si queréis puedo grabar la secuencia en vídeo.

-Jmm... -Rhyuna, concentrada en sus propios pensamientos, permanece ajena a los comentarios de sus compañeros.

-¡Espera! No te vayas, necesito... algunas piezas... Sí, eso algunas piezas por si falla algo o hay que... intervenir...?... O cambiar alguna pieza que se estropee. Y... Por lo que he observado tú...  pasas mucho tiempo aquí... Y por alguna razón que todavía desconozco, pero pronto descubriré, eres amigo de Zaunt.- Rhyuna no sonaba muy convincente y todos se quedaron con una cara bastante graciosa de desconcierto.

Así que ten clemencia joven amo, y permíteme el lujo de acompañarle en su allegado viaje.-

El alienígena batracio observa a la alienígena del cuerno llameante con una expresión en su rostro que probablemente significa algo. O tal vez no. Es imposible saberlo. ¿Acaso tienen sentimientos los B'anthar? ¿Hay un gran corazón escondido tras esa siniestra mueca rociada de dientes, o solamente un gran estómago (o varios)?

-¡Ho, ho, ho! -sonríe, con aire navideño- Zaunt y yo somos amigos desde haaace aaaños. Los dos montaaamos juntos este taller, y somos socios a paaartes iguaaales. Normalmente soy yo quien se mete en líos, pero cuando Zaunt mete la paaata, ¡lo haaace de verdad! Estuvo a punto de morir en un accidente con la Juggenaut, y von Goetling pagó la reconstrucción, pero instaló este dispositivo para cobraaarse la deuda. Es un bastaaardo... pero, si no fuera por él, Zaunt no estaría entre nosotros...

-Afirmativo -corrobora el mecánico-. Cuando acepté el trabajo, no tenía ni idea de que la nave de la que debíamos apropiarnos era la Juggernaut. En cuanto lo averigüé, salí corriendo...

-¡Y el muy pardillo le llamó por teléfono! -interviene Zimt.

-¡Sí, pero no le dije nada! -añade, justificándose- No soy un traidor.

-Puede que no -concede el B'anthar-, pero no me negarás que fue una idea de bombero.

El mecánico agacha la cabeza y guarda silencio. Tal vez no era tan mala idea: podría haberlos traicionado e informar al capitán de los planes para apropiarse del carguero; quizá de esa manera hubiera podido cancelar su deuda. Sin embargo, en el último minuto fue incapaz de hacerlo. ¿Lealtad? ¿Cobardía? ¿Indecisión? ¿Desconfianza? ¡Qué más da! El caso es que el ser humano enterrado en alguna parte de su subconsciente decidió impedírselo por algún motivo que probablemente sería completamente irracional, y ahora necesitaba ayuda. La amenaza de que, de un modo u otro, los códigos de desactivación dejasen de llegar puntualmente todos los meses era ahora más real que nunca.

-Necesito desactivar ese mecanismo -rogó una vez más a la hacker-. Por favor.

Bueeeno, pues vamos a empezar je je je~- Rhyuna deja soltar una pequeña llamarada de su cuerno y comienza a teclear con una sonrisilla bastante inquietante tratándose de desactivar una bomba andante. Mientras que intenta hallar una solución va tarareando: -Kabun ka-ka-kabooooom m-m-m~ kabun ka-ka-kabOooooOOOoooOoom... La la laa~- Hace una pequeña pausa y se percata que nadie de los presentes tiene el mismo sentido del humor...

-Eeeemm, bueno esto debería de estar...- De repente, en la pantalla aparece un gatito pixelado con un pequeño sobre de colores pastel, entonces, una vocecita clara y dulce dice: -Hola- Rhyuna- Tienes un mensaje~-

-Abortar. ¿Sabes qué te digo? Mejor déjalo...

-¿Pero qué dices, hombre? -responde la chica, enojada- ¡Si ahora empieza la diversión!

-Cancelar. Abortar. ESC. Ctrl+C. Ctrl+Alt+Supr. ¡¡¡PARAAAAAAA!!!

-¡Ay, que aburrido! Vaaaalee...

Rhyuna desconecta una por una todas las sondas que había introducido en el interior del cyborg y guarda los cables en su pequeña bolsa de herramientas.

-Bueno, pues adiós -dice la chica.

-Gracias por intentarlo.

Aunque ninguno de ellos se ha dado cuenta, un programa almacenado en un pequeño chip instalado en el interior del reactor se ha puesto en funcionamiento...