Partida Rol por web

Al final, perder la carta no me pareció tan importante, sobre todo porque todo el mundo pareció estar de acuerdo en que debíamos poder buscar algunas fotos más o información en el colegio. Así que ni Nolan tenía que enfadarse porque a Úrsula se le hubiese escapado, ni los demás teníamos tampoco que preocuparnos tanto. Además, si los mejores magos del mundo no habían descubierto nada, tampoco era como si nosotros fuésemos a hacerlo, aunque ya que habíamos visto algo extraño, resultaba emocionante seguir buscando.

Así que definitivamente, en cuanto estuviésemos en el colegio, procuraría encontrar más fotos como aquella e investigar un poco, si es que tenía tiempo, claro. Seguro que nos hacían estudiar un montón muy pronto.

Sin embargo, no es como si pudiéramos hablar entre nosotros tranquilamente, porque Cagondra volvió a aparecer y esta vez, acompañada. Úrsula tampoco entendía que siguiese insistiendo en hacernos la vida imposible pero el caso es que allí estaba. Parecía ser una persona muy vengativa y la verdad, todo había empezado tan mal que dudaba que alguna vez pudiera estar al lado de ella sin sentir asco. De hecho, era tan incomprensible que la pobre Úrsula hasta le acabó por preguntar a Ivy si de verdad quería ir a Slytherin, pero yo sabía ya que sí. Para ella era muy importante entrar en la misma casa que su madre y su abuela; podía ser catastrófico que no ocurriese. Así que por su bien, deseé que así fuese, incluso aunque yo tuviese que ir a Slytherin también, en lugar de a Gryffindor como mis madres, o separarnos porque al final cada una de nosotras iba a la casa que se esperaba de nosotras.

Cualquier cosa que sucediese iba a ser difícil.

La propia Ivy reconoció precisamente que le iba a resultar complicado coincidir con Alondra, por lo que cogí su mano y le sonreí.

-No te preocupes, Jade. Estoy segura de que caerás en Slytherin y que Alondra no se atreverá a decirte nada. A ella le has gustado, así que como mucho, solo se peleará conmigo y con Colt, y nosotros nos bastamos para darle su merecido, ¿verdad, Colt? De todas maneras, si caemos en casas distintas, tampoco creo que fuésemos a coincidir mucho porque seguramente tendremos clases a horas diferentes y todo eso, por lo que dudo mucho que tenga tiempo de hacernos nada. ¡Deja de preocuparte!

Para Ivy era demasiado importante caer en la misma casa que su familia, así que ojalá lo hiciese. Yo cada vez pensaba menos en ello, aunque estaba segura de que cuando llegase el momento, me pondría muy nerviosa. Si al final determinaba los compañeros que ibas a tener, solo quería estar con los que había conocido y con nadie más pero al final parecía que fuese a ser una especie de decisión que no dependía de nosotros.

¿Cómo lo harían?

Mis mamás no me habían hablado mucho de ello, solo que en cuanto llegase, alguien lo decidiría, según como fuésemos cada uno.

-Mi mamá Eloise me dijo que a ella estuvo a punto de colocarle en Ravenclaw pero que en el último momento cambió de opinión y la mandó a Gryffindor, y que esa fue la mejor decisión de todas porque gracias a eso conoció a Janice y luego… bueno, pues cuando acabaron el colegio acabaron casándose y todo eso –les conté a todos. Estaba muy orgullosa de cómo se habían conocido y algún día yo esperaba conocer también a alguien así, especial, aunque ahora mismo no es que pensara en ello. Solo cuando hablaba de cómo se habían conocido mis mamás.

¡¡Me parecía todo tan romántico!!

No quise que sonara así, pero es que así era como yo lo sentía. Aunque no me habían dado muchos detalles, sí que me habían contado cosas como aquella y claro, al final yo pensaba que a mí me podía suceder algo parecido, más tarde o más temprano.

Pero por lo de la casa, mis madres siempre habían insistido en que no les importaba en cual cayese yo, con tal de que estuviese a gusto, y que la que me tocara, seguro que era la mejor para mí.

No tuvimos mucho tiempo más para hablar porque estábamos a punto de llegar y nos tocó empezar a vestirnos. Seguía pensando que Jade era la más elegante, pero agradecí sus palabras. Sabía que lo decía de corazón, porque eso era lo que hacía una amiga.

-Gracias, Jade –le dije, aunque sabía que no me quedaba tan bien como a ella. Pero no me importaba. Para mí lo mejor era que ella se preocupaba y que de verdad estaba dispuesta a cuidar de mí, incluso cuando estuviese enferma. No era posible, por su puesto, pero me hizo muy feliz ver su reacción.

En cualquier caso, no podíamos entretenernos y por eso me volví para ayudar a Úrsula. A ella también le quedaba muy bien la túnica.

Después de ayudarla, miré a todos, y también a mí misma. Me sentía muy rara, pero supuse que ya me acostumbraría. ¡Todas lo haríamos!

Finalmente, llegó el momento. El tren se detuvo y yo no podía con los nervios. Fue detenerse completamente, y salir del compartimento cogida de la mano de Jade, y tirando de ella como una exhalación. ¡No podía de la emoción!

Pero cuando llegamos fuera, parecía como si nadie supiese nada. Allí estábamos todos los niños y las niñas de primer curso, esperando, mientras los demás se iban como si supiesen ya el camino.

-Los demás parece que ya saben por dónde ir. ¿Tendremos que seguirles? –comenté, porque a pesar de que Ivy había dicho que íbamos en carromatos y botes, a mí me parecía que se habían olvidado de nosotros.

Todos caminaban tranquilamente, alejándose del tren, los mayores quería decir, mientras los recién llegados esperábamos nuestro turno.

Menos mal que no tuvimos que esperar mucho. Escuché de pronto una voz muy dulce y me volví, al igual que todos, hacia el lugar desde el que parecía venir, y entonces me puse de puntillas para poder ver de quién se trataba.

Se trataba de una mujer que estaba más blanca que la nieve, muy muy rara, porque nunca había visto a alguien tan blanco, y que se presentó con un nombre muy curso y moviéndose de una manera muy rara.

Al presentarse, me acerqué a Ivy para hablarle al oído.

-Pues no tiene aspecto de ser portera –le dije, riéndome un poco por lo bajo.

A Ivy parecía haberle gustado; a mí no me disgustaba pero de nuevo pensé que no se parecía a nadie que hubiese conocido antes. Sonreía mucho y agitaba las manos arriba y abajo, como si fuese una mujer muy delicada. Me hacía mucha gracia.

Ivy se apresuró a adelantarse a todos para colocarse lo más cerca posible de ella y yo la seguí, consiguiendo colocarnos justo detrás.

Me volví unos momentos hacia atrás, viendo la enorme fila de chicos que se había formado, pensando en ese momento que éramos muchos, que al final, a cada casa irían pues quizás cinco o seis de nosotros como máximo, pero que vistos desde allí parecíamos un montón más. Después me giré de nuevo para continuar caminando junto a Ivy, siguiendo a la señorita Borealis.

Mientras la mayoría de nosotros guardaba silencio, Ivy en cambio se atrevió a preguntarle si nos iba a dar alguna clase. Bueno, pensé. Si es guardiana de los terrenos, a lo mejor se encargaba de la Herbología o algo así, por lo que acabé por decirlo en voz alta.

-Yo lo sé. Seguro que da Herbología, porque se encargará de cuidar de los árboles y cosas así, ¿verdad, señorita Borealis? –añadí, quizás un poco más emocionada de lo que debía, tras dejarme llevar por Ivy.

¿Nos acabaría dando clase?

No lo sabíamos, claro. Hasta ese momento solo habíamos conocido a un profesor, el de Artes Oscuras, y era completamente opuesto a la señorita Borealis. Estaba claro que había muchos magos y muchas brujas y por lo que habíamos visto, podían ser muy diferentes unos de otros.

Mientras tanto, Ivy continuaba hablando refiriéndose a cómo íbamos a llegar al colegio. Un carruaje, un lago… Yo no sabía nada de todo aquello pero el camino no parecía que se dirigiese precisamente al colegio, sino a un sótano oscuro y terrible.

-A mí esto no me parece que lleve a ningún lago, Jade. A lo mejor nos llevan a un sótano o algo así –le comenté a Ivy.

Obviamente, no iban a hacernos nada; si nos llevaban por allí debía ser porque ese era el camino, pero no terminaba de ver muy claro lo que decía Ivy.

-Lo mismo te ha tomado el pelo y no hay ni carromatos ni lago –le dije entonces en voz baja a Ivy, sin dejar de caminar, pero tropezando un poco con ella y sintiendo también como quien iba detrás de mí también chocaba un poco conmigo.

Era difícil no hacerlo cuando apenas había luz y cuando además éramos tantos caminando tan apretados unos al lado de otros, esforzándonos por ver más allá de la señorita Borealis.

Estaba claro que los muggles eran de marte y los magos de venus, porque no había forma de que se comprendieran mutuamente. Los magos no sabían ni lo que era un Delorean ni una fotocopia, así que vamos, ni puñetera idea tendrían de lo que era un demogorgon o un mazinguer Z, nada, rien de rien, nasti de plasti. Iba a ser agotador explicárselo todo de golpe así que le dijo

- No te preocupes joven padawan, ya te lo explicaré a su debido tiempo....pero sí, los muggles viajan al pasado en una cosa que se llama cintas de video VHS. Así puedo ver a mis padres cuando eran como yo de pequeños....- Y entonces volvió a nombrar su némesis. Negó con vehemencia - No, esas cosas no se aprenden en una biblioteca, de verdad, no sé que se os ha podido perder en un sitio polvoriento lleno de libros.

Perdieron la foto, protegieron a Úrsula de la bronca de Nolan, vieron que nadie se había hecho mucho mucho daño intentando coger la foto, para después hablar de todo un poco: dementores, las casas y Alondra. Después de la entrada de la Slytherin Luna la llamó Cagondra, a pesar de que él le dijo que no lo hiciera. Abrió muchos los ojos, pero no dijo nada, ya se había delatado, aunque al menos ella si que iba a ir a la guerra contra Cagondra si era necesario. Negó con la cabeza y le dijo

- No lo has hecho bien, si no estaba segura de que lo había hecho yo ya lo está, pero bueno, no pasa nada, se te nota que no estás acostumbrada a meterte en problemas. - sonrió comprensivo - te falta experiencia, pero yo te enseñaré, y por supuesto, con los dos no puede, le ganaríamos con una mano atada a la espalda, y la tal anemone tiene cara de coliflor hervida.

No podía esperar esa protección de Ivy. Acertó a escuchar que se ofrecía a protegerla, pero solo a Luna, y eso le dejó algo muy claro, no eran amigos. Siempre le pasaba lo mismo, se emocionaba al conocer gente nueva y a todos los quería como amigos en nada, pero siempre estaba bien que los otros se lo recordaran. Dolía un poquito, pero así era como se aprendía. Por él como si se iba a la casa de Alondra, y que le aprovechara, aunque no pudo dejar de decir - Irá a Slytherin, en Gryffindor no la queremos.

Menos mal que podía contar con Úrsula también, que era su mejor amiguísima y era muggle como él y podían hablar de cosas normales, además, ponía los brazos en jarras como su madre. Un día le tenía que preguntar si sabía lanzar la chancla, si sabía iba a tener un arma más demoledora que su tirachinas.

Negó con una sonrisa pícara y le dijo - Que va, no me han echado de ninguno, pero eso hará que Cagondra se lo piense dos veces.

Luna no pensaba que los dementores molaran, pero es que era una chica y a las chicas le daba miedo todo. Se encogió de hombros y dijo - Bueno, sí, a ver, no suenan muy divertidos así como lo cuentas - La reflexión de Luna sobre la foto fue acogida con entusiasmo por Colton - Entonces la foto no está perdida! Además, si conseguimos encontrar al fotógrafo que la hizo nos podrá contar más cosas.

La llegada al destino hizo que Ivy intentara tomar el control con su parloteo. Que que harían, que a donde tenían que ir, que si se tenían que poner la capa... Bufó, decidido a apartarse de ella en cuanto pudiera. Miró a Nolan y sintió pena por él, tenía que ser durísimo tener a una hermana así. Luna le dijo que luego le llevarían al colegio pero cuando le dijo que si eras muggle te llamaban feo le dijo

- A mi me pueden llamar lo que quieran, pero como se metan con mis padres le voy a meter un tirachinazo al que sea... Mis padres son los mejores del mundo, y saben hacer chocolate, el más rico del mundo.

Y sí, Úrsula tenía razón. Los mágicos sabían mucho, y ellos no. Le sacó la lengua a Úrsula de forma burlona, poniendo cara de ser tonto y rompió a reír. Carcajada que se amplió a ver a Nolan y su túnica. Con tono bromista le dijo

- Tío, no te pongas en contra del viento o tendré que atarte una cuerda para que no vueles como una cometa.

La verdad es que tenía pena de ver Hogsmeade y Hogwarts, y ver todo el rollo ese de la magia y de las casas y de todo. Salió del compartimento a toda velocidad, y se escabulló como pudo para irse colando para bajar del tren. No sabía donde ir, pero sí sabía que lo que tuviera que encontrar estaría fuera. Nolan se acercó a los chicos, las chicas parecía que iban juntas y que una vez salidas del compartimento iban a ir un poco a su rollo. Colton sonrió y le dijo

- Yo también tengo hambre, a ver si vienen a buscarnos pronto....

Y entonces una voz musical los reclamó, y cuando vio quien lo decía Colton se quedó mirando boquiabierto - Una albina!!! Jo, que guay!!! - Colton se acercó a conocer a Eleanor y cuando dijo que la siguieran se sonrió, era tan blanca, tan blanca que le echabas leche y se ponía morena, así que no sería difícil seguirla, parecía el faro de Alejandría aunque se metía por sitios muy oscuros. Sacó el tirachinas, cogió una piedrecita y empezó a mirar por si Cagondra intentaba atacar. Había que estar atento, porque camarón que se duerme se lo llevaba la corrienta, y como se durmiera Cagondra lo barrería, porque estaba moticagada, que diga, motivada. Siguió la voz como pudo, preparado para que comenzara la primera guerra muggle-Cagondriana. No pudo evitar rodar los ojos, ahí estaba Ivy haciendo la pelota a la guardiana de las llaves, profe de Hervorlogía según Luna. Miró a Nolan y susurró

- ¿I dindi vimis? ¿Is in itiji?

A él le daba igual como le llevaran, y si había carromatos, lagos o lo que fuera. Él quería que hubiera asado, huevos fritos y patatas, lo demás daba igual.

Luna e Ivy iban comentando por el camino, el problema que tendría la pelirroja si caía en Slytherin con Alondra - Ya no es cuestión de que se meta conmigo. El caso es que me molestaría que se metiera contigo y yo tengo mucha paciencia pero a veces la pierdo y la lío... - Reconoció, y es que a pesar de estar entrenada por Nolan, tampoco era una santa - Si tenemos clases a distintas horas entonces nosotras tampoco nos veremos mucho... - Era una asociación de ideas, y eso le había entristecido.

La historia de las madres de Luna era muy romántica, según pensaba Jade, cayendo en la cuenta de algo que hasta el momento no había llegado a imaginar.

¿Se besarán las madres de Luna en la boca?...

Sus mejillas se colorearon. Su abuela Candy una vez le dijo que una buena bruja no debía olvidar besar a un hombre una vez al día. Y desde ese momento su madre no quería que escuchase las sandeces que decía su suegra, siendo alguien en cierto modo, no demasiada grata en la familia.

- Es una historia muy bonita Luna... - Reconoció mientras se le hacía rara la imagen mental de Eloise y Janice juntando sus labios. Así como incómoda.

La mujer de piel etérea les guiaba por el bosque. Ferlet opinaba que no era una portera, si no que iba a impartirles las clases de herbología y la pelirroja esperó fervientemente la respuesta, mientras contemplaba que el camino iba a cualquier sitio menos a un lago, algo que su amiga le señaló.

- Pues también puede ser que me haya tomado el pelo... - Dijo Ivy reconociendo que las previsiones de su hermano no se habían cumplido - Auch... - Dijo al notar el empujón de su amiga - Tranquila, no pasa nada... Yo tampoco dejo de tropezar continuamente...

Con quien no parecía llevarse demasiado bien era con Colton, por un lado no comprendía lo que decía en el 90% de las ocasiones. ¡Era tan muggle que se tornaba insoportable! Además tenía una actitud muy descarada hacia Alondra que, aunque bien era cierto que caía mal y era tonta, él tampoco se comportaba mucho mejor. A esto había que añadirle que se había reído de Nolan y eso sí le dolía, más cuando lo comparó con una cometa. Era su hermano, el privilegio de meterse con él era todo suyo. ¡Él no tenía derecho!

Lo peor de todo es que mientras ella hizo un comentario, caminando detrás de la profesora, en ese instante escuchó la voz de Derrick con un tono burlón, diciendo unas palabras que le hicieron girarse y mirarle con porte serio.

- ¿Te estás burlando de mí? - Había un deje de incredulidad en su rostro, como si no esperase algo así por parte del muchacho, esperando que le diera alguna respuesta. Parpadeó un par de veces, el momento pasó de ser emocionante a tenso.

Colt aparentaba saber moverse en aquel terreno del combate cuerpo a cuerpo. Estaba segura de que había visto muchas de esas cosas que hacían los muggles, “pelícanos” o algo así, en las que imitaban a la vida real haciéndose daño cuando en realidad era todo fingido.

Pero bueno, si él sabía cómo tratarla, mejor tener a alguien con quien luchar porque estaba segura de que antes o después tendríamos que darle una lección.

No compartía para nada el optimismo de Ivy respecto a que Alondra no nos molestase,, así que lo importante era estar preparada para lo que ocurriera.

-Bueno, yo confío en ti, y mejor que seamos dos que uno solo –le dije, guiñándole un ojo.

Pero en cuanto a la casa a la que fuera… ya había quedado claro lo que queríamos cada uno y también que al final, dependería de más cosas. Yo les conté la historia de mis mamás y después Ivy me dijo que era una historia muy bonita. Yo sonreí, contenta de que opinara así, aunque me pareció ver un gesto extraño en ella, como si de repente hubiera algo que oliese mal.

Pero bueno, no le di mucha importancia y continuamos preparándonos para nuestra llegada.

Además había más cosas de las que hablar, pude dejar de pensar en ello. La idea de la foto parecía haber tenido una buena acogida así que ya teníamos una tarea que hacer una vez tuviésemos algo de tiempo libre. Aquella mujer que nos recibió era rara, pero bueno, debía llevarnos a Hogwarts y no había más remedio que seguirla. Además, a mí no me caía mal, y tampoco a Ivy, que rápidamente procuró conseguir más información de la que teníamos.

Por el camino, Ivy continuó hablándome de lo que le preocupaba. No quería que se metiera conmigo, pero tampoco perder el control y meterse en líos.

-Bueno, a lo mejor no nos presta mucha atención. En cuanto empiecen las clases, dudo que ninguno de nosotros lo tenga. Seguro que habrá mucho que estudiar –le dije.

Quizás por eso, se entristeció, dándose cuenta de que podíamos no coincidir demasiado.

-Sí, supongo que será difícil. Pero bueno, ya lo veremos. No podemos preocuparnos tanto el primer día, ¿verdad?

Aquello no era propio de mí, mostrarme tan positiva, pero quería serlo, por ella, para que no se sintiese mal, y también un poco por mí, porque me gustaba pensar que sí que podríamos vernos más de lo que pensábamos en aquellos momentos.

Lo que no me esperaba era que Ivy se volviese hacia Colt después de que este hubiese dicho algo que no acerté a escuchar bien. ¿Se estaba burlando? ¿De verdad?

Sin haberlo oído, me volví hacia Colt.

-¿Por qué te burlas, Colt? Jade no te ha hecho nada –le recriminé, a pesar de no haber entendido nada de lo que había dicho, fiándome solo de la respuesta de Ivy. No podía hacer otra cosa que defender a mi amiga, aunque no fuese muy importante.

Sonrió cuando Colt le confirmó que eso de que le hubiera echado de coles antes era mentira-¡Ya te digo! Eso asusta, porque a los que echan no se portan nada bien. Pero tú eres diferente. Tu molas-le dijo a Colt antes de que aquella voz sonara avisando de que tenían que bajar en breve a ese pueblo de nombre raro.

Así que se dispuso a sacar su ropa mientras iba escuchando las explicaciones de Ivy-¿Pero todas las mujeres de la misma familia tenéis que ser de la misma casa? ¡Pues sí que es importante eso de la casa! Yo, como no sé si alguien de mi familia estuvo aquí o no alguna vez, no tengo idea de a que casa tendría que ir. Supongo que algún profesor ya me lo dirá cuando ellos lo sepan. ¿Astuta Cagondra? ¡Es estúpida! No hay que meterse con nadie por nada, eso no es inteligente ni astuto, es de tontos. 

Luna la ayudó a ponerse la túnica. Teóricamente debía ser algo fácil, pero una vez que aquella tela pasaba por la cabeza todo se volvía oscuro y los agujeros por los que colar los brazos eran como si se movieran de sitio y se empeñaran en esconderse a las manos de Úrsula. ¿Quién se había inventado estas cosas? ¡Con lo fácil que era ponerse unos pantalones y un jersey! Y una vez que parecía que estaba puesta, una se daba cuenta de que se había quedado por un lado más larga que por otra y había que reponerla en su sitio. Por lo menos su túnica estaba arrugada pero le quedaba bien, no como a Nolan. Pobre. Le dio un codazo a Colt-No te metas con él... ya crecerá y le quedará bien...-le susurró, haciendo un mohín a Colt. Tenían que cuidar a sus nuevos amigos, aunque el niño se hubiera metido con ella al dejar ir la foto. Pero ella no lo había hecho queriendo, así que no contaba.

-Gracias, Luna. ¡Ya estoy lista!-confirmó, expectante a las siguientes cosas que tendrían que hacer-¡La varita! ¡Que se me olvida! ¿Y la lechuza? ¿Tenemos que dejarla aquí?-Pero las siguientes novedades que le contaba Ivy en aquel momento la dejaron con la boca abierta-¿No hay otra forma de llegar al colegio que en barcas? ¿Está rodeado de agua?-No se había montado en una barca en su vida y ahora lo iba a hacer. ¡Y de noche! Eso sí que iba a ser una aventura. Iba a montar en barca para llegar al colegio-¡Guay! ¡Suena genial! ¡No lo sabía!-miró con ilusión a Colt y tiró detrás de él para salir del vagón.

En el andén todo era caos. Todos corrían de un lado a otro salvo ellos y más niños que parecían de su edad. Los más pequeños, los de primer año. Todos ellos se quedaron hechos una piña, esperando alguna señal. Señal que llegó de la mano de una mujer extraña, con voz cantarina que se les acercó conminándoles a que la siguieran a través de la noche. Úrsula la miró con ojo crítico y no pudo dejar de comentar a Ivy-¿Fantástica? Debe estar enferma, está blanca como la leche... pero lo mismo ser la Guardiana de las Llaves da ese color. ¿Delicada bruja? Yo no quiero ser una delicada bruja, quiero ser una buena bruja.

Ivy se lanzó a seguir a aquella mujer y Luna corrió tras ella. Úrsula se volvió a buscar a Colt y vio que también había echado a andar tras ellas junto con Nolan. Solo quedaba a su lado Michael. Así que, debía seguirlos, no había otra opción aunque aquella mujer no le hubiera hecho especial gracia. Todos los niños de primera año iban uniéndose a la comitiva tras la Guardiana de las Llaves y perdiéndose en la oscuridad así que tiró también ella rápido, uniéndose al resto.

-¡Vamos, que nos quedamos atrás! -le dijo a Michael al que agarró de la mano para no perderlo de vista en la oscuridad y echó a andar rápido detrás de los demás.

-Jolín...-había tropezado de nuevo con algo del suelo-si sabían que veníamos podían haber puesto unas luces, como esas del centro comercial en verano, las azulitas pálidas que se ponen en el suelo para que se vean los escalones....-iba rezongando ella por lo bajini mientras caminaba y hablaba con Michael-¿No te parece extraño? Seguro que con magia podrían iluminar este camino y, cuando terminásemos de pasar todos, apagar las luces. Unas luces mágicas chulas, de colores. Quedarían muy bien y nos daría ilusión ver algo mágico de camino al cole...

Pero algo delante de ella le hizo levantar la vista y tropezar por enésima vez-¡Augh! No, no se está metiendo con nadie-levantó un poco la voz para que llegara a Ivy que iba más allá de Colt y Nolan que iban en medio. No había escuchado lo que había pasado, pero nadie se iba a meter con Colt porque seguro que él no se había metido con nadie-Bueno, se reserva para Cagondra, para defendernos de ella, ¿verdad? -miró a su amigo con cara de ¿a que sí que era eso? Colt, recuerda que con ellas nos llevamos bien. Sí, con cara de decir eso, exactamente.

La llegada a Hogsmeade fue como siempre se la había imaginado Michael. El pequeño apeadero, la marabunta de alumnos bajando del Expreso, los prefectos intentando poner orden (sin mucho éxito...), y la idea de que dentro de poco podrían ver con sus propios ojos el enorme castillo de Hogwarts en la distancia, listo para recibirles a todos ellos y convertirse en su hogar y el lugar donde aprenderían montones de cosas durante los próximos meses. El chiquillo estaba tan absorto en aquella visión que había esperado con ansia, que no se daba cuenta de nada de lo que ocurría o lo que se decía a su alrededor.

Fue entonces cuando apareció Eleanore Borealis, y Michael se quedó boquiabierto al verla. Pertenecía al mundo mágico y estaba acostumbrado a ver muchas cosas llamativas, pero aquella mujer le sorprendió incluso a él. No hubiera sabido muy bien cómo describirla, quizá una mezcla de estrafalaria e interesante. Le causaba mucha curiosidad, y comenzó a seguirla inmediatamente no bien hubo empezado a andar entre los árboles.

—Qué oscuro todo... —comentó casi para sí mismo mientras seguían los pasos de la guardiana de las llaves y terrenos, tratando de no perderse.

Echó un vistazo por encima del hombro, preguntándose dónde estaría ahora Keira. Sin duda, no en ese grupo, pues ella no era alumna de primero. ¿Habría pasado ella por lo mismo en su primer año? La verdad era que nunca se lo había contado con demasiado detalle...

Ivy preguntó en ese momento si Eleanore les llevaba por algún atajo, y él se encontró preguntándose a sí mismo algo parecido. Aquél camino no era exactamente lo que había esperado para ir al castillo. Pero bueno... era la guardiana de las llaves y terrenos, ¿no? Quiso creer que no se iba a perder mientras les guiaba.

Lo que Michael no se esperaba era que Colton repitiese la frase de Ivy con aquél tono burlón. ¿Estaría de repente el chico rubio molesto con Ivy por algo? No dijo nada, pero cuando la niña se volvió para preguntarle si aquello era una burla, le llamó la atención la actitud de Ivy. Dudaba mucho que él se hubiera atrevido a responder con ese aplomo ante algo así. Sin duda esa chica encajaría en Slytherin o Gryffindor. Michael no pudo evitar sentir un poquito de admiración.

Estaba a punto de decir algo para apoyar a Ivy, pero como no sabía muy bien qué palabras usar, Luna se le adelantó y él se quedó un instante con la boca abierta. La cerró sin demora, y esperó que todo se quedara en eso. No le gustaría que aquellos nuevos compañeros a los que había conocido en el tren y con los que tan bien se lo había pasado, empezaran de repente a llevarse mal...

—Colton... ¿estás nervioso o algo así? —preguntó Michael, con tono de verdadera curiosidad. Quizá su compañero se sentía inseguro ante la perspectiva de estar a punto de llegar a Hogwarts y el cambio de vida que eso implicaba para alguien de familia muggle. A lo mejor eso era lo que le llevaba a expresarse de esa forma en ese momento.

Aunque solo distinguíais una silueta, era fácil identificar y seguir a la señorita Borealis, que continuaba moviéndose como si oscilara, a izquierda y derecha, con cada paso que daba, y también mantenía a media altura ambos brazos. Era como si se hubiese pintado las uñas y no se atreviese a tocar nada que pudiera estropeárselas.

Pero no se encontraba ausente y sí muy pendiente de todo cuanto decíais.

-Mis queridos niños, no os peléis. Y no os preocupéis tampoco por la oscuridad. Yo misma preferí que fuese así para que cuando llegásemos al final del sendero, os sorprendieseis mucho más.

Sus palabras contenían algo de misterio pero no tardasteis en comprenderlo.

Sin embargo, en esos pocos segundos que tardasteis en llegar al final, Nolan pisó la parte baja de su túnica, cayendo hacia delante y empujando así a los que le precedían como si fuesen fichas de dominó, incluyendoos a todos vosotros, e incluso a Alondra.

-¡Pero qué haces, estúpido! ¡Mira en donde pisas! ¡Pero a quién se le ocurre tener que pasar por un camino sin una sola luz!  -exclamó Cagondra, que se había caído también sobre alguien, casualmente Michael, y en esos momentos le estaba costando una barbaridad ponerse de nuevo en pie.

-¡Ha sido sin querer! ¡Es culpa de esta maldita túnica! -se defendió Nolan.

-¡Eh, cuidado con ese pie! -dijo una voz.

-¿Creo que he perdido mi varita? -dijo otra voz.

-¡Niños, niños! ¡Os dije que tuvieseis cuidado! -dijo la señorita Borealis, volviéndose y haciendo un gesto con el dedo índice, mientras os echaba una mirada reprobatoria.

Después, se acercó a Ivy, que estaba en el suelo, y la ayudó a levantarse. Cuando lo hizo, la miró directamente a los ojos y le lanzó una breve sonrisa, mientras tocaba la punta de su nariz con el dedo índice.

-¡Tú serás una auténtica líder! ¡Puedo verlo como si fueses una de las plantas que crecen en mi jardín!

La mayoría de vosotros estaba hecho un lío, pero finalmente conseguisteis levantaros.

-¡Ya casi hemos llegado! ¡Sigamos! -anunció melódicamente la señorita Borealis.

La mujer reanudó la marcha y en breve, apareció un ligero destello de claridad que fue haciéndose mayor a cada paso que dabais, hasta que finalmente, salisteis a una especie de lago enorme y oscuro, justo a los pies de una montaña, sobre la cual había un impresionante castillo lleno de torres con ventanas brillando.

-¡Bienvenidos.... a Hogwarts, mis queridos y queridas!