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El Imperio Terrano
Tras varios milenios de gobierno fragmentado, el Emperador Macedon I asumió el control de alrededor de un millar de sistemas estelares, organizados en 27 Provincias, y reclamó para la Humanidad la totalidad de los sistemas colonizados o explorados hasta la fecha, así como los derechos absolutos de explotación de cualquier recurso dentro de los límites de la Vía Láctea. Si bien no fue el primero al que se le ocurrió tan brillante idea, la diferencia fundamental con respecto a sus predecesores fue el apoyo de una contundente Armada Imperial, formada por el conjunto de las Flotas Estelares de las corporaciones y entidades "responsables" a las que se les otorgó la administración de las 27 Provincias iniciales. La ceremonia de proclamación de Macedon I marcó el fin de la ineficiente y decadente Federación Democrática Estelar (FDE) y el inicio del Calendario Imperial.
Nos encontramos en el año 475, bajo el mandato de Su Majestad Imperial Akhtoes Modestinus III. Si bien la historia a lo largo de todos estos años no está exenta de conflictos armados a distinta escala, con la participación más o menos declarada de una o más Casas de la Familia Real (el actual sistema nobiliario es una de las bases del orden social del Imperio) y/o Clanes Menores, así como algún que otro conato de rebelión instigado por diversos grupos terroristas, la vida de los Ciudadanos, así como incluso la de sus Esclavos, transcurre dentro de una relativa paz y tranquilidad, sobre todo en las Provincias Interiores.
Dichas Provincias, gobernadas por las Casas de la Familia Real, constituyen la unidad de gobierno de facto dentro del Imperio. Compuestas por varias decenas de sistemas estelares próximos entre sí, gozan de un alto grado de autonomía política y económica. Cada una de las Casas está autorizada a mantener su propio Ejército, incluyendo las correspondientes Flotas Estelares, así como a acuñar su propia moneda y a elegir las formas de gestión y de gobierno que considere más adecuadas para la Provincia, siempre y cuando esta cumpla en tiempo y forma con sus draconianas obligaciones tributarias para con el Imperio.
Más allá de las Provincias Interiores, reciamente consolidadas, el espacio se divide en 24 Sectores conocidos en su conjunto como "la Frontera". Las provincias de la Frontera no están siempre claramente definidas, y los Clanes Menores encargados de administrarlas compiten permanentemente entre sí por el favor Imperial. A diferencia de la Familia Real, a este escalafón de la nobleza no se le permite entrenar su propio ejército, sino que debe recurrir a las guarniciones imperiales desplazadas a la provincia para mantener la seguridad, y a la Moneda Electrónica del Imperio (Elmonit) para llevar a cabo cualquier transacción comercial. A pesar de las severas sanciones que acarrean, las infracciones a esta normativa no son infrecuentes, pero, con todo, este sistema feudal ha permitido extender el dominio del Imperio hasta los confines del espacio colonizado por la humanidad con un grado de eficiencia, eficacia y estabilidad medianamente razonable.
Huelga decir que tanto la Familia Real como los Clanes Menores gozan de todos las prebendas y privilegios que la nobleza y el dinero puedan comprar, y por esa razón no es sorprendente que sean los primeros interesados en satisfacer todas y cada una de las demandas políticas, económicas, o de cualquier otro tipo, que recaigan sobre sus Provincias. A primera vista, podría pensarse que el Imperio Terrano no es más que una despiadada oligarquía en la que una pandilla de autoproclamados nobles que no albergan el más mínimo atisbo de escrúpulos exprime la Galaxia en su propio beneficio, dispuestos a todo con tal de mantener su privilegiada posición. Sin embargo, cuando uno conoce el sistema desde dentro, se da cuenta de que en realidad es mucho peor. La clase dirigente no solo cuenta con un apoyo militar, tecnológico y propagandístico verdaderamente abrumador, sino que la mayoría de sus miembros son condenadamente astutos. No es casualidad que se hayan mantenido en sus codiciados cargos durante siglos a pesar de la feroz competencia.
La calidad de vida de los Ciudadanos imperiales varía considerablemente de una Provincia a otra, e incluso de un planeta a otro dentro de la misma provincia, o de la clase racial, cultural y/o socioeconómica dentro de un mismo planeta. Un Ciudadano está autorizado a ostentar la propiedad privada y a hacer transacciones comerciales dentro del límite de la legalidad imperial y provincial, así como a moverse libremente por el Imperio. Por alguna circunstancia (las más comunes suelen ser la bancarrota o un delito grave), un Ciudadano puede perder su estatus y convertirse en Esclavo. Si bien eso le impide poseer cualquier tipo de bien material, su manutención y bienestar pasan a ser responsabilidad de su dueño, lo cual puede llegar a ser una considerable mejora si la situación como Ciudadano libre es lo suficientemente desesperada. A algunas razas, como los Replicantes (ver más abajo) les está vetada la ciudadanía, aunque algunos mundos de la Frontera son bastante laxos en la aplicación de las leyes al respecto (cuando no de las leyes en general). La esclavitud puede ser temporal (por ejemplo, una condena), y el matrimonio entre Ciudadanos y Esclavos está permitido, si bien esto no siempre se ve con buenos ojos y en ningún caso altera el estatus de ninguno de los cónyuges. El concubinato, en cambio, es relativamente habitual, y en algunos círculos se considera incluso un elegante símbolo de opulencia. El último escalafón en el orden social del Imperio es el Exilio: estos parias tienen terminantemente prohibido el acceso y la comunicación con las Provincias Interiores, y severamente restringida la libertad de movimientos dentro de la Frontera. La inmensa mayoría de los Exiliados son criminales políticos que seguirían siendo igual de peligrosos como Esclavos y que una pena capital hubiera convertido en mártires. En principio, el Exilio también puede ser temporal, pero esto rara vez ocurre en la práctica. Tener cualquier tipo de trato con un Exiliado puede ser considerado, si no un delito, cuanto menos una invitación para un minucioso escrutinio por parte de las fuerzas defensoras de la Ley y el Orden.
Creo que con esto os podéis hacer una idea del Imperio en general. En el libro se describen 13 Provincias Interiores, pero no voy a entrar en tanto detalle: en esencia, algunas de ellas podrían describirse en una sola línea como versiones futuristas de la Alemania nazi, la Inglaterra victoriana, la China imperial, la Francia del S. XVIII, la Unión Soviética de la Guerra Fría, la Grecia Clásica, los USA de la segunda mitad del S. XX, el Japón Feudal... elegid una ambientación que os guste para vuestros orígenes, basándoos en estos clichés o en cualquier otro que os guste (e.g. Egipto, América precolombina) y ya la iremos desarrollando dentro del marco imperial.
Organizaciones No Gubernamentales
Dia Khovaria
El sagrado Tabernáculo de la Palabra es probablemente una de las organizaciones más poderosas de la Galaxia. Si bien cuenta con el beneplácito del Imperio y opera en estrecha colaboración con este, se trata de un grupo completamente independiente, con estructura e intereses propios. Sus raíces se pierden en la era pretecnológica de Terra, donde la entidad poseía un marcado carácter religioso, y no es extraño que sus miembros se refieran a ella como Iglesia y a sí mismos como Adeptos. Los rangos jerárquicos de la organización reflejan este pasado, que se remonta a la época en que los seres humanos, según sostiene el Tabernáculo, transmitían la información de manera oral o la transcribían por medios extremadamente rudimentarios en un soporte físico orgánico denominado Libro. Si bien hace milenios que los únicos vestigios religiosos remanentes en el Dia Khovaria son la terminología y la liturgia, el compendio y la transmisión de información continúan encontrándose entre sus funciones principales. Tras un largo período de letargo, la organización resurge de sus cenizas gracias al desarrollo del Haz Taquiónico, que permite transmitir mensajes de manera prácticamente instantánea entre lugres alejados de la Galaxia, a diferencia de las naves espaciales, que pueden tardar días, o incluso meses, en recorrer esa misma distancia a través del hiperespacio. El Dia Khovaria es responsable de la operación y mantenimiento de la Red Telegráfica Taquiónica (RTT), el sistema oficial de comunicaciones hiperlumínicas del Imperio, así como de sus Archivos Centrales, que constituyen, de largo, la base de datos más completa de la Galaxia. Varios grupos han intentado desarrollar alternativas a estos dos servicios, pero ninguna es ni remotamente comparable a la portentosa red de información del Dia Khovaria.
Cártel Imperial de Productores de Tecnología Andrium
Durante milenios, la expansión de la humanidad se vio limitada al envío de expediciones robóticas y/o criogénicas, que tardaban decenas o incluso centenares de años en alcanzar, a velocidad sublumínica, los sistemas planetarios más cercanos. En el año 1921 a.I. (antes del Imperio) tuvo lugar el descubrimiento de una fuente de energía sin precedentes, así como de los principios teóricos que permitirían aplicarla a la manipulación del campo gravitatorio y, por ende, el espaciotiempo. Los individuos y las organizaciones académicas directamente involucradas en el estudio pionero de esta nueva tecnología, que bautizaron con el nombre en clave de Proyecto Andrium, decidieron mantener los detalles de sus investigaciones en el más absoluto secreto, por miedo a que los líderes políticos de la época sintieran la tentación de explorar su potencialmente devastadora vertiente militar. Cuando finalmente dieron a conocer sus primeros resultados al mundo, en el año 1480 a.I., fundaron la Liga para la Explotación Científica del Hiperespacio (LECHe) a fin de salvaguardar el secreto para fines exclusivamente pacíficos. El primer salto hiperespacial exitoso no se produjo hasta el año 1190 a.I., en un vuelo de prueba presenciado únicamente por unos pocos miembros de la Liga. El diseño de los motores Andrium fue perfeccionándose a base de múltiples ensayos y accidentes, y para el año 1100 a.I. el transporte de personas y mercancías constituía ya la principal fuente de ingresos de la organización. El desarrollo del Haz Taquiónico por parte del Dia Khovaria en 1076 a.I. supuso un duro revés para la LECHe, ya que su influencia política y económica se vio severamente mermada. Aprovechándose de las posibilidades que ofrecía el nuevo sistema de comunicación, una buena parte de las corporaciones más poderosas del momento decidió armar sus flotas y actuar de manera coordinada con el objetivo de aglutinar todas las colonias humanas bajo un único gobierno. La Liga no pudo hacer gran cosa para impedir las cruentas Guerras de Integración, que culminaron con el establecimiento de la Federación Democrática Estelar en el 457 a.I., ni la filtración de algunos de los secretos del funcionamiento de los motores superlumínicos. Consiguió, sin embargo mantener el monopolio absoluto de su producción y abastecimiento, gracias a los acuerdos firmados con la FDE y posteriormente con el Imperio. Se rumorea que fue el propio Macedon I quien sugirió el cambio de denominación del organismo a fin de reflejar con más precisión sus funciones, que ciertamente ya no corresponden a las de la ingenua sociedad científica inicial.
Orden de las Sibilas
Muy pocos datos se conocen de esta enigmática organización, compuesta exclusivamente por mujeres con habilidades aparentemente sobrenaturales, que entre otras actividades colabora con el Tribunal Galáctico de la Humanidad en el sondeo mental de los testigos para evitar el perjurio. Es probable que nadie fuera de la Orden posea información fidedigna sobre sus orígenes o su motivación. Algunos dudan incluso de su lealtad hacia el Imperio, si bien su comportamiento ha sido siempre irreprochable tanto en este como en cualquier otro sentido. Existe, sin embargo, una rivalidad rayana en la enemistad con el Dia Khovaria. La tensión entre ambos grupos es palpable en el ambiente, y a pesar de que nunca haya podido probarse ningún acto de sabotaje entre ellos, tan solo puede atribuirse a la letal discreción de que ambos hacen gala.
Gremio de Comerciantes
Además de las grandes megacorporaciones, cualquier ecosistema capitalista desarrolla tarde o temprano una población de pequeños empresarios independientes que subsisten con mejor o peor fortuna alrededor de las migajas. Algunos de estos negocios encajan perfectamente dentro de la legalidad, y otros no tanto. El Gremio de Comerciantes es una organización informal de personas que se hacen favores mutuamente y se apoyan en situaciones difíciles. Estos buenos samaritanos regulan de manera extraoficial el tráfico de ciertas mercancías, la prestación de determinados servicios, algunas operaciones financieras poco ortodoxas, y en general todas aquellas actividades que en teoría no existen. Ni que decir tiene que muchos de sus miembros ocupan lugares destacados en las listas de criminales más buscados por VegaPol, así como otras agencias gubernamentales. Otros, en cambio, ocupan lugares destacados en los puestos directivos de dichas agencias.
Y con esto hemos dado unas someras pinceladas sobre algunos grupos que tienen cierto margen de maniobra con respecto a las directrices del gobierno. No tenéis por qué estar relacionados con ninguno de ellos (de hecho, cuanto más lejos estéis, más seguros estarán vuestros personajes ;^D), pero habéis oído hablar de ellos. No he entrado a describir las agencias gubernamentales (he mencionado a VegaPol y el Tribunal Galáctico, pero estarían también, por ejemplo, la Agencia Imperial de Ciencia y Tecnología, el Servicio de Inteligencia, la Armada Estelar...), las corporaciones (minería, comunicaciones, transporte, androides, artículos de lujo, entretenimiento...), facciones renegadas (vestigios de la Federación, Clanes caídos en desgracia, grupos revolucionarios...) o sociedades alienígenas. Si tenéis interés por alguno de estos colectivos, no tenéis más que decirlo, y si queréis crear vuestra propia organización, soy todo oídos...
Especies y razas
Como era de esperar, la especie más numerosa del Imperio Terrano es la humana. Si bien la mayoría de sus miembros son genéticamente indistinguibles del homo sapiens original, existe una variante Neo-humana que goza de una mayor capacidad de adaptación a distintos entornos. Algunos mundos, por sus características físicas extremas (gravedad, temperatura, radiación) han dado lugar a razas Humanoides adaptadas a ese tipo concreto de entorno. Determinadas culturas (en particular, la Casa de Kashmere, así como algunos Clanes Menores) han practicado la eugenesia durante cientos de generaciones, controlando metódicamente el emparejamiento de sus ciudadanos en busca de la evolución genética supervisada hacia el Ser Humano Definitivo. Las mutaciones resultantes, conocidas como Transhumanos, pueden destacar en alguna faceta particular, o incluso en todas ellas, lo cual les ha granjeado una merecida fama tanto por sus características físicas como por su desmedido ego.
Fuera de la especie humana tenemos, por un lado, los organismos sintéticos:
El primer Replicante fue cultivado en el año 7900 a.I. a partir de células humanas modificadas; estos seres se desarrollan hasta su forma adulta en tanques de incubación a lo largo de unos pocos días, y desde sus orígenes han constituido el grueso de la mano de obra esclava en el proceso de colonización de la Galaxia. La modificación genética es infinitamente más rápida, eficaz y precisa que la eugenesia, pero la incubación acelerada conlleva una elevada propensión al desarrollo tumoral, de modo que la mayoría de los productos tienen una esperanza de vida muy corta. La ley garantiza que todos ellos son estériles, si bien desde el punto de vista técnico sería perfectamente factible cultivar sujetos con capacidad reproductiva. Sus cerebros son condicionados durante el desarrollo, implantándoseles los conocimientos necesarios para llevar a cabo la tarea para la que han sido cultivados. Existen distintos tipos de Replicantes especializados en distinto tipo de tareas, pero estas son, en esencia, las que los seres humanos rehúsan hacer. A día de hoy, la población total de Replicantes es aproximadamente la mitad que la de seres humanos, aunque la proporción varía enormemente de unos mundos a otros.
El otro tipo de organismo sintético que puede encontrarse en el Imperio son las Inteligencias Artificiales. La capacidad intelectual de las más poderosas supera con creces a la de sus creadores, pero su ámbito de actuación se restringe al sistema informático que las alberga. Ciertos dispositivos de uso cotidiano, como robots de todo tipo, son controlados por versiones reducidas, que pueden implantarse en la correspondiente CPU. Un caso particularmente interesante es el de los Androides, cuya apariencia es externa es completamente idéntica a la de un ser humano (aunque su número es extremadamente reducido, debido a su elevadísimo precio). En general se suele considerar a las IA como meras máquinas; ni siquiera se contempla para ellas el estatus de Esclavitud.
Por otro lado, a lo largo de los más de diez mil millones de años de vida de la Galaxia han surgido distintas civilizaciones que nada tienen que ver con la humana. Algunas de ellas se han extinguido (y las huellas de su paso son codiciadas por su interés científico y tecnológico), mientras que otras conviven con la humanidad, en ocasiones de manera amistosa y en ocasiones compitiendo por determinados recursos. Sin ánimo de ser exhaustivos, la especie alienígena más habitual en la sociedad imperial son los Trilópetros, que de hecho son reconocidos como Clan Menor. Estas criaturas deben su nombre a los tres largos apéndices superiores que se extienden a partir de un voluminoso tronco con forma de cacahuete, así como las tres robustas extremidades inferiores que soportan su peso. De entre las especies hostiles destacan el Imperio Idoriano, cuya apariencia humanoide hace pensar en un remoto origen común, y los incursores Snee, que básicamente consideran a los seres humanos (o a cualquier otra especie que puedan digerir) una suculenta fuente de alimento.
No, no puedes ser Snee (a no ser que todos los PJs os pongáis de acuerdo ;^D).
Y ya me he cansado de escribir. ¡Te toca! :^)